Durante mucho tiempo los docentes peruanos hemos priorizado el rendimiento de nuestros estudiantes, dejando de lado factores que continúan sin considerarse significativos como la enseñanza de valores, danza, deportes, etc.
El modelo tradicional enfatiza que, mientras el docente enseña el estudiante debe aprender, y que el éxito o el fracaso de esa relación educativa queda subordinada, casi exclusivamente, al talento y al esfuerzo del estudiante. Sabemos que enseñar y aprender involucra un camino más complejo, donde cada alumno y cada docente con sus actitudes y resultados escolares pone en evidencia cómo marchan las políticas educativas, la escuela, la vida familiar y sus propias emociones.
El aprender y el convivir en el aula, mantienen una relación tan estrecha que obliga a concertar una alianza solidaria; dos caras de una misma moneda difíciles de desvincular de la vida escolar, y que gestionadas adecuadamente permiten experimentar aprendizajes y desarrollo personal e institucional.
Las escuelas han sido siempre ámbitos espontáneos de convivencia; sin embargo, hoy las interrelaciones de quienes participan en estas comunidades educativas no pueden seguir siendo improvisadas sino que precisan ser planificadas.
A convivir se aprende en un lento camino que comienza en la primera escuela que es la familia y continúa en la escuela. Así, el niño, los adolescentes, entran a la escuela con sus distintas formas de relacionarse, y es en la interacción donde surge un clima social que puede favorecer o impedir que se cumplan los objetivos educativos con calidad.
Por esto, aquellas escuelas que buscan promover distintas actividades culturales y que organizan y gestionan de manera competente la cultura institucional y el clima de convivencia, son escuelas que logran desenredar los conflictos y enfrentan indisciplinas y violencias con idoneidad. En un largo camino que aún no finaliza, nuestra IE Cesar Vallejo se organiza adecuadamente y gestiona de manera idónea la complejidad institucional, priorizando el buen clima escolar y el tiempo real de aprendizaje.
Así, la enseñanza y el aprendizaje en la escuela se debe asentar en un clima positivo de relaciones interpersonales, el que estará influido: por el tipo de acuerdos que se establecen entre directivos, docentes y estudiantes, por la forma en que se establece la comunicación y cómo se organizan las rutinas administrativas y educativas. Si aceptamos a la escuela como un organismo social vivo, la comunicación que se establezca en ella debe generar las condiciones necesarias para que sea una escuela relevante y así, pueda realizarse el proyecto educativo institucional en un clima de bienestar.
La investigación nos ha mostrado cómo cuando los estudiantes consideran que las clases han sido bien planificadas, sienten que los docentes se esfuerzan por explicarles, están motivados a estudiar y perciben que han aprendido mucho, los niveles de conflictividad y violencia resultan inferiores.
Estudios realizados en la escuela, demuestran que los docentes a los que les gusta lo que hacen, son más generosos en las evaluaciones, se muestran más tolerantes, escuchan a los alumnos y estimulan la participación, logran mejores resultados que los docentes competentes en su materia pero más fríos y distantes con relación a la clase. Cuanto más pequeños sean los alumnos, más importante será la relación afectiva. Una sonrisa, un abrazo, una palabra amiga, frecuentemente tienen efectos más positivos sobre el aprendizaje que muchas órdenes y discursos aleccionadores.
Ahora, en cuanto a las evaluaciones que buscan medir calidad, tienen un importante peso cuando se intenta medir sólo el dominio de los estudiantes en relación a cuánto saben sobre Lenguaje, Matemática, Ciencias Naturales o Ciencuas Sociales. Pero, desde hace tiempo reconocemos la ausencia de otros aspectos más allá de lo estrictamente académico y un marcado déficit de formación inicial y continúa de los docentes en aspectos que hacen a una verdadera formación integral. Es importante tener en cuenta, cuando se piensa en establecer un nuevo sistema de clasificación y responsabilización, que el desempeño de los estudiantes no solo se debe basar en exámenes académicos sino también en factores relacionados al desarrollo social y personal de los individuos. Es por esto que formarse para educar integralmente a los estudiantes, exige organizar una estrategia de gestión para la formación de valores y otros aspectos “no cognitivos”, para lo cual, se requiere el esfuerzo decidido de directivos, docentes, alumnos y padres, con la finalidad de que se revisen las prácticas institucionales, su estructura, organización y procedimientos y se pongan al servicio de un proyecto educativo integral.
La violencia implica abuso de poder y este se puede dar en gran cantidad y variedad de situaciones, algunas ruidosas que conmocionan a todo el colegio, y algunos tipos de violencia difíciles de observar que pasan desapercibidas pero causan mucho daño.
La implementación de programas de prevención requiere siempre de una adaptación a la realidad local teniendo en cuenta las características de la propia comunidad escolar en particular la de los alumnos y las familias.
Así, a nivel de todo el colegio, se espera un apoyo para todos los estudiantes ya sea a través del currículum o de los reglamentos escolares, la infraestructura, la capacitación docente o la integración familia/escuela.
Lo importante es que se abarque a la comunidad escolar en su conjunto y pueda mirar a largo plazo. Algunos ejemplos concretos pueden ser:
- Establecer una disciplina justa y clara para los estudiantes y la comunidad escolar.
- El perfil de alumno, los alumnos deben saber lo que se espera de ellos en el colegio, lo cual muchas veces se da por sentado. Una vez que se definen dichos valores formativos, deben ser comunicados a la comunidad escolar y enseñados de forma permanente.
Lo más complejo de esta parte es situar a la disciplina como algo positivo que es esperado en los alumnos, y no basarse solamente en las prohibiciones del sistema escolar. Por ejemplo, es diferente una norma que dice “no ensuciar” versus “cuida tu aula ”, ya que el mensaje está puesto en lo que se espera efectivamente de los alumnos. Ahora, un afiche por sí solo no va a modificar conductas necesariamente, sino que es necesario enseñar dichas conductas. La mejor forma de hacerlo es establecer interacciones positivas con los alumnos por ejemplo, lo cual va a incrementar la probabilidad de que el cambio ocurra.
La idea es asumir que la relación que establecen las personas con su entorno influye en su conducta y viceversa. En este sentido interesa promover una serie de principios de esta metodología tales como vigilancia natural, fomento del control de accesos, fortalecer el sentido de pertenencia con el espacio escolar, reforzar la identidad del espacio escolar y fomentar la participación, entre otros.
Una forma sencilla de invitar a construir nuestra Institución Educativa es preguntar a los mismos estudiantes cómo les gustaría que fuese su escuela. Con los alumnos más pequeños es tan simple como hacer dibujos y con los más grandes encuestas.
Tambien promover una serie de valores y principios creados para fortalecer una formación más integral de los alumnos. Más allá de destinar una hora de clases a la semana para trabajar el valor del “respeto”, el desafío es instalar por medio de las mismas clases y a través de sus contenidos dicho valor. Es decir, el valor del respeto no se aprende hablando sobre su importancia una vez a la semana, sino por medio de conductas y acciones permanentes. El desafío acá es uniformar a una comunidad escolar, en especial docentes, padres y directivos, para trabajar de forma permanente estos valores transversales a lo largo de todo el año escolar. No sirve que lo haga solamente el Instructor del colegio o el responsable de disciplina, sino que todos en su conjunto, a tal punto, que si uno entra a cualquier clase en cualquier día del año, quede claro que valor se está trabajando de forma transversal.
A nivel del aula de clases se pueden promover apoyos más específicos a los alumnos, particularmente el desarrollo de habilidades sociales y la práctica de normas de convivencia. En este punto la participación de los alumnos es clave, ya que la invitación a trabajar estos temas, y a construir una convivencia saludable, debe ser junto a todos sus actores, y no una norma que se imponga a los alumnos simplemente como un “deber ser” que deben acatar. Otra estrategia es construir normas de convivencia dentro de la sala de clases. Esto implica generar espacios de decisión conjunta y democrática, que cuando son bien guiados y conducidos tienen buenos resultados dentro del aula. Una construcción de normas de convivencia al interior del grupo de alumnos, resulta ser clave para seguir promoviendo un buen clima. Es ideal que estén alineadas con las que se han establecido para toda la comunidad escolar. El trabajo con normas debe ser un proceso formativo. Algunas recomendaciones más específicas a este respecto serían:
- Oportunidad para reconocer las leyes ciudadanas (no discriminación). Junto con la reflexión en el aula, esto permite abrir la discusión a valores que van más allá de la escuela.
- Promover habilidades sociales. Esto mismo se puede incentivar desde la casa con las familias, lo que va a implicar una psicoeducación por parte del colegio. Una de las habilidades sociales a destacar en este punto es la empatía, que es una habilidad tanto cognitiva como emocional. Uno puede visualizar en su mente las consecuencias de sus acciones, o lo que puede estar viviendo un compañero; “ponerse en el lugar del otro”. Sin embargo, no siempre se reconoce el componente más afectivo de la empatía; es decir no solo imaginarse lo que le pasa a otro, sino sentir también esa emoción. Es como cuando una llora con una película. A eso me refiero, no sólo a imaginarnos la emoción de la pena, sino sentir pena también. Para esto, se pueden desarrollar actividades fuera del horario de clases, o durante las mismas, para ir educando estas emociones Potenciar los vínculos sociales dentro del curso. Siguiendo con ejemplo de estrategias a nivel del aula de clases, otro tipo de actividades a destacar son aquellas que logren potenciar los vínculos entre compañeros(as) de curso. La violencia es una forma de conocer al otro, una forma de relacionarse, que puede ser reemplazada por otras formas de relacionarse. Frente a los casos de violencia de tipo más abusiva (acoso escolar), se pueden prevenir potenciando desde los primeros niveles los vínculos, relaciones entre compañeros de curso. Los recientes estudios en acoso escolar han ido destacando el componente grupal como uno de los más influyentes en este tipo de violencia. De acuerdo a esto, se puede enseñar al mismo grupo a cuidarse entre ellos, lo cual parte desde el conocimiento grupal.
¿Cuánto conozco a mis compañeros de curso?,
¿Nos preocupamos de un compañero de curso cuando falta a clases?,
¿Conocemos a las familias de mis compañeros?, preguntas como estas pueden ser un buen punto de partida.
Para evitar el acoso escolar se debe trabajar primordialmente de manera grupal enseñando la importancia del rol de todos los compañeros en intervenir frente al acoso escolar, es una manera efectiva de intervenir. Realizar actividades, juegos, reflexiones y modelar una conducta pueden ser formas de hacerlo. Lo importante es enseñar que no es posible ser un testigo neutral frente a una situación de abuso, o se es parte del problema o parte de la solución.
Y para trabajar a nivel individual está el apoyo especializado (por ejemplo con víctimas y victimarios), un monitoreo y seguimiento de casos. Los niveles anteriormente descriptos eran estrategias de prevención dirigidas a todo el colegio y al aula de clases. Junto con estos niveles de intervención hay que diseñar estrategias a nivel individual para intervenir, que ya no son de prevención, sino de intervención directamente.
Destaco particulamente dos actividades, un método de intervención llamado “El Método de preocupación grupal” que ha sido usado varios colegios de Chaclacayo y Chosica. Este método consiste en un trabajo focalizado con las víctimas, victimarios y testigos de situaciones de acoso escolar. Se trabaja con los agresores por medio de un trabajo personalizado (por ejemplo con entrevistas) y se espera lograr su responsabilización frente a situaciones de maltrato hacia un compañero. Una vez que el alumno reconoce que sus acciones han sido causantes de una agresión se construye en un conjunto una estrategia de reparación hacia el compañero afectado. Este trabajo involucra también a los padres y a la familia del alumno. Con las víctimas se trabaja por medio de apoyo emocional enfatizando particularmente la idea de que la situación que está viviendo no es su culpa, ya que nadie se merece ser maltratado. En ocasiones es necesario realizar una derivación a un especialista para apoyar emocionalmente a estos alumnos. También se realiza un trabajo con sus respectivos padres de familia. Un tercer actor son los observadores en los que se promueve un rol de cuidado y contención de los afectados.
Y con las familias se trabaja de manera focalizada. Cualquier intervención en este nivel requiere de un trabajo cercano e intenso con las familias de los alumnos. Algunas familias tienden a sobre reaccionar frente a estas situaciones y otras no le dan gran importancia. Por lo mismo, el rol de la escuela en esto resulta ser clave; desde educar a las familias frente a este tipo de problema.
domingo, 28 de agosto de 2016
Calidad educativa y convivencia escolar
domingo, 7 de agosto de 2016
Los 20 años del Festival de Cine en Lima
Desde el viernes 5 de agosto al sabado 13 de agosto se esta llevando a cabo el Festival de Cine de Lima y que cumple veinte años con la proyección de 373 películas.
Corría la segunda mitad de los noventa yo era un estudiante universitario de la UNE y el Perú salía de una crisis económica que parecía endémica. Sin embargo, las alternativas culturales fueron ganando espacio en la vida cotidiana. Un ejemplo es la creación del Centro Cultural de la Universidad Católica (CCPUCP) en 1994. En el ámbito de las letras, ya existía la Feria Ricardo Palma, y en 1996 se celebró la primera edición de la Feria Internacional del Libro de Lima. A la cual tuve la oportunidad de asistir en varias ocasiones. Pero aún no había un espacio dedicado al cine. La cartelera estaba invadida por los estrenos de Hollywood, como aún sucede hoy; había poco lugar para otras cinematografías, como la europea, la asiática y, más cerca, la latinoamericana.
A mi e encanta ver muchas películas en el cine, he visto de todo, europeas, como francesas, italianas, alemanas, y españolas, también asiáticas y sobre las norteamericanas, he visto muy poco cine latinoamericano.
Pero el Festival de Cine de Lima, que se inició este viernes, y que en esta edición cumplirá veinte años, les fue abriendo lugar. El Cine latinoamericano a pesar de la cercanía geográfica, los cinéfilos tenían la impresión por la pobreza de la cartelera local de que casi no se hacía cine en América Latina. Para subsanar esta carencia, un grupo de gente vinculada al teatro decidió crear en 1997 el Encuentro Latinoamericano de Cine, un espacio para conocer y divulgar el cine que se hacía en esta parte del mundo. Luego se convirtió en el Festival de Cine de Lima.
El festival se pensó para el público. La mayoría de los que en el mundo existen fueron creados para la crítica o para los potenciales distribuidores. Nosotros, ante las carencias de nuestra cartelera, decidimos crear un público sensible al que le gustase el buen cine”.
Hoy el cine latinoamericano es más trasgresor, más personal. Antes era más periodístico, tenía un compromiso: mostrar la realidad de determinada manera y bajo determinados parámetros. Ahora lo sigue haciendo, pero desde un punto de vista más personal; hoy es mucho más impactante, mucho más fuerte y, sobre todo, más atractivo para otras realidades”,
El impacto de la Feria de Cine en el Perú es muy bueno
Por ejemplo, para su primera edición hubo que hacer una preselección de cintas peruanas para que aquel encuentro tuviese sabor local. La elegida resultó una película ya exhibida. Veinte años después, el evento sólo admite cintas de estreno. El crecimiento a nivel de exhibición y público también es notable. En cuanto a salas de exhibición, en su primera edición sólo hubo 2; hoy cuenta con 65. Además hace 20 años se mostraron 48 películas, mientras este año se exhibirán 373 de todos los continentes. En 1997, 6,000 espectadores acudieron al festival. Este año se espera superar los 120,000, un 20% más que el año pasado. Sólo en prensa escrita se calcula que poco más de 600,000 peruanos tendrán noticias del festival. El Festival de Cine de Lima es, a diferencia de otras ferias, más descentralizado. Está presente en 11 regiones del país, y la cuarta parte de los espacios de exhibición está fuera de Lima, donde además la mayoría de las exhibiciones son gratuitas. Su impacto económico también es importante. Los S/.20 millones que cuesta organizarlo se quintuplican porque más peruanos van al cine.
Eventos como éste no sólo se quedan en las cifras: “Ayuda a las personas a soñar, a pensar, a imaginar, a entender; a crear un sentido de pertenencia y de ciudadanía. El cine nos hace más libres”.
La Feria de Cine de Lima es importante porque ha creado un público interesado en otras formas y sensibilidades, distintas de las que está acostumbrado a consumir en la cartelera comercial. El festival se presenta como uno de los pocos espacios donde no sólo podemos ver lo más interesante de la vanguardia del cine latinoamericano, sino también filmografías de países o directores poco conocidos en el Perú.
Para un director representa un gran estímulo estrenar su película en el festival más importante del país y competir con las películas latinoamericanas más reconocidas. Además, la película puede ser vista por productores o distribuidores extranjeros. Así pasó con El evangelio de la carne, que se estrenó comercialmente en Europa gracias a que una distribuidora francesa vio la película en el festival.
¿Mi trabajo me puede hacer feliz?
Pasamos más de la mitad de nuestra vida trabajando, valdría la pena preguntarse cómo ser feliz en nuestro trabajo porque, además, la felicidad en el trabajo influye en la felicidad fuera del trabajo. La semana pasada exactamente el jueves 4 de agosto fui a una conferencia sobre Educacion en Chosica, y ahí conocí a Mireya una profesora del nivel de Inicial realmente una mujer fuera de serie. Conversábamos sobre cuán decisivo es el sueldo en la felicidad. Me decía que efectivamente es un factor importante el hecho de tener una retribución justa, sin embargo no necesariamente es el disparador principal. Incluso podría ser lo contrario si pensamos que en el mismo sector educativo se está pagando más por hacer lo mismo.
Más allá de las gratificaciones, lo más importante en el trabajo que tenemos me decia, es el compromiso y la satisfacción que nos produce sentir que estamos contribuyendo a algo importante, que ayuda al crecimiento de la Educación de los niños y niñas y que mejoren su calidad de vida.
Para ser felices en el trabajo podemos comenzar con aceptar la realidad y a los demás tal como son. Conocernos y aceptarnos a nosotros y a nuestros equipos con sus fortalezas y debilidades.
Tener expectativas realistas y adecuadas sobre el trabajo y quiénes nos rodean. En vez de exigir a las circunstancias y a los demás que se amolden a nuestros deseos, aceptarlos tal como son y, a partir de ahí, modificar aquello que se puede mejorar. No hacerlo será una fuente segura de decepción y desmotivación. La felicidad laboral del docente está en valorar lo que tenemos y no frustrarnos por lo que nos falta. Ojo, con eso no quiero decir que seamos mediocres, para nada, siempre, con las ganas y el esfuerzo de aprender y mejorar. Lo único que vale la pena hacer es lo que haces por otros. Mireya me decía : ¨Quieres un secreto para ser feliz? Date y sirve a los demás sin esperar que te lo agradezcan.
La gestión de la felicidad implica necesariamente que vivamos con un propósito en la vida (y por ende en el trabajo) y que disfrutemos de lo que hacemos y hagamos que los que están a cargo nuestro lo disfruten. Me decia tambien que quizás el mejor trabajo no sea aquel en el que la IE donde trabajemos sea la mejor pagadora, o la más grande o la que más facture, sino en el que las personas tengan la sensación de estar donde quieren estar. Y esto pasa por ganar la cabeza y el corazón de tu equipo de trabajo. Con la cabeza se refiere a que reciban un salario justo y con el corazón a que se les escuche, se les entienda y se les valore. Piénsalo bien, analiza, ¿Qué tan buen profesor eres? ¿Qué te encanta hacer como profesor? ¿Qué puedes hacer para que tus estudiantes disfruten y mejoren más en sus aprendizajes?
Mamá vallejiana: Cómo comprar ropa para mi hija adolescente
No tengo hijos pero tengo dos lindos sobrinos, Valeria de de 18 y Diego 7 años. Ayer sabado sali con mi sobrinita que es como mi hija y fue un dolor de cabeza ir a comprar su ropa con ella ya que ella esta ordenando su guardaropa y siempre fue asi. Mamitas vallejianas que tan dificil debe ser salir de compras con sus hijas adolescentes puede ser una experiencia divertida o también un dolor de cabeza.
Una hija adolescente puede pasar de quererte a odiarte en un minuto. Nunca tienen qué ponerse y fácilmente se molestan cuando salen de compras y “nada les queda”. Esto que es hormonal, parte de los cambios naturales, que suceden en la etapa en que pasan de niña a mujer, y pensamos que nadie los entiende, pero ni se lo menciones porque podría ser peor.
Lo mejor es respirar y esperar unos minutos. Enseñar a comprar efectivamente a una joven adolescente no es nada fácil. Aquí les comparto unos consejos, En mi experiencia, por los años que he ido ha comprar ropa con ella es que antes de ir de compras, da una mirada al espacio en tu clóset; no todo tiene que estar ahí:
- Elige la ropa y accesorios para esta temporada.
- separa las prendas por color y ordena por categoría. - - Elige una pieza principal, generalmente debe ser la más valiosa o la favorita. Alrededor de ella iremos eligiendo las piezas que combinen perfectamente.
- Genera una lista de las piezas que faltan.
- La ropa tiene que quedarte con buen entalle, ni muy floja ni muy ajustada.
- Ten un sastre de confianza para que haga los arreglos adecuados en las mangas, el largo del pantalón o el ancho de la cintura.
Pequeños detalles hacen la diferencia, por ejemplo cambiar los botones muchas veces actualiza y moderniza una prenda. Antes de salir, pídele a tu hija que te muestre en la internet qué estilos le gustaría y hagan juntas la lista para comprar solamente lo necesario. Una vez que tenemos la pieza principal, te recomiendo comprar o completar las demás piezas, es recomendable llevar la prenda para poder combinarlas con el color exacto. La ventaja de comprar por estilo de vida es mantener el guardarropa funcional. Muchas veces nos entusiasmamos con las ofertas y compramos prendas sueltas que luego no tenemos con qué combinar. Los accesorios forman un elemento clave, son los que enaltecen el estilo o lo destruyen.
Estoy seguro de que hacer todo el proceso hará que disfruten de hermosos momentos juntas, disfruta y regálate un día de shopping con tu hija adolescente, la mayor fuente de alegría, amor y felicidad.
¿Qué voy hacer con el resto de mi vida?
Ayer sabado me encontre con mi profesor Wladimiro de la universidad La Cantuta y en unos de los momentos de la conversación le dije ¿Que voy hacer con el resto de mi vida? Mi profesor me conto esta interesante leccion "Cuenta la mitología griega que la ambición por vivir la buena vida llevó a Sibilia de Cumas pedir a Apolo vivir tantos años como granos de arena pudiese encerrar en su mano, pero se le olvidó pedir que dichos años vengan acompañados de la eterna juventud, así que con el paso de los años empezó a envejecer. La leyenda dice que vivió nueve vidas de 110 años cada una. Vivía con un solo deseo: morir".
Cuánta gente hoy parece vivir así, muerta en vida, esperando que se acabe, mientras que otros viven sin límites, “como si todo se acabara aquí abajo.” Almas vacías, desilusionadas, insatisfechas, enfocadas en sí mismas. Así, no hay quien tenga alegría en el viaje. La vida resulta rutinaria, aburrida. Sin fe, sin esperanza y sin amor. Cuando se tiene un por qué, se encuentra fácilmente el cómo, y la vida se vuelve más llevadera. Por el contrario, tienen destrozado el corazón quienes no conocen el para qué están aquí. Y una vida así, sin sentido, es una carga inaguantable que se llena de vacíos, de angustias y depresión. Cuántas tristezas por no cuestionarnos a tiempo qué tipo de vida vivimos y si vamos por el camino correcto. Al final, la vida no se mide en años, meses o días sino en momentos, y éstos mueren rápido. Lo importante de esta carrera no es correr, es lo que vivimos mientras corremos hoy, aquí y ahora.
El presente es el único momento que tenemos. ¿Estamos cumpliendo nuestros objetivos? ¿Cuáles eran? ¿Éxito?, ¿Felicidad? A lo mejor, antes de eso, deberíamos preguntarnos qué es el éxito para nosotros y quién lo define. Si nos vamos a pasar la vida persiguiendo un éxito que es definido por otros, siempre estaremos frustrados. Nunca habrán suficientes victorias, porque una vez que las consigamos, nos daremos cuenta que seguimos siendo infelices. Contra el pensamiento de la gran mayoría, primero se busca ser feliz, y como consecuencia de eso, uno es más productivo y tiene un mejor trabajo que le genera éxito. No al revés. Cualquier edad es buena para darse cuenta de lo que hemos hecho mal y enmendar. Aprendemos a caminar cuando nos caemos. Y para ello hay que cambiar de chip, ir contracorriente, vencer las trampas mentales y darse cuenta de que todo lo que nos vende la vida en verdad no es tan bonito ni dura tanto como pareciera. Y es que… La cabeza tenía que estar por encima del corazón.
- La persona siempre fue más importante que la casa.
- La familia más importante que el trabajo.
- El camino más importante que la meta.
- El esfuerzo más importante que el resultado.
- El ser feliz más importante que el hacer creer a los demás que eres feliz.
- La capacidad de interpretar la realidad más importante que la realidad.
- El hoy más importante que el mañana porque éste depende de lo que hagamos ahora.
- El tiempo era lo que teníamos que priorizar y no el dinero (en lugar de pensar en cómo ganar más dinero, pensar en como aprovechar mejor el que tenemos, en experiencias únicas y memorables que enriquecen la vida de los demás y la de uno).
Para darnos cuenta de esto, necesitamos identificar dónde tenemos el corazón. No es difícil, basta mirar lo que hacemos sin mayor esfuerzo, a lo que le dedicamos más tiempo o lo que nos preocupa con verdadera ansiedad. Descubiertas nuestras verdaderas motivaciones, recién podremos definir si son las que nos hacen bien. Ya se ve que la cabra tira al monte, que no es fácil desprenderse de hábitos y costumbres de los que somos prisioneros y quizá esa sea la tarea más impostergable, urgente e importante que tenemos hoy.
¿Y qué voy a hacer con el resto de mi vida? Pensar bien, ser consecuente entre mis principios, pensamientos y acciones para no llegar a la vejez con la amargura de haber vivido la vida que otros querían para mí y no tener el valor de tomar las riendas de la misma. En esta vida no hay mal tiempo, hay mala elección de ropa. Depende de nosotros.
viernes, 13 de mayo de 2016
La aventura de enseñar Ciencias Naturales en el aula
Ahora que se acerca la V Feria Escolar de Ciencia y Tecnologia me falta aun mas comprender las grandes ideas de las disciplinas científicas, como la biología, la física, la química, las ciencias de la tierra, etc, ya que la ciencia es una actividad humana e histórica en la que se construyen capacidades del pensamiento científico, como la capacidad de hacer preguntas, de tener una mirada curiosa y al mismo tiempo rigurosa sobre la realidad.
Lo que veo en las investigaciones es que todavía la enseñanza de las ciencias en primaria y en secundaria es muy reproductiva. Todavía se ven formas de trabajo en las que los chicos pueden manejar terminología y dar definiciones enunciando conocimiento que aprende de memoria, sin mucha reflexión. Hace falta mucho trabajo enfocado en enseñarle a los chicos a diseñar experiencias, a resolver problemas, a formular preguntas, a ir al corazón de las ideas y de cómo la ciencia conoce el mundo.
Hay mucho que trabajar, hay que buscar anclar los temas que están en los programas de estudio y en las currícula. Por ejemplo, si yo tengo que enseñar la células, la pregunta es: ¿desde cuándo sabemos que hay células? ¿Cómo podemos dar cuenta de las principales investigaciones que las encontraron? ¿Cuáles eran sus funciones? ¿Cómo sabemos que las células se desarrollan? ¿La célula de un embrión se va desarrollando en una neurona o en una célula muscular? ¿Quiénes son los que investigaron eso y por qué? ¿Cuáles fueron sus preguntas? O por ejemplo, si yo quiero enseñar electricidad, cuáles son las ideas centrales sobre ese tema, cuáles son las mejores estrategias didácticas para enseñar este tema a un chico de primaria o de secundaria.
Una de las grandes avenidas que hay que recorrer es empezar a enseñar en los profesores las ideas científicas asociadas a los procesos por lo cuales fueron construidas. Esto a veces implica partir de casos históricos, y en algunos de esos casos se puede hacerlo recreando esa misma investigación con los estudiantes de Educación, para que luego sea algo que puedan llevar a sus aulas en el futuro cuando sean docentes. También se puede ensayar con docentes en ejercicio hacer investigaciones en el aula.
Entonces, habrá mejoras si los docentes enseñan de un modo más activo y más desafiante. Por otro lado, la formación docente es algo que ocurre toda la vida, por eso para mí es muy importante el desarrollo profesional posterior. Cuando uno ya está en la escuela está haciendo sus primeras practicas con los chicos y tiene la realidad frente a sus ojos.
Conversando con muchos colegas de diferentes colegios de Ate, Huaycan, Chaclacayo y Chosica es que debe haber un acompañamiento a los docentes en sus aulas para que puedan poner en práctica los nuevos enfoques didacticos sobre las ciencias. Esa es una de las varias formas que puede tomar. En el caso de ciencias naturales el enfoque es por indagación. Se discuten las secuencias y los docentes las ensayan en el aula idealmente.
Las personas que van acompañar o asesorar a los docentes deben ayudar al docente a planificar sus actividades o cómo se pueden adaptar y cómo hay que hacerlas. Con los tutores debe haber espacios de reflexión posterior sobre qué sucedió, qué salió bien, que no y cómo hacer para que todos los alumnos estén incluidos en las dinámicas de clase. Entonces, ¿esta formación situada qué implica? Acercar nuevos enfoques, nuevas estrategias de la mano de capacitaciones y también de secuencias, de materiales didácticos, y que eso sea un insumo para que los docentes tengan que ensayar cosas distintas con sus alumnos; todo acompañado por un proceso de reflexión con tutores.
A los docentes hay que ofrecerles sesiones y herramientas para que puedan ensayar cosas nuevas respecto a lo que están haciendo, pero ensayarlas en sus contextos reales. En la medida en que uno tiene un espacio propio para discutir cómo esa secuencia posible toma forma con mis alumnos y con mis intereses, talentos y capacidades es ahí donde se produce la apropiación. Lleva tiempo, no es de un día para el otro. Es algo que hay que hacerlo por un tiempo sostenido muchas veces.
Las clases donde hay una misión, un objetivo, una pregunta a resolver, o una investigación que llevar a cabo generan un trabajo donde la voz de los alumnos tiene un rol protagónico, donde cada uno tiene distintas cosas que aportar al equipo, versus clases donde los alumnos tienen un rol pasivo de consumidores y no terminan de comprender la totalidad de la idea. Esto no quiere decir que todas las clases tengan que ser investigaciones en grupo, experiencias o salidas, pero sí que tiene que haber un balance entre los momentos donde el docente pasa en limpio, sistematiza, organiza, explica, y momentos donde los alumnos tienen que arremangarse y poner manos y mentes a la obra.
Ahora lo más difícil es la evaluación, porque cuesta armar evaluaciones que valoren si un alumno aprendió un proceso de una manera más profunda versus un conocimiento más superficial o declarativo.
Las evaluación deben ser preguntas para pensar, de problemas y de casos. Los alumnos no tienen que declarar y enunciar información, sino usar eso que aprendieron para resolver algo, aplicado a resolver alguna situación nueva. Esto es algo que hay que trabajar. Es posible, pero es arduo de trabajar con las escuelas,
A través de esas preguntas se registra no solo si el alumno aprendió la idea, sino si aprendió alguna capacidad particular de pensamiento. Entonces, por ejemplo, si yo quiero ver si un estudiante aprendió a diseñar un experimento, le tengo que proponer una situación donde tenga que hacer un experimento nuevo. Si quiero entender si aprendió una simple idea de los seres vivos y no vivos, una opción tradicional sería que me lo diga, que me cuente cuales son las características de los seres vivos y la diferencia con los no vivos; en cambio una pregunta para pensar sería: “Juan se encontró en la playa un objeto que no sabe si está vivo o no, ¿Qué tendría que mirar para darse cuenta? ¿Qué le recomendarías que mire? ¿Si tuviera un microscopio qué tendría que hacer?”. Es el mismo conocimiento, pero puesto al servicio de resolver una situación, versus un conocimiento que simplemente se declara y se puede olvidar al día siguiente sin haberlo entendido.
El secreto es tan simple como evaluar lo que yo estoy enseñando. Si yo estoy enseñando procesos de pensamiento y capacidades tengo que evaluar eso. Y la manera de evaluarlo es la más auténtica posible: que tengan que poner ese conocimiento en acción. Por ejemplo, si yo les enseñé a formular preguntas, en la evaluación tiene que aparecer una instancia donde tengan que formular preguntas propias.
Para mí eso es un gran punto de partida sobre el cual se debe seguir construyendo y educando la curiosidad que tienen los niños y niñas. Partimos de una mirada proto científica o científica desde la que los chicos ven el mundo desde la curiosidad, las ganas de entender y las ganas de probar a ver qué pasa.
Pero lo que muestran las investigaciones es que si eso no se retoma en la enseñanza, si no hay alguien que te enseñe en la escuela, que te enseñe a que esa curiosidad natural florezca y se convierta en hábitos de pensamiento un poco más rigurosos y sistemáticos, eso nunca se termina de construir. Ese proceso te lleva a una manera potente de mirar la vida, de analizar información de cualquier tipo, de ver si lo que nos dicen tiene o no tiene evidencia. Eso es parte central del pensamiento ciudadano. Mirar los datos, y ver que me dicen esos datos y esas evidencias. Me refiero no solo a materiales relativos a órdenes de la naturaleza, como por ejemplo aprender a poner datos de cuestiones económicas sobre gráficos o ver que evidencias hay en el discurso de un político. Esas miradas de las evidencias sí es algo que se construye con la enseñanza. Lo que nos demuestran los estudios es que no es espontánea si nadie me lo enseña. Para mí este es el rol central de la escuela en la formación específica de los alumnos.
Entonces el metodo denenseñanza por indagación, es un metodo que permite la integración con otras materias, por ejemplo, poner a los chicos en el rol de investigadores implica que tengan que aprender a escribir lo que piensan, a argumentar, que tengan que aprender maneras creativas de comunicar lo que tienen, donde quizás haya posibles articulaciones con la educación artística; y donde tienen que usar herramientas matemáticas para medir, para analizar datos, para graficar. Es una enseñanza cuya naturaleza es más interdisciplinaria. Hay que poner todo en relación.
Hay muchos recursos para enseñar Ciencias Naturales en el aula, y uno de velas son las TIC, particularmente los simuladores donde uno puede manipular las variables y los sensores con los que se registran temperaturas y se pueden tomar datos, como también muchos otros softwares, son una gran oportunidad para darle vida a la ciencia en el aula. Al mismo tiempo el desafío que tiene la introducción de las TIC, como cualquier otro recurso educativo, es generar un acompañamiento al docente en el fortalecimiento de esa mirada didáctica para que el recurso no se coma el objetivo de lo que quiero que los chicos aprendan. Muchas veces lo que pasa con las nuevas tecnologías es que, a veces por atractivas, algunos docentes dicen “Te voy a mostrar este video, esta simulación” Buenísimo, ¿Pero qué quierés que los chicos aprendan? ¿Por qué lo están usando? ¿Cómo se integra esto a lo que quierés que tus alumnos aprendan en esta unidad didáctica? Es decir, el desafío es el mismo que con toda la enseñanza de las ciencias y su didáctica.
La filosofía para niños y niñas
Conocí este proyecto por un colega que trabaja en una IE en Chosica, converse mucho con él del tema, casí como tres horas. Mario mi amigo no es profesor de Filosofía, el es profesor de Primaria.
La conversación con Mario me hizo escribir en este artículo los puntos más esenciales de este tema.
El objetivo es enseñar a los niños y jóvenes a pensar críticamente, reflexivamente y analíticamente. Una de sus metodologías es la indagación como espacio grupal de diálogo y reflexión.
Considero que ser profesor o profesora de filosofía no es un requisito indispensable ni necesario para adentrarse en este proyecto. Lo que considero indispensable es que la persona que lleve esto al aula tenga una formación específica en Filosofía para Niños. Es decir, podría ser un profesor, una profesora, o un profesor de un área que no sea específicamente filosofía.
El hecho de tener una formación en filosofía no es garantía de ser un buen guía, o un buen facilitador del dialogo filosófico con los niños o las niñas. Es necesario disponer y desarrollar una sensibilidad filosófica, un tipo de escucha especial que se integre a aquella formación, incorporando herramientas y recursos para generar espacios de reflexión, para aprender a hacer aquellas preguntas que abran el dialogo.
La propia profesora que guía el dialogo filosófico puede ser, por ejemplo, del área de matemáticas o de lengua, lo cual implica que esas herramientas o esas maneras de preguntar y de hacer le pueden facilitar la trasferencia de un momento a otro. Esa es otra cuestión interesante para pensar.
Independientemente de que los docentes tengan o no formación en filosofía, puede que intuitivamente tengan mucho oído filosófico y se les ocurran muchas preguntas para los niños. Como también puede suceder que no tengan esa facilidad y necesiten ir aprendiéndola.
El proyecto en sí mismo es una propuesta pedagógica, educativa, y al mismo tiempo filosófica y política.
Lo político yo lo vinculo sobre todo con habilitar un espacio a partir del cual los niños puedan pensar de forma independiente y puedan considerarse como personas más capaces de desarrollarse en el mundo y de relacionarse de forma democrática con otros. En un sentido emancipador en cuanto que los niños ganen autonomía a la hora de pensar y actuar. Este es un objetivo político que tiene un fundamento filosófico y un fundamento pedagógico. El proyecto, desde sus inicios, tiene estos propósitos muy claros y definidos. La idea es trabajar para que los niños aprendan a pensar de una manera más compleja y que puedan desarrollar sus habilidades de pensamiento.
La idea de este proyecto es partir siempre de un recurso. Puede ser por ejemplo un recurso literario, una narración, que presente esa problemática, pero también se puede trabajar a partir de un juego, en donde se arme una dinámica grupal que ponga en cuestión el tema de si hay que decir la verdad o no. Nuestro trabajo inicial será presentar el recurso de manera que sugiera cuestionamientos, preguntas, y a partir de ahí ya podremos iniciar un diálogo sobre el tema.
El recurso sirve para que los chicos se formulen esa pregunta; que los recursos sean medios o excusas para que aparezca una pregunta y que la pregunta pueda surgir de los niños. Los temas no los vamos a proponer directamente, sino que vamos a proponer un contexto que habilite un cuestionamiento. Esa pregunta tendría que nacer de los niños, ese es el propósito del trabajo
En realidad esta proyecto es propiciar el dialogo, quien decide de qué se va a hablar en esa sesión no es el docente; son los niños y las niñas los que deciden que quieren hablar de tal cosa a partir de una pregunta. Lo que nosotros vamos a hacer es ayudarlos a pensar sobre el tema. Por ejemplo, la verdad y la mentira, es algo que en la infancia tienen siempre marcado a fuego. Vamos a poner en cuestión eso, a dar contraejemplos, a matizar, para que ellos puedan ir construyendo su mirada sobre ese tema. Eso es lo que genera pensamiento autónomo. Por lo tanto, no vamos a decirles lo que es la verdad o lo que dijo alguien sobre que es la verdad, sino orientar las preguntas para que ellos puedan pensar su propia experiencia para elaborar su propia definición. Apuntamos a desmontar prejuicios para que ellos después construyan sobre eso. La idea es justamente que ese dialogo dado en comunidad de indagación filosófica, es decir con los pares, genere un conflicto en el pensamiento y nos haga pensar y buscar múltiples maneras de ver las cosas. Eso es la filosofía en definitiva. Eso sería hacer Filosofía para Niños.
Justamente se debe dar mas hincapié en los cursos, una cosa es que uno parta de su experiencia para responder, y otra cosa es tematizar el problema de alguien. Es decir, yo puedo dar como ejemplo alguna situación donde dije una mentira para ilustrar lo que pienso, lo que es diferente a que lo que yo hice se convierta en el centro de la discusión. Ese límite es muy importante tenerlo presente, porque en ningún caso se trata de discutir los actos de los otros, en ponerlos en tela de juicio. Realmente hay que ser muy estricto como guía de un dialogo para evitar que pase eso, que se tematice la acción real o la experiencia de alguno convirtiéndola en el centro de la cuestión.
Lo afectivo y lo creativo, está incorporado dentro del propio acto de pensar. Los chicos investigando sobre un tema y pensando todos juntos, van a poner en juego sus sentimientos y van a poner en juego también sus afectos. No es que éstos deban quedar afuera, pero no van a ser el tema que se va a tratar la clase, no van a ser el contenido de lo que vamos a hablar.
En ese caso el arte, la música, el cine, funcionarían como pretextos igual que una narración, son como un punto de partida para trabajar habilidades de pensamiento, pero no entendidas solo desde el pensamiento lógico y el pensamiento crítico, sino teniendo presente el pensamiento en todas sus dimensiones. En Filosofía para Niños hablamos de pensamiento crítico, creativo y cuidadoso. Ahora el pensamiento cuidadoso es el pensamiento empático, es el pensamiento que te permite ponerte en la piel del otro. Por ejemplo, si a un chico se le ocurre decir algo ofensivo para otro, que puede estar presente o no, se apunta a orientarlo para que su pensamiento se vuelva más cuidadoso, y para que así pueda darse cuenta de las consecuencias de su decir. Esa dimensión del pensamiento es transversal a lo crítico. No es un pensamiento digamos cuidadoso de sí mismo, sino cuidadoso del otro. En ese sentido también hay un despliegue sensible y hay un pensar desde un sentir.
En el caso del trabajo en el arte, se puede ver cómo una experiencia estética nos puede servir para pensar sobre nuestro sentir, ya sea sentir como percepción o como afecto. El arte está propuesto como un recurso, para motivar alguna problemática filosófica o algún tema. Al igual que con cualquier otro recurso, el objetivo es que nos sirva para pensar. El sentimiento va a estar, vamos a sentirnos de determinadas maneras ante una obra musical, ante un cuadro; pero el objetivo es saltar de ese sentimiento y poder pensarlo, poder pensar sobre aquello que sentimos.
La idea es trabajar en simultáneo estas tres dimensiones. Es decir, crear una idea es algo en sí mismo creativo, pero también el poder ser crítico respecto de eso que produjimos. O que eso que produjimos pueda ser cuidadoso con el entorno, que no lastime a nadie, que no ofenda a nadie. Todo el tiempo están jugando las tres dimensiones.
La idea también es que los niños y las niñas tengan la posibilidad, no solo de pensar algo con la cabeza, sino que también puedan, por ejemplo, pensar con el cuerpo: se puede bailar una idea, se puede dibujar un concepto. No sé si diría exactamente objetivarlo, pero sí hacer que el pensamiento no solo circule por la palabra, (aunque la palabra sea central porque nos interesa justamente ese dialogo desde distintos puntos de vistas), pero también que puedan encontrar modos diferentes de expresar una idea. Sobre todo teniendo en cuenta la diversidad de inteligencias, o la atención a la diversidad, ya que no todos los niños y las niñas tienen las mismas maneras de expresarse. Utilizar diferentes recursos para dialogar de otras maneras es algo que estimulamos mucho en el proyecto, la acción es darle la voz a los niños y a las niñas, cuantas cosas tienen los niños para decir, a mi me sorprende que los niños tengan tantas ideas, pero si te das cuenta en las aulas hablan más los docentes que los niños. La propuesta de Filosofía para niños es proponer justamente lo contrario.