viernes, 13 de mayo de 2016

La filosofía para niños y niñas

Conocí este proyecto por un colega que trabaja en una IE en Chosica,  converse mucho con él del tema, casí como tres horas. Mario mi amigo no es profesor de Filosofía, el es profesor de Primaria.
La conversación con Mario me hizo escribir en este artículo los puntos más esenciales de este tema.
El objetivo es enseñar a los niños y jóvenes a pensar críticamente, reflexivamente y analíticamente. Una de sus metodologías es la indagación como espacio grupal de diálogo y reflexión.
Considero que ser profesor o profesora de filosofía no es un requisito indispensable ni necesario para adentrarse en este proyecto. Lo que considero indispensable es que la persona que lleve esto al aula tenga una formación específica en Filosofía para Niños. Es decir, podría ser un profesor, una profesora, o un profesor de un área que no sea específicamente filosofía.
El hecho de tener una formación en filosofía no es garantía de ser un buen guía, o un buen facilitador del dialogo filosófico con los niños  o las niñas. Es necesario disponer y desarrollar una sensibilidad filosófica, un tipo de escucha especial que se integre a aquella formación, incorporando herramientas y recursos para generar espacios de reflexión, para aprender a hacer aquellas preguntas que abran el dialogo.
La propia profesora que guía el dialogo filosófico puede ser, por ejemplo, del área de matemáticas o de lengua, lo cual implica que esas herramientas o esas maneras de preguntar y de hacer le pueden facilitar la trasferencia de un momento a otro. Esa es otra cuestión interesante para pensar.
Independientemente de que los docentes tengan o no formación en filosofía, puede que intuitivamente tengan mucho oído filosófico y se les ocurran muchas preguntas para los niños. Como también puede suceder que no tengan esa facilidad y necesiten ir aprendiéndola.
El proyecto en sí mismo es una propuesta pedagógica, educativa, y al mismo tiempo filosófica y política.
Lo político yo lo vinculo sobre todo con habilitar un espacio a partir del cual los niños puedan pensar de forma independiente y puedan considerarse como personas más capaces de desarrollarse en el mundo y de relacionarse de forma democrática con otros.  En un sentido emancipador en cuanto que los niños ganen autonomía a la hora de pensar y actuar. Este es un objetivo político que tiene un fundamento filosófico y un fundamento pedagógico. El proyecto, desde sus inicios, tiene estos propósitos muy claros y definidos. La idea es trabajar para que los niños aprendan a pensar de una manera más compleja y que puedan desarrollar sus habilidades de pensamiento.
La idea de este proyecto es partir siempre de un recurso. Puede ser por ejemplo un recurso literario, una narración, que presente esa problemática, pero también se puede trabajar a partir de un juego, en donde se arme una dinámica grupal que ponga en cuestión el tema de si hay que decir la verdad o no. Nuestro trabajo inicial será presentar el recurso de manera que sugiera cuestionamientos, preguntas, y a partir de ahí ya podremos iniciar un diálogo sobre el tema.  
El recurso sirve para que los chicos se formulen esa pregunta; que los recursos sean medios o excusas para que aparezca una pregunta y que la pregunta pueda surgir de los niños. Los temas no los vamos a proponer directamente, sino que vamos a proponer un contexto que habilite un cuestionamiento. Esa pregunta tendría que nacer de los niños, ese es el propósito del trabajo
En realidad esta proyecto es propiciar el dialogo, quien decide de qué se va a hablar en esa sesión no es el docente; son los niños y las niñas los que deciden que quieren hablar de tal cosa a partir de una pregunta. Lo que nosotros vamos a hacer es ayudarlos a pensar sobre el tema. Por ejemplo, la verdad y la mentira, es algo que en la infancia tienen siempre marcado a fuego.  Vamos a poner en cuestión eso, a dar contraejemplos, a matizar, para que ellos puedan ir construyendo su mirada sobre ese tema. Eso es lo que genera pensamiento autónomo. Por lo tanto, no vamos a decirles lo que es la verdad o lo que dijo alguien sobre que es la verdad, sino orientar las preguntas para que ellos puedan pensar su propia experiencia para elaborar su propia definición. Apuntamos a desmontar prejuicios para que ellos después construyan sobre eso. La idea es justamente que ese dialogo dado en comunidad de indagación filosófica, es decir con los pares, genere un conflicto en el pensamiento y nos haga pensar y buscar múltiples maneras de ver las cosas. Eso es la filosofía en definitiva. Eso sería hacer Filosofía para Niños.
Justamente se debe dar mas hincapié en los cursos, una cosa es que uno parta de su experiencia para responder, y otra cosa es tematizar el problema de alguien. Es decir, yo puedo dar como ejemplo alguna situación donde dije una mentira para ilustrar lo que pienso, lo que es diferente a que lo que yo hice se convierta en el centro de la discusión. Ese límite es muy importante tenerlo presente, porque en ningún caso se trata de discutir los actos de los otros, en ponerlos en tela de juicio. Realmente hay que ser muy estricto como guía de un dialogo para evitar que pase eso, que se tematice la acción real o la experiencia de alguno convirtiéndola en el centro de la cuestión.
Lo afectivo y lo creativo, está incorporado dentro del propio acto de pensar. Los chicos investigando sobre un tema y pensando todos juntos, van a poner en juego sus sentimientos y van a poner en juego también sus afectos. No es que éstos deban quedar afuera, pero no van a ser el tema que se va a tratar la clase, no van a ser el contenido de lo que vamos a hablar.
En ese caso el arte, la música, el cine, funcionarían como pretextos igual que una narración, son como un punto de partida para trabajar habilidades de pensamiento, pero no entendidas solo desde el pensamiento lógico y el pensamiento crítico, sino teniendo presente el pensamiento en todas sus dimensiones. En Filosofía para Niños hablamos de pensamiento crítico, creativo y cuidadoso. Ahora el pensamiento cuidadoso es el pensamiento empático, es el pensamiento que te permite ponerte en la piel del otro. Por ejemplo, si a un chico se le ocurre decir algo ofensivo para otro, que puede estar presente o no, se apunta a orientarlo para que su pensamiento se vuelva más cuidadoso, y para que así pueda darse cuenta de las consecuencias de su decir. Esa dimensión del pensamiento es transversal a lo crítico.  No es un pensamiento digamos cuidadoso de sí mismo, sino cuidadoso del otro. En ese sentido también hay un despliegue sensible y hay un pensar desde un sentir.
En el caso del trabajo  en el arte, se puede ver cómo una experiencia estética nos puede servir para pensar sobre nuestro sentir, ya sea sentir como percepción o como afecto. El arte está propuesto como un recurso, para motivar alguna problemática filosófica o algún tema. Al igual que con cualquier otro recurso, el objetivo es que nos sirva para pensar. El sentimiento va a estar, vamos a sentirnos de determinadas maneras ante una obra musical, ante un cuadro; pero el objetivo es saltar de ese sentimiento y poder pensarlo, poder pensar sobre aquello que sentimos.
La idea es trabajar en simultáneo estas tres dimensiones. Es decir, crear una idea es algo en sí mismo creativo, pero también el poder ser crítico respecto de eso que produjimos. O que eso que produjimos pueda ser cuidadoso con el entorno, que no lastime a nadie, que no ofenda a nadie. Todo el tiempo están jugando las tres dimensiones.
La idea también es que los niños y las niñas tengan la posibilidad, no solo de pensar algo con  la cabeza, sino que también puedan, por ejemplo, pensar con el cuerpo: se puede bailar una idea, se puede dibujar un concepto. No sé si diría exactamente objetivarlo, pero sí hacer que el pensamiento no solo circule por la palabra, (aunque la palabra sea central porque nos interesa justamente ese dialogo desde distintos puntos de vistas), pero también que puedan encontrar modos diferentes de expresar una idea. Sobre todo teniendo en cuenta la diversidad de inteligencias, o la atención a la diversidad, ya que no todos los niños y las niñas tienen las mismas maneras de expresarse. Utilizar diferentes recursos para dialogar de otras maneras es algo que estimulamos mucho en el proyecto, la acción es darle la voz a los niños y a las niñas, cuantas cosas tienen los niños para decir, a mi me sorprende que los niños tengan tantas ideas, pero si te das cuenta en las aulas hablan más los docentes que los niños. La propuesta de Filosofía para niños es proponer justamente lo contrario.

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