miércoles, 29 de septiembre de 2021

El ingreso a los colegios

A partir de la experiencia de una amiga cuyo hijo de 3 años no ha ingresado al colegio al que postuló debido según las evaluadoras (cuando no!!!) a un “bloqueo emocional”, quiero decir simplemente lo siguiente:

Me parece tremendamente nocivo someter a niños tan pequeños a la presión de una evaluación como las que se plantean para el ingreso a los colegios. Generarles ansiedad de ese modo tanto al niño como a los padres es terrible.

Creo que es un abuso etiquetar de “bloqueo emocional” (ya opiné al respecto de esa etiqueta en este post) a un niño de esa edad. Simplemente no puede ser, desde mi punto de vista.

Estoy convencida de que los colegios quieren cada vez más un solo tipo de niño, con lo cual me parece que están evadiendo su responsabilidad de educar. No desean asumir ninguna dificultad.

Muchas de las psicólogas que evaluan en estos examenes de admisión actuan de manera egocéntrica al pretender que todos los niños se adapten a la situación de evaluación del mismo modo y al mismo tiempo, sin respetar las caracteristicas de personalidad, los ritmos o el temperamento, en otras palabras, sin tomar en cuenta las diferencias individuales y la diversidad. No es el niño quien debe adaptarse a la evaluación, sino -creo yo- la evaluación la que debe adaptarse al niño.

Debo decir que aun quedan colegios más razonables y humanos donde todos los niños son aceptados, sin excepción, y que trabajan adecuadamente con los padres las dificultades del niño cuando aparecen. Pero estos colegios son lamentablemente la minoría

 

viernes, 3 de septiembre de 2021

Las palabras en educación son INNOVACION y CORAJE

A veces me pregunto, si tuvieran que tener una imagen-objetivo en la cabeza los gobernantes respecto al desarrollo del país, y en particular la educación, que pudiera ser representada por una palabra y un valor ¿Cuáles serían? A mi entender, INNOVACIÓN y CORAJE.

INNOVACIÓN, porque todo lo hecho en educación desde después de Velasco es regresar al libreto de Odría, con más de lo mismo aunque con maquillajes cosméticos. Las G.U.E. se llaman colegios  emblemáticos, el currículo por contenidos y objetivos se llama currículo por competencias, las notas se ponen con letras en primaria, la queja de falta de presupuesto para infraestructura, equipamiento, salarios docentes sigue igual y con ello se justifican los fracasos, la pedagogía maestro centrada en la que el profesor y alumno de hoy pueden ser reemplazados por los de hace 100 años porque hacen lo mismo sigue intacta, y por si fuera poco, no hay mejoras significativas ni siquiera en los indicadores que el Minedu se ha inventado para hablar de logros de aprendizajes escolar (salvo para los triunfalistas que dicen que tener  65% de fracasos en esas retrógradas pruebas estandarizadas es un logro frente a tener 85% de fracasos, olvidando que los niños no van a la escuela para fracasar, mucho menos a los 7 años). Me ilusiona pensar en que algún día tendremos un gobernante en América Latina (ojalá el Perú) que diga “este modelo no da para más, no cumple su misión, hay que ir por otra vía”. Y que esa vía se construya a partir de la suma de centenas de iniciativas innovadoras que se desarrollen en el terreno. Que el Minedu no se vea a sí mismo como el  genio creador de innovaciones sino como el angelical promotor de alicientes e incentivos para que hagan innovación los que son capaces de hacerla, para luego aprender de ellos y difundirla. Talento hay. Incentivo ninguno.

CORAJE, porque para hacer lo anterior hay que tener coraje, valentía, capacidad de dar la lucha liberadora por ideales. Mientras la política del Gobierno y el Minedu sea hacer más de lo mismo con algo más de plata para no abrirse frentes de resistencia, y estén motivados por “no hagas X no vaya a ser que Y se moleste”, y no estén dispuestos a dar la batalla abierta  para que el público entienda que lo que les está dando el sistema educativa es muy poco, no lo lograremos. El modelo actual no los pone en condiciones de tener éxito como ciudadanos (la democracia peruana hace tiempo se cae en pedazos),  ni ser competitivos (el desempleo por incompetentes de los egresados del sistema educativo incluyendo profesionales es fuente de enorme frustración) ni de ser socialmente responsables (el egoísmo, la corrupción, la inseguridad, la polarización política generan enormes dificultades e ineficiencias).  

El Perú necesita un sueño, una meta visible que entusiasme y convoque voluntades colectivas, una sensación de orgullo que no nazca antes de un partido de fútbol y se caiga luego de la derrota, y que denote que ya somos capaces de levantar la cerviz, porque ya abandonamos el sentimiento de inferioridad e impotencia frente a lo extranjero que nuestro ADN heredó por 500 años.  El Perú necesita reconstruir su imagen de país viable, en el que la educación innovadora lidera la ambición pública y política, porque es el único ámbito en el que todos los peruanos transitan al menos por algunos años de su vida, en el rol de alumnos y luego de padres y abuelos. La huella que les deja ese paso es la que define si avanzaremos (porque somos capaces y corajudos) o perderemos (porque somos cobardes e incompetentes). Podemos estar en la puerta de una nueva página en la historia de la educación peruana. Veamos si esta vez cambian el diseño y los colores del libreto.

domingo, 29 de agosto de 2021

¡SI SE PUEDE! Ingreso Universal a las Universidades

Me ha llamado la atención la rapidez con la que muchos opinantes han descartado esta propuesta, posiblemente porque ya se han formado la idea de que el gobierno de Pedro Castillo hace anuncios con propuestas irrealizables como la del 10% del PBI para educación… Además, se basan en una regla de tres que dice que si hoy 1 de cada 5 ingresan a una universidad pública, entonces el presupuesto para captar a todos sería 5 veces mayor y eso es imposible de asignar a las universidades. (En las privadas ingresa 1 de cada 1.3 postulantes o sea ya es casi universal). 

No faltan quienes buscan una postura en el medio (en realidad en el tercio) diciendo que está bien el ingreso universal pero sólo para el tercio superior, es decir, por méritos acumulados en la secundaria (pese a que, dicho sea de paso, no es un predictor del desempeño en la universidad). Abstrayéndonos del “mensajero”, qué tal si nos ponemos en el modo “sí se puede” y ponemos como meta lograr ese ingreso universal, pero con un modelo que responda a otros sustentos. 

1). El ingreso universal se produce a un ciclo cero, de 4 meses, en modo virtual, que haría las veces de pre-gratuita para todos los estudiantes, de modo que la universidad con sus propios modelos de evaluación determine quiénes son aptos para continuar sus estudios a partir del ciclo 1. Es probable que solo la mitad o menos logren pasar al ciclo 1, y luego siga otro ajuste al pasar a los dos ciclos siguientes, como ya ocurre con todas ingresantes a las universidades peruanas hoy en día. Esto tiene un costo mucho menor que esa multiplicación por 5 del costo anual por alumno que mencionan los detractores de la propuesta por razones económicas.

2). Este acceso universal a la universidad traslada de la secundaria a la universidad elegida por cada alumno la decisión respecto a si posee las aptitudes para continuar y encaminarse a una de las carreras profesionales que ella ofrece. La secundaria no tiene por qué ser la evaluadora de los postulantes a través de sus rankings de notas “que le hacen el trabajo a las universidades” de seleccionar a los supuestamente más aptos, sacrificando el rol del trabajo integral con los adolescentes, que debe ser el foco de la secundaria. 

3). Hay suficientes evidencias de que el principal impedimento para la innovación pedagógica y curricular de la educación básica, especialmente la secundaria, es esa misión implícita de que la secundaria debe preparar para la evaluación de ingreso a la universidad, renunciando a su focalización en el desarrollo cognitivo, cultural, social, ético y emocional del adolescente. En una época de la vida de los jóvenes en la que hay que abrirles la cabeza y promover que exploren las opciones más diversas, la misión actual de formarlos como postulantes más bien les cierra la cabeza y les coloca anteojeras para mirarse a sí mismos y sus opciones futuras. 

4). Esquemas similares podrían pensarse para quienes quieran postular a la educación superior de orientaciones alternativas a la universitaria.

5). Por último, unas palabras sobre el “tercio superior” como equivalente a “alumnos más meritorios”. Es sabido por los académicos que el desempeño escolar está fuertemente correlacionado con las condiciones familiares de origen, y quienes tienen mejores condiciones aún dentro de la escuela pública, logran más que quienes las tienen peores. Lo acabamos de ver magnificado durante la pandemia. Siendo así, el esfuerzo, dedicación y méritos personales que pone en juego quien viene de una situación muy precaria para llegar a 5to de secundaria con promedio 13, puede haber sido muy superior al de aquél que llega cómodamente al 16. Pero los rankings por notas, lo dejan fuera de carrera. 

Es cierto que no hay forma en la sociedad de que aún a igualdad de condiciones, siempre se generen diferencias que hagan que uno se desempeñe mejor que otro ante las mismas tareas. Con mayor razón si no proceden de igualdad de condiciones. Pero vivimos en un mundo en el que tener un grado en educación superior es un trampolín hacia el ascenso socioeconómico. Siendo así, ¿no sería justo darle una segunda oportunidad de probarse a sí mismo su capacidad de ser profesional a quien hizo enormes méritos para terminar la secundaria, pero tuvo que pagar con bajas notas el impuesto a sus condiciones de origen? Si en ese momento las condiciones de origen o sus limitaciones personales determinan que no puede seguir adelante, así será, pero al menos la sociedad lo habrá acogido y dado una segunda oportunidad. ¿Sería una rareza que el Peru haga eso, que no hace casi ningún otro país? Si. ¿Y cuál es el problema? ¿Tenemos que seguir siendo cola en vez de ser cabeza?

domingo, 8 de marzo de 2020

Orientaciones para el desarrollo de competencias

1. Partir de situaciones significativas.- Implica diseñar o seleccionar situaciones que respondan a los intereses de los estudiantes y que ofrezcan posibilidades de aprender de ellas. Cuando esto ocurre, los estudiantes pueden establecer relaciones entre sus saberes previos y la nueva situación. Por este motivo se dice que cuando una situación le resulta significativa al estudiante, puede constituir un desafío para él. Estas situaciones cumplen el rol de retar las competencias del estudiante para que progresen a un nivel mayor.

2. Generar interés y disposición como condición para el aprendizaje.- Es más fácil que los estudiantes se involucren en las situaciones significativas al tener claro qué se pretende de ellas y al sentir que con ello se cubre una necesidad o un propósito de su interés (ampliar información, preparar algo, entre otros.).

3. Aprender haciendo.- Construir el conocimiento en contextos reales o simulados implica que los estudiantes pongan en juego sus capacidades reflexivas y críticas, aprendan a partir de su experiencia, identificando el problema, investigando sobre él, formulando alguna hipótesis viable de solución, comprobándola en la acción, entre otras acciones.

4. Partir de los saberes previos.- Consiste en recuperar y activar, a través de preguntas o tareas, los conocimientos, concepciones, representaciones, vivencias, creencias, emociones y habilidades adquiridos previamente por el estudiante, con respecto a lo que se propone aprender al enfrentar la situación significativa.

5. Construir el nuevo conocimiento.- La diversidad de conocimientos necesita aprenderse de manera crítica: indagando, produciendo y analizando información, siempre de cara a un desafío y en relación al desarrollo de una o más competencias implicadas.

6. Aprender del error o el error constructivo.- El error puede ser empleado más bien de forma constructiva, como una oportunidad de aprendizaje, propiciando la reflexión y revisión de los diversos productos o tareas, tanto del profesor como del estudiante.

7  Generar el conflicto cognitivo.- Requiere plantear un reto cognitivo que le resulte significativo al estudiante cuya solución permita poner en juego sus diversas capacidades. Puede tratarse de una idea, una información o de un comportamiento que contradice y discute sus creencias.

8. Mediar el progreso de los estudiantes de un nivel de aprendizaje a otro superior.-  La mediación del docente durante el proceso de aprendizaje supone acompañar al estudiante hacia un nivel inmediatamente superior de posibilidades (zona de desarrollo próximo) con respecto a su nivel actual (zona real de aprendizaje)

9. Promover el trabajo cooperativo.- Esto significa ayudar a los estudiantes a pasar del trabajo grupal espontáneo a un trabajo en equipo, caracterizado por la cooperación, la complementariedad y la autorregulación. Se trata de un aprendizaje vital hoy en día para el desarrollo de competencias.

10. Promover el pensamiento complejo.- Reconocer, además, la complejidad de la realidad requiere ir más allá de la enseñanza de las disciplinas, pues actualmente las distintas disciplinas colaboran entre sí y complementan sus enfoques para poder comprender más cabalmente los problemas y desafíos de la realidad en sus múltiples dimensiones.

La desinformación

Una vez mis colegas del colegio matemático Cesar Vallejo me preguntaron que cambiaría de la educación peruana si tuviera un poder supremo. Bueno yo les dije que dedicaría a la educación todo el espacio que los medios de comunicación dedican usualmente a la farándula y a las notas policiales, pues de esa manera se revolucionaría la conciencia ciudadana sobre la prioridad de la educación. Y que todo lo demás, caería por su propio peso. Por lo general, la educación se vuelve noticia cuando hay algún escándalo o desastre de por medio. Eso explica no solo la constante falta de centralidad de la educación en la agenda política nacional, sino el escaso sustento en información de muchas opiniones en el debate público. Hay que cambiar la imagen de escuela por la de una escuela acogedora. El rol de la escuela es acoger al niño. La única institución que recibe a todos los niños del Perú es la escuela, y eso incluye a ese 40, 50, 60% de niños que vienen de familias donde son objeto de maltrato o incomunicación. La única segunda opción que tiene un niño que viene de una familia que no funciona bien, es la escuela. Pero la escuela tiene que verse entonces como un lugar de acogida, por eso venía criticando durante tanto tiempo que se usen notas y la prueba censal desde segundo grado, es decir, desde que tienen siete años. Si quieren evaluar, que evalúen en sexto de primaria, pero en segundo grado muy temprano para golpear la autoestima del niño o la niña a la que a partir de los malos resultados le dicen «tú eres incompetente, tú no sirves». Y además publican los resultados, ¿qué ganancia es esa? ¿Qué quieren que hagan los padres? ¿Presionar a sus hijos? ¿A los profesores? ¿Ahogarlos de estrés? Yo diría que la escuela tiene que verse a sí misma como una escuela que acoge y los maestros tienen que saber que tiene que haber una permeabilidad, una plasticidad, en su quehacer con sus alumnos para garantizar, primero, que todos se sientan bien, acogidos, protegidos, queridos. Entonces podrán poner en juego sus capacidades psíquicas para aprender. Pero no partamos del principio de que, si un alumno de primer grado no responde, no hace la tarea, no rinde lo esperado, entonces los padres tienen la culpa o el niño es un un flojo, un incompetente y, por lo tanto, hay que desaprobarlo. La imagen de escuela y de maestro tiene que cambiar, lo primero que hay que lograr es que el niño y también el profesor, se sientan en casa, se sientan a gusto, sientan que disfrutan, que no quieren que venga el sábado porque les encanta su escuela. Pero si no tenemos eso en la mente y seguimos pensando que nuestro papel como maestros es limitarnos a evaluar, a tomar exámenes, a aprobar a unos y desaprobar a otros, a hacer un ranking para establecer quién es mejor o peor, a generar estrés y frustración, entonces no tiene cabida esta imagen de escuela acogedora. En octubre del 2011, lei un articulo sobre educación donde decía que «Cada alumno es distinto», donde subrayaba la necesidad de una educación cada vez más personalizada. Invocando las investigaciones de Howard Gardner sobre la diversidad de inteligencia humana, se preguntaba por qué si un alumno tiene, digamos, 20 de nota en arte, 18 en literatura, 11 en matemáticas y 11 en biología, lo que va a motivar la reacción de los padres y maestros es el bajo rendimiento en matemáticas y biología, sin que las notas en arte o literatura les llamen mayormente la atención. Allí señalaba, además, que el éxito en la vida se juega en las fortalezas y no en el cultivo de las debilidades de las personas. Precisamente, la Norma Técnica que ha publicado el Ministerio de Educación busca cambiar esa cultura, pero es probable que no la tenga fácil, debido al fuerte arraigo de creencias distintas. En este tema, nuestro entrevistado tiene también opiniones muy claras. Espero que el Ministerio de Educación de un paso adelante en ese sentido, y se vea a sí mismo como inspiración para cosas mejores. Ahí debe resolver un problema de liderazgo, salir a plantear y explicar una posición, hacerla presente en las capacitaciones, de lo contrario no vamos a llegar nunca a cambiar las cosas. Lo mínimo que podría esperarse es avanzar con los que ya están en ese sistema cualitativo, si ya llegaron a primero de media, pues avancen a segundo, a tercero, para no renunciar a algo que ya está siendo construido. Para eso el Ministerio debe transmitir un credo, transmitir ideas claras y desmarcarse, por ejemplo, de la idea de que las letras y los números son equivalentes, porque entonces nunca lograrán diferenciar lo cualitativo de lo cuantitativo. Si el Minedu cree en la evaluación cualitativa, esa debería regir toda la educación básica. Pero hay otra alternativa, aunque es complicada por la inconsistencia descrita antes la rigidez del sistema, y es plantear las dos opciones, poner ambas como hacen algunos colegios. los que quieren letras y los que quieren números, conforme se va avanzando hasta el final deseable. Sería una transacción. Pero siempre que uno quiere poner un parche hay problemas. Pienso que, si el ministerio cree en la evaluación cualitativa y que el uso de letras tipificadoras explica mejor la percepción que tiene un profesor de los logros de un alumno en el proceso de aprendizaje, no puedes decir que eso es válido solo hasta segundo de secundaria, y que para los más grandes la percepción es otra. Esto es inconsistente. Por otro lado, si creo en mi sistema de evaluación, no voy a condenar a un alumno porque tiene una o dos áreas débiles, lo voy a reconocer en sus áreas fuertes, por eso es que, si un alumno tiene que presentar sus notas, digamos 10 notas, voy a eliminar las tres más bajas porque en el promedio esas lo van a jalar hacia abajo. Si realmente creo que el alumno tendrá éxito cultivando sus fortalezas, voy a presentarlo con las notas más altas. Esto es lo que normalmente uno hace cuando hace una carta recomendación, pones el peso en las fortalezas, en los talentos. Hay que ser consistente con un sistema de evaluación, que es mucho más complicado que simplemente poner letras o números. Los profesores tienen instalada la idea de que el ministerio les exige que cumplan el programa como si se tratara de cumplir cada día cada día tres o cuatro páginas. Yo puedo enseñar la Segunda Guerra Mundial en media hora o puedo hacerlo en cinco años. Si el syllabus dice que se debe abordar la Segunda Guerra Mundial, pues en media hora puedo decirte tres cosas y ya está. O puedo dedicarme a un estudio a profundidad de las causas, de los antecedentes, de los actores, de la sinergia, de los grupos de poder, de la geopolítica, de la economía, de las ideologías, le puedo dedicar cinco años a un curso de eso. Lamentablemente hay maestros que asocian el avance de la clase con el avance de las páginas del libro que ha sido escrito por alguien que no es ni el profesor ni conoce a mis alumnos, que es producto de una editorial que asume un alumno estándar y que supone que en 180 horas va a abarcar los 18 capítulos. Le toca al Ministerio salir a explicar, a dar ejemplos, a animar a los maestros para que ensayen otra manera de hacer las cosas. Pero si se limita simplemente a sacar una norma y trata de explicar cómo se aplica, no está jugando un rol de liderazgo. Entonces, el profesor se aferra a lo conocido. Tampoco podemos culpar al profesor, si no la posibilidad de construir una imagen distinta sobre su papel, ¿por qué voy a culpar al profesor de hacer lo que conoce, lo que le da seguridad, si no le han dado la oportunidad de entender y valorar la alternativa? ¿El ministerio cree en la evaluación cualitativa del proceso?, ¿cree en la equivalencia de valor entre las áreas, en cuanto que todas contribuyen a la formación integral desde distintos ángulos?, ¿cree, como buena parte de la comunidad entendida, de que la repitencia no sirve para nada? Si esas son sus ideas fuerza, tiene que sentirse en todo lo que hace, tiene que salir a explicarla y sostenerla.

La evaluación formativa y el currículo

Es importante recordar que el Perú, como muchos países, ha optado por un currículo escolar orientado a competencias desde hace más de 20 años. Pero al parecer, el talón de Aquiles de estos esfuerzos ha estado en los sistemas de evaluación, en los preexistentes, en los propuestos y en la cultura de evaluación tan fuertemente arraigada en los profesores. Justamente, para superar esta debilidad, el Minedu ha sometido a consulta nuevas e importantes orientaciones sobre la materia.
La evaluación formativa es la evaluación que produce feedback, la que confronta lo que el niño ha hecho con lo que ha pensado y el por qué lo ha pensado así. Es la que obliga a una retroalimentación en función a la posibilidad de que él mismo construya sus conceptos. Es contraria a la idea de que uno evalúa al final de un proceso con un examen o algún otro método, olvidando totalmente que lo valioso está en el proceso. Naturalmente, este proceso no lo hace el alumno solo, sino acompañado de una interacción con el profesor. Pero no con un profesor que cree que tiene que convencer al alumno de algo, sino con uno que le ayude a él a producir el conocimiento. Lo valioso, entonces, está en un proceso de interacción donde los alumnos y alumnas van construyendo sus propios conocimientos. De allí que pensar en evaluar a través de un examen de preguntas y respuestas me parece que es la antítesis de lo que significa evaluar para el enfoque que creo más adecuado. Ahora bien, es cierto que se trata de un proceso de construcción de conocimientos que muchas veces culmina en un resultado, una propuesta, la solución a un problema, que también hay que valorar. El tema es cuánto peso le das al resultado y si acaso tú valoras los procesos que incluyen la idea de que con el error se aprende, por lo que no tiene sentido “bajar puntos por los errores” si es que ante ellos el estudiante corrige o perfecciona sus producciones.
Tienes que desistir de la idea de que el resultado es una suma o promedio aritmético de ítems parciales. Por ejemplo, si el alumno da un examen de 10 preguntas y contesta bien siete ¿qué haces con las tres que no contestó bien? Una posibilidad es lapidarlo y decir: bueno, aritméticamente esto vale 14 ya que integra tus aciertos y tus errores. La otra es decirle: mira, he encontrado que hay tres preguntas en las que tu propuesta no es consistente, revísalas, corrígelas y plantéame otras respuestas. El profesor tradicional va a decir que, para ser justo, habiendo tomado el mismo examen a todos, debo ponerle 14 ya que otros no se equivocaron en ninguna y sacaron 20. Pero el profesor que de verdad retroalimenta y pone interés en el proceso, le va a poner 20 al que corrigió, porque se dio cuenta dónde estaban sus errores en su razonamiento previo y fue capaz de confrontar y rectificar. Ese aprendizaje que surge de quien acierta “a la primera” por conocimientos previos, intuición o lo que fuera. Lo justo es que cada estudiante tenga oportunidades de aprender, y no penalizarlo por las dificultades en el proceso. En ese sentido, creo que la evaluación es parte de la pedagogía, parte de tu interacción natural con los alumnos y que, además, ocurre en cada instante de tu vínculo con ellos. Todo lo que ocurre en este vínculo entre profesor y alumno durante el proceso de aprendizaje, debe ser incluido en la manera de entender la evaluación: cuando el alumno viene y te hace una pregunta o cuando él comenta una pregunta que tú le haces, cuando escucha las intervenciones de los demás alumnos y aporta sus ideas, o cuando le haces un gesto y él te devuelve otro gesto, etc. Por el lado del currículo, también hay un problema con la existencia misma de competencias a evaluar por áreas, ya que se parte del principio de que las competencias le pertenecen solo a un área específica. Esto no es interdisciplinario. Si se dice que razonamiento lógico se va a ver en matemática; comprensión lectora, en comunicación; pensamiento histórico, en ciencias sociales; la relación causa efecto, en ciencias naturales. Desde ahí, ya se segmentan las competencias, que deberían ser todas trasversales, para convertirlas en parte de un área particular. Por eso creo que más sentido tiene evaluar a través de proyectos o abordando problemas que no están definidos por un área.
Cuando profundizamos en el concepto de la evaluación cualitativa y de su carácter formativo, uno de los temas que cae por su propio peso es el de la repitencia. Un tema sin duda controversial y que parte las aguas en la opinión de muchos, pero que la pedagogía contemporánea ha empezado a desestimar a la luz de las investigaciones sobre su verdadero impacto en las posibilidades de aprendizaje de los estudiantes. A mi parecer tengo mis  opiniones contundentes al respecto. Primero, porque la evidencia académica dice que cuatro de cada cinco al repetir les va peor que antes. La razón es muy sencilla: si el alumno repite porque hay unas cuantas cosas que no aprendió, ¿en virtud de qué la sola repitencia le va a hacer aprender eso? Porque al repetir va a volver a las mismas dificultades, con el agravante del desarraigo social, de la vergüenza, del golpe a la autoestima, más los castigos de la familia. Si el colegio está dispuesto a ayudarlo a que subsane sus dificultades, ¿por qué tiene que esperar a que repita?, ¿por qué no lo hace durante el año escolar regular? La segunda razón nace de una pregunta simple: ¿por qué el alumno va a la escuela? El alumno va a la escuela porque la ley lo obliga, si no va teóricamente castigan a los padres. Pero ¿por qué lo obliga? Porque el mensaje es: «la escuela sabe qué hacer para que tú aprendas lo que necesitas para ser ciudadano». Pero si el alumno no aprende, culpan al alumno. Deberían culpar al profesor, al sistema, a los materiales, pero ¿por qué al alumno? ¿Por qué no jalan al profesor dado que no fue capaz como profesional de la educación de cumplir su rol y hacer que el alumno aprenda? Pero nada de eso ocurre. El culpable, el castigado, la víctima, es el alumno. Y si el tuvo dificultades de cualquier índole, a nadie le importa. Esa asimetría es anti-alumno. La única causa por la que entendería la necesidad de una repitencia es en aquellos casos de inmadurez neurológica o de alguna enfermedad que limite el desarrollo óptimo del alumno y, de común acuerdo con los padres y el equipo psicopedagógico, quienes en base a una certeza razonable, estiman que le va a ir mejor si repite. En mi vida profesional, de más de 30 años como director, deben haber repetido de año no más de cinco alumnos.
Hay una razón adicional para oponerme a la repitencia. Supongamos que un alumno tiene problemas para aprender matemáticas o arte o lo que fuera, y le dicen que si no aprueba tiene que repetir. Como señalé antes, sabemos que no hay ninguna garantía de que, si repite, ahora sí va a aprender. Pero vamos a suponer que el alumno no aprendió porque es displicente, o porque odia el curso o tiene mal vínculo con el profesor o lo que fuera y aun así pasa de año. Esto significa que cargará con ese vacío en los años siguientes hasta terminar el colegio. Si luego quiere ir a la universidad o a un instituto que demanda ese conocimiento, va a tener que subsanar ese vacío. Pero si no lo necesita porque no quiere estudiar nada que lo requiera, tendrá que afrontar la vida con lo que logró y lo que no logró acumular en el colegio, y fin de la historia. Pero el colegio no lo condena ni estigmatiza por las dificultades en una de las áreas curriculares.
En tanto no se construya una cultura distinta, la repitencia prevalecerá. Para cambiar eso el Minedu deberá asumir un liderazgo, plantear una agenda distinta, salir a los medios, escribir, publicar en congresos, en conferencias, para demostrar la inutilidad de la repitencia. Así se crean condiciones más próximas a una propuesta más sensata, que supere el actual estado de cosas en que, si jalas en comunicación y matemáticas, vas al aplazado y si no apruebas una de ellas, repites. Es de locos, pese a que nos dicen que existe un enfoque de educación integral en el que todas las áreas contribuyen por igual a la formación de las personas. Pongámonos al menos en una situación más intermedia, digamos, por ejemplo, si el alumno no aprueba la mitad de las áreas, solo entonces repite de año, así nos vamos acercando paulatinamente al concepto pleno. Pero no avanzamos si partimos del principio de como que la gente está muy acostumbrada a algo, mejor no tocarlo. Así nunca se va a producir ningún cambio. Si un alumno tiene un aplazado en matemática, que se quede con el aplazado, ¿cuál es el problema? El día que quiera subsanarlo, tendrá que rendir los exámenes correspondientes.
Aunque decir que un ciclo dura dos años también es arbitrario, lo entendería como una transacción. Así empezaríamos a estirar las cosas de manera que el número de repitentes sea cada vez menor, hasta que llegue el momento en que uno pueda decir la repitencia no va más. Se puede demostrar con datos fehacientes de que al alumno que repite le va peor que antes. Esto debería incluir también una redefinición de los criterios, no sólo matemática y comunicación sino también otras áreas, de modo que solo repite si el alumno sale desaprobado en varias áreas, solo entonces repite. Si de verdad creemos que todas las áreas contribuyen de la misma manera a la formación integral de los chicos, no debe haber distingo entre matemática y arte o educación física o ciencias naturales. Es una manera de transmitir el mensaje de que todas las áreas son importantes o que todas contribuyen por igual, cada una desde su arista y herramientas ¿Cuál es el mensaje que transmitimos cuando decimos que matemática es más importante que humanidades? Eso es inconsistente con la concepción de lo que es la educación integral y la formación ciudadana que, por lo que se ve en nuestra sociedad, denota más una carencia de concepciones humanistas que de dominio de matemáticas. Imagínate pedirle a un estudiante con dislexia o discalculia o problemas de coordinación gruesa que haga de cuenta que no tiene ninguna de esas condiciones y que se desempeñe igual que aquél que es muy solvente en comunicaciones, matemáticas o educación física. No soporta el menor argumento de zona de desarrollo próximo de cada uno. Esa es una idea fija que hay que desterrar. Hoy en día está demostrado que habilidades de imaginación espacial, inteligencia visual, diseño, habilidades manuales prácticas, son mucho más decisivas en la formación profesional que la matemática. Entonces, los cursos escolares deberían estar orientados al diseño y, sin embargo, nada de eso existe, el tema principal sigue siendo matemáticas y comprensión lectora. Respecto a todo lo demás, me he cansado de explicar hasta la saciedad que no se puede evaluar competencias como la comprensión lectora por ejemplo pidiendo a los niños lo que no se puede pedir a los adultos.
Si a mí me das 10 libros, de manera natural voy a escoger uno que me es afín, más interesante, y en ese texto me voy a compenetrar, voy a leerlo, a analizarlo, a entenderlo, pero si me das a leer otro que no me interesa, que no me dice nada, y me preguntas cuál es la idea principal o detalles de lo leído, pues no sabría contestar, porque ese texto no me interesa. Entonces, ¿tengo comprensión lectora o no? Dirían que no, pero porque me obligaron a leer un texto que no me interesa. La comprensión lectora voy a poder detectarla, primero, cuando leo algo que me interesa, que me habla a mi mente o mi corazón, y más todavía, cuando soy capaz de escribir algo que alude a lo que he leído.

domingo, 10 de noviembre de 2019

"Las escuelas continúan con prácticas ancestrales que preparan a los alumnos para un mundo que ya no existe"

El día sábado 9 de noviembre estudiantes del 8vo. Ciclo de la Universidad Nacional de  Educación "La Cantuta", me entrevistaron en mi casa en Chosica, donde Gloria, Luz y Margaret realizaban un trabajo de investigación donde coincidíamos en que ya no debemos esperar más para concretar los cambios tan imprescindibles y urgentes en la educación.
Y que la tecnología es como una puerta de entrada al aprendizaje infinito, a la necesidad de desarrollar nuevas habilidades para procesar cantidades abrumadoras de datos, el darles libertad y la consiguiente responsabilidad a los alumnos para gestionar su propio aprendizaje, generar capacidades y deseos de emprender, entre otros.
Estos puntos son parte de los principios de las nuevas propuestas metodológicas, dispuestos a cambiar prácticas actuales para un nuevo mundo.
Para conocer mmás mis ideas y nuevas estrategias metodológicas me entrevistaron 3 jóvenes estudiantes de educación.
- ¿Por qué la decisión de crear nuevas metodologías de enseñanza?
Es imprescindible desarrollar un modelo diferente, ante la necesidad de cambios fundamentales en las prácticas habituales que todavía se desarrollan en la mayoría de los colegios de nuestro pais. Las escuelas continúan con prácticas ancestrales que preparan muy bien a los alumnos para un mundo que ya no existe más, y no desarrollan capacidades fundamentales relacionadas con las herramientas y la motivación para aprender de por vida en un mundo en el que cualquier persona con un celular en el bolsillo puede acceder a la totalidad del conocimiento humano acumulado.
Es por ello que estoy desarrollando en la escuela donde trabajo prácticas pedagógicas diferentes, que priorizan y fomentan el pensamiento crítico, la cooperación, la creatividad, la expresión multimedial, las conexiones globales y la presencia en el mundo online, con una clara conciencia de desarrollar valores personales firmes y hábitos de salud en relación a su alimentación y actividad física que acompañen a nuestros alumnos durante toda su vida.
- ¿En qué escenario se encuentra Perú respecto a la educación? 
Nuestro amado país atraviesa desafíos singulares en relación a la educación. Perú cuenta con un extensísimo sistema de educación privada, alternativa buscado por muchas familias, y un desarrollo muy importante de un sistema de educación bilingüe, con el inglés como segunda lengua. A pesar de que hay muy buenas escuelas, siguen ofreciendo una educación sumamente tradicional, que prácticamente no ha cambiado en los últimos 50 años, en base a prácticas que eran adecuadas para el pasado, pero que no dan respuesta a los desafíos actuales y del futuro. Las familias que son conscientes de la necesidad de un modelo de escuela diferente a la que a estas concurrieron. Prácticamente no encuentran alternativas superadoras.
- ¿Qué caracteriza a lo que usted hace del sistema de educación tradicional?
El sistema de educación tradicional está basado en varios paradigmas que ya no son válidos, lo cual redunda en prácticas anacrónicas y que ya no tienen sentido. Se habla de aprender de los errores, pero con una cultura escolar excesivamente centrada en la calificación numérica y el promedio, en la que los alumnos vean el error como un fracaso. La vida es a libro abierto y la mayoría de las evaluaciones en el sistema tradicional son a libro cerrado, de prueba escrita contrarreloj de fin de Bimestre, sin que dicho proceso sirva para aprender, sino simplemente para juzgar a los alumnos.
A pesar de la aceptación desde ya hace mucho tiempo de la teoría de las "inteligencias múltiples", y un genuino deseo social por celebrar la diversidad, todos los alumnos deben rendir de la misma manera y son evaluados de igual forma en el sistema tradicional, el cual, asimismo, pone un foco casi único en la lectoescritura como medio de expresión, desdeñando otras formas de expresión relacionadas con el diseño de imagen y sonido. La tecnología en el sistema tradicional sólo sirve para digitalizar contenidos, cuando debiera ser un factor de disrupción positiva y de aumentar el interés de los alumnos en su propio proceso de aprendizaje.
- ¿Por qué es necesario cambiar la forma de educar? 
Llegamos a un punto tal, como se suele decir, en el que es más riesgoso permanecer como estamos que cambiar. El mundo global e interconectado propone un nuevo modelo del conocimiento abierto y dinámico, el cual hace que carezca de sentido que la mayoría de los docentes sigan dando clase y sean quienes transmitan el contenido.
Frente a la necesidad que plantea la vida real, y el mundo laboral en particular de actualización y aprendizaje permanente, ya que el conocimiento es dinámico, se debe renovar la forma de educar para hacer al alumno protagonista de su aprendizaje, de manera de adquirir la motivación y las habilidades para querer seguir aprendiendo toda su vida. El cambio es imprescindible, porque la mayor parte de los sistemas educativos de todo el mundo todavía se centran en contenidos memorísticos y hasta en habilidades que ya carecen de sentido, como refinar y perfeccionar la caligrafía en niños de escuelas primarias.
- Las nuevas prácticas pedagógicas que usted realiza se centra en el alumno, pero ¿cómo es el proceso de adaptación a este nuevo sistema de educación? 
El proceso de adaptación requiere generar una nueva cultura en la escuela, ya que es fundamental que tanto docentes como familias puedan acompañar un cambio que implica también que la escuela debe hacerse responsable de desarrollar en sus alumnos capacidades críticas, la creatividad, y ser emprendedores en relación a su propio aprendizaje. Para ello, resulta indispensable comunicar qué es lo verdaderamente importante en educación, la actitud frente al aprendizaje, las habilidades, motivación y herramientas por sobre los contenidos.
- ¿Cuál es el rol de los docentes y cuál ha sido su evolución?
El rol de los docentes/profesores cambia profundamente, ya que pasan de ser quienes transmiten el conocimiento, que de por sí es infinitamente accesible y dinámico, a quienes transmiten la pasión por el conocimiento, lo que sólo puede hacerse a través del vínculo personal.
Esta diferencia parece menor, pero es sumamente importante, ya que invita a todos quienes somos educadores a repensar nuestra vocación por aprender, no siendo más indispensables para que los alumnos accedan a contenidos, con un rol resignificado de inspirar a los alumnos a querer aprender. Esto implica gestionar proyectos, ser facilitadores, llevar a los alumnos las puertas del aprendizaje y, en general, dar testimonio de nuestra propia pasión por aprender.
Partiendo de paradigmas sociales como aprender de los errores y de prácticas cuyo fin es el sano desarrollo de niños y adolescentes, la evaluación que propongo tiene como objetivo poder favorecer el aprendizaje de nuestros alumnos, a diferencia de lo que todavía sucede en muchas escuelas en las que lo más importante es la calificación numérica, solamente como un juicio al desempeño del alumno.
Mi forma de evaluar es que contempla múltiples oportunidades como para aprender de los errores, es holística y multimodal, a fin de que todos los alumnos puedan demostrar lo que aprenden independientemente de si presentan alguna dificultad. Por ejemplo, en la lectoescritura, priorizando el proceso y la actitud de aprendizaje por sobre los resultados. Se realiza mediante rúbricas, que en muchos casos son construidas por alumnos y docentes de manera de generar un proceso meta cognitivo de reflexión sobre el propio aprendizaje, que servirá para continuar aprendiendo toda la vida.
- ¿Cuando los alumnos finalicen su año escolar 2019, para qué estarán preparados?
Nuestros alumnos adquirirán herramientas de pensamiento crítico, creatividad, capacidad de emprender, de asumir responsabilidades, tomar decisiones y, en definitiva, gestionar su propio aprendizaje, todo lo cual los hará estar en las mejores condiciones posibles para enfrentar un mundo dinámico, cambiante, y responder a los desafíos de un futuro que todavía es incierto. Habrán recorrido una diversidad de experiencias que les permitirán conocer qué es aquello que los apasiona, y habrán tenido numerosos ejemplos inspiradores que los alimentarán a buscar su propio camino y a poder aprovechar las oportunidades casi infinitas del mundo globalizado.
- ¿Cómo se trabaja con la familia y la comunidad?
Somos un colegio de puertas abiertas y de permanente contacto con la comunidad. Creo, hoy más que nunca, en el principio que expresa el proverbio africano "se necesita una aldea entera para educar a un niño". Es muy importante trabajar con las familias para que puedan decodificar cómo son los nuevos aprendizajes y, sobre todo, para redefinir las expectativas de éxito de la escuela, entendiendo verdaderamente por dónde pasa una educación de calidad, que no es ni más ni menos que cumplir con acompañar a cada alumna y alumno a desarrollar al máximo su potencial de aprendizaje personal.
Tengo charlas abiertas con los padres de familia en grupos de wassat, estamos en permanente en contacto a través de las redes sociales, comunicando los proyectos educativos que se llevan a cabo.
- ¿Qué le gustaría dejar en los niños y niñas? ¿Cómo deberían recordar este proceso de crecimiento educativo?
Quisiérs que egresen del colegio con confianza en sí mismos para poder hacer frente a cualquier cambio, pasión por aprender, y herramientas para poder hacerlo toda su vida. Me gustaría que lo recuerden como un período de sus vidas que los ayudó a descubrirse, a explorar aquello que los apasiona; sobre todo que sientan que fue una etapa que los potenció, los despertó y los ayudó a crecer como personas.
- ¿Existe algo similar en otras escuelas a lo que usted viene realizando?
Si hay, pero son pocos los colegios que tienen prácticas sumamente innovadoras y efectivas. Una de ellas es el colegio Aleph, en Chorrillos, una escuela sumamente innovadora que trabaja muy fuertemente el aprendizaje basado en proyectos; el Winneka y el San Francisco de Asis en Chaclacayo, El Santa Rita y el Santa Rosa en Chosica; y que desde hace muchos años trabajan un modelo de colegios sin horarios ni materias, siguiendo una educación personalizada para cada alumno.

miércoles, 31 de julio de 2019

“El futuro de la educación es colaborativo”

Este fin de semana entreviste a la directora Lic. Leonor Mendez Berrospi  de la IEP “Winnetka " del distrito de Chaclacayo, ella acaba de publicar su libro “Primera Clase”, en el que aporta las bases para construir una escuela de calidad en el siglo XXI. Primero tomamos un café antes de empezar la entrevista y hable con ella sobre el futuro de la educación de nuestro amado Perú.
Prof. Yuri: ¿Cuáles son los requisitos que debe tener la escuela de calidad del siglo XXI?
Lic. Leonor: Los centros educativos peruanos necesitan preparar a los estudiantes para cambios muy rápidos, para empleos que en la actualidad no han sido creados, para que aborden desafíos sociales que todavía no podemos imaginar y para que utilicen tecnología aún no inventada. De igual modo, deben potenciar el desarrollo de habilidades para un mundo interconectado en el que los alumnos comprendan el respeto por los demás y tomen medidas responsables para lograr la sostenibilidad y el bienestar colectivo.
Prof. Yuri: ¿Cuál es el reto actual de la educación en nuestro pais?
Lic. Leonor: Cuando la educación consiste en impartir conocimientos prefabricados, nuestros estudiantes y docentes tienden a tener una baja calidad. Y cuando ésta es baja, el Gobierno tienden a decirles exactamente qué hacer y cómo quieren que se haga, utilizando una organización industrial del trabajo para obtener los resultados que desean. Hoy día, el reto es hacer de la enseñanza una profesión de trabajadores con conocimientos avanzados y que trabajan con un alto nivel de autonomía profesional, dentro de una cultura de colaboración. «El reto es hacer de la enseñanza una profesión de trabajadores con conocimientos avanzados»
Prof. Yuri: Japón, Corea del Sur, China… aparecen en los primeros puestos de PISA, sin embargo son sistemas algo tradicionales en algunos aspectos. ¿No es contradictorio que sean considerados sistemas educativos de éxito?
Lic. Leonor: No debemos engañarnos con estereotipos del pasado. Países como Japón o Singapur han trabajado duro para transformar sus sistemas educativos y, habitualmente, dedican más espacio a la creatividad que otros de Europa o América del Norte. De hecho, Singapur fue el primer país con el que me encontré que sitúa los valores explícitamente en el centro de su marco curricular. Hace hincapié en el respeto, la responsabilidad, la resistencia, la integridad, la atención y la armonía en la escuela. Son valores destinados a dar forma al carácter de los estudiantes, como la conciencia social y de sí mismos, la gestión de las relaciones, la autogestión y la toma de decisiones responsables. De hecho, su currículo se refiere a estas cualidades como ‘valores en acción’. En su conjunto, el marco curricular de Singapur está diseñado para desarrollar a una persona segura de sí misma, a un estudiante autodirigido, a un ciudadano preocupado y a un contribuyente activo. Sus escuelas utilizan el currículo para diseñar programas curriculares y extracurriculares que ayudarán a los estudiantes a desarrollar las competencias necesarias. Además, se espera que cada uno de ellos participe en programas de ‘valores en acción’ que ayuden a construir un sentido de responsabilidad social. Sin duda, gran parte de esto sigue siendo una aspiración que, en el mejor de los casos, sólo se refleja parcialmente en la forma en que el alumnado aprende y los profesores enseñan en este país, pero es el punto de partida esencial para el cambio.
Prof. Yuri: PISA nació con el objetivo de aplicar el rigor de la investigación científica a la política educativa, ¿debería evolucionar hacia…?
Lic. Leonor: Hacia la evaluación de los conocimientos, las aptitudes, las actitudes y los valores que son más importantes en el siglo XXI. Pero no debemos subestimar sus funciones. Por poner un ejemplo, la razón por la que a los estudiantes españoles no les va muy bien en esta prueba no es que no sepan lo suficiente, sino que lo hacen muy bien en tareas que requieren de la reproducción de contenidos temáticos, pero no lo hacen tanto en actividades que precisan que extrapolen lo que conocen y apliquen sus conocimientos de forma creativa en nuevas.

lunes, 8 de julio de 2019

La Educación Infantil segun Frobel

Friedrich Froebel fue un pedagogo alemán el cual es mundialmente conocido por la creación de la educación preescolar y del concepto de jardín de infancia. Tuvo una gran repercusión de Pestalozzi ya que trabajó con él y gracias a ese trabajo descubrió que lo que verdaderamente le apasionaba era la educación.
Froebel fue uno de los primeros educadores en hacer especial hincapié en la importancia que tienen los juegos, juguetes y las actividades lúcidas en general para aprender el significado de la familia en las relaciones humanas.
Para Friedrich Froebel la educación comienza en la niñez, y de ahí la importancia del juego ya que gracias a ello el niño es capaz de introducirse en el mundo de la cultura, de la sociedad, la creatividad y el servicio a los demás, por lo que la educación en la etapa de infantil debe darse en un ambiente de amor y libertad.
Y esta fue la idea que inspiró a Friedrich Froebel a fundar los jardines de infancia (Kindergarten) con la idea principal dehacer de dicha escuela una extensión del hogarya que es de vital importancia que la educación del niño esté siempre presente la figura de la familia. Los padres son la influencia más constante que tienen los niños ya que desde las primeras experiencias que tienen los niños ocurren dentro de la unidad familiar.
El papel del docente para Friedrich Froebel es el de un guía experimentado y a la vez el de un amigo, siendo así no sólo un guía en el proceso de la educación sino dejando libertad al niño para actuar aún cuando la actividad a realizar es algo propuesto. Pero además, el docente debe ser consciente de que cada niño se desarrolla de una manera  otra, por lo que debe adaptarse para así ser capaz de llevar a cabo si tarea con éxito.
Así, para Friedrich Froebel la educación debe basarse en la evolución natural de las actividades del niño por medio del juego y de actividades espontaneas, afianzando los conocimientos y madurándolo antes de comenzar con nuevas materiales, por lo que los planes de estudio deben basarse en las actividades e intereses de cada etapa de vida del niño.
Por lo tanto y haciendo un resumen, se puede considerar que los jardines de infancia propuestos por Friedrich Froebel pudiera jugar a su aire y sin presiones, siendo el docente un acompañante más que alguien que le diera ordenes y que dicho centro fuera un nexo de unión entre la escuela y la familia para así conseguir una educación integral en el alumnado.

jueves, 27 de junio de 2019

Un ejemplo a seguir

Pedro tiene 28 años de edad y es un profesor que donó el 80 % de su sueldo por 4 meses a la IE donde el trabaja y gana luego un premio del mejor “Profesor” de la Ugel 15. Casi la totalidad de los alumnos del profesor de ciencias vive en la pobreza. El profesor Pedro superó a otros representantes del distrito Santa Eulalia y Chosica. El docente, ahora el “mejor maestro de la Ugel 15”, es miembro de la orden religiosa franciscana. El sábado 22 de junio me reuní con mi colega Pedro y otros colegas que participaron en este concurso en el restaurante  “Palitos y tenedores" en Chosica. Pedro me contó  que maneja una aula compuesta en su mayoría por niños pobres y huérfanos en la zona de Ricardo Palma. Sensibilizado por la precaria condición de sus alumnos, el profesor de ciencias dona el 80 % de su sueldo. El licenciado Pedro da clases en el colegio de secundaria  “Jesus Redentor", ubicado en una zona muy pobre del distrito  de Ricardo Palma. La comunidad  donde se encuentra ubicado el centro educativo enfrenta mucha pobreza, la delincuencia y muchos de los estudiantes han perdido al menos a uno de sus padres. El aporte del profesor sirve para brindarle nuevas oportunidades a sus alumnos como por ejemplo ampliar el club de ciencias y mejorar la calidad de educación de los menores a fin de que puedan calificar para competencias a nivel nacional. Asimismo el año pasado su escuela logró el primer puesto en la Feria de Ciencias organizado por la Ugel 15 con un dispositivo inventado por los estudiantes del profesor Pedro que permitía que personas  ciegas pudieran trasladarse sin ningún problema utilizando el Sistema Arduino. Junto a mi colega Pedro otros docentes de la zona, dos maestros uno de Santa Eulalia y otro de Chosica competían por el reconocimiento del mejor profesional en Educación. Entre ellos, estaba Martín y Mónica.
El Lic. Martín Rojas Quispe fue considerado entre los mejores participantes por crear una Emisora radial que disminuyó la deserción escolar. La emisora radial funciona durante los dos turnos que tiene el colegio “José Olaya" de Santa Eulalia. Este proyecto educativo motiva a los estudiantes a involucrarse e identificarse con su centro educativo. Docentes de otros colegios de la zona se acercaron a Martin para replicar el  interesante proyecto educativo. Por su parte, la representante de Chosica la Lic. Monica Pariona Huanuco que labora en la IE. “Pablo Patron", desarrolló el programa “Robótica con chatarra”, a fin de llevar la tecnología a las aulas. Sin embargo, el ganador del mejor Profesor de la Ugel 15, fue Pedro quien recibió el premio de s/ 3,000 mil nuevos soles, con el cual piensa en seguir invirtiendo en su Sala de Ciencias.

miércoles, 20 de febrero de 2019

El cine en la escuela

Con las revoluciones tecnológicas del siglo XX y la consolidación de la sociedad de la información, las rutinas escolares separatistas de lo audiovisual se vieron afectadas. Digamos, que la escuela, por supuesto con dificultades a bordo, empezó a recibir el lenguaje computacional y a modificar sus prácticas pedagógicas y formativas invocando los sistemas informáticos y el internet.
El posicionamiento que el séptimo arte ha logrado en las escuelas le ha significado un braceo a contracorriente. Su relación con la pedagogía resulta propia de amores y odios. En un principio, el cinematógrafo fue aplaudido por su capacidad didáctica. Al punto que en Latinoamérica, en 1897 el Doctor Alejandro Posadas, docente de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires, con astucia pionera enseñó a sus alumnos a través de las imágenes de dos operaciones que filmó para reproducirlas como método instructivo. Ya para mediados de los treinta, la proscripción del cine en el aula fue sentenciada por los dirigentes del mundo escolar. El temor a lo desconocido se impuso y algunas teorizaciones que hoy por hoy todavía tienen cabida señalaron que el cine tenía la capacidad de provocar desórdenes mentales y propiciar amoralidad. Recientemente, de veinte años para acá, esa tendencia empezó a modificarse. La masificación de la televisión y de sus imágenes al alcance de los niños en la ausencia de sus padres, obligó a la escuela a repensar las virtudes del cine y a integrar sus iconografías para tener la posibilidad de tutelarlas y guiarlas.
Y en esas estamos. Se puede decir que son más los avances teóricos y las banderas verdes que se agitan desde la academia que el matrimonio consumado del cine y la escuela. Hace pocos dias encueste a un pequeño grupo de maestros en Chaclacayo y Chosica; y descubrí que solamente el 1% del profesorado acudía a las películas como insumo pedagógico. Entonces me hice una pregunta ¿La escuela se habrá aventurado a hacer del cine una fuente de saber?
La escuela tiene el deber de brindar oportunidades, de enseñar a pensar y el cine es una herramienta perfecta para señalar un horizonte mejor.
Pero el mundo de la imagen puede ser perjudicial para los niños si los adultos no les enseñamos a adoptar una actitud crítica ante lo que ven y a aprender  de la secuencia de imágenes que están contemplando.
No podemos olvidar que el niño de hoy adquiere muchos conocimientos de forma indirecta, mediatizados por los medios de comunicación de masas. A través de la imagen y del sonido, nuestros alumnos reciben una magnitud de información que era impensable cuando la transmisión se hacía, casi exclusivamente, a través de los libros.
Por lo expuesto anteriormente, reconociendo que el mundo de la imagen ocupa un lugar cada vez más importante en nuestra sociedad, decidí escribir este artículo y reconocer la importancia de lo audiovisual como medio de expresión complejo y original.
Creemos que el cine puede desarrollar en los niños unas capacidades mentales diferentes a las desarrolladas con la lectura y la escritura. Es indiscutible que determinados tipos de información se transmiten mejor por la imagen en movimiento.
Hoy en día, se asiste a las salas de cine de manera esporádica para ver la película de moda, para disfrutar de la compañía de nuestros círculos de amistades, o simplemente para desconectar y dejar la mente en blanco. En pocas ocasiones nos damos cuenta de lo que el cine puede aportar, tanto a jóvenes como a adultos, en materia de educación y todas sus variantes.
Una ventana hacia otros mundos y culturas, formas de ver una realidad inconcebible, la interiorización de percepciones que pueden conformar nuestra actitud, eso es el cine. Ejemplo de ello son películas como Blade Runner, que nos traslada a la visión del año 2019 que se tenía en 1982, un retrato perfecto de la deshumanización del hombre y la humanización de las máquinas, tal y como ocurre hoy en día. Otras películas, como Apocalypto, nos sacan de la butaca para llevarnos miles de años atrás y conocer las costumbres, creencias y modo de vida de civilizaciones extintas. Producciones de animación como UP, con un mensaje de refuerzo positivo que puede ser diferente dependiendo de la edad del público.
Hay que apreciar lo que el cine nos puede ofrecer, no solo la historia que nos cuenten, sino detalles subliminales como la banda sonora o la fotografía que son parte esencial de un todo. Como dijo Ingmar Bergman: “Ningún arte traspasa nuestra consciencia de la misma forma que lo hace el cine, tocando directamente nuestras emociones, profundizando en los oscuros habitáculos de nuestras almas”.
Hay que subrayar la importancia de esta herramienta para la comunidad docente, fomentar su uso como un recurso eficaz en determinados campos por los beneficios que puede suponer a los más pequeños.
Desde aquí animo a todos los lectores a que aprendan a educar con el cine, a que aprecien los detalles más nimios de la mirada de otra persona y que se dejen llevar por mundos imposibles.



jueves, 14 de febrero de 2019

¿Cuál es el colegio apropiado para mi hijo?

Hoy es un día especial para mi, ya que hoy estoy publicando mi artículo número 200.
Siempre en verano que no hay clases me dedico a matricular en la IEP donde laboro y siempre recomiendo a los padres de familia que pueden visitar varios colegios y luego ordenar sus preferencias. Y siempre me pregunto en qué se pueden fijasr los PPFF cuando buscan un colegio para matricular a sus gijos. Este tipo de reflexion son importantes para que los padres clarifiquen sus criterios antes elegir un colegio para sus hijos en la medida que no les baste como criterio escoger porque "me han dicho que es bueno".
Hay padres que apelan a criterios tradicionales como escoger el colegio en el que ellos estudiaron, el porcentaje de alumnos que ingresan a la universidad o los resultados comparativos que se obtienen en algunos rankings de colegios. En otros casos se fijan en los costos, el mix social, la cercanía al hogar o el colegio al que van los hijos de sus amigas.
Sin embargo, quizá convendría empezar a buscar otro tipo de indicadores más cercanos a la experiencia personal, afectiva y social que tendrán los alumnos de estos colegios.
Por ejemplo, conversar con padres de alumnos de Inicial, Primaria y Secundaria del colegio que les interesa para ver qué piensan, u observar a los niños a la salida del colegio para ver si irrumpen en la calle, se ven tensos, desanimados y agresivos, o en cambio se les ve alegres, tranquilos, conversando con calma. Otra opción podría ser visitar los baños de profesores y alumnos, para ver cuán respetuoso y considerado es el colegio con la intimidad y las necesidades de higiene de los alumnos y profesores. Podrían observar una hora de recreo:  si los niños juegan y se comunican cordialmente entre sí, si hay presencia de profesores conversando con alumnos y observando lo que pasa, si hay exclusión de algunos alumnos, ver cómo tratan los mayores a los menores, etc.  Cada uno de estos ejemplos permite hacer inferencias sobre los valores y el clima institucional. Y como estos hay muchos otros criterios: dónde está ubicada las oficina del director y cuan accesible es, qué innovaciones hace el colegio, cuál es su presentación estética, cómo se involucra a los padres, que tipo de capacitación hacen los profesores, etc.
Lo importante es entender que nadie puede sentir por uno qué es lo mejor para sus hijos y en ese sentido la elección del colegio es muy personal para cada familia que se esmera por buscar el mejor colegio para sus hijos.
Una vez clarificado eso, empieza el proceso de selección de opciones y elección.
1. Colegio solo para varones/mujeres ó coeducación.
Los partidarios de la coeducación enfatizan que “así es el mundo” (sociedades mixtas de hombres y mujeres) y deben aprender a convivir dentro de él. Los partidarios de tener separados a los hombres de las mujeres  consideran que eso permite un mejor tratamiento de los temas particulares de su propio género, una mayor coincidencia en las etapas de desarrollo sexual e intelectual y menores  tensiones en las relaciones entre hombres y mujeres (lo que algunos  religiosos llamarían  “menos tentaciones”).
2. Colegios de habla extranjera.
Proponen que así preparan mejor para el mundo globalizado y garantizan la solvencia en el idioma de enseñanza. Suelen ubicase en el nivel socioeconómico  medio-alto, por los costos adicionales del personal que domina el idioma extranjero. En la vereda contraria están quienes sostienen que esos colegios producen un débil arraigamiento en la identidad peruana, pobre redacción y comprensión del castellano y dificultades adicionales de aprendizaje al tener que aprender diversas asignaturas en idioma extranjero.
3. La capacidad económica de la familia. Colegio al alcance del bolsillo, siendo conscientes que los costos educativos son crecientes en el tiempo y se multiplican en función del número de hijos.
4. Las prioridades y estilos básicos del centro educativo.
¿Forman buenas personas o buenos postulantes universitarios? ¿Se enfatiza el desarrollo de la personalidad, la mente y los valores de modo integral, o fundamentalmente interesa el cultivo del intelecto y el logro de altos estándares académicos?
5. Calidad de los canales de comunicación entre profesores y alumnos o padres.
¿Hay comunicación o conflicto? ¿Cómo reacciona el colegio cuando un padre se queja de algún problema; toma represalias o es acogedor y procura encararlos? A través del estilo de comunicación, los padres perciben cuánto el colegio conoce y se preocupa por sus hijos, y cuánto les importa lo que pasa con ellos.
6. El clima institucional. ¿Se respira cordialidad, tranquilidad, confianza, o más bien rivalidad, competencia, tensión, desacato?
7. Estilo disciplinario.
¿Es una disciplina represiva y dogmática, o es una disciplina firme pero comprensiva, que reconoce que la violación de las normas no es necesariamente una falta de respeto a la autoridad, sino una sana confrontación de un niño con los límites, para poder incorporarlos paulatinamente a su autodisciplina?
8. Selectividad de alumnos.
¿Es un colegio selectivo que en nombre de la exigencia no admite  o provoca el retiro de alumnos que no califican con los estándares planteados al conjunto (o los derivan a clases  extras y terapias)?. Los padres deben preguntarse ¿cómo puedo saber al  inscribir a los 3 años de edad a mi hijo, si en algún momento requerirá ayuda del colegio en temas académicos, sociales o emocionales? En caso de necesitarla ¿este colegio me los brindará o tendré que cambiar de colegio?.    9. Capacidad de proyectarse al futuro: ¿Incorpora la modernidad al quehacer educativo? Un colegio que no cambia y que tampoco innova ni crea, se estanca y envejece. Además no tendrá la capacidad de transmitir a los alumnos la exigencia de revisar permanentemente todo lo que se hace para actualizarse y mejorar.
10. Actualización de docentes.
¿Existe una rutinaria actualización y rotación razonable de profesores? Esto se refleja en la asistencia frecuente de los profesores a cursos de actualización, viajes de capacitación, visita de expertos, etc.
11. La dimensión psicológica.
¿Se preocupa el colegio por la estabilidad emocional de los alumnos, su equilibrio psicológico, su capacidad de tolerar frustraciones, que posean una autoestima fuerte, que tengan confianza en sí mismos, capacidad de socializar fluidamente y enfrentar con seguridad lo desconocido? ¿O es un colegio que deja todo eso a cargo de los padres y terapeutas privados?
12. Los valores y la dimensión espiritual.¿Hacen en el colegio el esfuerzo por enseñarle a los alumnos a rendir cuentas a sus conciencias (o a Dios), de tal manera que los impulse a tener actitudes éticas en sus vidas? ¿Es el colegio capaz de entender que cada persona tiene una misión en la vida que va más allá de su existencia física, y ayuda a los alumnos a encontrarla y a bregar por sus ideales y convicciones?
13. La comunidad de padres.
¿Cómo es la intervención de los padres en el colegio?  ¿Son presencias puntuales o están presentes a lo largo del año como parte activa y colaborativa de la comunidad educativa? ¿Se acerca o aleja a los padres?
Una buena manera de hacerlo es pasearse un tiempo por el colegio, entrar a clases para ver si es un lugar de disfrute para los niños, si trabajan juntos y si  hay una relación cálida e interactiva con sus profesores.
Los padres podrían hacerse algunas preguntas en relación a esa visita:  ¿Soy bienvenido para entrar al colegio y tomarme un tiempo para observar cómo interactúan los alumnos y si alumnos y profesores te toman en cuenta para saludarte y hacerte sentir cómodo?;  ¿Cómo es la organización de la clase?; ¿Se desarrolla centrada en el profesor o en el alumno?;  ¿Los profesores escuchan a los alumnos, interactúan y conversan con ellos dentro y fuera de clase?
Finalmente es fundamental entender que la elección de un colegio debe corresponder a una decisión de la pareja de padres.
¡Buena suerte en la elección!

jueves, 7 de febrero de 2019

El método Polya

George Polya fue un matemático que nació en Budapest, Hungría en 1887 y murió en Palo Alto, EUA. Trabajó en una gran variedad de temas matemáticos, incluidas las series, la teoría de números, Geometría, Álgebra, Análisis Matemático, la combinatoria y la probabilidad.
Obtiene el doctorado en la Universidad de Budapest y en la disertación para obtener el grado aborda temas de Probabilidad. Fué maestro en el Instituto Tecnológico Federalen Zurich, Suiza.
En 1940, huyendo de Hitler, Pólya y su esposa se trasladan a los Estados Unidos de América y se instala en Palo Alto, California. Trabajo en la Universidad de Brown posteriormente en la Universidad de Stanford en 1942.
Durante su larga vida académica y profesional recibió numerosos premios y galardones por su excepcional trabajo sobre la enseñanza de las matemáticas y su importantísima obra investigativa.
Cuando se le preguntaba cómo había llegado a ser matemático, solía decir, medio en broma, medio en serio:  "No era lo suficientemente inteligente para ser físico, y demasiado para ser filósofo, así que elegí matemáticas, que es una cosa intermedia.
En sus estudios, estuvo interesado en el proceso del descubrimiento o cómo es que se derivan los resultados matemáticos. Advirtió que para entender una teoría, se debe conocer cómo fué descubierta. Por ello, su enseñanza enfatizaba en el proceso de descubrimiento aún más que simplemente desarrollar ejercicios apropiados. Para involucrar a sus estudiantes en la solución de problemas, generalizó su método en los siguientes cuatro pasos:
• Entender el problema
• Configurar un plan
• Ejecutar el plan
• Mirar hacia atrás
George Pólya presentó en su libro "Cómo plantear y resolver problemas", un método de 4 pasos para resolver problemas matemáticos.
Para resolver un problema se necesita:
Paso 1: Entender el problema
¿Cuál es la incógnita?, ¿Cuáles son los datos?
¿Cuál es la condición?
¿Es la condición suficiente para determinar la incógnita?
¿Es insuficiente? ¿Redundante? ¿Contradictoria?

Paso 2: Configurar un plan
¿Te has encontrado con un problema semejante? ¿O has visto el mismo problema planteado en forma ligeramente diferente?
¿Conoces algún problema relacionado con éste? ¿Conoces algún teorema que te pueda ser útil?

Paso 3: Ejecutar el plan
Al ejercutar tu plan de la solución, comprueba cada uno de los pasos:
¿Puedes ver claramente que el paso es correcto? ¿Puedes demostrarlo?

Paso 4: Examinar la solución obtenida
¿Puedes verificar el resultado?
¿Puedes obtener el resultado en forma diferente?
¿Puedes verlo de golpe? ¿Puedes emplear el resultado o el método en algún otro problema?
Las aportaciones de Pólya incluyen más de 250 documentos matemáticos y tres libros que promueven un acercamiento al conocimiento y desarrollo de estrategias en la solución de problemas. Su famoso libro "Cómo plantear y resolver problemas" se ha traducido a 15 idiomas, introduce su método de cuatro pasos junto con la Heurística y estrategias específicas útiles en la solución de problemas.
Este matemático enriqueció a las Matemáticas con un importante legado en la enseñanza de estrategias para resolver problemas. En suma, dejó los siguientes diez mandamientos para los profesores de matemáticas:
Interésese en su materia.
Conozca su materia.
Trate de leer las caras de sus estudiantes; trate de ver sus expectativas y dificultades; póngase usted mismo en el lugar de ellos.
Dése cuenta que la mejor manera de aprender algo es descubriéndolo por uno mismo.
Dé a sus estudiantes no sólo información, sino el conocimiento de cómo hacerlo, promueva actitudes mentales y el hábito del trabajo metódico.
Permítales aprender a conjeturar.
Permítales aprender a comprobar.
Advierta que los razgos del problema que tiene a la mano pueden ser útiles en la solución de problemas futuros: trate de sacar a flote el patrón general que yace bajo la presente situación concreta.
No muestre todo el secreto a la primera: deje que sus estudiantes hagan sus conjeturas antes; déjelos encontrar por ellos mismos tánto como sea posible.
Sugiérales; no haga que se lo traguen a la fuerza.

miércoles, 30 de enero de 2019

Aplicando las nuevas metodologías en el aula

No es necesario mencionar a estas alturas lo rápido que cambia todo en los últimos años. La educación en las aulas debe renovarse, ya que, entre otras cosas, cada vez existe menos conexión entre aquello que los alumnos estudian en el aula y lo que más tarde desean las empresas de sus futuros empleados.
Es el momento de alejarnos de las lecciones magistrales, de las interminables horas dedicadas a la memorización, del libro de texto como única herramienta educativa.  La innovación en la educación ha llegado para quedarse, poner debajo del foco al alumno y a sus necesidades reales y convertir el aprendizaje en un reto y una satisfacción y no en una obligación.
Ser educador, hoy en día, supone un desafío, ya que se tiene que estar comprometido con la profesión. Son ideas necesarias saber convertir las ideas en realidad, hacer un pacto con los cambios y sentir pasión por enseñar.
Las nuevas metodologías pretenden cambiar el entorno educativo, mejorar los resultados académicos y una formación integradora mediante clases dinámicas y que estimulen al alumno.
Antes de hablar sobre las nuevas metodologías, he de decir que todas tienen en común que se basan en lo que hablamos en este blog, el aprendizaje experiencial, por lo tanto se centran en una actitud positiva para solucionar retos, aprender de los errores y de los demás, ser resilientes, amar y aprender. Pero todo ello pasa por tener un buen director de orquesta: el educador se sitúa en el centro del mencionado cambio y es él el primero que debe tener una mentalidad abierta y de crecimiento.
1. Flipped Classroom o Aula Invertida.
Una de las metodologías modernas que ha ganado más popularidad en los últimos años, el Flipped Classroom es un modelo pedagógico en el que los elementos tradicionales de la lección impartida por el profesor se invierten, los materiales educativos son estudiados por los alumnos en casa y, luego, se trabajan en el aula. El principal objetivo de esta metodología es optimizar el tiempo en clase dedicándolo, por ejemplo, a atender las necesidades especiales de cada alumno, desarrollar proyectos cooperativos o trabajar por proyectos.

2. Aprendizaje Basado en Proyectos
Con la llegada de las nuevas tecnologías de la información y de la comunicación a los colegios, han surgido tanto nuevas metodologías de enseñanza como nuevas versiones de metodologías ya existentes, ahora revisadas para las generaciones digitales. Una de las más utilizadas en clase actualmente es el Aprendizaje Basado en Proyectos (ABP).
En su esencia, el ABP permite a los alumnos adquirir conocimientos y competencias clave a través de la elaboración de proyectos que dan respuesta a problemas de la vida real. La enseñanza basada en proyectos o tareas integradas, supone hoy la mejor garantía didáctica para una contribución eficaz al desarrollo de las competencias clave y al aprendizaje de los contenidos del currículo
Partiendo de un problema concreto y real, en lugar del modelo teórico y abstracto tradicional, parecen evidentes las mejoras en la capacidad de retener conocimiento por parte del alumnado así como la oportunidad de desarrollar competencias complejas como el pensamiento crítico, la comunicación, la colaboración o la resolución de problemas.

3. Aprendizaje Cooperativo
“Más fuertes juntos”. Así se podría resumir de forma sencilla el aprendizaje cooperativo, una metodología que los maestros usan para agrupar a los estudiantes y, así, impactar en el aprendizaje de una manera positiva.
Los defensores de este modelo teorizan que trabajar en grupo mejora la atención, la implicación y la adquisición de conocimientos por parte de los alumnos.
El objetivo final es siempre común y  se va a lograr si cada uno de los miembros realiza con éxito sus tareas
La principal característica es que se estructura en base a la formación de grupos de entre 3 y 6 personas, donde cada miembro tiene un rol determinado y para alcanzar los objetivos es necesario interactuar y trabajar de forma coordinada. En el aprendizaje cooperativo, el objetivo final es siempre común y  se va a lograr si cada uno de los miembros realiza con éxito sus tareas. Por su parte en el Aprendizaje Individual el alumno se focaliza en conseguir sus objetivos sin tener que depender del resto de compañeros.

4. Aprendizaje basado en problemas
El aprendizaje basado en problemas es un proceso de aprendizaje cíclico compuesto de muchas etapas diferentes, comenzando por hacer preguntas y adquirir conocimientos que, por su vez, llevan a más preguntas en un ciclo creciente de complejidad.
Poner en práctica esta metodología no supone sólo el ejercicio de indagación por parte de los alumnos, sino convertirlo en datos e información útil. De acuerdo con múltiples pedagogos, las cuatro grandes ventajas observadas con el uso de esta metodología son:
•El desarrollo del pensamiento crítico y competencias creativas
•La mejora de las habilidades de resolución de problemas
•El aumento de la motivación del alumno
•La mejor capacidad de transferir conocimientos a nuevas situaciones

5. Design Thinking
La educación siempre ha sido un espacio por excelencia para la innovación. Maestros en todo el mundo están constantemente trayendo nuevas ideas y metodologías al aula haciendo el mejor uso de las herramientas a su disposición.
El Design Thinking o “Pensamiento de Diseño”, nace con los diseñadores y su método para resolver problemas y satisfacer así las necesidades de sus clientes. Aplicado a la educación, este modelo permite identificar con mayor exactitud los problemas individuales de cada alumno y generar en su experiencia educativa la creación y la innovación hacia la satisfacción de los demás, que luego se vuelve simbiótica.

6. Aprendizaje Basado en el Pensamiento (Thinking Based Learning)
Más allá del debate sobre la eficacia de aprender “de memoria”, cuando se habla de educación uno de los aspectos más discutidos es la necesidad de enseñar a los alumnos a trabajar con la información que reciben en la escuela. Enseñarles a contextualizar, analizar, relacionar, argumentar. En definitiva, convertir información en conocimiento. El objetivo del aprendizaje basado en el pensamiento, es desarrollar destrezas del pensamiento más allá de la memorización y desarrollar un pensamiento eficaz.

7. Aprendizaje Basado en Competencias
Por definición, todo aprendizaje tiene como objetivo la adquisición de conocimiento, el desarrollo de habilidades y la solidificación de hábitos de trabajo. El Aprendizaje Basado en Competencias representa un conjunto de estrategias para lograr esta finalidad.
A través de herramientas de evaluación como las rúbricas, los maestros pueden impartir el currículo académico sin desviaciones del plan de estudios vigente pero enfocándolo de forma distinta, poniendo en práctica ejemplos reales y, así, transmitiendo a sus alumnos una dimensión más tangible de las lecciones.

martes, 22 de enero de 2019

La curiosidad en clase

La curiosidad es una de las características más importantes de la humanidad, especialmente en lo que se refiere al aprendizaje. Una buena amiga me preguntó una vez qué característica quería que tuviera mi futuro hijo y le contesté con seguridad: ¡que sea curioso!”.
No hay mejor manera para empezar este artículo que con un dato curioso sobre la curiosidad. La curiosidad comparte sustratos neuronales con conductas esencialmente placenteras como comer, beber o tener relaciones sexuales. Es difícil, pues, entender cómo algo tan potente puede, en educación, relegarse a un segundo plano a medida que el estudiante se hace mayor. Es una herramienta que juega a nuestro favor como educadores pero que no cultivamos, a la que no damos mucha importancia, sobre la que no conocemos lo suficiente, no ayudamos a desarrollar, mucho menos generamos los contextos necesarios para que los estudiantes disfruten de su curiosidad satisfecha con un aprendizaje significativo conseguido o, incluso, la cortamos con el fin de simplificar la clase o de evitar que el alumnado nos meta en problemas con preguntas que van más allá de nuestros conocimientos o de lo que teníamos programado, a veces parece que lo programado está grabado a piedra siendo imposible desviarnos de lo previamente dispuesto por miedo a un castigo divino o, peor aún, no llegar a explicar todos los contenidos que tengo que enseñar, curioso que en esta frase tantas veces escuchada no se comenta que los niños aprendan nada, solo que como profesor debo cubrirme las espaldas y explicar todo lo de la siguiente lista. Creo que la curiosidad tiene un doble papel en el proceso interminable de aprendizaje de una persona  y, por supuesto, en la evolución de la humanidad, siendo vital tanto en el contexto escolar como fuera de él. Y es que el niño va al colegio y trabaja porque ni siquiera se plantea no hacerlo aunque a veces no le guste; el adolescente va a la escuela y estudia porque “es su obligación” frase muy empleada por padres y madres sin tener en cuenta la cantidad de veces que los adultos, si podemos, intentamos eludir nuestras obligaciones cuando éstas no nos gustan; el estudiante hace su secundaria, va a la Academia y luego a la universidad, muchas veces, porque “algo tendré que aprender para ganarme la vida” y después llega la edad adulta, una época que dura el doble o el triple que las otras tres juntas, y es entonces cuando una persona seguirá aprendiendo de verdad, seguirá leyendo, formándose e informándose si en su interior siente curiosidad. ¿Entonces es una cuestión genética? ¿Unos tienen curiosidad y otros no? No lo creo; mi experiencia me ha demostrado que la curiosidad se trabaja, se “entrena” y se aprende a apreciarla a base de beber de ella. Es cierto que todos nacemos curiosos y que es el motor de nuestro aprendizaje temprano pero a medida que pasan los años, especialmente en la escuela, se va matando dicha curiosidad y lo peor de todo es que hemos desarrollado muchas formas de hacerlo. Veamos unos pocos ejemplos:

1.- ¿Tienes curiosidad? ¡Trabaja el doble!. Ahí tenemos al niño que tiene curiosidad por un tema, hace una pregunta y el profesor le responde con una variante de “muy interesante tu pregunta. Búscalo en casa”. Vaya, el niño ya tiene deberes, pero aún envalentonado por su curiosidad, llega a casa, pregunta a sus padres, busca en Internet y al día siguiente vuelve al profesor, en clase, y le dice que ya sabe la respuesta, concluyendo todo ello, muchas veces, en un breve comentario y a seguir. El problema no reside en el hecho de que el niño haya trabajado en casa, lo cual ayuda a adquirir unos hábitos de resolución de preguntas y desarrolla la autonomía del alumno; el problema se encuentra en el hecho de que no se le da relevancia al camino que el niño estaba abriendo, no hacemos significativo el esfuerzo y aprendizaje desarrollado por el niño por propia voluntad (recordemos que no eran deberes).

2.- Ahora no.- La curiosidad no pide turno, no espera largas horas de cola y, desde luego, no entiende de programaciones y de tiempos. La curiosidad surge cuando algo se conecta en nuestro cerebro, cuando surge una incongruencia entre los conceptos previos y el aprendizaje que se está afrontando, cuando se abren los ojos ante un descubrimiento emocionante, cuando el mundo plantea algo desconocido… y la pregunta que se forma interrumpe nuestra estudiada y programada clase, tan marcada por los tiempos y por los contenidos; y sin reflexionar, los profesores dicen: “ahora no”. Es muy probable que el niño sienta que para él lo que ha preguntado tenía mucho más sentido, era mucho más interesante y, por lo tanto, “tocaba” mucho más que el tema planteado; eso sin contar que es probable que si el profesor se detuviera a pensar en la pregunta que se ha formulado encontraría tres cosas:
A.- Que puede relacionarla con los contenidos que tanto nos obsesionan,
B.- Que no es una inquietud solo del alumno que ha preguntado.
C.- Que de repente hay mucha más atención en clase y mucho más interés.

3.- ¡Qué pregunta! ¡No seas pesado!
Es esta una situación muy similar al punto 2 pero con el agravante de que estamos relacionando la curiosidad con un elemento negativo: ser cargante para los demás. La relación entre esto, querer ser aceptado y, por ende, dejar de preguntar es muy directa.
Como en todo en la vida todo esto requiere poner tu tacto emocional al servicio de la situación y saber diferenciar entre las preguntas del alumnado fruto de su curiosidad y las preguntas que buscan llamar la atención. En cualquier caso, aunque se trate de una pregunta que tiene el claro objetivo de reclamar atención responde a una situación que no se soluciona con un “ahora no” o “no seas pesado”.
¿Y por qué nos mueve la curiosidad?
Hay varios hechos relacionados con la curiosidad que nos convendría saber. El primero es que la curiosidad, desde los orígenes, es un mecanismo cerebral que nos permite detectar los sucesos diferentes en nuestro día a día, poner atención en ellos, decidir si son significativos y, de ser así, aprenderlos o memorizarlos. Es, en el fondo, un mecanismo de supervivencia que nos permitía ver que algo en el descampado no estaba igual que siempre y que era mejor salir corriendo de allí para que el depredador escondido entre la maleza no nos diera caza. Si nos fijamos en lo anterior y nos ponemos las lentes de educadores nos daremos cuenta de que aparecen conceptos como “atención”, “aprender” y “memorizar”. Quizás valga la pena, pues, ahondar un poco más en ello si queremos aprovecharnos de los beneficios naturales de la curiosidad.
Un segundo dato sobre la curiosidad es que en neuroeducación ha demostrado que hay ciertos circuitos cerebrales disparadores de la misma que están relacionados, a su vez, con la anticipación de la recompensa y el placer.
Aquí debo hacer un alto en el camino y comentar un hecho que acontece de forma más o menos habitual en nuestras aulas y que deberíamos cortar. El fenómeno que llamo “castillos en el aire”. Y es que como profesores a veces vemos que sería muy interesante hacer algo, lo proponemos al alumnado y después nos damos cuenta de que el día a día se nos come, que no tenemos tiempo suficiente y que al final no se va a poder hacer. Nosotros, desde una perspectiva de adultos, entendemos los motivos y los podemos argumentar; es más, es posible que incluso los alumnos lo entiendan y lo acepten pero estamos rompiendo la cadena que relaciona la curiosidad, la acción y el placer y la recompensas que, recordemos, han sido ya anticipadas. Si esto lo repetimos de forma más o menos habitual lo que estamos generando es que el alumnado ya no relacione la curiosidad con el placer y la recompensa (en ningún momento se ha dicho que ésta deba ser extrínseca únicamente). Es nuestra responsabilidad ya no solo como adultos sino también como profesores intentar no prometer algo para luego no hacerlo.
Finalmente tenemos un tercer dato muy interesante: existen varios tipos de curiosidad. Si buscas encontrarás muchas maneras de organizarlas y tipificarlas pero creo que hay una forma sencilla que como educadores deberíamos tener en mente: la curiosidad perceptual o diversificada y la curiosidad epistémico-específica. Curiosamente es la combinación de ambas la que activa un sistema cerebral que genera dopamina que, entre otras cosas, es la causante de generar sensaciones placenteras.
La curiosidad perceptual o diversificada es aquella que impele a la persona a huir del aburrimiento, que se aferra a los sucesos extraños y que tiende al aislamiento fantasioso. El alumno que juega con la goma sin hacer nada en clase, el que mira por la ventana cómo dos palomas pugnan por una migaja o el que “está en las nubes” son claros ejemplos de alumnos inmersos en este tipo de curiosidad.
Muchas veces me enfrento a situaciones en las que alguno de mis alumnos se distraen. Más tarde, fuera de clase, lo que hago es comentarle que no voy a enfadarme con él por distraerse; porque distraerse no es una decisión consciente; uno no decide, en general, que va a distraerse con el ruido de las otras aulas de primaria jugando en el patio, pero sí que lo haré si cuando se da cuenta de que está distraído no hace un esfuerzo por volver a centrarse ya que eso sí es decisión suya. La reacción del alumnado suele ser muy buena y este discurso me posiciona junto a él contra la dificultad y no en el bando contrario.
La curiosidad epistémico-específica es aquella que tiene la finalidad de llegar a un conocimiento, que se genera de la incertidumbre o de los conflictos racionales o conceptuales. Es el “quiero saber la respuesta”.
Cuando planteamos una clase que no les genera ninguna inquietud, cuyos contenidos no hemos conseguido relacionar con sus conocimientos previos con el fin de generar algo significativo para ellos, en los que sus intereses y sus inquietudes no han tenido cabida y, peor aún, siendo conscientes de que no van a tenerla porque no esperan nada nuevo hasta que termine el tema dentro de varias sesiones; entra dentro de la lógica que no aparezca la tan ansiada curiosidad específica y sí lo haga la diversificada. Es entonces cuando los profesores nos giramos y nos enfadamos porque tenemos a un buen número de alumnos distraídos o ensimismados. Les damos múltiples formas pero que podrían resumirse, en esencia, en “lo que estoy explicando debería generarte interés”.
¿Y cómo genero esa curiosidad en mis alumnos?
He aquí cuatro ideas básicas que les pueden ayudar:
1.- Abandonar la rutina en la forma de plantear y hacer las cosas en el aula de clases. No hay nada que mate más la curiosidad que la predicción. No es necesario un abanico enorme de dotes creativas e imaginación, solo hace faltar salir de la rutina.
2.- El poder de las preguntas
Y es que hay algo en nuestro cerebro que se ve impulsado a buscar las respuestas a las preguntas que nos hacen. Una vez leí que muchas veces, cuando una canción se mete en tu cabeza y no puedes dejar de cantarla o tararearla es porque hay un fragmento de la misma (ya sea letra o melodía) que no eres capaz de recordar y tu cerebro está haciendo un esfuerzo inconsciente por dar respuesta a esa pregunta.
Las preguntas, en su justa medida y bien formuladas, tienen mucho poder. Empezar la clase con una pregunta que:
A.- podrán ser capaces de resolver al final de la clase.
B.- cuya respuesta es sorprendente y relevante de alguna forma para la clase que se va a dar.
C.- esté relacionada con el tema y sea sorprendente en tanto que no se la habían planteado nunca con anterioridad aunque forma parte de su contexto de vida (como, por ejemplo, si el sol es una esfera ardiente y no cambia de color por qué al amanecer y al atardecer lo vemos rojo y el resto del día no) puede ayudarte a tener la atención del alumnado fruto de su curiosidad específica.

3.- Generar clases en los que ellos tengan cabida no solo para ejecutar.
Si generamos clases en las que sus opiniones puedan dar forma a lo que está por venir, en las que sus aportaciones puedan determinar en parte qué y cómo se va a hacer o en las que sus ideas moldeen parte de los enfoques de los contenidos que van a abordar estaremos generando contextos que huyen de la rutina, que provocan curiosidad y que son más significativos para ellos y para su aprendizaje.
Estas tres ideas tiene la función de aprovecharse de la curiosidad a corto plazo pero no querría acabar sin comentar un punto igualmente importante: el trabajo vertical de la curiosidad. Enfrentarse a las preguntas, ajenas o propias, requiere saber hacerlo bien, gestionarse adecuadamente y tener una constancia para sostener el interés en busca de la recompensa en forma de conocimiento; en definitiva, requiere entrenamiento que debemos darles a lo largo de los años.

domingo, 20 de enero de 2019

¿De qué sirve el profesor?

Un estudiante del 5to de Secundaria conversaba con el profesor Jesús de Historia de la IE "CÉSAR VALLEJO": "Disculpe profesor Jesús, pero en la época de Internet, usted, ¿Para qué sirve?"
El estudiante decía una verdad a medias, que, entre otros, los mismos profesores dicen desde hace por lo menos veinte años, y es que antes la escuela debía transmitir por cierto formación pero sobre todo nociones, desde las tablas en la primaria, cuál era la capital de Bélgica o hasta los hechos de la 2da guerra Mundual en la secundaria. Con la aparición, no digo de Internet, sino de la televisión e incluso de la radio, y hasta con la del cine, gran parte de estas nociones empezaron a ser absorbidas por los niños en la esfera de la vida extraescolar. De pequeño, mi padre no sabía que Hiroshima quedaba en Japón, que existía Guadalcanal, tenía una idea imprecisa del continente americano y sólo sabía de la India por lo que había visto la película "Madre India". Yo, aprendí muchas cosas por la radio, el periódico y las noticias cotidianas en la televisión, mientras que mis sobrinos han visto en la Internet las diversas costumbres de nuestros diversos pueblos, el desierto del Sahara, cómo las abejas polinizan las flores, cómo era un Tyrannosaurus rex y finalmente un niño de hoy lo sabe todo sobre el ozono, sobre los koalas, sobre la guerra en Siria y sobre la migración venezolana. Tal vez, un niño de hoy no sepa qué son exactamente las células madre, pero las ha escuchado nombrar, mientras que en mi época de eso no hablaba siquiera la profesora de ciencias naturales.
Entonces, ¿De qué sirven hoy los profesores? He dicho que el estudiante dijo una verdad a medias, porque ante todo un docente, además de informar, debe formar. Lo que hace que una clase sea una buena clase no es que se transmitan datos y datos, sino que se establezca un diálogo constante, una confrontación de opiniones, una discusión sobre lo que se aprende en la escuela y lo que viene de afuera. Es cierto que lo que ocurre en Siria lo dice la televisión, pero por qué algo ocurre siempre ahí, desde la época de la civilización mesopotámica, y no en Groenlandia, es algo que sólo lo puede decir la escuela. Los medios de difusión masivos informan sobre muchas cosas y también transmiten valores, pero la escuela debe saber discutir la manera en la que los transmiten, y evaluar el tono y la fuerza de argumentación de lo que aparecen en diarios, revistas y televisión. Y además, hace falta verificar la información que transmiten los medios: por ejemplo, ¿Quién sino un docente puede corregir la pronunciación errónea del inglés que cada uno cree haber aprendido de la televisión? Pero el estudiante no le estaba diciendo al profesor que ya no lo necesitaba porque ahora existían la Internet para decirle dónde está Indonesia o lo que se discute sobre la fusión del agua, es decir, no le estaba diciendo que su rol era cuestionado por discursos aislados, que circulan de manera casual y desordenado cada día en diversos medios que sepamos mucho sobre Siria y poco sobre Irak depende de la buena o mala voluntad de Trum. El estudiante estaba diciéndole que hoy existe Internet, la Gran Madre de todas las enciclopedias, donde se puede encontrar Siria, la fusión del agua, la 2da guerra mundial y la discusión infinita sobre el más alto de los números impares. Le estaba diciendo que la información que Internet pone a su disposición es inmensamente más amplia e incluso más profunda que aquella de la que dispone el profesor. Y omitía un punto importante: que Internet le dice "casi todo", salvo cómo buscar, filtrar, seleccionar, aceptar o rechazar toda esa información. Almacenar nueva información, cuando se tiene buena memoria, es algo de lo que todo el mundo es capaz. Pero decidir qué es lo que vale la pena recordar y qué no es un arte sutil. Esa es la diferencia entre los que han cursado estudios regularmente (aunque sea mal) y los autodidactas (aunque sean geniales). El problema dramático es que por cierto a veces ni siquiera el profesor sabe enseñar el arte de la selección, al menos no en cada capítulo del saber. Pero por lo menos sabe que debería saberlo, y si no sabe dar instrucciones precisas sobre cómo seleccionar, por lo menos puede ofrecerse como ejemplo, mostrando a alguien que se esfuerza por comparar y juzgar cada vez todo aquello que Internet pone a su disposición.

domingo, 13 de enero de 2019

¿Qué modelo de educación necesita Perú?

En una visita que realice a las instalaciones de la IEP "San Carlos" del distrito de Chaclacayo, mi amigo y colega y director Juan Domingo, explica a un grupo de padres por qué se definen como un centro de educación alternativa. Él les decía que "Sus principios y objetivos son distintos a los tradicionales, ubicándonos dentro de una corriente pedagógica que plantea una forma más humana de acceder a la experiencia educativa dentro de la escuela. En este contexto el afecto es un elemento trascendental, es el alma del trabajo pedagógico y principio base de nuestra propuesta”.
Despues ya cuándo terminó la Asamblea con los ppff, conversamos mas sobre el tema en su oficina, y me decia que entre los recursos que emplean para desarrollar las habilidades intelectuales de sus alumnos se encuentra una de las más interesantes novedades en el campo pedagógico: el método del aprendizaje basado en proyectos, en el que destaca la participación de los estudiantes en su proceso de aprendizaje.  “En los proyectos, los estudiantes participan en el proceso de indagación, investigación y producción material. Se pretende que los proyectos respondan a los intereses, las necesidades y las posibilidades de los estudiantes. A través de ellos, no solamente se atienden las exigencias curriculares oficiales, sino que también se potencian e integran a otras materias y áreas formativas”.
Ahora les digo que el método de proyectos se encuentra desarrollado nada menos que en Finlandia, país reconocido por tener el mejor sistema educativo del mundo, lo cual se ha ratificado en los últimos años al obtener sostenidamente el primer lugar en las famosas pruebas PISA. Del mismo modo en Cuba, país señalado por la Unesco como el de mayor desarrollo educativo en Latinoamérica, también aplica el mismo método. Ciertamente las escuelas alternativas no solamente emplean el método de proyectos. También cuentan con una gama de herramientas pedagógicas que tienen por objetivo desarrollar actitudes afines a los valores que promueven, como son la solidaridad, la búsqueda de la verdad, la libertad y la creatividad. Paralelamente se desarrollan las habilidades intelectuales y las destrezas. Si bien ya existen en Perú varios colegios que han optado por un método alternativo, aún son islas de modernidad educativa. Mi experiencia me dice que la mayoría de los colegios “prefiere ir a lo seguro”, es decir, hacer lo que satisface a los padres, que es una educación tradicional, con currículo  tradicional, que entrena a los alumnos principalmente para responder a las preguntas que les harían las universidades si tuvieran que dar exámenes de ingreso hoy. El problema con los nuevos modelos es que las universidades y carreras del futuro aún no existen y, por otro lado, no es posible innovar si se mantienen las cosas tal cual. La innovación vendrá de colegios de calidad, de instituciones que se atrevan a ir contra la corriente. Los padres tendrán que optar entre la educación tradicional o la que plantea una visión innovadora, y eso requiere coraje e intuición.
Al hacer un panorama de la oferta educativa privada en el Perú, hay varios centros educativos particulares caracterizados por su excelencia académica, la mayoría de ellos basados en su propia tradición y tratando de responder a las exigencias económicas de sus alumnos. Otro tipo de centro educativo privado es el que se esfuerza por garantizar a padres y alumnos sobre todo el acceso a universidades y recientemente hay esfuerzos empresariales por asociar oferta de centros educativos en los que la tecnología y el inglés son las principales ofertas.
Los resultados de evaluaciones censales hechas en el Perú indican que a mayor nivel socioeconómico de los estudiantes los colegios particulares presentan mejores resultados que los públicos. Sin embargo en contextos de pobreza la educación privada presenta resultados más deficitarios que los de las también deficitarias escuelas públicas. Es decir, contamos con una educación privada muy heterogénea en la que se combinan centros educativos de excelencia con centros informales que no debieran existir si hubiese acreditación institucional rigurosa.
En ese contexto ¿es viable la aplicación en el Perú de un modelo educativo de vanguardia como el finlandés? Yo diria que no. Porque ningún modelo externo es aplicable al Perú debido a que son contextos y actores diferentes. Lo que debe hacerse es recoger ideas de la observación de lo que hacen otros países pero la síntesis tiene que ser local.  Y si no se construye localmente el modelo, los funcionarios y actores de la educación no lo sentirán suyo, el Ministerio de Economía y Finanzas no lo financiará y morirá en el papel. Hay que aprender de las experiencias exitosas nacionales.
El modelo finlandés no podría aplicarse en un país tan desigual y con tantos déficits acumulados como el Perú. La tentación de pensar en modelos de desarrollo educativo exitosos en otros países y trasladarlos adaptados al nuestro siempre será grande.
Yo recuerdao que entidades de financiamiento internacional en las dos décadas pasadas trataron de trasladar modelos auspiciados por ellas mismas que a la postre no dieron resultado en sus propios países. En nuestro pais tenemos  el caso del modelo de la municipalización privatizadora difundido a partir de la experiencia chilena, que es hoy severamente criticado y modificado en el país vecino. Sin embargo, hay lecciones de la mejor experiencia internacional que debiéramos tomar en cuenta”.
El rol del Estado en materia educativa requiere ser proactivo y responsable, capaz de regular la educación de propiedad privada, de exigir y apoyar a quienes pretenden cumplir una función pública y, sobre todo, de fortalecer la educación que depende directamente de él.
El Estado debe lograr un buen sistema nacional de educación pública que garantice el derecho a una educación de calidad de todos, particularmente la de quienes menos capacidades económicas tienen. La calidad del sistema educativo público termina siendo el referente real y concreto de la calidad de la educación de un país.
Ciertamente no se trata de trasladar experiencias sino de adaptarlas a la realidad local, considerando las particularidades del país. Manos y cerebros a la obra.
La tendencia hacia la privatización educativa
hacia fines de los noventa el sector público atendía al 85% de la matrícula del sistema educativo, en tanto el 15% restante era atendido por el sector privado. En lo que va del nuevo siglo, el panorama se modifica significativamente: la cobertura de atención del sector privado en 2017 creció 68% respecto a la de 2000, y se incrementó en poco más de un millón de estudiantes a costa de la caída creciente de matrícula en centros educativos estatales.
¿Cómo funciona el modelo educativo finlandés?
Finlandia es reconocido como el país con el mejor sistema educativo de Europa, dado su persistente liderazgo en las pruebas PISA. Se dice, por ejemplo, que los niños finlandeses de hoy estarán en un futuro no muy lejano entre los profesionales más preparados del mundo. En el país el fracaso escolar es casi nulo y se dedica solamente el 6,25% del PIB a la educación.
El Esistema público finlandés tiene la particularidad de que en él ningún alumno queda excluido. Ello se ha logrado con centros públicos donde la enseñanza, materiales y comedor son gratuitos; la autonomía de los centros se expresa en las aulas; el currículo por aplicarse es decidido en cada municipio y por el profesor. La educación obligatoria comienza a los siete años y recién a los 10 u 11 los alumnos tienen calificación numérica.
Otro aspecto clave es que ser profesor en Finlandia es un honor y demanda exigencias. La nota de aspirantes a docentes en la universidad debe ser superior a 9 sobre 10 y después deben obtener máster para ejercer la docencia. Son las pruebas más duras de todo el país. De cada 1.600 estudiantes matriculados, solamente llega a ser elegido el 10% de los postulantes.
Y el premio a la dedicación es interesante. El pago anual promedio a los maestros finlandeses asciende a US$ 38.000.
Durante los primeros seis años de primaria, los niños finlandeses tienen en casi todas las asignaturas al mismo maestro. Recién en el quinto año de la escuela se aplican las calificaciones numéricas, de modo que no se fomenta la competencia ni las comparaciones entre alumnos.
En el sistema educativo finlandés rige el principio de una educación continua no dirigida a la evaluación. Se busca enseñar para la vida y cómo comportarse en sociedad, y que el niño “aprenda a aprender”.
En este contexto se encuentra la herramienta de aprendizaje por proyectos, en los que participan activamente los alumnos.