viernes, 13 de mayo de 2016

La aventura de enseñar Ciencias Naturales en el aula

Ahora que se acerca la V Feria Escolar de Ciencia y Tecnologia me falta aun mas comprender las grandes ideas de las disciplinas científicas, como la biología, la física, la química, las ciencias de la tierra, etc, ya que la ciencia es una actividad humana e histórica en la que se construyen capacidades del pensamiento científico, como la capacidad de hacer preguntas, de tener una mirada curiosa y al mismo tiempo rigurosa sobre la realidad.
Lo que veo en las investigaciones es que todavía la enseñanza de las ciencias en primaria y en secundaria es muy reproductiva. Todavía se ven formas de trabajo en las que los chicos pueden manejar terminología y dar definiciones enunciando conocimiento que  aprende de memoria, sin mucha reflexión. Hace falta mucho trabajo enfocado en enseñarle a los chicos a diseñar experiencias, a resolver problemas, a formular preguntas, a ir al corazón de las ideas y de cómo la ciencia conoce el mundo.
Hay mucho que trabajar, hay que buscar anclar los temas que están en los programas de estudio y en las currícula. Por ejemplo, si yo tengo que enseñar la células, la pregunta es: ¿desde cuándo sabemos que hay células? ¿Cómo podemos dar cuenta de las principales investigaciones que las  encontraron? ¿Cuáles eran sus funciones? ¿Cómo sabemos que las células se desarrollan? ¿La célula de un embrión se va desarrollando en una neurona o en una célula muscular? ¿Quiénes son los que investigaron eso y por qué? ¿Cuáles fueron sus preguntas?  O por ejemplo, si yo quiero enseñar electricidad, cuáles son las ideas centrales sobre ese tema, cuáles son las mejores estrategias didácticas para enseñar este tema a un chico de primaria o de secundaria.
Una de las grandes avenidas que hay que recorrer es empezar a enseñar en los profesores las ideas científicas asociadas a los procesos por lo cuales fueron construidas. Esto a veces implica partir de casos históricos, y en algunos de esos casos se puede hacerlo recreando esa misma investigación con los estudiantes de Educación, para que luego sea algo que puedan llevar a sus aulas en el futuro cuando sean docentes. También se puede ensayar con docentes en ejercicio hacer investigaciones en el aula.
Entonces, habrá mejoras si los docentes enseñan de un modo más activo y más desafiante. Por otro lado, la formación docente es algo que ocurre toda la vida, por eso para mí es muy importante el desarrollo profesional posterior. Cuando uno ya está en la escuela está haciendo sus primeras practicas con los chicos y tiene la realidad frente a sus ojos.
Conversando con muchos colegas de diferentes colegios de Ate, Huaycan, Chaclacayo y Chosica es que debe haber un acompañamiento a los docentes en sus aulas para que puedan poner en práctica los nuevos enfoques didacticos sobre las ciencias. Esa es una de las varias formas que puede tomar.  En el caso de ciencias naturales el enfoque es por indagación. Se discuten las secuencias y los docentes las ensayan en el aula idealmente.
Las personas que van acompañar o asesorar a los docentes deben ayudar al docente a planificar sus  actividades o cómo se pueden adaptar y cómo hay que hacerlas. Con los tutores debe haber espacios de reflexión posterior sobre qué sucedió, qué salió bien, que no y cómo hacer para que todos los alumnos estén incluidos en las dinámicas de clase. Entonces, ¿esta formación situada qué implica? Acercar nuevos enfoques, nuevas estrategias de la mano de capacitaciones y también de secuencias, de materiales didácticos, y que eso sea un insumo para que los docentes tengan que ensayar cosas distintas con sus alumnos; todo acompañado por un proceso de reflexión con tutores.
A los docentes hay que ofrecerles sesiones y herramientas para que puedan ensayar cosas nuevas respecto a lo que están haciendo, pero ensayarlas en sus contextos reales. En la medida en que uno tiene un espacio propio para discutir cómo esa secuencia posible toma forma con mis alumnos y con mis intereses, talentos y capacidades es ahí donde se produce la apropiación.  Lleva tiempo, no es de un día para el otro. Es algo que hay que hacerlo por un tiempo sostenido muchas veces.
Las clases donde hay una misión, un objetivo, una pregunta a resolver, o una investigación que llevar a cabo generan un trabajo donde la voz de los alumnos tiene un rol protagónico, donde cada uno tiene distintas cosas que aportar al equipo, versus clases donde los alumnos tienen un rol pasivo de consumidores y no terminan de comprender la totalidad de la idea. Esto no quiere decir que todas las clases tengan que ser investigaciones en grupo, experiencias o salidas, pero sí que tiene que haber un balance entre los momentos donde el docente pasa en limpio, sistematiza, organiza, explica, y momentos donde los alumnos tienen que arremangarse y poner manos y mentes a la obra.  
Ahora lo más difícil es la evaluación, porque cuesta armar evaluaciones que valoren si un alumno aprendió un proceso de una manera más profunda versus un conocimiento más superficial o declarativo.
Las evaluación deben ser preguntas para pensar, de problemas y de casos. Los alumnos no tienen que declarar y enunciar información, sino usar eso que aprendieron para resolver algo, aplicado a resolver alguna situación nueva. Esto es algo que hay que trabajar. Es posible, pero es arduo de trabajar con las escuelas,
A través de esas preguntas se registra no solo si el alumno aprendió la idea, sino si aprendió alguna capacidad particular de pensamiento. Entonces, por ejemplo, si yo quiero ver si un estudiante aprendió a diseñar un experimento, le tengo que proponer una situación donde tenga que hacer un experimento nuevo. Si quiero entender si aprendió una simple idea de los seres vivos y no vivos, una opción tradicional sería que me lo diga, que me cuente cuales son las características de los seres vivos y la diferencia con los no vivos; en cambio una pregunta para pensar sería: “Juan se encontró en la playa un objeto que no sabe si está vivo o no, ¿Qué tendría que mirar para darse cuenta? ¿Qué le recomendarías que mire? ¿Si tuviera un microscopio qué tendría que hacer?”. Es el mismo conocimiento, pero puesto al servicio de resolver una situación, versus un conocimiento que simplemente se declara y se puede olvidar al día siguiente sin haberlo entendido.  
El secreto es tan simple como evaluar lo que yo estoy enseñando. Si yo estoy enseñando procesos de pensamiento y capacidades tengo que evaluar eso. Y la manera de evaluarlo es la más auténtica posible: que tengan que poner ese conocimiento en acción. Por ejemplo, si yo les enseñé a formular preguntas, en la evaluación tiene que aparecer una instancia donde tengan que formular preguntas propias.
Para mí eso es un gran punto de partida sobre el cual se debe seguir construyendo y educando la curiosidad que tienen los niños y niñas.  Partimos de una mirada proto científica o científica desde la que los chicos ven el mundo desde la curiosidad, las ganas de entender y las ganas de probar a ver qué pasa.
Pero lo que muestran las investigaciones es que si eso no se retoma en la enseñanza, si no hay alguien que te enseñe en la escuela, que te enseñe a que esa curiosidad natural florezca y se convierta en hábitos de pensamiento un poco más rigurosos y sistemáticos, eso nunca se termina de construir. Ese proceso te lleva a una manera potente de mirar la vida, de analizar información de cualquier tipo, de ver si lo que nos dicen tiene o no tiene evidencia. Eso es parte central del pensamiento ciudadano. Mirar los datos, y ver que me dicen esos datos y esas evidencias. Me refiero no solo a materiales relativos a órdenes de la naturaleza, como por ejemplo aprender a poner datos de cuestiones económicas sobre gráficos o ver que evidencias hay en el discurso de un político. Esas miradas de las evidencias sí es algo que se construye con la enseñanza. Lo que nos demuestran los estudios es que no es espontánea si nadie me lo enseña. Para mí este es el rol central de la escuela en la formación específica de los alumnos.  
Entonces el metodo denenseñanza por indagación, es un metodo que permite la integración con otras materias, por ejemplo, poner a los chicos en el rol de investigadores implica que tengan que aprender a escribir lo que piensan, a argumentar, que tengan que aprender maneras creativas de comunicar lo que tienen, donde quizás haya posibles articulaciones con la educación artística;  y donde tienen que usar herramientas matemáticas para medir, para analizar datos, para graficar. Es una enseñanza cuya naturaleza es más interdisciplinaria. Hay que poner todo en relación.
Hay muchos recursos para enseñar Ciencias Naturales en el aula, y uno de velas son las TIC, particularmente los simuladores donde uno puede manipular las variables y los sensores con los que se registran temperaturas y se pueden tomar datos, como también muchos otros softwares, son una gran oportunidad para darle vida a la ciencia en el aula. Al mismo tiempo el desafío que tiene la introducción de las TIC, como cualquier otro recurso educativo, es generar un acompañamiento al docente en el fortalecimiento de esa mirada didáctica para que el recurso no se coma el objetivo de lo que quiero que los chicos aprendan. Muchas veces lo que pasa con las nuevas tecnologías es que, a veces por atractivas, algunos docentes dicen “Te voy a mostrar este video, esta simulación” Buenísimo, ¿Pero qué quierés que los chicos aprendan? ¿Por qué lo están usando? ¿Cómo se integra esto a lo que quierés que tus alumnos aprendan en esta unidad didáctica? Es decir, el desafío es el mismo que con toda la enseñanza de las ciencias y su didáctica.

La filosofía para niños y niñas

Conocí este proyecto por un colega que trabaja en una IE en Chosica,  converse mucho con él del tema, casí como tres horas. Mario mi amigo no es profesor de Filosofía, el es profesor de Primaria.
La conversación con Mario me hizo escribir en este artículo los puntos más esenciales de este tema.
El objetivo es enseñar a los niños y jóvenes a pensar críticamente, reflexivamente y analíticamente. Una de sus metodologías es la indagación como espacio grupal de diálogo y reflexión.
Considero que ser profesor o profesora de filosofía no es un requisito indispensable ni necesario para adentrarse en este proyecto. Lo que considero indispensable es que la persona que lleve esto al aula tenga una formación específica en Filosofía para Niños. Es decir, podría ser un profesor, una profesora, o un profesor de un área que no sea específicamente filosofía.
El hecho de tener una formación en filosofía no es garantía de ser un buen guía, o un buen facilitador del dialogo filosófico con los niños  o las niñas. Es necesario disponer y desarrollar una sensibilidad filosófica, un tipo de escucha especial que se integre a aquella formación, incorporando herramientas y recursos para generar espacios de reflexión, para aprender a hacer aquellas preguntas que abran el dialogo.
La propia profesora que guía el dialogo filosófico puede ser, por ejemplo, del área de matemáticas o de lengua, lo cual implica que esas herramientas o esas maneras de preguntar y de hacer le pueden facilitar la trasferencia de un momento a otro. Esa es otra cuestión interesante para pensar.
Independientemente de que los docentes tengan o no formación en filosofía, puede que intuitivamente tengan mucho oído filosófico y se les ocurran muchas preguntas para los niños. Como también puede suceder que no tengan esa facilidad y necesiten ir aprendiéndola.
El proyecto en sí mismo es una propuesta pedagógica, educativa, y al mismo tiempo filosófica y política.
Lo político yo lo vinculo sobre todo con habilitar un espacio a partir del cual los niños puedan pensar de forma independiente y puedan considerarse como personas más capaces de desarrollarse en el mundo y de relacionarse de forma democrática con otros.  En un sentido emancipador en cuanto que los niños ganen autonomía a la hora de pensar y actuar. Este es un objetivo político que tiene un fundamento filosófico y un fundamento pedagógico. El proyecto, desde sus inicios, tiene estos propósitos muy claros y definidos. La idea es trabajar para que los niños aprendan a pensar de una manera más compleja y que puedan desarrollar sus habilidades de pensamiento.
La idea de este proyecto es partir siempre de un recurso. Puede ser por ejemplo un recurso literario, una narración, que presente esa problemática, pero también se puede trabajar a partir de un juego, en donde se arme una dinámica grupal que ponga en cuestión el tema de si hay que decir la verdad o no. Nuestro trabajo inicial será presentar el recurso de manera que sugiera cuestionamientos, preguntas, y a partir de ahí ya podremos iniciar un diálogo sobre el tema.  
El recurso sirve para que los chicos se formulen esa pregunta; que los recursos sean medios o excusas para que aparezca una pregunta y que la pregunta pueda surgir de los niños. Los temas no los vamos a proponer directamente, sino que vamos a proponer un contexto que habilite un cuestionamiento. Esa pregunta tendría que nacer de los niños, ese es el propósito del trabajo
En realidad esta proyecto es propiciar el dialogo, quien decide de qué se va a hablar en esa sesión no es el docente; son los niños y las niñas los que deciden que quieren hablar de tal cosa a partir de una pregunta. Lo que nosotros vamos a hacer es ayudarlos a pensar sobre el tema. Por ejemplo, la verdad y la mentira, es algo que en la infancia tienen siempre marcado a fuego.  Vamos a poner en cuestión eso, a dar contraejemplos, a matizar, para que ellos puedan ir construyendo su mirada sobre ese tema. Eso es lo que genera pensamiento autónomo. Por lo tanto, no vamos a decirles lo que es la verdad o lo que dijo alguien sobre que es la verdad, sino orientar las preguntas para que ellos puedan pensar su propia experiencia para elaborar su propia definición. Apuntamos a desmontar prejuicios para que ellos después construyan sobre eso. La idea es justamente que ese dialogo dado en comunidad de indagación filosófica, es decir con los pares, genere un conflicto en el pensamiento y nos haga pensar y buscar múltiples maneras de ver las cosas. Eso es la filosofía en definitiva. Eso sería hacer Filosofía para Niños.
Justamente se debe dar mas hincapié en los cursos, una cosa es que uno parta de su experiencia para responder, y otra cosa es tematizar el problema de alguien. Es decir, yo puedo dar como ejemplo alguna situación donde dije una mentira para ilustrar lo que pienso, lo que es diferente a que lo que yo hice se convierta en el centro de la discusión. Ese límite es muy importante tenerlo presente, porque en ningún caso se trata de discutir los actos de los otros, en ponerlos en tela de juicio. Realmente hay que ser muy estricto como guía de un dialogo para evitar que pase eso, que se tematice la acción real o la experiencia de alguno convirtiéndola en el centro de la cuestión.
Lo afectivo y lo creativo, está incorporado dentro del propio acto de pensar. Los chicos investigando sobre un tema y pensando todos juntos, van a poner en juego sus sentimientos y van a poner en juego también sus afectos. No es que éstos deban quedar afuera, pero no van a ser el tema que se va a tratar la clase, no van a ser el contenido de lo que vamos a hablar.
En ese caso el arte, la música, el cine, funcionarían como pretextos igual que una narración, son como un punto de partida para trabajar habilidades de pensamiento, pero no entendidas solo desde el pensamiento lógico y el pensamiento crítico, sino teniendo presente el pensamiento en todas sus dimensiones. En Filosofía para Niños hablamos de pensamiento crítico, creativo y cuidadoso. Ahora el pensamiento cuidadoso es el pensamiento empático, es el pensamiento que te permite ponerte en la piel del otro. Por ejemplo, si a un chico se le ocurre decir algo ofensivo para otro, que puede estar presente o no, se apunta a orientarlo para que su pensamiento se vuelva más cuidadoso, y para que así pueda darse cuenta de las consecuencias de su decir. Esa dimensión del pensamiento es transversal a lo crítico.  No es un pensamiento digamos cuidadoso de sí mismo, sino cuidadoso del otro. En ese sentido también hay un despliegue sensible y hay un pensar desde un sentir.
En el caso del trabajo  en el arte, se puede ver cómo una experiencia estética nos puede servir para pensar sobre nuestro sentir, ya sea sentir como percepción o como afecto. El arte está propuesto como un recurso, para motivar alguna problemática filosófica o algún tema. Al igual que con cualquier otro recurso, el objetivo es que nos sirva para pensar. El sentimiento va a estar, vamos a sentirnos de determinadas maneras ante una obra musical, ante un cuadro; pero el objetivo es saltar de ese sentimiento y poder pensarlo, poder pensar sobre aquello que sentimos.
La idea es trabajar en simultáneo estas tres dimensiones. Es decir, crear una idea es algo en sí mismo creativo, pero también el poder ser crítico respecto de eso que produjimos. O que eso que produjimos pueda ser cuidadoso con el entorno, que no lastime a nadie, que no ofenda a nadie. Todo el tiempo están jugando las tres dimensiones.
La idea también es que los niños y las niñas tengan la posibilidad, no solo de pensar algo con  la cabeza, sino que también puedan, por ejemplo, pensar con el cuerpo: se puede bailar una idea, se puede dibujar un concepto. No sé si diría exactamente objetivarlo, pero sí hacer que el pensamiento no solo circule por la palabra, (aunque la palabra sea central porque nos interesa justamente ese dialogo desde distintos puntos de vistas), pero también que puedan encontrar modos diferentes de expresar una idea. Sobre todo teniendo en cuenta la diversidad de inteligencias, o la atención a la diversidad, ya que no todos los niños y las niñas tienen las mismas maneras de expresarse. Utilizar diferentes recursos para dialogar de otras maneras es algo que estimulamos mucho en el proyecto, la acción es darle la voz a los niños y a las niñas, cuantas cosas tienen los niños para decir, a mi me sorprende que los niños tengan tantas ideas, pero si te das cuenta en las aulas hablan más los docentes que los niños. La propuesta de Filosofía para niños es proponer justamente lo contrario.

domingo, 1 de mayo de 2016

¿Quieres darle una educación totalmente diferente a tus hijos?

La mayoría de la gente pasa 14 años en la escuela. Eso son 5110 días,  sin contar las vacaciones. Ya que algunos niños y niñas vienen a vacaciones útiles,  en total son más de 4270 días que vienen a las escuelas.
Puede que te suene a un sueño imposible en las condiciones actuales en las que se encuentra sumido el actual sistema educativo, al cual yo denomino educación tóxica. Tengo algunas amistades en Lima y en otras regiones del Perú que tienen hijos en edades de Inicial, primaria y secundaria y les escucho muy preocupados al sentir que las escuelas están minando la belleza y la creatividad de sus hijos. Les escucho decir que la escuela, en lugar de ser un espacio de donde los chicos vuelven contentos y felices, se está convirtiendo en un verdadero calvario para algunos de ellos. Cuando les ves llorar al darse cuenta que sus hijos han sido víctimas durante meses de acoso escolar, te das cuenta que tienes que hacer algo para ayudarles a encontrar una solución. Sobre todo cuando les dices que sí existen modelos educativos alternativos, pero ellos te responden: -Está bien, te creo, pero ¿dónde están esas escuelas?    
Si formamos y educamos a nuestros estudiantes de la misma forma en que se educó a la gente que creó el modelo actual, no habrá ningún cambio.
La escuela donde yo trabajo, está liderando la transformación del sistema educativo, en la zona donde se ubica, con el objetivo de que niños y niñas crezcan felices, que aprendan a ser personas con iniciativa, capacidad de innovar y tener empatía. No somos una élite, me imagino que habran mas escuelas. 
El colegio matemático Cesar Valle jo,  es una I.E. independiente y sin ánimo de lucro que lidera la apuesta por la innovación y el emprendimiento social, construyendo una sociedad de ciudadanos que sean actores de cambios. Estamos educando a los niños de una forma diferente, promovemos el aprendizaje activo, y que están centrados en las personas y no solo en el contenido. Enseñamos a trabajar en equipo, a tener empatía y a resolver conflictos.      
Aquí en nuestro pais, hace falta un cambio de paradigma. Que todos veamos claro que el mundo ha cambiado y que cambian las habilidades que necesitamos aprender para tener éxito, felicidad y contribuir al mundo. Del mismo modo que hace muchos años se decidió que todo niño del mundo debía saber leer y escribir, hoy tenemos que exigir que todo niño debe aprender a ser una persona con iniciativa, con capacidad  de innovar, de crear respuestas a nuevos problemas y de tener empatía. Si no, se quedará atrás.
Lo que quiero es, sobre todo, que mis estudiantes sean buenas personas y sean felices. Es que esa es la prioridad de la educación. Y después, que sean lo más competentes posible con sus capacidades individuales y con el entorno en el que se encuentren.
Yo creo que hay dos valores que se tienen que aprender simultáneamente. Uno es la libertad y el otro es la justicia. Uno es un valor personal, el otro es un valor social. Y la escuela, entiendo, tiene que enseñar ambos valores a la vez, y que ambos tengan el mismo peso. Si predomina la libertad sobre la justicia, estamos descuidando a los demás. Si predomina la justicia sobre la libertad es que no somos suficientemente capaces de pensar por nosotros mismos.
Desconozco los retos del siglo XXI, pero lo más importante es que se requiere de gente curiosa, gente flexible, gente capaz de adaptarse. Todos los nuevos retos nos exige estar despiertos y cambiar.
La infancia en este momento tiene un drama existencial muy fuerte. Y es que es una incomprendida. Sabemos muchísimo desde el rigor científico. Sabemos cómo es un niño, cómo crece. El niño está siendo objeto del deseo. De un deseo mercantil. Es un niño que tiene que tener una cuenta de resultados. Y lo sabemos por esta manía a los informes PISA, en donde lo que interesa es que el niño tiene que tener resultados, resultados y resultados. No hay turbulencia ni caos. Todo tiene que estar controlado. Eso está haciendo niños a varias bandas. El niño que no llega, el niño marginado.
El colegio responde a la necesidad de ser. De poder ser uno. Y poder ser uno con otros, en un mundo de niños. Nada mas y nada menos. El secreto y arte de nuestro modelo pedagogico, que no es una receta ni un modelo rígido, sino algo que se está recreando continuamente, está en generar esa chispa que haga que la pasión ponga en movimiento la voluntad de búsqueda, la voluntad de conocer. Generar esa inercia que provoca que un niño se sonroje porque acaba de descubrir algo nuevo, por esa intensión de querer estar en el mundo, Esa voluntad de querer estar en el mundo y conocerlo, en un presente, en el ahora
Intentamos conseguir que el contexto socio-económico no sea el elemento que defina el futuro de nuestros alumnos o su éxito académico y personal
Hace muchos años que descubrí mi elemento, eso que Ken Robinson denomina el espacio donde se encuentra tu pasión y tus talentos. Hace dos años que comencé formalmente a escribir e investigar para mi blog. Todo el contenido es contrastado, analizado, desmenuzado. No es poco, pero es intenso. Ayúdame a llegar a muchas más personas, porque esta iniciativas las tienen que conocer muchos docentes de Ate y de toda Lima, que están desesperados por encontrar nuevos modelos educativos. Estas noticias las tienen que leer miles de padres de familia en todo Ate y Lima, que no saben cómo dar solución a la frustración que ven dibujada en el rostro de sus hijos. Fui una víctima más del fracaso escolar, en la década de los 80. A inicios de los 90 encontre mi pasión a descubrir mis talentos ahora a los cuarenta años, ayúdo a que más gente descubra que hay otro camino, que hay otra solución, que las cosas se pueden hacer de otra forma y que ahora es el momento para cambiar la educación tóxica.