domingo, 26 de agosto de 2018

Una educación más profunda

Para muchos, la educación convencional no prepara a los niños para el Siglo XXI. Este modelo ofrece una alternativa a muchos jóvenes se están graduando y entrando al mercado laboral sin las habilidades necesarias para triunfar. Sin embargo, en muchas escuelas del país, educadores enfocados en la innovación han llegado a lo que creen es una respuesta educativa a los retos del nuevo siglo, lo que llaman un 'aprendizaje más profundo'.
Me acuerdo cuando estaba en el colegio y me preocupaba por mirar el reloj, una y otra vez, mientras el maestro recitaba fórmulas o fechas históricas, morir de sueño, y a la vez morir de ganas por salir a jugar. Quizá lo recordamos como una falla del docente, o como una falla en el sistema educativo. Pero para muchos, la falla es el sistema mismo. 
El sistema educativo actual implica levantarse a la madrugada, escuchar al maestro y tomar nota, estudiar mucho y divertirse poco, llegar a casa y hacer dos horas de tarea, esto fue ideado en el siglo XIX, antes de que la globalización, la computarización y la desindustrialización de la economía transformaran nuestras vidas. En ese entonces una educación estandarizada y financiada por los impuestos de los ciudadanos era un concepto revolucionario. Demasiado ha cambiado desde entonces, pero para muchos la educación no ha cambiado a la velocidad a la que ha cambiado el resto de nuestras vidas. 
Nuestro sistema en su mayoría se adhiere al modelo de educación de hace siglos, el modelo de la fábrica de la era industrial. Hace un siglo, quizá tenía sentido adoptar requerimientos de estar sentado.
El "aprendizaje más profundo" se trata de hacer la educación activa y no pasiva, donde los estudiantes son los motores de su propio aprendizaje. Se trata de enseñar a los niños a pensar de manera crítica, de darles herramientas útiles, de conectarlos con sus comunidades, de fomentar la empatía y de crear conexiones interpersonales. Todo esto ocurre a partir de los intereses del alumno. Cuando los alumnos toman su interés y sus pasiones y mezclan todo, y ellos toman la iniciativa en querer aprender, ahí es donde el aprendizaje real comienza.
En algunas escuelas del distrito de Chaclacayo y Chosica adoptan este modelo, los alumnos escogen y dirigen sus propios proyectos, demuestran lo que aprendieron al final del año exhibiendolos a otros compañeros.
Así, aprenden de los retos de la vida diaria y de la satisfacción de crear un impacto directo en quienes los rodean. ¿Por qué importa este tipo de aprendizaje? 
Los trabajos que se espera crezcan más en los próximos 20 años serán: instalador de paneles solares, técnicos de turbinas eólicas, ayudantes de salud en el hogar, enfermeros personales, desarrolladores de software y apps, y matemáticos. Estos trabajos requieren habilidades en ciencias y matemáticas o habilidades interpersonales excepcionales (lo que se conoce como un coeficiente emocional alto) que
las redes sociales como las conocemos hoy en día. Es difícil imaginar cómo tendrán que ganarse la vida los jóvenes que hoy tienen 4 o 5 años cuando sean adultos. Lo mejor entonces es enseñarles a pensar de manera crítica, a aprender a aprender mejor, a adaptarse rápidamente, a tener confianza en sí mismos, y a relacionarse exitosamente con los demás, una habilidad que siempre será relevante. Aprender cuestionando, creando y enseñando ¿Cómo se ve esto en la práctica? Aprender por medio de proyectos, con el maestro como guía, es una de las claves. “Cuando ellos empiezan a investigar, nosotros vamos viendo, cómo van avanzando y cómo están llegando a donde tienen que estar para aprender. Enfatizo que el rol del maestro sigue siendo tan vital, activo y riguroso como en otras escuelas. “Los estudiantes no pueden hacer un trabajo que sea innovador, creativo, revolucionario, sin una buena estructura e instrucciones claras”.
La estructura no debería impedir sino más bien liberar la creatividad”.
Ese es el rol del maestro en el aprendizaje profundo: no se trata de impartir conocimientos como si los estudiantes fueran recipientes vacíos por rellenar, sino de ser un guía que ayuda al chico a alcanzar su máximo potencial. “Les damos los conocimientos básicos principales para entender una materia, un capítulo de un libro, y luego, basado en lo que ellos quieren aprender, van a ir investigando”.
Así ocurrió con una  estudiante, Christina Rivera, de 17 años del Colegio San Francisco de Asís de Chaclacayo. De pequeña, Christina quería ser artista y se dio cuenta de que aunque amaba el arte, no quería ganarse la vida como artista. Su otra pasión era la psicología, así que decidió juntar las dos y escribir y fabricar ella misma una serie de libros para niños, basándose en sus investigaciones sobre cómo los niños pequeños aprenden más eficazmente. Christina realizó ya como estudiante universitaria de la Universidad Nacional de Educación  una investigacion en escuela primaria de Chosica a la que iba todos los miércoles, para trabajar de la mano con los maestros un proyecto interdisciplinario, donde se conectan no solamente sus intereses sino que también se fortalece su conexión con su comunidad. Estas conexiones interpersonales genuinas son fundamentales al aprendizaje dinámico y profundo: la empatía, la compasión, la autorreflexión y la expresión saludable de las emociones son habilidades que los maestros les ayudan a cultivar y que se aplican día a día. Esto, como el aprendizaje verdadero, no es útil solamente en sus materias académicas, sino que los estudiantes las llevan consigo a sus familias y a sus relaciones por el resto de la vida.

jueves, 2 de agosto de 2018

Un crimen llamado educación


Paredes que hablan

Cuando entras en una casa puedes comprobar cómo son sus habitantes por lo que cuelgan en las paredes, dice mucho de las personas y se podría hacer todo un estudio de la personalidad con respecto a cuadros, fotos u otros objetos colgantes. Cuando se entra en un centro educativo también se puede ver cómo se trabaja en él por la forma de decorar los espacios. Si una clase tiene las paredes limpias estimo que en ella hay mucha transmisión de conocimiento pero no hay vivencias del alumnado. A los alumnos y a las alumnas les encanta ver sus trabajos expuestos en la clase, es como un reconocimiento a la labor que hacen. Cuesta muy poco trabajo exponer la cantidad de actividades que se hacen. Pero no todo sirve para exponer hay que tener en cuenta una serie de premisas:
 1. Los carteles deben ser vistos al pasar, por lo cual no deben tener mucha información, sólo ideas claves.
2. La letra debe ser legible. 
3. Letras e imagen, pero sin abusar de ninguna de ellas.
4. Conviene integrar las materias para difundir tareas más globales ñ.
5. Tener en cuenta el fondo de la pared para que resalte el cartel.
6. Hay espacios en las clases que pueden ser aprovechados para exponer y que a su vez ayudan a la limpieza del aula (debajo de las pizarras, entre radiadores y ventanas…).
7. No abuses de los colores fluorescentes, dañan a la vista.
8. Los murales en grupo para difundir trabajos colaborativos.
9. Coloca una cartulina en blanco para recoger críticas, sugerencias, felicitaciones…
 10. Deja un sitio donde puedan colocar carteles de sus ídolos, sus cantantes preferidos, sus deportistas…
 11. Mensajes cortos y simpáticos de las normas de clase, siempre en positivo.
12. Los carteles deben renovarse, que llamen la atención y no cansen

Pasar lista en clase

He escuchado a muchos colegas decir que pasar lista en clase es una pérdida de tiempo, que hay que ir directamente al grano porque hay mucho que impartir y el tiempo es poco. Dejemos lo de “impartir” para otro día porque eso está denotando una forma de dar clase al estilo más tradicional y es digno de otra entrada.
Hay un agradecimiento generalizado de las familias que reciben un mensaje a su móvil diciendo que el niño o la niña ha faltado. Cuando llegamos a clase, después de los saludos oportunos, es la primera tarea que tenemos: Pasar lista.
Pasar lista es:
– Mirar a los ojos de la persona que nombramos – Preguntarle por qué no vino ayer o en los últimos días.
– Recordarle alguna cuestión pendiente.
– Hacer protagonista al menos unos segundos a cada persona asistente.
 – Alabar cualquier cambio que se haya observado.
– Llamar la atención sobre su forma de sentarse (Yo les decía: ” Cuando sean viejos y les duela la espalda, se van a acordar de mí”).
– Interesarte brevemente por la situación de algún familiar – Prestar una pequeña broma que distienda el ambiente – Preguntar sobre las tareas – Aprenderte los nombres de los alumnos y alumnas a tu cargo. No hay asunto más gratificante que te reconozcan por tu nombre y no te confundan con cualquier otro alumno de la clase.
 – Aconsejar sobre el mejor sitio en que deben colocarse.
– Dar felicitaciones y enhorabuenas sobre algo referente a otras materias En definitiva, es tomar contacto personal breve, a diario, con cada persona y hacerlo partícipe del grupo durante unos instantes. El alumno o la alumna que se porta mal está continuamente nombrado en clase por parte del profesorado, está llamando la atención y lo consigue, pero el que se porta bien y está en su sitio puede que sea ignorado durante seis  u ocho horas por parte del profesorado y esto aviva sentimientos negativos. por esta cuestión pienso que no es perder tiempo el pasar lista en clase porque es dar a cada persona su tiempo y así invertimos en el cultivo de emociones positivas que van a facilitar el aprendizaje. Si conectamos emocionalmente con los estudiantes estamos haciendo que sus neuronas se predispongan a aprender con el trabajo que planteemos. Evitemos que el alumnado se vea obligado a pronunciar frases como estas: * “Es que ese profe me tiene manía” * “Este profe no me habla” * “El profe sólo quiere y presta atención a fulanito que es muy bueno” * ” Con ese profe no me llevo” * ” Ese profe está en su mundo y no le importamos nada” * ” Si el profe supiera los problemas que tengo con mi familia…” * ” Si el profe supiera cómo es mi padre… ” *… Cultivar emociones corresponde con la educación, corresponde con la predisposición hacia el aprendizaje, corresponde con el trato positivo con las personas, corresponde con la idea de formar grupo, corresponde con no tener miedo a expresar y mostrarnos como somos, corresponde con compartir con nuestro alumnado nuestras alegrías y nuestras tristezas, es humano.