sábado, 14 de febrero de 2015

"Los docentes hacen grandes cosas en un anonimato injusto"

Cuando Rosa era pequeña, Barcelona tenia poco color, cuenta, a causa de la situación política que se vivía. Eso la convirtió en una lectura compulsiva ya que era su único refugio. Así pues se convirtió en una Tintinóloga, ávida lectora de Julio Verne y experta investigadora de la mano de Agatha Christie.
¿Qué objetivos crees que persigue la educación actual?
En el debate internacional podemos diferenciar dos tendencias que creo que se corresponden a los objetivos que persigue la educación. Por un lado, vemos como hay quien pone el acento en la adquisición de talento y competencias individuales. Es obvio que sin esto no sería posible seguir el tren del progreso. La sociedad avanza muy rápido a distintos niveles y si no ponemos el acento en el talento individual podemos caer en el riesgo de que los niños y niñas queden excluidos de la sociedad avanzada. ¿Y la otra tendencia? Por el otro lado, hay quien defiende que el mundo es muy desigual y muy injusto y que hace falta orientar la educación hacia aspectos más solidarios, porque sino se orienta hacia aquí, nos comeremos los unos a los otros en una especie de ley de la selva arbitraria. Nadie quiere que su hijo sea un egoísta ni un desconsiderado.

¿No hay un punto medio?
Ahí es donde debemos ir. Como dice nuestra filósofa Adela Cortina, no construiremos una sociedad más justa si tenemos ciudadanos mediocres. Es imprescindible que las personas que formamos la sociedad seamos competentes, cada uno en su ámbito. Competencias por un lado pero solidaridad por otro, deben ir unidos. La excelencia educativa, formativa y el compromiso social no pueden ser caminos distintos, hay que unirlos. Éste es el reto de la educación contemporánea.

¿Cómo  definirías el sistema educativo español actual?
A groso modo tiene un punto muy positivo que es su democratización, en estos momentos el porcentaje de niños y niñas que quedan fuera del sistema es reducidísimo. Esto es un gran avance respecto a épocas anteriores, pero tiene un problema y bastante grande, y es que está totalmente desactualizado. Tenemos las mismas prioridades que hace 30 años y es evidente que ya no funcionan.

¿Cómo deberíamos actualizar el sistema?
Para empezar, religando las dos tendencias que comentábamos al principio. El mercado es el que domina la escala de valores y el comportamiento de las personas. ¿Y qué crees que reclama ahora el mercado? La tendencia dominante es responder a la propia ley del mercado, y por ahora está en auge la competitividad, la ley del más fuerte. Estamos enseñando a nuestros alumnos y alumna a perseguir su máximo beneficio, exclusivamente. Por desgracia, la educación no es un terreno impermeable a esta tendencia tan arraigada en la sociedad.

¿Prima más la formación individual que el éxito colectivo?
Sí, en general sí. Sería injusto hacer afirmaciones muy taxativas porque junto a experiencias como las que comentamos, también existen centros, profesores y educadores que promueven otro tipo de educación. Hay muchos profesores que apuestan muy fuertemente por un cambio de paradigma en el sentido de hacer compatible una cosa con otra. Hay que ser muy cuidadoso, no se trata de excluir el talento, sino de lograr que las capacidades individuales sirvan para buscar una vida mejor para todos.

¿Existen modelos?
Sí, en América latina por ejemplo, hay una actitud que debemos aprender. Cuando preguntas a un niño español (sea cual sea su procedencia socioeconómica) porqué va a la escuela, las respuestas son muy claras: “porque me obligan”, “para aprender cosas”,  “para trabajar de mayor”, etc. Cuando trasladas la misma pregunta a un niño de alguna zona deprimida de América Latina te responde: “para levantar a mi país”.  Esto lo dice porque tiene claro que ir a la escuela no le va a servir solo a él, sino que saldrá adelante su familia, su comunidad, y en definitiva todo el país. Allí existe un fuerte espíritu comunitario que debemos importar.

¿Detectas inquietud entre los profesores por abordar un cambio en la educación?
Sí, por supuesto. Los profesores están muy atados por los curriculum que vienen impuestos desde arriba, que son muy conservadores y están desactualizados. Pero hay movimiento y hay conciencia, todo el mundo intenta hacer lo que puede. Se buscan fórmulas de hacer compatible la educación por la competencia y el talento y el compromiso social. ¿Algún ejemplo? Sí, ejemplo de ello son los proyectos de aprendizaje servicio. Los estudiantes de todas las edades aplican lo que aprenden resolviendo problemas o retos de su entorno. En estas actividades se desarrolla el talento, la creatividad, la resolución de problemas y la cooperación entre unos y otros. Es un reto que no es únicamente personal, sino que es el colectivo y es la sociedad la que se beneficia del resultado. Hay centros que ya ponen en práctica este tipo de proyectos. Hay ejemplos de todo tipo. Desde escuelas que promueven el regreso de las golondrinas para que haya menos mosquitos, a programas y campañas para aumentar las reservas de sangre en los hospitales. Los retos son diversos dentro del entorno de cada centro, social, cultural, natural. Los chicos y chicas de todas las edades pueden hacer cosas para mejorar su entorno. Si este tipo de proyecto funcionan,

¿Por qué crees que no se incorporan a la educación?
En nuestro país la educación necesita cambios muy profundos, y nadie espera ya que sean rápidos. Hacerlos no será fácil pero cada vez hay más conciencia y a su vez aparecen experiencias innovadoras y brillantes. Yo he recorrido muchas escuelas y he hablado con muchos profesores, y siempre regreso a casa con una sobredosis de ilusión y confianza viendo las cosas bonitas e importantes que hacen. Los profesores son demasiado modestos y no dan la importancia que merece la tarea que desempeñan: hacen grandes cosas pero en un anonimato injusto. ¿El cambio solo se lleva a cabo dentro de las aulas? ¡No! Tenemos una comunidad involucrada en la educación, existen muchos espacios fuera de la educación reglada que se convierten en lugares preciosos donde liberar la educación más creativa y divertida y la solidaridad. Hay muchos niños que necesitan espacios como estos porque les falta un estímulo adicional que no reciben en la escuela. ¿Qué es lo que más valoras de los espacios fuera de la educación reglada? Que en ellos  los niños y niñas encuentran espacios de superación, entornos estimulantes. Aquí se les permite romper con los roles que tienen en la escuela y encuentran compañeros de diferente edad. Es una fuente de oportunidades y de protagonizar situaciones diferentes.

¿Por qué los profesores fracasan?

¿Por qué los profesores fracasan? es un capítulo del libro de B.F. Skinner Tecnología de la Enseñanza, escrito en los años 60. En él se realiza un análisis de los errores del sistema educativo, inquietantemente actual. Después de leerlo se comprende que llevemos décadas repitiendo las mismas equivocaciones, curso tras curso. El resto del ensayo es también certero y ameno. En mi opinión, Skinner es uno de los pensadores más brillantes y menos escuchados de la historia de la educación. Poca gente entiende que el Conductismo que él defendió es una doctrina esencialmente humanista, profundamente respetuosa de la libertad, la individualidad y la realización personal. La entrada de la Wikipedia aclara rápidamente que su hija, lejos de haberse vuelto demente como consecuencia de los experimentos que con ella realizara su padre, es una brillante psicóloga que, como anécdota, ha enseñado a su gato a tocar el piano. Tal es parte de la leyenda que ha trascendido de B. F. Skinner, tras pasarse de moda la Psicología Conductista, y ascender como referente laas escuelas pedagógicas cognitivistas y constructivistas. Sin embargo, su famoso y denostado condicionamiento operante, en lo que afecta al alumno, se refiere exclusivamente a proporcionar al aprendiz la corrección de un ejercicio, de manera inmediata, para mantener así una tensión que evite el aburrimiento. En realidad, propugna activar su emoción, en perfecta consonancia con Daniel Goleman (padre del concepto de la inteligencia emocional), por más que el propio Goleman se defina a sí mismo como su antítesis. Skinner, con su enseñanza programada, se anticipa visionariamenteal al empleo de las TIC como recurso educativo, proponiendo una máquina de enseñar en la que las respuestas correctas permitan aumentar el nivel de dificultad. De esta forma, señala, la atención a la diversidad será inmediata pues cada alumno mantendrá su ritmo de aprendizaje. Para los alumnos con mayores dificultades será posible programar pasos más cortos dentro del proceso. Completados los programas, todos los niños habrán llegado al mismo nivel de dominio de los contenidos, sin necesidad de ajustar sus ritmos. Junto a ello, Skinner describe con sutileza y sensibilidad intensas, cómo se va gestando la actitud escapista del alumno (vandalismo, pasividad, olvidar lo aprendido) ante los estímulos aversivos que la escuela le procura. Destaca que es la evaluación lo que determina qué se va a estudiar, porque se acaba impartiendo sólo lo que es fácilmente evaluable: Es más sencillo acribillar a un niño a preguntas sobre una lectura concreta que evaluar su tendencia a leer por placer. (Aquí yo añadiría que la enseñanza del inglés es paradigmática de esa observación: queremos que los niños retengan listas de palabras, en vez de evaluar su disposición a intentar captar el sentido general de una película no adaptada). Cierra su análisis describiendo el papel de la supervisión institucional, el poder político y la gestión escolar, como factores condicionantes del fracaso del sistema educativo. Interesante, también, su visión de Summerhill y las llamadas escuelas libres, como medios terapéuticos, que no enseñan por sí mismos. Que hace más de 60 años alguien describiera con esa precisión los problemas de la enseñanza que ahora enfrentamos, apunta a que nos encontramos en el mismo laberinto. Sin embargo, gracias a ello, son muchas las ideas que se pueden extraer de esta lectura.  Un libro de agradecer. (Difícil de encontrar en español, salvo en bibliotecas). Os dejamos un vídeo sobre la máquina de enseñar (en español) y una estupenda entrevista a Skinner, en que toca todos los aspectos de su concepción de la enseñanza (en inglés). Además os ponemos un enlace al libro a la página donde se puede adquirir el libro: http://www.bfskinner.org/?s=technology+of+teaching〈=ICL_LANGUAGE_CODE.

lunes, 9 de febrero de 2015

Las diez claves para tener una excelente educación

Bueno conversando con algunos colegas en el restaurante Palitos y Tenedores en Chosica sobre el nuevo Sistema Curricular nos preguntamos cómo debemos mejorarlo y que debe hacer el  Estado Peruano para poder mejorar la calidad educativa. Marcia, Rafael y Lucho llegamos a  la conclusión de que para mejorarlo se debe tomar en cuenta lo siguiente:

1. Los docentes son profesionales valorados. La educación debe ser una profesión con prestigio y los profesores deben  tener gran autoridad en la escuela y en la sociedad. Para que los estudiantes universitarios en educacion  puedan obtener su titulo de profesor debe ser exigente y larga, además debe incluirse entrevistas personales, para ver si los futuros maestros son buenos profesionales muy bien preparados y con  vocacion.  

2. La educación debe ser gratuita y, por lo tanto, accesible a todos. El sistema educativo público establece que la educación es obligatoria y gratuita entre los 3 y los 16 años y debe ser impartida por centros públicos. Los libros escolares que se reparten debe ser didácticos, y todos los niños deben  recibir una comida caliente al día en el colegio. En el caso de que el niño viva a más de 5 kilómetros del centro escolar, el municipio debe organizar y pagar el transporte.

3. El reparto del dinero público debe hacerse de forma equitativa. Los fondos estatales se deben  repartir de forma justa entre los centros.

4. El currículo debe ser común pero los centros se organizan. Cada escuela y sus profesores diseñan y organizan el currículo (aunque tiene unas líneas generales y un marco común para todos) y planifican para conseguir los logros establecidos como mejor consideren.

5. La educación se personaliza. Desde los primeros cursos se interviene para apoyar a los alumnos con necesidades especiales, con lo que se evita que sus dificultades aumenten con los años y se minimizan los porcentajes de fracaso escolar. Se respeta el ritmo de aprendizaje de cada niño y se huye de las pruebas y actividades estandarizadas. Además, los profesores suelen ocuparse del mismo grupo desde 1.º (7 años) hasta 6.º (12 años), lo que ayuda a que los conozcan mucho mejor.

6. Los alumnos tienen tiempo para todo. La educación se toma en serio pero también se da importancia al juego y al descanso. Los niños no comienzan el colegio hasta los 7 años, momento en el que se les considera maduros para aprender. Además, las jornadas lectivas son más cortas. Los estudiantes de Primaria tienen solo 3 o 4 clases al día, con descansos de 15 minutos entre cada una de ellas a los que se suma el descanso para comer. Apenas hay deberes, el trabajo se hace en clase, no en casa.

7. Preparar la clase es parte de la jornada laboral. Los profesores no imparten tantas horas de clase como en otros países, sino que el tiempo que pasan en el aula es más reducido y destinan las horas restantes a preparar sus lecciones, investigar, organizarse o trabajar de forma colaborativa con otros docentes.

8. Se evita la competencia y las cifras. Los estudiantes no hacen exámenes ni reciben calificaciones hasta 5.º curso (11 años) y los informes que el profesor elabora para los padres son descriptivos, no numéricos.

9. Se premia la curiosidad y la participación. La imaginación y la capacidad de emprendimiento son muy apreciadas en la sociedad finlandesa, abundan los profesionales de campos artísticos y creativos y también los de tecnología e ingeniería. Esto también se fomenta en la educación, donde se valora la creatividad, la experimentación y la colaboración por encima de la memorización y las lecciones magistrales.

10. Los padres se implican. La sociedad y las familias consideran que la educación es fundamental y la complementan con actividades culturales. A esto contribuyen las ayudas que reciben los padres para la conciliación de la vida laboral y familiar, para que dispongan de más tiempo con sus hijos.

domingo, 25 de enero de 2015

¿Cómo es hoy y como debe ser el maestro y la educación en el siglo XXI?

Siempre lo he dicho y lo seguiré diciendo: Un maestro que no predica con el ejemplo, no es maestro; un maestro que no tiene iniciativa ni creatividad, no es maestro; un maestro que no se identifica con su profesión ni institución donde trabaja, no es maestro; un maestro que no practica, no se actualiza, no lee cotidianamente, no produce intelectualmente, no es maestro; un maestro que no aspira a ser un líder, no es maestro; un maestro que no sueña hacer lo imposible en posible, no es maestro; un maestro que piensa que la profesión es sólo para ganar dinero seguro y no para servir de todo corazón, no es maestro.
Maestro es aquel que trabaja consciente de su trabajo sin pedir nada a cambio; maestro es aquel que practica los valores; maestro es aquel que dice: para mí todo es fácil, todo es sencillo, nada es difícil, nada es imposible; mi profesión es la mejor de todas, y por eso me siento orgulloso y reconocido ante la sociedad. Yo he estudiado por vocación y no para ser rico. Los profesores somos eternos aprendices, nunca debemos olvidarnos.
El maestro es un profesional de primer orden, es el primer ciudadano de la nación, es constructor de la nacionalidad, es paradigma de hombre, es palanca de desarrollo de los pueblos, es la luz que ilumina el progreso, es el faro que ilumina conciencias y pensamientos; todo esto a pesar que se le exige mucho y, en cambio, es muy poco lo que se le da. A pesar de todo, tenemos que transformar a los hombres, para que los hombres transformen la sociedad. Es de conocimiento de todos los peruanos que el fruto de su trabajo no se ve al momento, sino luego de muchos años. Sino preguntémosle a los Padres de la Patria, al Ministro de Educación, a los Presidentes Regionales, al Presidente de la República, ¿gracias a quiénes han llegado a ser profesionales?
Pienso yo, que la única profesión digna, honorable, ejemplar, donde se imparte todos los valores, sin excepción, es la del maestro. Todo, todo lo que existe es gracias a un maestro. Jesucristo fue un Maestro.
Hoy en día, los padres de familia deben tener mucho cuidado en seleccionar los colegios para sus hijos. No se trata sólo de infraestructura, de publicidad o de competencias, sino también hay que ver la parte humana; es decir, los responsables de los destinos de nuestros hijos: los maestros, quienes vienen a ser los segundos padres de los alumnos. Por lo tanto, deben tener una formación y trayectoria intachable. En muchos colegios particulares no se tiene en cuenta la formación académica ni la parte humana del maestro, se tiene en cuenta su salario, cuánto va a ganar mensualmente. En función al sueldo contratan a sus profesores. 
Muchos profesores que trabajan en colegios estatales, también prestan sus servicios en particulares, incluido la universidad. La pregunta es: ¿por qué en los colegios particulares se trabaja mejor? ¿Acaso en los colegios particulares pagan más que en los estatales? Absolutamente que no. Es que en un colegio privado te exigen más, te supervisan, te descuentan, te despiden con facilidad. En un colegio estatal, tus derechos te amparan. Por eso, muchas veces el docente cae en el conformismo y la rutina.
En cualquier circunstancia, el profesor, docente o maestro debe asumir humildemente el rol de servidor público, con mística y dignidad, pero no el de sirviente ni de servil de políticos ni de mafias. Su dignidad de hombre y su prestancia profesional deben deslumbrar por sobre el arribismo o el acomodo.
Hoy en día, se viene “capacitando” a los maestros para luego ser evaluados. En esta capacitación experimental, no se ha tomado en cuenta la calidad expositiva o de enseñanza, es decir, muchos “capacitadores” no tienen el perfil real para desempeñarse en dichos cargos. Esta es una muestra más que este gobierno no toma con seriedad y responsabilidad la justa preparación y/o actualización de los docentes, a pesar que no se cansa de decir en los medios de comunicación que EL PAÍS AVANZA, avanza para los ricos para que sean más ricos y avanza para que los pobres sean más pobres. El  Presidente de todos los peruanos prefiere cumplir los mandatos del FMI y del BM. “Los gobiernos neoliberales y derechistas son el cáncer social que destruye la mística y dignidad del magisterio y el derecho a la mejor educación de los hombres y de los pueblos”.
Nuestra educación está en crisis, y lo seguirá estando, mientras los gobiernos de turno no asuman con responsabilidad un Proyecto Educativo Nacional, acorde a los intereses y demandas del Magisterio, así como a las necesidades de los educandos.
Para mejorar la educación nacional y contribuir al desarrollo del país, se tiene que hacer una verdadera Transformación Nacional, empezando por renovar nuestro viejo y experimental sistema educativo. Necesitamos verdaderos proyectos educativos acordes a nuestra realidad económica, política y social.
Hoy en día, también las universidades estatales han perdido su verdadero rol ante la sociedad, ya no forman profesores con excelencia, sino forman Licenciados conformistas y academicistas, muestra de ello es lo que viene sucediendo en nuestra alma máter “José F. Sánchez Carrión”, donde no sobresale la calidad sino impera la corrupción y la mediocridad. No hay alumnos líderes sino alumnos conformistas,  que venden sus conciencias. De parte de los “catedráticos” no hay un gesto digno, heroico sino más bien hay de parte de ellos una politiquería barata, un chantaje con sus alumnos y un negociado con las notas.
Sabemos que hay una mafia imperante en nuestra primera casa superior de estudios, lamentablemente, somos muy benignos y testigos de todas las cosas malas que reina en su interior. Tenemos que unirnos: alumnos, egresados, padres de familia, autoridades, la sociedad civil, todos quienes somos testigos y conscientes de lo que viene pasando, para de esta manera erradicar la CORRUPCIÓN.
En la actualidad, no siempre las maestrías ni doctorados garantiza eficiencia e idoneidad, no todos los magísteres y doctores en educación garantizan una educación de calidad. Muchos docentes sólo estudian para contar con estudios concluidos o el grado en algunos casos, pero en la práctica o en los hechos dejan mucho que desear; por eso, más que doctores y magísteres se necesita hombres formados integralmente.
Los maestros como hombres y profesionales tienen también derechos, no exclusivamente deberes. Esa doble facultad que tienen hace que reclamar un derecho como lo hacen, a través de manifestaciones, no es inmoral. Poco digno de maestro es permanecer indiferente ante los abusos de cualquier autoridad. Inmoral es predicar de boca para afuera: justicia, libertad, democracia, responsabilidad, sacrificio... o no luchar por su consecución. 
Lamentablemente, hoy en día, en el SUTEP carecemos de dirigentes líderes, quienes integran los comités ejecutivos distritales, provinciales, regionales y nacional. En su mayoría tienen antecedentes negativos que dejan mucho que desear ante las bases y causando un malestar en el profesorado.

Otras de las debilidades en el sector educativo es la administración educativa, la cual debe dejar de ser burocrática, papeluchera, morosa, inicua e ineficiente, para pasar a demostrar eficacia, eficiencia y efectividad. Para ello, se debe terminar con los cargos de confianza, evaluando rigurosamente a quienes aspiran ocupar el cargo, previa revisión de su currículo y trayectoria profesional.
Muchos funcionarios no quieren admitir que su comportamiento administrativo prepotente, corrupto, caprichoso e impositivo obstaculiza el logro de los propósitos de la administración. Lamentablemente, más que para servir, están en el oficio o aceptan el cargo para servirse de él. Por el cargo que desempeñan, se creen merecedores de reverencias y privilegios, se muestran exigentes en ser respetados, pero ellos no respetan a nadie.
La moralización y ética profesional deben ser el meollo de una administración moderna. La moralización es un reto social, debemos ser justos y equitativos, reconociendo méritos y sancionando faltas. De una vez por todas tienen que terminar la relación amical, el compadrazgo y el clientelaje político.
La educación del siglo XXI o del III milenio requiere de una educación de excelencia y ésta de un profesorado de excelencia. Pero la excelencia cuesta. El haber del profesor no debe considerar únicamente el número de horas de permanencia en la clase, debe ser el resultado de la justa comprensión de su trabajo en la escuela y fuera de ella, de su renovación constante de cultura y de su responsabilidad social.
El profesor gana un sueldo sólo para sobrevivir y no para actualizarse o capacitarse permanentemente. Entonces es deber del estado capacitar a sus maestros, luego puede evaluarlos.
Hoy en día, los maestros ya no debemos hacer el simple papel de transmisores de conocimientos, sino debemos enseñarles a nuestros alumnos a practicar los verdaderos principios educacionales:
Aprender a ser (ejemplos de vida, pensadores y críticos); aprender a hacer (creativos e investigadores); aprender a aprender (habilidad,  iniciativa y valor para afrontar sus cosas); aprender a conocer (identificación) y aprender a vivir juntos (solidaridad). “La creatividad y el pensamiento nuevo son las armas para combatir la rutina y el conformismo”. La inteligencia es el camino para salir de la pobreza. La mejor inversión es la inversión en el cerebro. Es en el cerebro donde tenemos que sembrar la riqueza e invertir nuestro capital.
Porque al nuevo educador le corresponde la tarea ingente y honrosa de transformar nuestra nación, conviene que medite en profundidad su situación actual y las posibilidades de su futuro. “El maestro tiene que educar de modo crítico, creativo, cooperativo y comprometido con la transformación del orden socioeconómico. Debe asumir el fomento de la educación para todos y consecuentemente rechazar, con mayor rigor, la discriminación y la soberbia de la aristocracia del dinero y/o del poder político”.
El magisterio y la educación tienen que estar más cerca de la comunidad, que de los gobernantes, para ver más claro el camino del presente y del futuro. El eje de los cambios, que debe producir excelencia en la educación, es el maestro, mucho más que el currículo. Por completo y coherente que éste sea, si no es manejado por un maestro renovado y renovador, quedará sólo en intenciones. A un buen maestro, bien preparado, bien actualizado, investigador por excelencia, nadie puede ni podrá sustituirlo, ni con una computadora ni con aulas electrónicas.

Finalmente debo mencionar unas cuantas interrogantes de reflexión:
- ¿El magisterio peruano debe aceptar las demagogias de los gobiernos de turno o cómo debe reaccionar?
- ¿Qué propósito tendrá el SUTEP  para dignificar al magisterio?
- ¿Cómo debe ser el perfil real del docente del siglo XXI y cómo debe lograrse?
- ¿Cuándo llegará “al poder” un verdadero maestro de vocación que proponga un cambio radical o una revolución en el sector educación?
- ¿Hasta cuando seguirán existiendo los cargos de confianza en el sector educación, para de esta manera terminar con los favores políticos?
- ¿En el sector educación hace falta una moralización en todas sus instancias,  por qué?
- ¿La reforma de la educación por parte del Ministerio de Educación será un éxito o un fracaso? Los maestros tienen la palabra.
¿Con una hora más en el horario escolar y con los feriados largos que propone el gobierno se logrará un mejor aprendizaje en nuestros alumnos? Los padres de familia tienen la palabra.
- ¿Con las capacitaciones y evaluaciones a los docentes, por parte del gobierno y el Ministerio de Educación, y con el tercio superior discriminatorio se logrará una educación de calidad?  Los Maestros, padres de familia y alumnos tienen la palabra.
- ¿Los maestros estamos preparados para el cambio o siempre seguiremos aceptando imposiciones, mediocridades u experimentos en nuestro sector?

martes, 20 de enero de 2015

Dónde está la cultura del esfuerzo

Un amigo mío me contó la siguiente anécdota: Iba en su carro con sus hijos, salió a echar gasolina y al regreso, el niño mayor de seis años comenzó a gritar enfadado porque no le había comprado unas papas fritas. El padre arrancó el auto y el niño gritó aún más. Cuando se le pasó el berrinche, después de casi 30 minutos, le dijo al padre: “Tú siempre me has dicho que puedo conseguir todo aquello que me proponga. Yo quería unas papas fritas y tú no me las has dado”.
Y aquí está el principal problema de la educación a las futuras generaciones: se confunde el esfuerzo con el capricho. La psicología positiva nos enseña que podemos soñar, que debemos luchar por los que anhelamos, pero todo ese camino no está exento de trabajo y de esfuerzo. El mero deseo no es suficiente. Las cosas debemos ganárnoslas. Y desgraciadamente, no parece que se esté enseñando a los niños a conseguir las cosas por el esfuerzo y no “porque yo lo valgo”.
Necesitamos recuperar la cultura del esfuerzo. Es el único camino para desarrollar el talento, para ser competitivo como persona y como sociedad. No hay nadie brillante que no tenga detrás de sí muchas horas de entrenamiento. Como concluyó Howard Gardner, después de estudiar a personas extraordinarias por su desempeño: todos ellos habían trabajado duramente durante al menos diez años. Malcolm Gladwell  lo bautiza como la regla de las 10.000 horas de trabajo y Larry Bird, uno de los grandes jugadores de la NBA, lo resumió del siguiente modo:
“Es curioso, cuanto más entrenamos, más suerte tenemos”.
Es posible que los niños estén “pagando el pato” de la educación espartana que hemos vivido en otras generaciones o de separaciones dolorosas, donde se intercambia cariño por caprichos. Muchos padres con una buenísima intención no siempre están preparando a los futuros profesionales y ciudadanos para un mundo donde el talento va a ser diferencial. La cultura del esfuerzo conlleva soñar un objetivo, proyectar una estrategia, identificar posibles recursos, crear nuevos hábitos y, por supuesto, asumir la posible frustración. El capricho no entiende de “no”; mientras que el esfuerzo conoce los obstáculos, pero no se rinde ante ellos. De ahí que sea tan importante, y desgraciadamente, la educación no parece que esté orientada a la cultura del esfuerzo; ni los sistemas educativos más volcados en cuestiones políticas, que en herramientas prácticas para la vida. Necesitamos enseñar inteligencia emocional y la necesidad de ganarnos las cosas por el trabajo que realizamos. 
Educar no es fácil, lo sabemos, pero no olvidemos que Peru está a la cola de los resultados de excelencia académica (estamos en el puesto último, según el informe PISA, de los países de la OCDE). Posiblemente, si pudiéramos recuperar la cultura del esfuerzo algunos de dichos resultados cambiarían. Y no lo olvidemos, todo comienza en casa y en cada una de las enseñanzas que brindamos a nuestros hijos hasta el momento en el que nos paramos a echar gasolina.

Diez claves para fomentar aprendizajes desde el hogar.

Sea durante las vacaciones o el período escolar, los adultos estamos en la obligación de motivar a los niños y adolescentes a aprender y desarrollar sus capacidades a través de las diversas actividades cotidianas dentro o fuera de casa, razón por la cual le recomiendo estas diez claves que contribuirán a cumplir con ese objetivo.
1. Desarrollemos su autonomía dejándoles tareas domésticas que pueden realizar sin ayuda, haciéndolos partícipes en la toma de decisiones familiares y felicitando sus iniciativas.
2. Reconozcamos su esfuerzo, aún cuando no alcancen la meta prevista. Afirmemos que estamos orgullosos de sus avances, por más pequeños que estos sean. El sentirse valorados les dará mayor seguridad en sí mismos.
3. Seamos tolerantes comprendiendo que están en proceso de aprendizaje y que no todos aprenden de la misma forma o al mismo ritmo. Recordemos que los errores también son parte de su desarrollo.
4. Respetemos su forma de ser, gustos, preferencias, derechos y opiniones.
5. Demostremos amor a los niños y adolescentes con abrazos, caricias, diciéndoles "te quiero" y respetando sus espacios y momentos de juego, descanso o estudio.
6. Escuchemos sus ideas con atención, brindándole el tiempo necesario para que puedan expresarse. Luego podremos orientarlos sobre lo que consideremos que necesitan aprender.
7. Dialoguemos contándoles nuestras vivencias del día, experiencias y escuchando sus opiniones, al tiempo de preguntarles cómo les fue, motivándolos a expresar sus emociones, lo que sienten y piensan.
8. Fomentemos su aprecio por el estudio explicándoles la importancia de aprender para desarrollarse y forjarse un futuro mejor.
9. Elaboremos juntos un horario de las actividades familiares y motivémoslos a hacer diariamente su propia agenda anotando las horas de juego, de alimentación, paseo, tareas, entre otros.
10. Brindémosles un espacio, aunque sea pequeño, que sea exclusivamente para estudiar.

Recuperar el tiempo perdido

Después de tres años y medio, la política gubernamental en educación muestra escasos resultados. Se puede mencionar Beca 18 en el marco del Programa Nacional de Becas, el aumento de la cobertura para los niños de inicial, el concurso- en proceso- para cubrir 12 mil plazas de directores y subdirectores y la incorporación de 25 mil docentes de la tercera a la sexta escala magisterial, de un total de 200 mil provenientes de la ley del Profesorado.
Todo esto en un contexto (a partir de agosto del 2011) de querer "comenzar todo de nuevo" y de desmantelar un equipo de profesionales cuyo talento se fue gestionando durante varias gestiones ministeriales anteriores, poniéndose en evidencia la costumbre perjudicial de no fortalecer lo bueno, superar lo regular y dejar de lado lo que no funciona. Por eso se dejó sin efecto -entre otros- el Programa Nacional de Capacitación Docente (a cargo de las mejores universidades públicas y privadas), la política pedagógica que tenía como centralidad el Diseño Curricular Nacional vigente, la modernización de colegios emblemáticos, el programa piloto de extensión de la jornada escolar, las movilizaciones por la lectura, las acciones de mejoramiento de la enseñanza del inglés y las evaluaciones integrales para nombramiento de profesores en la carrera.
El Presidente de la República, en julio del 2014, reiteró medidas con algunas novedades como el Bono Escolar, los Colegios de Alto Rendimiento y el mejoramiento del inglés. Lo que ha disminuido es el énfasis teórico sobre el mejoramiento de la educación rural e intercultural bilingüe, para lo cual se destinó un alto porcentaje de los cuatro mil millones aproximadamente que se aumentó al presupuesto educativo en el 2012 y 2013, y que mayormente se devolvieron al erario nacional.
Por eso llama la atención que el 2015 se haya denominado: "Año de la Diversificación productiva y el Fortalecimiento de la Educación" ¿Es que iniciamos un periodo de sostenimiento, crecimiento, de mayor fuerza de la política educativa iniciada en agosto del 2011? En todo caso me parece que las medidas en infraestructura, docencia, aprendizajes y gestión que recién se comienzan a implementar están orientadas a recuperar el tiempo perdido. Este es el desafío contraído por el ministro Saavedra que saludamos y debemos apoyar.
No obstante, es bueno mencionar algunas preocupaciones. La primera tiene que ver con el Bono Escolar que ha acrecentado, en el último cuatrimestre del año pasado, el entrenamiento para las pruebas de la Evaluación Censal de Estudiantes. De este modo estarían tergiversándose el concepto de formación integral, la naturaleza las evaluaciones estandarizadas -que son para "tomar decisiones de mejoramiento educativo y no para premiar"- y el logro de una real educación de calidad. La segunda tiene que ver con la reducción de las evaluaciones a una sola prueba de lápiz y papel dejándose de lado, por ejemplo, la capacidad didáctica y las clases modelo, los méritos y trayectoria profesional, así como las pruebas de TIC e inglés. A propósito: ¿Qué pasó con la evaluación de desempeño? Parece que aquí vale la frase popular: "una cosa es con guitarra y otra con cajón".
Finalmente, valorando que el ministro de Educación ha puesto por fin las cosas en su lugar en la política curricular, después de tres años de informalidad y desconcierto pedagógico en los colegios, resulta indispensable desarrollar -con un renovado liderazgo educativo- un proceso para avanzar hacia un currículo de calidad concertado social, técnica y políticamente, para que tenga continuidad