viernes, 25 de marzo de 2016

TDAH

Recuerdo cuando tenia 8 años, me gustaba correr y saltar sin parar, desde que me despertaba hasta que dormia, era inagotable. Con frecuencia me tropezaba y me caia mientras jugaba, no sabia calcular mi fuerza, menos mis impulsos.
Me distraia con facilidad, no me concentraba, me encantaba hacer varias cosas a la vez, pero nunca terminaba nada. Me gustaba estar con mis amigos, era un niño alegre y feliz, solo que un poco inquieto. Al menos eso era lo que pensaban mis padres.
En el colegio las continuas llamadas de atención de la profesora, mis bajas calificaciones y mi dificultad para seguir las instrucciones en el aula eran señales de un problema que se encuentra envuelto en la más encendida polémica. En conclusión era un niño muy hiperactivo.
Hoy en dia la gran mayoría de los psicólogos y terapeutas del comportamiento denominan a este cuadro trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH). Refiere a un trastorno neurobiológico crónico que afecta a menores de entre 4 y 17 años, y se caracteriza por la dificultad de estos en mantener la atención voluntaria a diferentes actividades que lo requieren, como las clases del colegio. Aunque en el país no existen estadísticas oficiales, se estima que entre el 3% y el 7% de la población escolar sufre algún grado de TDAH.
Los expertos calculan que en un salón de clases de 30 alumnos puede haber de 1 a 2 niños con este desorden neurológico, que les impide enfocar su atención por un largo tiempo, controlar sus reacciones e interactuar con otros pequeños sin parecer muy toscos. Las investigaciones revelan que es cuatro veces más frecuente en niños que en niñas (aún no se saben las causas) y que sus primeros síntomas aparecen antes de los 4 años. Sin embargo, la patología recién se vuelve evidente cuando el pequeño comienza a ir a la escuela. Allí debe respetar horarios, reglas y se hacen tangibles los problemas conductuales que le dificultan aprender y relacionarse de manera adecuada con sus compañeros y profesores.

No solo se necesita la intervención de un neurólogo, para un diagnóstico,  sino también también la de un psiquiatra y la de un psicólogo para evaluar sus niveles de lenguaje, aprendizaje, psicomotricidad, sensoriomotricidad y conductas sociales. Además, es indispensable la colaboración de la profesora para identificar las reacciones del menor ante ciertos estímulos.
La medicación solo se recomienda si la terapia conductual no da los resultados deseados después de cuatro meses, o si la vida del niño es seriamente afectada por el trastorno, pero su uso debe ser prescrito y controlado por un médico, y sometido a un riguroso control interdisciplinario.
En nuestro país un gran número de padres rechaza esta posibilidad. Temen que la salud de sus hijos se comprometa aun más con la ingesta de psicoestimulantes. Estas medicinas mejoran la atención, regulan la actividad motora hiperactiva y, ocasionalmente, la capacidad motora fina; pero en casos aislados pueden tener efectos colaterales como insomnio, pérdida de apetito y de peso, irritabilidad y dolores abdominales. Por eso el uso de medicamentos aún está bajo discusión.

Este trastorno no tiene cura, pero que con un buen tratamiento personalizado, aplicado desde muy temprana edad, el paciente puede evitar limitaciones en su rendimiento escolar, en su percepción de sí mismo y desarrollo social. Antes se pensaba que los pequeños con TDAH no eran muy inteligentes. Hoy se ha comprobado que muchas veces tienen el coeficiente intelectual más alto que otros niños de su edad y pueden convertirse en profesionales brillantes, solo es cuestión de darles las herramientas adecuadas para vencer sus dificultades.

¿Estamos ante un mal nuevo, producto de las tecnologías digitales y nuevos entornos familiares, o recién la ciencia es capaz de hacer diagnósticos fidedignos?
El número de personas diagnosticadas creció explosivamente en las últimas décadas. Antes de los años 90, lo estaban menos del 5% de los escolares en el Perú El en el 2015 el porcentaje llegó al 11% e incluía por primera vez a adultos.
El incremento se debería más a factores sociológicos, como las técnicas educativas de hoy y las expectativas de los padres. El incremento de casos de ahora responde a una amplia tendencia a medicar comportamientos que antes se trataban de otra manera. Antes simplemente se los castigaba por su mala conducta, ahora tendemos a pensar que necesitan terapia y medicamentos.

¿Cómo sé si mi hijo tiene TDAH? ¿Cómo sé si yo tengo TDAH?
El diagnóstico debe ser efectuado por un profesional médico que tenga experiencia en el tema: neurólogo o psiquiatra. Los criterios diagnósticos más aceptados actualmente son los del Manual Diagnóstico y Estadístico, cuarta revisión de la Asociación Psiquiátrica Americana, Deben estar presentes por lo menos seis de los nueve criterios de Desatención o por lo menos seis de los nueve criterios de Hiperactividad-Impulsividad. Es necesario que algunos de estos criterios hayan estado presentes antes de los siete años y que se presenten en más de un ambiente. Puede sospecharse que un niño tiene déficit de atención cuando: no atiende como es debido en la casa o en el colegio, necesita que se le repitan las órdenes o instrucciones, tiene dificultad para organizar sus actividades, a la menor dificultad abandona lo que está haciendo, extravía prendas u objetos, se distrae con cualquier estímulo, es descuidado en sus actividades diarias. Puede sospecharse que el niño tiene hiperactividad e impulsividad cuando: se mueve continuamente en el asiento, se levanta de él innecesariamente, está en constante actividad, necesita que se le sugiera qué hacer en sus ratos de ocio, habla excesivamente en la casa y en el colegio, tiene dificultad para esperar su turno, precipita respuestas, interrumpe las conversaciones de quienes lo rodean.

Padre o madre de familia infórmese sobre el TDAH Involucre a su familia (pareja, otros hijos, abuelos, etc.) en el tratamiento de este trastorno, conversando y leyendo sobre el tema Comparta esta información con los docentes del colegio de su hijo Intercambie experiencias e información con mamás que también tengan un hijo con TDAH
- Mantenga una buena relación con los profesores de su hijo.
- Háblele a su hijo con claridad, firmeza y cariño (si está alterada es mejor no decirle nada hasta haberse calmado)
- Establezca horarios fijos para las comidas y hora de acostarse. Haga que el momento de irse a dormir sea agradable (léale un cuento o léalo con él, acompáñelo un rato para conversar tranquilamente)
- Reconozca su buen comportamiento y desempeño, felicitándolo y alentándolo
- Descubra qué habilidades tiene su hijo y haga todo lo posible por estimularlas. Es muy importante que su hijo se sienta a gusto en alguna actividad (que puede ser diferente a los estudios) y de ser posible, que destaque en ella
- Planifique cómo enfrentar determinadas situaciones problemáticas que suelan presentarse, para actuar adecuadamente cuando llegue el momento
- Busque momentos de relax (deporte, salir con amigas, etc.), pues la ayudarán a tener más paciencia con su hijo - Procure que las comidas familiares se desarrollen en un ambiente apacible que favorezca la comunicación
- Mantenga el buen humor Haga que su hijo firme un compromiso con usted con relación al problema más importante del momento, señalando la consecuencia que se derivará de su incumplimiento
- Evite que pase mucho rato frente a la TV (media hora de TV recreativa y media hora de TV educativa es una buena posibilidad)
- Redúzca los videojuegos a un mínimo, utilizándolos como premio al cumplimiento en el estudio o en el control de su conducta Comparta momentos con sus hijos que no tienen TDAH y agradézcales su apoyo Corrija primero los problemas más importantes y pase por alto los otros; más adelante llegará el momento de abordarlos
- Dé reconocimiento inmediato a lo que haga bien su hijo; la corrección de lo que hace mal también debe ser inmediata
- Infórmese sobre técnicas de relajación y enséñeselas a su hijo

Aquí les brindo seis consejos que le permitirán mejorar la relación con su hijo y ayudarlo en sus estudios. 
1. Infórmese sobre la enfermedad y lo que significa padecerla. Es importante que diferencie un comportamiento ocasionado por la afección de otro generado por una mala actitud.
2. Instaure nuevos horarios para todo. Las personas con este diagnóstico responden mejor a rutinas que nunca varían. El tiempo dedicado a cada actividad no debe ser muy largo para mantener su atención. 
3. Recompense sus buenas acciones. Todos los infantes necesitan recibir refuerzos positivos cuando se comportan de manera adecuada y los hiperactivos más. Un sistema que ofrece excelentes resultados es el de “puntos y fichas”. Si el niño cumple un objetivo planteado, recibirá una ficha con un determinado valor; y por cada mala acción, se le restará una.  
4. Ayude a su niño a tener más amigos. A estos pequeños les va mejor cuando se relacionan con una o dos personas en vez de hacerlo en grupos grandes. 
5. Organice su casa para evitar incomodidades y problemas con el menor. Establezca un lugar fijo para que su pequeño acomode sus cosas y haga su tarea con tranquilidad y comodidad. Así obtendrá mejores resultados.  
6. Sea claro y específico con las tareas que le encomienda. Dígale exactamente lo que desea que realice y dele tareas cortas. Por ejemplo, que doble su ropa y la guarde en el ropero. Las instrucciones generales sencillamente no van con ellos. 

sábado, 12 de marzo de 2016

Los Colegios de Alto Rendimiento

Hola queridos amigos, en esta oportunidad quiero expesar mi opinión acerca de los Colegios de Alto rendimento, ya que el gobierno invierte S/.360 mlls. en ests tipos de colegios de nivel A1 frente a la baja calidad de la educación. El Gobierno apuesta por la creación de escuelas que eleven el nivel de aprendizaje sobre el promedio.
Los alumnos del Colegio Mayor (COAR Lima) han obtenido buenos resultados en el ámbito mundial en las evaluaciones del programa de bachillerato internacional. 
De los 584.000 jóvenes de 15 años que hay hoy en el Perú, tan solo 156 pueden resolver un problema matemático de máxima dificultad de la prueba Pisa. En Singapur, por el contrario, son 10 mil de un total de 50 mil de esa misma edad los que lo pueden hacer. Con estas sorprendentes cifras, el ministro de Educación, Jaime Saavedra, evidenciaba, ante los más de 400 ejecutivos reunidos hace unos días en la Cumbre Empresarial de la Alianza del Pacífico, la grave situación que atraviesa la calidad de la educación en el Perú.
Ante esta lamentable realidad, tanto el ministro Saavedra como el propio presidente Ollanta Humala han reiterado las últimas semanas que el Gobierno continuará apostando por implementar un colegio de alto rendimiento (COAR) en cada región del país. Y la meta está cerca. Con una inversión de más de S/.360 millones, hace dos semanas el Ministerio de Educación (Minedu) firmó convenios con diversos gobiernos regionales con el objetivo de implementar los COAR en Apurímac, Cajamarca, Huánuco, Loreto, Madre de Dios y Ucayali para que se sumen a las 14 regiones donde estas escuelas ya funcionan.
El último viernes, se incorporó Lambayeque y esta semana se integraría a esta iniciativa Ica, por lo que para el próximo año se espera que estas escuelas estén en plena actividad en 22 de las 24 regiones del país, en beneficio de más de cuatro mil alumnos.

Los colegios de alto rendimiento se basan en un nuevo modelo del servicio educativo que se diferencia radicalmente del resto de las escuelas públicas. Estas diferencias se encuentran, por ejemplo, en que los COAR se concentran en atender solo el tercer, cuarto y quinto grado de educación secundaria, bajo la modalidad de internado. Además, cuentan con una malla curricular especial y con una plana docente de primer nivel.

Otra de las fortalezas de este sistema es su plan de estudios. Al respecto, señala que los cursos que se siguen en los COAR no solo obedecen al currículo nacional, sino también al diploma de bachillerato internacional, programa que, al ser reconocido en el ámbito mundial, permitirá a los estudiantes postular a las mejores universidades del mundo al finalizar sus estudios.

En el primer semestre todos los alumnos están obligados a pasar por una nivelación académica que les permita seguir satisfactoriamente el bachillerato. Asimismo, los alumnos, al vivir en estos colegios, tienen clases de lunes a sábado con una malla curricular de más de 60 horas semanales. Las horas de estudio se dividen entre los cursos regulares (matemáticas, historia, ciencia, etc.), los electivos (idiomas extranjeros, danza, música, oratoria), inglés (diez horas) y asesoría personalizada (tres horas). Al mismo tiempo, el programa les cubre todos los servicios como alojamiento, alimentación, tópico, lavandería y, en algunos casos, hasta peluquería. Los profesores de estos centros son sometidos a un riguroso proceso de selección en el que se evalúa la experiencia en docencia, formación académica y su especialidad en distintos campos profesionales como medicina, ingeniería, derecho, entre otras profesiones, además de ser constantemente capacitados y evaluados.

El modelo aplicado de los COAR en el ámbito nacional, es la calidad de la enseñanza: hay un plan de estudio de 60 horas (el normal es de 30), asesorías personalizadas con tutores y se sigue un programa de bachillerato internacional. Este se desarrolla en 147 países y se basa en tres estándares internacionales: teoría del conocimiento, monografía y creatividad, acción y servicio.
El primer colegio en que se aplicó esta metodología educativa es el Colegio Mayor Presidente del Perú, implementado en el 2010 en Lima. A esta escuela llegaban los mejores alumnos de las diferentes regiones para estudiar el tercero, cuarto y quinto de secundaria.  Para buscar la descentralización del sistema, el gobierno implementó 14 de estos colegios el año pasado e implementará otros ocho, en el centro y norte del país, este año. Enseñanza de primer nivel Estos colegios funcionan bajo la modalidad de internado. Además de la residencia, el Minedu cubre la alimentación de los estudiantes. La inversión anual promedio en los COAR regionales (con 200 estudiantes) es de S/5 millones y en el Colegio Mayor (900 estudiantes) es de S/27 millones al año. Es decir, se invierten cerca de S/26 mil por alumno. Martens asegura que la formación que se brinda vale la inversión.  Para conseguir una vacante , los postulantes han debido ser uno de los tres mejores estudiantes del segundo de secundaria en una escuela pública, haber mantenido un promedio mínimo de 15 en todas las asignaturas y haber ganado un concurso del Minedu.  De los 1.400 egresados del Colegio Mayor, por ejemplo, el 40% ha obtenido becas para estudios superiores. Algunos estudian en México, Canadá e incluso en China. Pese a estos ejemplos, aún es muy temprano para evaluar los resultados de los COAR.