En una visita que realice a las instalaciones de la IEP "San Carlos" del distrito de Chaclacayo, mi amigo y colega y director Juan Domingo, explica a un grupo de padres por qué se definen como un centro de educación alternativa. Él les decía que "Sus principios y objetivos son distintos a los tradicionales, ubicándonos dentro de una corriente pedagógica que plantea una forma más humana de acceder a la experiencia educativa dentro de la escuela. En este contexto el afecto es un elemento trascendental, es el alma del trabajo pedagógico y principio base de nuestra propuesta”.
Despues ya cuándo terminó la Asamblea con los ppff, conversamos mas sobre el tema en su oficina, y me decia que entre los recursos que emplean para desarrollar las habilidades intelectuales de sus alumnos se encuentra una de las más interesantes novedades en el campo pedagógico: el método del aprendizaje basado en proyectos, en el que destaca la participación de los estudiantes en su proceso de aprendizaje. “En los proyectos, los estudiantes participan en el proceso de indagación, investigación y producción material. Se pretende que los proyectos respondan a los intereses, las necesidades y las posibilidades de los estudiantes. A través de ellos, no solamente se atienden las exigencias curriculares oficiales, sino que también se potencian e integran a otras materias y áreas formativas”.
Ahora les digo que el método de proyectos se encuentra desarrollado nada menos que en Finlandia, país reconocido por tener el mejor sistema educativo del mundo, lo cual se ha ratificado en los últimos años al obtener sostenidamente el primer lugar en las famosas pruebas PISA. Del mismo modo en Cuba, país señalado por la Unesco como el de mayor desarrollo educativo en Latinoamérica, también aplica el mismo método. Ciertamente las escuelas alternativas no solamente emplean el método de proyectos. También cuentan con una gama de herramientas pedagógicas que tienen por objetivo desarrollar actitudes afines a los valores que promueven, como son la solidaridad, la búsqueda de la verdad, la libertad y la creatividad. Paralelamente se desarrollan las habilidades intelectuales y las destrezas. Si bien ya existen en Perú varios colegios que han optado por un método alternativo, aún son islas de modernidad educativa. Mi experiencia me dice que la mayoría de los colegios “prefiere ir a lo seguro”, es decir, hacer lo que satisface a los padres, que es una educación tradicional, con currículo tradicional, que entrena a los alumnos principalmente para responder a las preguntas que les harían las universidades si tuvieran que dar exámenes de ingreso hoy. El problema con los nuevos modelos es que las universidades y carreras del futuro aún no existen y, por otro lado, no es posible innovar si se mantienen las cosas tal cual. La innovación vendrá de colegios de calidad, de instituciones que se atrevan a ir contra la corriente. Los padres tendrán que optar entre la educación tradicional o la que plantea una visión innovadora, y eso requiere coraje e intuición.
Al hacer un panorama de la oferta educativa privada en el Perú, hay varios centros educativos particulares caracterizados por su excelencia académica, la mayoría de ellos basados en su propia tradición y tratando de responder a las exigencias económicas de sus alumnos. Otro tipo de centro educativo privado es el que se esfuerza por garantizar a padres y alumnos sobre todo el acceso a universidades y recientemente hay esfuerzos empresariales por asociar oferta de centros educativos en los que la tecnología y el inglés son las principales ofertas.
Los resultados de evaluaciones censales hechas en el Perú indican que a mayor nivel socioeconómico de los estudiantes los colegios particulares presentan mejores resultados que los públicos. Sin embargo en contextos de pobreza la educación privada presenta resultados más deficitarios que los de las también deficitarias escuelas públicas. Es decir, contamos con una educación privada muy heterogénea en la que se combinan centros educativos de excelencia con centros informales que no debieran existir si hubiese acreditación institucional rigurosa.
En ese contexto ¿es viable la aplicación en el Perú de un modelo educativo de vanguardia como el finlandés? Yo diria que no. Porque ningún modelo externo es aplicable al Perú debido a que son contextos y actores diferentes. Lo que debe hacerse es recoger ideas de la observación de lo que hacen otros países pero la síntesis tiene que ser local. Y si no se construye localmente el modelo, los funcionarios y actores de la educación no lo sentirán suyo, el Ministerio de Economía y Finanzas no lo financiará y morirá en el papel. Hay que aprender de las experiencias exitosas nacionales.
El modelo finlandés no podría aplicarse en un país tan desigual y con tantos déficits acumulados como el Perú. La tentación de pensar en modelos de desarrollo educativo exitosos en otros países y trasladarlos adaptados al nuestro siempre será grande.
Yo recuerdao que entidades de financiamiento internacional en las dos décadas pasadas trataron de trasladar modelos auspiciados por ellas mismas que a la postre no dieron resultado en sus propios países. En nuestro pais tenemos el caso del modelo de la municipalización privatizadora difundido a partir de la experiencia chilena, que es hoy severamente criticado y modificado en el país vecino. Sin embargo, hay lecciones de la mejor experiencia internacional que debiéramos tomar en cuenta”.
El rol del Estado en materia educativa requiere ser proactivo y responsable, capaz de regular la educación de propiedad privada, de exigir y apoyar a quienes pretenden cumplir una función pública y, sobre todo, de fortalecer la educación que depende directamente de él.
El Estado debe lograr un buen sistema nacional de educación pública que garantice el derecho a una educación de calidad de todos, particularmente la de quienes menos capacidades económicas tienen. La calidad del sistema educativo público termina siendo el referente real y concreto de la calidad de la educación de un país.
Ciertamente no se trata de trasladar experiencias sino de adaptarlas a la realidad local, considerando las particularidades del país. Manos y cerebros a la obra.
La tendencia hacia la privatización educativa
hacia fines de los noventa el sector público atendía al 85% de la matrícula del sistema educativo, en tanto el 15% restante era atendido por el sector privado. En lo que va del nuevo siglo, el panorama se modifica significativamente: la cobertura de atención del sector privado en 2017 creció 68% respecto a la de 2000, y se incrementó en poco más de un millón de estudiantes a costa de la caída creciente de matrícula en centros educativos estatales.
¿Cómo funciona el modelo educativo finlandés?
Finlandia es reconocido como el país con el mejor sistema educativo de Europa, dado su persistente liderazgo en las pruebas PISA. Se dice, por ejemplo, que los niños finlandeses de hoy estarán en un futuro no muy lejano entre los profesionales más preparados del mundo. En el país el fracaso escolar es casi nulo y se dedica solamente el 6,25% del PIB a la educación.
El Esistema público finlandés tiene la particularidad de que en él ningún alumno queda excluido. Ello se ha logrado con centros públicos donde la enseñanza, materiales y comedor son gratuitos; la autonomía de los centros se expresa en las aulas; el currículo por aplicarse es decidido en cada municipio y por el profesor. La educación obligatoria comienza a los siete años y recién a los 10 u 11 los alumnos tienen calificación numérica.
Otro aspecto clave es que ser profesor en Finlandia es un honor y demanda exigencias. La nota de aspirantes a docentes en la universidad debe ser superior a 9 sobre 10 y después deben obtener máster para ejercer la docencia. Son las pruebas más duras de todo el país. De cada 1.600 estudiantes matriculados, solamente llega a ser elegido el 10% de los postulantes.
Y el premio a la dedicación es interesante. El pago anual promedio a los maestros finlandeses asciende a US$ 38.000.
Durante los primeros seis años de primaria, los niños finlandeses tienen en casi todas las asignaturas al mismo maestro. Recién en el quinto año de la escuela se aplican las calificaciones numéricas, de modo que no se fomenta la competencia ni las comparaciones entre alumnos.
En el sistema educativo finlandés rige el principio de una educación continua no dirigida a la evaluación. Se busca enseñar para la vida y cómo comportarse en sociedad, y que el niño “aprenda a aprender”.
En este contexto se encuentra la herramienta de aprendizaje por proyectos, en los que participan activamente los alumnos.
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