domingo, 7 de octubre de 2018

El sentido de la Educación

El sentido de la educación es un problema fundamental para todas las teorías educativas. La pregunta que toda sociedad debe responder es la siguiente: ¿Cuál es el ideal del hombre que quiere formar dentro de la cultura, la sociedad y el momento histórico determinado en el cual vive?
El problema no acaba ahí. Es el mismo educador quien debe preguntarse sobre su lugar y su responsabilidad dentro del proceso total y definir ¿Qué papel debe jugar la educación en el logro del ideal del hombre propuesto?
La clarificación de estas preguntas sobre la intencionalidad del proceso cognitivo, si no se hace desde una perspectiva histórica y filosófica, se puede decir que cualquier otra especulación, teoría o método estará sin ningún fundamento.
En el proceso de conocimiento y el ideal del hombre definido, el educador tiene que  seleccionar los contenidos de formación que hagan posible su logro. Ésta se hace teniendo en cuenta el amplio universo de los conocimientos organizados  en los cuerpos teóricos de las diferentes áreas del saber humano, por esta razón nuestra sociedad seguirá realizando descubrimientos fundamentales para avanzar en la comprensión de nuestro comportamiento social. La educación debe reforzar funciones de servicio a la sociedad y orientar sus actividades hacia la solución de problemas.
Las empresas se están reinventando en torno a las oportunidades abiertas por la tecnología de la información; las instituciones educativas por fuerza mayor tendrán que hacerlo. Si bien, los pasos que podrían conducir a estos nuevos enfoques y procesos serán complejos de asimilar, la resistencia que se encontrará tanto de parte de los docentes como de los estudiantes será grande. El temor a un sistema que en la actualidad no vislumbra bien sus alcances, o que lleva a un terreno que no domina, hace a veces que el docente se aferre a métodos en rebatidos, por lo tanto, la educación buscará dentro de sus objetivos la formación integral del ser humano entendido como un ser de necesidades, habilidades y potencialidades, que busca intervenir en las dimensiones cognitiva (conocimientos), axiológica (valores) y motora (habilidades y destrezas) para tener un mejor bienestar y calidad de vida.
Ante todo se puede afirmar  que es importante rescatar el papel creativo e innovador del docente, papel que no debe interpretarse como la improvisación, sino por el contrario, como fruto de la reflexión a la luz del interactuar permanentemente entre la teoría y la praxis.
El sistema educativo se debe transformar a través de la revisión y actualización de los planes de estudio y la promoción del saber a través de la investigación en los ámbitos de todas las disciplinas, las ciencias, las artes y las humanidades para difundir los resultados y conclusiones del producto estudiado y de las acciones que permiten descubrir nuevos elementos esclarecedores y prioritarios de la realidad estudiada, de acuerdo con los parámetros que determina cada disciplina en la ciencia.
Esto lleva a concluir que los medios que se utilicen en la educación deber ser producto de una investigación particular para cada caso. Además, no se puede caer en la falsa idea de algunos “diseñadores de programas académicos”  que creen  que la formación académica se logra  a través de la sumatoria  de materias,  módulos  o asignaturas aisladas, las cuales los estudiantes no logran  ni siquiera  interrelacionar con su entorno.

Por una educación integral


¿Cuál es la realidad de nuestros niños y jóvenes? y ¿cuál es la realidad que soñamos para nuestra tierra?, ¿quién no sueña acaso, con ciudadanos íntegros, con trabajadores competentes y diligentes, con personas creativas, autónomas, solidarias y líderes? Parece ser que todos añoramos la misma realidad, pero cabe preguntarse entonces, de qué manera estamos construyéndola. Es cierto que la educacióncuenta con un puesto destacado esfuerzos por brindar a nuestra población infantil y juvenil el mejor tipo de educación. Sin embargo, es muy común escuchar sobre la educación integral y como esta suple las necesidades de formación para cualquier sociedad; pero en la realidad, encontramos que muchos de los componentes de esta “educación integral” no se dan adecuadamente o son inexistentes ya sea a causa del Estado, del Sistema o de la Comunidad Educativa en general. Es habitual, encontrar que en todos los niveles de la enseñanza nos esforzamos por alimentar la mente de los estudiantes con datos y hechos que en muchas ocasiones, por la exigencia del cumplimiento del programa, poca oportunidad dejan para meditar sobre los mismos. Luego, se diseñan exámenes que demandan de ellos la misma información, obligándolos a repetirla fielmente, en un proceso intelectual y creativo pobre. Así, este tipo de conocimiento no enriquece la personalidad, ni genera los hombres autónomos, competentes y originales que demanda nuestra vida actual. La enseñanza se vuelve entonces de tipo memorística, teorizante y estereotipada. Es decir, hacemos del acto de la transmisión del saber científico un fin en sí mismo, y no un medio, como debe ser, para enseñar a pensar. Olvidamos que, en última instancia, la educación procura la formación integral de la persona. Le damos importancia a los hechos escuetos y aislados (que); nos preocupamos menos por las manifestaciones y comportamientos de los fenómenos (cómo), y soslayamos las explicaciones y razones de las cosas (por qué). Por otro lado, el divorcio que existe entre la información que se da de los diversos temas de varias disciplinas va creando en el estudiante un encasillamiento mental que le impide, no solo correlacionar cosas sino, además, analizarlas en profundidad y establecer conceptos globales de los fenómenos. La visión panorámica y conceptual está siempre ausente en aras del detalle aislado o del dato memorizado. Esta capacidad de correlacionar hechos continuos se manifiesta en el estudiante a través de los años, y le dificulta los procesos mentales de deducción, de gran importancia en el proceso de la investigación científica hacia la búsqueda de nuevas verdades y conocimientos. Estas consecuencias no solo las vemos en el campo de la ciencia sino de una forma más cotidiana en el proceder de unos y otros, ya que se han desarrollado tan pocas competencias para leer, comprender y contextualizar el conocimiento que la ausencia de este proceso lecto-comprensivo se evidencia en las aulas y fuera de ellas. Si no somos capaces de leer un texto en una dimensión, ¿cómo podemos tener entonces la capacidad de “leer al otro” con todos sus matices?  En apariencia hemos privilegiado la construcción de conocimiento, o para ser más exactos la reproducción –muchas veces tergiversada e imprecisa- de saberes, donde no se le encuentra sentido a lo que se aprende, ni muchos menos su aplicación. Cabe anotar, que ese énfasis en conocimientos académicos, falta profundizar en algunos necesarios en nuestra vida actual. Es innegable que se requiere con urgencia en las instituciones educativas una enseñanza práctica y competente frente a las nuevas tecnologías y el manejo de una segunda lengua. Pareciera que los estudiantes aprenden a repetir muy bien conceptos de antaño pero distamos de lo necesario para convivir en un mundo cada vez más global. Se requieren laboratorios, docentes especializados, espacios adecuados y seguros para el aprendizaje de nuevas tecnologías, el desarrollo de proyectos informáticos y tecnológicos y el manejo competente y adecuado de una segunda lengua. Es prioritario plantear una educación integral e integradora (que incluye no solo al estudiante, sino también a sus compañeros, a padres y docentes como actores fundamentales del proceso.) No se puede ignorar el papel cada vez más visible de la interrelación y el trabajo colaborativo en la construcción del conocimiento y la formación del ser. Ya no es la visión del estudiante que aprende, es la comprensión de esa persona que aprende del otro, con el otro y para su crecimiento personal y social. Es tiempo ya que se estudie, entienda y actúe sobre las “micro-sociedades” de la escuela e interdisciplinariamente se nutran las necesidades psicológicas, pedagógicas y sociales de nuestros niños y jóvenes. Esta propuesta educativa implica retomar el rol protagónico del maestro, que en la actualidad tiende en muchas de nuestras escuelas a oscilar entre el inquisidor y el ignorado. Algunos, aun mantienen una posición de autoritarismo y falso poder que coarta la capacidad creadora, investigativa y productiva del estudiante, que con sus reclamos, expresiones, dureza o negligencia encasillan y convierten a los estudiantes en receptores pasivos de información y contribuyen a una cada vez más alta deserción escolar. Otros, que son ignorados e irrespetados por “pupilos” que poco valoran la experiencia o conocen los límites del respeto hacia ellos. Queda el grupo de docentes que evidencian cada día que el maestro transforma vidas, pero que no cuentan con los recursos didácticos o las condiciones necesarias para cumplir cabalmente con su papel. Esta educación también exige de los adultos, los padres, una respuesta a la demanda de coherencia que tienen los niños y jóvenes. Esta requiere un compromiso serio en la tarea de ser padres y formadores que implica principalmente consigo mismos, la capacidad de actuar coherentemente con lo que se profesa, de ser ejemplo para aquellos que requieren modelos que seguir. De adultos que también merecen contar con espacios de formación continua y seria donde se aprenda con el otro y con expertos la forma de potenciar las virtudes y cualidades de los hijos. Todo este recorrido tiene implícita e inexorablemente un marco de principios y valores, una comprensión profunda del valor de educar y formar en el ser, el saber y en el hacer. De retomar la importancia de enseñar sobre lo bueno y lo malo, lo correcto, incorrecto, permitido o prohibido, de los límites centrados en la razón y la voluntad y no en el capricho o la conveniencia. De la fe como pilar de la vida y el respeto como esencia de la convivencia. Entonces, ¿es posible la realidad que soñamos para nuestra tierra? Sí, si es posible el mundo que soñamos. Estos sueños serán una realidad si nuestros Gobernantes y el Estado adquieren un compromiso real con la educación, si tienen una férrea convicción de que es ella la única arma para salir del conflicto en el que nos hundimos cada día más. Si se entiende que son las aulas del preescolar, la básica primaria, la secundaria, la técnica y la formación profesional los espacios más privilegiados para el ejercicio de aprender a ser mejores ciudadanos, líderes, hermanos, compañeros, padres y hacedores de sociedad. Si se piensa en las escuelas como la infraestructura más importante de cualquier municipio, provincia, ciudad ,localidad o País porque es allí donde confluyen niños, jóvenes, familias y se aprenden deportes, artes, oficios. Pero para que nuestros gobernantes tengan claro este papel prioritario debemos cada uno de nosotros, tener esta claridad también, devolver el protagonismo al aprender y al enseñar y exigir de estado, educadores, padres y estudiantes su compromiso por hacer de nuestra realidad que enseña, que aprende, que forma y sueña con la fuerza y el valor que siempre lo han caracterizado.

La crisis de la investigación en las Universidades

Es importante reconocer como primer paso que hay un problema y darle solución por lo tanto es necesario empezar por los niveles más bajos para resolver la crisis. Es fundamental y determinante que en los últimos años en las universidades peruanas y diría que a nivel Latinoamericano se han hechos grandes esfuerzos para mejorar la calidad de la investigación. Las nuevas reformas educativas establecen los requisitos básicos en las carreras, apuntándole al ordenamiento de las instituciones para que se ofrezca una preparación que se ajuste a las necesidades de los Países, a la filosofía de cada profesión, a una planta de docentes idónea, a recursos suficientes y adecuados. Se espera que las políticas en las universidades privadas y públicas, unificar criterios y exigencias de la enseñanza de varios niveles de metodología de la investigación para una consolidación con la intención de buscar la excelencia en la investigación en las universidades, esto servirá para ajustar los planes de estudio en los procesos de enseñanza que necesariamente se deben estructurar de acuerdo a las necesidades de la realidad integral que pasan en cada uno de los Países.
El perfeccionamiento de la calidad de las investigaciones realizadas por los docentes y estudiantes también se contempla como complemento, la creación de Maestrías y Doctorados, de un observatorio laboral, mas el fortalecimiento de grupos y centros de investigaciones así como la implementación de las TIC aplicadas a la investigación.
Las Universidades poco invierten en este campo de la investigación, se debe es mi apreciación que el gobierno de turno y la empresa privada agrava el panorama y la situación el hecho de que la cuestión no es la inversión sino la poca inclinación del sector académico a investigar. Es posible que por la falta de motivación e incentivo de tipo económico los docentes no le dediquen suficiente tiempo a la investigación por la carga académica que tienen dictando clases, o que por distintas razones no se esta creando en las instituciones de educación superior, tanto en la publica como en la privada, con algunas excepciones claro está, una cultura de investigación en docentes y estudiantes.
Para que esta situación mejore se hace necesario crear una división de investigación en las universidades, para el proceso de formación de los estudiantes y cooperar con la solución de los problemas Nacionales de cada País mediante el estudio, de investigación para que los resultados en cada disciplina o profesión del área de conocimiento trascienda para el desarrollo de nuestros Países. Investigación y aplicación de nuevas metodologías e instrumentos. La crisis de la investigación en la universidad a mi modo de ver se estructura en dos aspectos. La investigación debe ser complemento a la formación profesional de manera abierta, dinámica y comprometida con dos elementos emocionales, gusto y placer por lo que se hace y, dos, debe atender a la solución a las necesidades y problemáticas de un contexto propio del sujeto y no para llenar los anaqueles de la biblioteca de la universidad, investigación sin continuidad y sin resolución de problemáticas de contexto social, no tiene sentido. De ahí que la investigación debe permear desde los niveles básicos de la educación para estructurar un pensamiento científico.
"Universidades peruanas investiguemos sobre realidades y dejemos que los investigadores lo hagan con pasión".

sábado, 6 de octubre de 2018

Un docente es...

Al hablar de las cualidades y capacidades  de un buen Docente, es importante resaltar que es una de las profesiones más complejas. Los procesos educativos, instrucción, pedagogía y estrategia metodológica de enseñanza   requieren de vocación, objetividad, inteligencia y precisión para  saber tratar a los estudiantes de sus condiciones individuales y de su entorno. La calidad educativa aumenta cuando el docente cumple con las siguientes características:
1. Competencia en la asignatura.
Importante que el docente  tenga un buen dominio de la materia que va a  orientar. Este conocimiento supone conocer más que los términos, hechos, conceptos y tener una buena organización e interrelación de las ideas para que el docente  sea capaz de debatir sobre todos los aspectos de la materia e interrelacionar los conocimientos a otras áreas y disciplinas.
2. Estrategias de instrucción.
En una buena instrucción hay que aplicar las estrategias metodológicas apropiadas. Las estrategias más óptimas son las de los enfoque o escuelas  de aprendizajes pedagógicos. En ellas, se ve al estudiante como un ser teórico que construye su mundo, por lo tanto la estrategia a seguir es estimular al estudiante para que indague, explore, descubra el nuevo conocimiento y piense con sentido crítico.
3. Debe establecer los objetivos y diseño instruccionales.
Los docentes capacitados no improvisan sus clases. Establecen objetivos complejos para la enseñanza y crean estrategias pedagógicas para lograrlos. Una buena planificación lleva un gran trabajo y logra convertir el aprendizaje en una actividad interesante.
4. Prácticas adecuadas al desarrollo.
Los estudiantes cuando van avanzando en su formación y desarrollo van cambiando su manera de aprender y de enfrentarse a las dificultades. Por lo tanto, es necesario que los docentes conozcan las diferentes etapas de su  desarrollo, de manera que se encuentren en disposición de elaborar los contenidos y ayudas de instrucción en función del nivel de desarrollo.
5. Control de aula.
Una característica importante del docente es que mira al aula como un todo, trabajando en equipo y orientando a las tareas. Para conseguir esto, el docente cuenta con una serie de habilidades, como definir reglas, organizar los grupos, supervisar las tareas, controlar la disciplina en el aula de clase y es necesario lograr un ambiente abierto al cambio y a la retroalimentacion.
6. Motivación.
Si los estudiantes no tienen la motivación, la calidad del aprendizaje será muy baja. Por ello, es importante  que el docente cuente con estrategias para estimular y motivar el interés por  su asignatura dando como consecuencia que las tareas se conviertan  en actividades creativas y estimulantes y así mejoran la calidad educativa.
7. Comunicación.
Un buen Docente debe tener una buena comunicación y no tiene problemas para adaptar su nivel de expresión a las características del receptor. Esto da una comunicación que no solo está dirigida a los estudiantes, sino  también al resto de la comunidad educativa.
8. Diferencias Individuales.
Ningún estudiante es igual a otro, cada uno tiene sus cualidades y su perfil de aprendizaje. Ser un buen docente  implica tener habilidades para reconocer esas diferencias individuales. Y también es necesario que adecue su instrucción de manera personalizada a cada estudiante.Contextos culturales diversos: Debido a la globalización, es normal encontrar en un aula diversidad  cultural. Por ello, entre las competencias que demanda el puesto de docente  está la de conocer las peculiaridades culturales de sus estudiantes, y así  prevenir estigmatizaciones.
9. Habilidades de evaluación.
Un docente debe ser consciente del nivel de aprendizaje de cada alumno. Para ello  usara las herramientas de evaluación y así conocer los puntos débiles y fuertes de sus estudiantes. La función óptima de la evaluación es conocer el estado de alumno para orientar su instrucción.
10. Habilidades tecnológicas.
Las herramientas tecnológicas si son utilizadas correctamente supone un aumento de la calidad educativa. Las tecnologías les ayudan a adquirir competencias, para que se conviertan en un usuario creativo, capaz de analizar y evaluar información, solucionar problemas y tomar decisiones.
El docente, determinara  el potencial formativo que se pueda aplicar en la educación para adquirir las habilidades digitales y establecer competencias educativas (interpretar, argumentar, proponer y escribir), deben lograrse a partir de experiencias pedagógicas que pretendan desarrollar destrezas  para aplicar los conceptos básicos de los métodos y las técnicas del aprendizaje, buscando que actividades comprometan el análisis, la consulta de datos, la clasificación, el diagnostico, y la formulación de propuestas que evidencien los logros y las competencias de formación.
REFLEXIÓN
El  ser docente es una  gran responsabilidad;  una buena orientación no puede fallar para no generar frustración en sus alumnos. El docente es una figura central en el desarrollo de la instrucción y enseñanza de la educación. La consecuencia de un mal profesor, implica que sus estudiantes  no van a desarrollar todo su potencial. Si queremos una educación de calidad, debemos dar una formación para los docentes que también sea de calidad. La  actitud es muy importante, pero también son los conocimientos y las habilidades adquiridas; de ahí que la inversión en educación es la mejor apuesta de una sociedad.

viernes, 5 de octubre de 2018

Copiar a Finlandia tendría un efecto negativo

En los últimos años es sabido que Finlandia lidera el sistema educativo más exitoso del mundo, por ello muchas naciones han intentado imitarla; sin embargo, esto sería un error.
El "milagro educativo" finlandés llego a la fama allá por el año 2000, cuando apareció en los primeros lugares del informe anual de la prueba PISA, programa internacional de evaluación de estudiantes de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico).
Tras ello, cientos de investigadores y profesionales ligados a la educación analizaron el éxito de Finlandia y concluyeron que la principal razón de su logro era una reforma estrella que puso al alumno al centro de todo: se eliminaron las pruebas y exámenes, se mejoró la formación docente y la autonomía de cada colegio, entre otros.
Pero, otro factores también influyeron con igual o mayor poder sobre el éxito de Finlandia. El análisis de los resultados a lo largo del tiempo muestran que su ascenso empezó mucho antes que sus políticas estrella entrasen en vigor.
Hay dos factores primordiales para el "milagro educativo finlandés":
El primero es que Finlandia tradicionalmente ha dado gran importancia al rol de los profesores, no sólo en el colegio, sino también en la sociedad, es una nación muy joven, y por lo tanto, necesitaba inocular esos nuevos valores a través de una educación que llegase a todos los niños y al resto de la población. Antes de la Segunda Guerra Mundial ya se puede ver que había una gran proporción de profesores bien formados, lo que muestra el estatus del que gozaban durante los años 20 y 30, así que no es nada nuevo. Sin embargo, no iban a la universidad, sino a seminarios. Mantener que se trata simplemente de una cuestión de formación de los docentes es simplista".
El segundo factor sería que en Finlandia fue plantando las semillas de su éxito a lo largo de la historia. Hay que recordar que era un país muy pobre: en los años 50, aún se encontraba en un 60% del PIB de Suecia y Dinamarca. Entonces algo ocurrió, y se desarrolló económicamente de una forma similar a la del este de Asia, con un crecimiento tan rápido entre los 50 y finales de los 80 que hizo que el cambio de valores no fuese al mismo ritmo. Suecia, Noruega y Dinamarca se convirtieron en países postindustriales, más progresistas en sus actitudes, que se centraban en la felicidad de los niños, su autoexpresión y demás. Pero si comparas la educación sueca y la finlandesa, verás que no se parecen, porque Finlandia siguió siendo muy tradicional hasta finales de los años 90 y principios de siglo".
En conclusión, esas costumbres que cimentaron la importancia de la educación y un rápido crecimiento económicoque facilitaron a que los padres estuviesen mejor formados (lo que influye positivamente en los niños) y la retención de este método tradicional de educación, que no está muy de moda, son los tres ingredientes que produjeron sus buenos resultados a principios del siglo XXI”.
Es por esto que es peligroso querer imitar a Finlandia y su modelo sin antes conocer toda su historia: "Copiar a Finlandia tendría un efecto negativo. Es un peligro imitar otros sistemas educativos en general, aún más cuando las investigaciones sugieren que fue el sistema antiguo el que produjo buenos resultados y el nuevo, el que tanto le gusta a todo el mundo, es el que está haciendo bajar las notas. Es una lección importante".


domingo, 26 de agosto de 2018

Una educación más profunda

Para muchos, la educación convencional no prepara a los niños para el Siglo XXI. Este modelo ofrece una alternativa a muchos jóvenes se están graduando y entrando al mercado laboral sin las habilidades necesarias para triunfar. Sin embargo, en muchas escuelas del país, educadores enfocados en la innovación han llegado a lo que creen es una respuesta educativa a los retos del nuevo siglo, lo que llaman un 'aprendizaje más profundo'.
Me acuerdo cuando estaba en el colegio y me preocupaba por mirar el reloj, una y otra vez, mientras el maestro recitaba fórmulas o fechas históricas, morir de sueño, y a la vez morir de ganas por salir a jugar. Quizá lo recordamos como una falla del docente, o como una falla en el sistema educativo. Pero para muchos, la falla es el sistema mismo. 
El sistema educativo actual implica levantarse a la madrugada, escuchar al maestro y tomar nota, estudiar mucho y divertirse poco, llegar a casa y hacer dos horas de tarea, esto fue ideado en el siglo XIX, antes de que la globalización, la computarización y la desindustrialización de la economía transformaran nuestras vidas. En ese entonces una educación estandarizada y financiada por los impuestos de los ciudadanos era un concepto revolucionario. Demasiado ha cambiado desde entonces, pero para muchos la educación no ha cambiado a la velocidad a la que ha cambiado el resto de nuestras vidas. 
Nuestro sistema en su mayoría se adhiere al modelo de educación de hace siglos, el modelo de la fábrica de la era industrial. Hace un siglo, quizá tenía sentido adoptar requerimientos de estar sentado.
El "aprendizaje más profundo" se trata de hacer la educación activa y no pasiva, donde los estudiantes son los motores de su propio aprendizaje. Se trata de enseñar a los niños a pensar de manera crítica, de darles herramientas útiles, de conectarlos con sus comunidades, de fomentar la empatía y de crear conexiones interpersonales. Todo esto ocurre a partir de los intereses del alumno. Cuando los alumnos toman su interés y sus pasiones y mezclan todo, y ellos toman la iniciativa en querer aprender, ahí es donde el aprendizaje real comienza.
En algunas escuelas del distrito de Chaclacayo y Chosica adoptan este modelo, los alumnos escogen y dirigen sus propios proyectos, demuestran lo que aprendieron al final del año exhibiendolos a otros compañeros.
Así, aprenden de los retos de la vida diaria y de la satisfacción de crear un impacto directo en quienes los rodean. ¿Por qué importa este tipo de aprendizaje? 
Los trabajos que se espera crezcan más en los próximos 20 años serán: instalador de paneles solares, técnicos de turbinas eólicas, ayudantes de salud en el hogar, enfermeros personales, desarrolladores de software y apps, y matemáticos. Estos trabajos requieren habilidades en ciencias y matemáticas o habilidades interpersonales excepcionales (lo que se conoce como un coeficiente emocional alto) que
las redes sociales como las conocemos hoy en día. Es difícil imaginar cómo tendrán que ganarse la vida los jóvenes que hoy tienen 4 o 5 años cuando sean adultos. Lo mejor entonces es enseñarles a pensar de manera crítica, a aprender a aprender mejor, a adaptarse rápidamente, a tener confianza en sí mismos, y a relacionarse exitosamente con los demás, una habilidad que siempre será relevante. Aprender cuestionando, creando y enseñando ¿Cómo se ve esto en la práctica? Aprender por medio de proyectos, con el maestro como guía, es una de las claves. “Cuando ellos empiezan a investigar, nosotros vamos viendo, cómo van avanzando y cómo están llegando a donde tienen que estar para aprender. Enfatizo que el rol del maestro sigue siendo tan vital, activo y riguroso como en otras escuelas. “Los estudiantes no pueden hacer un trabajo que sea innovador, creativo, revolucionario, sin una buena estructura e instrucciones claras”.
La estructura no debería impedir sino más bien liberar la creatividad”.
Ese es el rol del maestro en el aprendizaje profundo: no se trata de impartir conocimientos como si los estudiantes fueran recipientes vacíos por rellenar, sino de ser un guía que ayuda al chico a alcanzar su máximo potencial. “Les damos los conocimientos básicos principales para entender una materia, un capítulo de un libro, y luego, basado en lo que ellos quieren aprender, van a ir investigando”.
Así ocurrió con una  estudiante, Christina Rivera, de 17 años del Colegio San Francisco de Asís de Chaclacayo. De pequeña, Christina quería ser artista y se dio cuenta de que aunque amaba el arte, no quería ganarse la vida como artista. Su otra pasión era la psicología, así que decidió juntar las dos y escribir y fabricar ella misma una serie de libros para niños, basándose en sus investigaciones sobre cómo los niños pequeños aprenden más eficazmente. Christina realizó ya como estudiante universitaria de la Universidad Nacional de Educación  una investigacion en escuela primaria de Chosica a la que iba todos los miércoles, para trabajar de la mano con los maestros un proyecto interdisciplinario, donde se conectan no solamente sus intereses sino que también se fortalece su conexión con su comunidad. Estas conexiones interpersonales genuinas son fundamentales al aprendizaje dinámico y profundo: la empatía, la compasión, la autorreflexión y la expresión saludable de las emociones son habilidades que los maestros les ayudan a cultivar y que se aplican día a día. Esto, como el aprendizaje verdadero, no es útil solamente en sus materias académicas, sino que los estudiantes las llevan consigo a sus familias y a sus relaciones por el resto de la vida.