Mi historia empieza con un escupitajo. Hace años cuando empecé muy joven a trabajar como maestro, yo trabajaba en un colegio Santa Anita y enseñaba Ciencias. Había un niño que molestaba a los demás. Un día le puse un cero y se fue llorando. Yo tomaba la combi junto al cole; de pronto se acercó la paradero y, zas, escupitajo, al niño del escupitajo lo desaprobe en muchas asignaturas. Pero lo que hice fue cambiar yo, no intentar cambiarlo a él, recuerdo. Así que le pregunté qué le gustaba hacer. Me dijo que escribir... Durante ese curso fue transformando los temas de Ciencias en cuentos y se los enseñaba a los compañeros. Iba contento al cole cada día. Sacó muy buenas notas. Y cuando vino a recoger las notas, me dio las gracias por haberle dado esa oportunidad. Esta historia me marcó. Cada niño tiene sus inquietudes, a cada niño le gusta hacer algo... Tienen que sentirse importantes. Y los maestros podemos estimular su creatividad. Podemos hacer que vengan a gusto a clase. Pasan 8 horas al día sentados en una carpeta. Mínimo van a estar once años ahí. Se trata de animarlos, de que sean felices. Y de exigirles también. Mostrarles que sin esfuerzo no se consiguen las cosas. Me gusta la frase en inglés no pain, no gain ('sin dolor, no se gana'). Y a los maestros les diría que cuanto más difícil es un niño, mayor es el reto.
La profesión docente es muy maltratada en los últimos años y con la moral bastante baja: recortes, pérdida de autoridad, tasas de fracaso escolar.
Curiosamente, no estamos muy bien situados en el ranking PISA. Quizá porque los docentes necesitan ser héroes, ir a contracorriente o desafiar condiciones muy adversas con imaginación y muchas ganas.
Cuando trabajé en un centro de villa el Salvador la mayoría del alumnado eran de extrema pobreza. Me dieron el cuarto de primaria. Muchos no sabían leer con diez años, y los primeros días eran un dolor de cabeza. Cambié de estrategia. Me pregunté qué me podían enseñar ellos. Y así, mientras un niño me daba lecciones de lo que ellos sabian, yo les escribía una obra de teatro de dos horas para que pudieran acercarse a la lectura. ¡Y funcionó!».
Conversaba con mi amiga Marcia Orosco sobre un tema en debate ¿Otra educación es posible? "No solo es posible, es imprescindible". Estamos ante una crisis mundial de la enseñanza, 250 millones de niños no están aprendiendo lo básico. Y cualquier solución pasa por que las autoridades refuercen la figura y la calidad de los profesores».
No es extraño, pues, que siete de cada diez profesores sientan que su trabajo no es valorado. Y un dato significativo: a pesar de que cada vez hay más herramientas para el trabajo en equipo, pocos colaboran. Cada maestro se preocupa por impartir su materia como buenamente puede.
«La educación es una cuestión de empatía», La empatía no la miden las pruebas estandarizadas y globalizadas a las que se somete a los alumnos de medio mundo cada dos o tres años ¿Las notas? «Lo importante no son los veintes que saque un estudiante , sino que adquiera las herramientas necesarias para valerse cuando sea adulto».
He pasado por colegios de barrios marginales y por escuelas rurales. Intento aprender de los niños y hacerles ver que lo que dicen y lo que hacen me importa. En mi clase para este año prepararems obras de teatro, talleres de experimentos científicos y otros. Ahora en todos esos proyectos, nadie está obligado a involucrarse. Funcionan porque no son obligatorios. Pero yo creo en el efecto contagio. ¡Los niños pueden cambiar el mundo! Unos serán periodistas; otros, panaderos... Y también está el futuro marido que respetará a su mujer o la señora que tratará con cariño a los animales. Por eso es tan importante educar en empatía, el respeto a los demás y hacia ellos mismos. Pero igual que no se puede obligar por ley a que alguien se enamore, el respeto tampoco se puede imponer. La única manera es estimular a esa persona para que el respeto, como la amistad o el amor, le salga de dentro. Por eso es tan importante la profesión de maestro. Y es hora de que se valore.
Cuándo trabaje en el colegio de Manilsa N° 1203 organice con mis chicos de 5to de primaria canciones y cuentos del folclore peruano. Y tambien combine el aprendizaje de la lectura y las matemáticas con las artes y los juegos. Un día nos vestimos con las ropas de los pitufos y otro nos disfrazamos de príncipes y princesas. Aprendemos a escribir metiendo mensajes en botellas. Y hacemos cálculo con chapas y piedras. En mi pupitre habia sitio para la harina, la sal, el azúcar, las verduras... Haciamos representaciones con titeres. Y, por supuesto, antes las fabricamos; y también el teatro; y escribiamos el guion. Pero lo más importante es que los niños satisfagan su necesidad de juego y exploración. Trabajábamos con los materiales de la naturaleza. Pero la mayoría del material lo fabricamos nosotros, en grupo. Los niños son mis socios. Me ayudan a descubrir nuevos métodos de enseñanza. Vengo de una familia de maestros. También yo quiero dejar mi legado, que mis alumnos, cuando sean adultos, se acuerden de su maestro.
Anime a mis estudiantes a aplicar los conocimientos de la ciencia a sus vidas. Asi que instale más de tres jardines y viveros en el colegio N° 1203. Lo primero era que los niños pudiesen comer lo que cultivan. Pero surgieron oportunidades de negocio. Colaboramos con comerciantes locales. Asi que mezcle aprendizaje y trabajo. Mi enfoque es holístico, es decir, total e interdisciplinario. En mis clases mezclo juegos, redes sociales y desafíos que relacionan los hechos de la historia con la vida actual.
Lo que motiva a los alumnos es la personalidad del profesor, su pasión, su chispa, su espíritu de equipo... El buen maestro ayuda a los niños a abrirse al mundo, espolea su curiosidad. Les hace sentir que ellos importan y que su contribución es importante para el mundo.
¿El gran problema de nuestro sistema educativo? Es que no hay suficientes jóvenes que quieran ser profesores, por los bajos sueldos.
Los profesores, antes que impartir conocimientos, deben trasladar emociones a los alumnos. Se aprende mejor cuando uno se emociona. Es difícil aprender sentado detrás de un pupitre. Es mucho más efectivo que un olor o una música te lleven a un periodo histórico. Yo explicaba las fracciones de Matemáticas llevando una torta a clase y cortando porciones. La experiencia ayuda a aprender.
Si la sociedad quiere ser civilizada, tiene que formar buenos maestros y pagarles igual que a los abogados, a los médicos... Dicho esto, hay maestros que no se comportan como profesionales. Disculpan su fracaso diciendo que no tienen tiempo, medios... ¡No hay excusa! ¿Acaso argumenta eso un médico para no curar a un paciente? Si un profesor no consigue que sus alumnos aprendan, no es un buen profesional.
A muchos profesores se nos trata como a monos adiestrados en el circo. En los últimos veinte años hemos visto cómo los gobiernos han adoptado políticas neoliberales para reformar la educación. El paradigma es que la escuela debe atenerse a las leyes del mercado. A los niños se los ve como a una mercancía a la que hay que dotar de valor añadido. La obsesión por medirlo todo nos lleva a preocuparnos más por los exámenes que por educar. Es el peligro de las pruebas estandarizadas, que se han convertido en la norma para comparar países y colegios. Estamos dejando a millones de niños atrás. Y la responsabilidad se externaliza. Primero, los padres se la pasaron a los profesores. Y, ahora, los profesores al sistema. Mi receta es que el educador debe asumir riesgos. Lo que un niño aprende no se puede medir fácilmente, porque cada niño es único y sus resultados, impredecibles. Educar no es solo transmitir conocimientos; es socializar y también ayudar al individuo a profundizar en sus cualidades.
sábado, 14 de febrero de 2015
Una reflexión de un maestro
La Clase del futuro
Me he topado con un precioso vídeo sobre las posibilidades que las nuevas tecnologías introducirán en la educación de un futuro supuestamente no tan lejano. Pizarras digitales táctiles, conferencias en tiempo real con expertos, aprendizaje por medio de la acción, trabajar en red, impresoras en 3-D que permitirán materializar los proyectos escolares… Toda una utopía educativa hoy en día.
Yo de mayor quiero volver a ser estudiante de primaria en un futuro como este. Al margen de las novedades tecológico-educativas, que ya están aquí y a la vez parecen tan lejanas en la práctica educativa, lo más fascinante del vídeo es que muestra visualmente y en la práctica una serie de conceptos que todos manejamos de forma abstracta, y que en el vídeo están reflejados perfectamente de forma concreta gracias a las nuevas tecnologías: Aprendizaje
¿Puede considerarse este vídeo como representante realista de las escuelas del futuro? ¿O es un vídeo bienintencionado pero ingenuo (además de una campaña de marketing, claro)? Yo voy a mojarme: creo que sí representa una clase del futuro. Pero como todo no es blanco o negro, creo que para llegar ahí tenemos que superar antes muchos obstáculos:
Dale toda esa tecnología a los profesores hoy. No todos, pero la mayoría acabarán haciendo una clase completamente tradicional solo que con más tecnología. Primer obstáculo: lo difícil de esa clase no es la tecnología (ya existe todo lo que se muestra, hasta la impresora 3D, y es sólo cuestión de tiempo que toda esa tecnología se acabe difundiendo); lo difícil es cambiar la mentalidad y cultura educativa de profesores, padres, directores de colegio, alumnos, etc. Para mí, este obstáculo se solucionará a más tardar cuando los profesores sean de la generación actual de jóvenes, acostumbrados a utilizar con naturalidad todas esas herramientas de forma cotidiana. Mi opinión es que independientemente de la tecnología (que, repito, ya existe), es necesario un cambio generacional para llegar a ver clases como la del vídeo de manera generalizada. Obviamente, hasta llegar ahí veremos (mejor dicho, ya vemos) muchos intentos más o menos acertados de ir construyendo una clase así. - Ese puede ser el futuro educativo de algunos colegios, pero obviamente no van a llegar ahí al mismo tiempo ni todos las regiones de nuestro pais, ni todos los colegios, ni todos los profesores.
El segundo obstáculo es la enorme brecha digital que ya existe y que solo va aumentar a medida que se vayan digitalizando cada vez más ámbitos de la sociedad, las escuelas y las organizaciones en general. Habrá (¿hay ya, quizá?) universidades que consigan contratar profesores muy innovadores como el del vídeo muy pronto, pero se va a tardar mucho tiempo en conseguir un sistema educativo que genere educadores tan innovadores como el del vídeo (teniendo en cuanta además que profesionales así no se pueden generar de manera mecánica ni estandarizada). No sólo la tecnología, sino sobre todo el uso que se sepa hacer de ella en aula física y virtual por parte de alumnos y profesores marcará la diferencia entre una universidad mejor y otra peor. Creo que se va a generar una competición muy grande por la atracción de talento en las universidades, mucho más grande y más efectiva que la que existe actualmente y además de forma generalizada, y que en esa guerra por el talento van a tener mucho que ver las competencias digitales del profesor (sí, ya sé que eso ya es una realidad en muchas universidades innovadoras, peor a día de hoy no es la realidad de una gran parte de las universidades). Los profesores que existen hoy en día fuimos educados en un sistema prehistórico al lado del sistema del vídeo (aunque no tan alejado de lo que se hace actualmente en muchas universidades, desgraciadamente). Los profesores actuales somos todos inmigrantes digitales (aunque unos han llegado al país digital antes y con más entusiasmo que otros). Lo voy a decir de forma simplificadora y radical. Ya sólo existen tres tipos de profesores: los que lideran el cambio, los que se adaptan a él más o menos rápido, y los que se resisten a cambiar. Voy a ser optimista. Ya sé que ha habido reiterados fracasos al intentar introducir tecnología en el aula porque al final se acababa haciendo lo mismo de siempre, ya sé que la innovación educativa no puede ser implementada de arriba a abajo de forma de forma estandarizada sin transformar a la vez la cultura educativa, ya sé que nada cambia si no cambian las prácticas educativas del profesor en el aula… Pero creo que, si no todos, muchos o al menos algunos profesores actuales llegarán a hacer algo similar a lo que se ve en el vídeo. Es más, estoy convencido de que muchos ya lo están haciendo aunque con mucho menos tecnología. Es de ellos de los que tenemos que aprender, de hecho.
Los niños y niñas vagos y vagas, los grandes olvidados de la escuela.
Los niños y niñas vagos / vagas, los grandes olvidados de la escuela – Debate abierto He comenzado poniendo un título provocador, pues se tiene la mala costumbre de encasillar como vagos/as a los/as niños/as que tienen un bajo nivel de esfuerzo. En ocasiones he tenido charlas de café con otros/as profesores/as para analizar este problema que tiene la escuela con los niños/as que tienen grandes problemas para comenzar o para realizar una tarea prolongada de forma autónoma. La escuela ha ido preocupándose de otro alumnado que ha presentado dificultades por su bajo nivel de capacidad, o por problemas de atención (TDH) y ni que decir tiene por síndromes de Down o problemas de discapacidad como la ceguera o similares. Todo este tipo de alumnado recibe la atención y el afecto del profesorado así como de su familia, por lo que ante sus esfuerzo son felicitados y ello redunda en una buena autoestima que les permite ir superando los obstáculos escolares de forma feliz. Sin embargo el alumnado tachado de vago es totalmente incomprendido. Para empezar superan en los test de capacidad los percentiles que dan acceso a la ayuda de personal especializado y ello hace que queden descartados para recibir ayudas de refuerzo. Habría que comenzar diciendo que ningún niño/a elige tener bajo nivel de esfuerzo. Es posible incluso que las razones sean tan injustas como un nacimiento con problemas, un traumatismo craneal no tenido en cuenta o una herencia genética sencillamente. Es de destacar como en muchas escuelas ni siquiera acceden a diversificación, pues el profesorado decide que para acceder a diversificación hay que querer estudiar y este tipo de alumnado se considera que no quiere. El profesorado no tolera que un alumnado con capacidad no trabaje, por lo que a lo largo de su vida escolar sólo verá caras de desprecio que se extienden a su casa a raíz de entrevistas donde reciben demoledores informes que hacen que las familias prolonguen esa desafección y decepción a las que durante toda su vida escolar van a tener que estar acostumbrados. Para colmo sus bajos niveles de esfuerzo conllevarán una baja autoestima, ya que como he comentado antes, la autoestima suele ir ligada en general a los niveles de esfuerzo y al afecto. Esta baja autoestima abonará su bajo nivel de esfuerzo con más desánimo, provocando un bucle que hunde al niño en roles de payaso o similares. Para colmo estos roles de payaso provocan más rechazo en el profesorado y en las familias, lo que hará que aumenten las manifestaciones de rechazo por parte de su entorno adulto, lo cual además se puede ver agravado en ocasiones por falta de respeto de sus propios compañeros/as. El niño/a con bajo nivel de esfuerzo sobrevive normalmente hasta 2º de E.Primaria donde el profesorado mezcla una parte importante de cariño con su acción educadora, pero es a partir de 3º de E.Primaria donde se empiezan a exigir resultados académicos como prioridad, este tipo de alumnado comienza a esa edad este calvario que puede terminar incluso en depresión. Si analizamos fríamente este proceso tenemos un panorama de entre 10 o 15 años mínimo de amontonar rechazos. Este alumnado además, al tener un nivel de inteligencia normal, se da cuenta de sobra, de toda las caras y gestos de las personas que le rodean, hablen o no con él/ella. Es hora de que los expertos en psicología de la escuela, orientadores y otros agentes empiecen a preparar al profesorado para que sepa tratar a este tipo de niños y niñas, proporcionando además recursos que puedan ayudar a mejorar los niveles de esfuerzo y autoestima que les permita hacer más llevadera esta carencia que les pone en clara desventaja respecto a sus compañeros/as. De momento sin ser un experto puedo garantizar que lo primero que se puede hacer es darle afectividad y aceptación en vez de rechazo. Lo segundo trabajar con ellos teniendo en cuenta sus capacidades de esfuerzo intentando ir mejorando desde su propia realidad, esfuerzos cortos y refuerzo positivo. (Evitar los reproches continuos, tanto de palabras como de caras de exasperación que tienen como único fin remarcar el fracaso continuado a sus promesas de mejora). Me he quedado en ocasiones con alguno de estos alumnos/as después de clase para que hagan algunos ejercicios que por falta de iniciativa, les ha costado hacer en clase normal, y no solo no se han ido enfadados, sino que al ser ayudados en esfuerzos cortos y con buenas palabras por sus resultados, ya que como he indicado tienen coeficientes de inteligencia normales, se van felices por haber resuelto con éxito las tareas. Al día siguiente por supuesto les volverá a costar casi lo mismo tener autonomía de trabajo en el aula, ya que el sistema no les va a reconocer sus carencias escolares y les va a exigir el mismo ritmo de trabajo que al resto, pues su nivel de inteligencia así lo exige. Dejo este debate abierto a otras opiniones y quedo abierto a otros comentarios que ayuden a que nuestra labor escolar sea cada vez más eficiente y llegue a todo el alumnado, sea cual sea el problema que presenten.
La Evaluación mata a la educación
Como ya a conocen a Marcia, ella da sus opiniones acerca del actual sistema educativo: Son muy negativas.
¿Qué cambios propone?
Debería reducirse el número de profesores, ya que el único motivo de que haya tantos es económico. La educación debería ser un diálogo, una conversación. La educación debería consistir en “yo trato de hacer algo y el profesor me ayuda sólo si necesito su ayuda”. Este es el modelo que tiene sentido para la enseñanza.
¿Entonces los profesores dejan de ser esenciales para la educación?
No, los profesores son muy importantes pero les han relegado a un rol verdaderamente estúpido. Si te fijas en cursos de tercero y quinto en Estados Unidos verás que los profesores están presionados para que sus alumnos consigan mejores notas, ya que en caso contrario, sus salarios se ven modificados. Todo el sistema está corrompido.
¿Por qué crees que existen las clases?
Dígamelo usted… Simplemente por razones económicas. Pon a un grupo de niños juntos y lo único que van a hacer es torturarse unos a otros. A los niños les asusta ir a la escuela porque temen que alguien se meta con lo que llevan, con su aspecto…
¿Y qué deberíamos hacer?
No debería haber clases. Pero sin clases, ¿cómo aprendemos? Pongamos por ejemplo que a mí me gustan los aviones, diseñar aviones. Debería estar en contacto con otros niños a los que también les guste diseñar aviones y estar conectados en un entorno online. Podríamos hablar entre nosotros, trabajar juntos diseñando aviones y pasar un buen rato haciéndolo.
¿Por qué los niños deben estar en una clase donde todos hacen lo mismo en el mismo momento?
También está en desacuerdo con las materias que se imparten. Las escuelas están enfocadas a entrenar intelectuales. Pero el hecho es que hay muy pocos intelectuales, a mí me preocupa la gente corriente.
¿Por qué tenemos que enseñar matemáticas después de quinto curso?
Enseñar álgebra a todos los niños es ridículo. Según sus investigaciones.
¿cuál es la mejor forma para aprender?
Aprender haciendo. Los estudiantes sólo pueden aprender con experiencias. Les tienes que poner en situaciones que sean interesantes para ellos. El aprendizaje sucede cuando alguien quiere aprender, no cuando alguien quiere enseñar. Pero hay contenidos que sólo pueden aprenderse mediante la memorización, ¿no? No. No puedes aprender nada memorizándolo. Si aprendes algo de memoria sólo te servirá para pasar un examen. En el primer día de clase en la Universidad, solía preguntar a mis estudiantes: ¿quién puede superar los exámenes que hizo el año pasado ahora mismo? Y todos respondían lo mismo: no podemos.
¿Cree que aprender mediante el modelo que defiende es más lento que mediante la memorización?
Sí, pero la velocidad no es un parámetro que deba influir en la educación. Tenemos la falsa percepción de que la educación consiste en tratar todas las materias, pero en realidad no es así. Claro que aprender haciendo las cosas es un proceso lento, pero si aprendes memorizando lo vas a olvidar y no te va a servir para nada. Lo que tenemos que hacer es alejarnos de las asignaturas y de la enseñanza tradicional. Y aprender hablando con la gente, y dejando que se aprenda “haciendo” aunque sea un proceso más lento.
Y según su modelo, ¿cómo evaluamos a los estudiantes? La evaluación mata a la educación. La manera de evaluar es mediante la experiencia. No hay mejor fórmula para conocer tus capacidades que poniéndolas en práctica con casos reales.
¿Los profesores están preparados para enseñar de la forma que comenta?
No, porque les han enseñado mal. Pero, ¿sabes que la mayoría de docentes están de acuerdo conmigo? Cuando les digo que defiendo un modelo en el que tienen que prestar atención individualizada a cada niño, no hay ningún profesor que me diga que no está de acuerdo. Es el sistema que les dice a los profesores que no pueden hacerlo.
¿Son beneficiosas las nuevas tecnologías como Tiching para este modelo?
¡Claro! Básicamente creo que todo debe hacerse online. Volvemos al ejemplo de antes. Si yo quiero diseñar aviones, las tecnologías pueden ponerme en contacto con gente de todo el mundo que quiera diseñar aviones. No tienen que estar todos en mi pueblo. La localización es el problema de la educación. ¿Incluso los niños más pequeños deben aprenderlo todo online? No. Bueno, sí y no. Empezamos por definir para qué sirve la escuela, que muchas veces lo olvidamos. La escuela es para que los padres puedan dejar a sus hijos y tener un descanso. Cuando digo “quiero eliminar las escuelas” muchos padres dicen: “¿qué voy hacer todo el día con mis hijos? Tengo que ir a trabajar”. Por tanto, muchos padres estarán en desacuerdo con sus ideas… No estoy proponiendo que no haya espacios donde puedan ir los niños y estar supervisados. Todo el material debe estar online, porque no puedes tener un profesor que sepa de todas las materias. Pero pueden indicarles los materiales o programas que pueden utilizar para, por ejemplo, aprender a diseñar aviones; supervisar lo que están haciendo y asegurarse de que no corren ningún riesgo.
En educacion el contacto con la naturaleza es vital
Mi amiga Marcia es una gran psicóloga, pedagoga y especialista en innovación educativa. De pequeña le encantaba escribir y no se le daban demasiado bien los trabajos manuales. En su infancia estuvo en dos escuelas distintas. De la primera recuerda su innovación; de la segunda, la disciplina y el sentirse vigilada por adultos que esperaban que hicieran algo mal para castigarlos. De ello aprendió que es posible educar de muchas maneras. Actualmente es especialista en innovación educativa y reivindica el acercamiento de los niños a la naturaleza para un desarrollo positivo. Conversaba con Marcia acerca de este tema en mi casa de Chosica, le hice varias preguntas:
¿Qué es la educación en verde?
La educación en verde consiste en acercar a los niños a la naturaleza para que puedan aprender de ella. El contacto con la naturaleza es vital para los seres humanos y, especialmente, entre los más pequeños ya que son muchos los beneficios que nos proporciona.
¿Cuáles son las principales ventajas de este acercamiento?
Los niños que crecen en contacto con la naturaleza tienen sentimientos más positivos sobre sí mismos y los demás y, asimismo, desarrollan un fuerte sentimiento de amor y armonía con el mundo. Todo ello, les permite disminuir el impacto por estrés, un aspecto especialmente importante en la sociedad actual.
Estas ventajas, ¿en qué se traducen a nivel educativo?
Permiten mejorar el desarrollo cognitivo ampliando así la capacidad de razonamiento y de observación.
¿Y se reduce el fracaso escolar?
Sí, ya que no sólo proporciona los beneficios antes mencionados, sino que también les brinda la posibilidad de desarrollar de manera natural su psicomotricidad, sus habilidades, su capacidad de resolver problemas y su sociabilidad. Además, potencia la imaginación, creatividad y la capacidad de maravillarse, aspecto decisivo para fomentar la motivación en los niños.
¿Qué problemas aporta la falta de contacto con la naturaleza?
Yo planteó la hipótesis de la existencia del “Trastorno por déficit de naturaleza”, bajo el cual se agrupan distintas enfermedades cuya causa común podría ser la falta de contacto con nuestro entorno natural.
¿Cuáles son las enfermedades que pueden derivarse a causa de esta carencia?
Se trata de dolencias como la depresión, el estrés, el déficit de atención-hiperactividad o la ansiedad. La falta de contacto con actividades al aire libre, especialmente en edades tempranas, puede provocar la devaluación de los sentidos, dificultades de atención y elevados índices de enfermedad física y emocional.
¿Qué se puede hacer desde las escuelas para amortiguar esta problemática?
Acercar los niños a la naturaleza. Hay una escuela infantil cerca del parque de Chaclacayo la que desarrollan todas sus actividades en el exterior. Tienen detectados 20 sitios donde realizar las actividades escolares y estar, a la vez, resguardados del viento y del frío. Cuando fui a visitarlos, un niño me guió hasta donde estaban sus compañeros, en medio del cerro, en un lugar prácticamente imposible de encontrar. Y es que, como ya he remarcado, el contacto con la naturaleza tiene muchos beneficios, y refuerza el sentido de independencia, autonomía y agudiza la orientación.
En este sentido, ¿cree que están los sistemas educativos actuales adaptados a la educación en verde?
No, la educación debe sufrir un giro, hay que reorientar programas y los contenidos deben enfocarse hacia aspectos menos abstractos. Uno de los problemas con los que nos encontramos es que estudiamos la naturaleza a través de la pantalla del ordenador y no vamos a descubrirla. Estamos haciendo una educación ambiental excesivamente global. ¿Qué debería cambiar en las escuelas? Las escuelas, en general, deberían tener un enfoque más ecológico, si bien es cierto que hay muchas de ellas que ya están trabajando en esta línea. Una práctica muy interesante es convertir los patios en huertos, jardines o granjas. Además de los beneficios que éstos aportan a los alumnos por el contacto con la naturaleza, gracias a estos espacios también se puede aprender matemáticas, lengua u otras asignaturas. Otras iniciativas interesantes pueden consistir en crear aulas al aire libre o introducir materiales de la naturaleza en las clases. ¿Y a nivel académico? Desde las escuelas se deben transmitir valores positivos de respeto y compromiso por el planeta. Es conveniente incentivar el entusiasmo e interés por la naturaleza a los niños sin imposiciones. También debería modificarse la forma en que se enseñan los contenidos de carácter ecológico ya que hay investigaciones que concluyen que, si educamos a los niños con los ejemplos de los desastres que el ser humano provoca, se acaba produciendo el efecto contrario al deseado. Debemos desarrollar el contacto con la vida y enseñarles a respetar y relacionarse con la Tierra para que puedan llevar vidas sostenibles en el futuro. Finalmente, ¿cómo se puede compatibilizar este tipo de educación con las nuevas tecnologías? No es incompatible. El problema es que actualmente los niños pasan demasiadas horas delante de una pantalla y encerrados entre cuatro paredes. Nos hemos convertido en esclavos de las nuevas tecnologías y debemos aprender a gestionarlas para ponerlas a nuestro servicio. Los niños necesitan a la naturaleza ya que tienen la necesidad vital de respirar aire puro, moverse, poder tocar las plantas y los animales… Por ello, debemos reflexionar sobre la necesidad de relacionarnos con el entorno natural.
"Cada estudiante tiene una fortaleza"
Jenifer Fox Escritora, conferenciante y líder en innovación educativa En la escuela le gustaba la asignatura de inglés y odiaba las mates. Su libro favorito era The Secret Garden de Frances Hodgson. Reconoce que cambiaría todo sobre su escolarización, ya que cree que las tecnologías han transformado lo que uno puede hacer en la vida. Actualmente es una reconocida experta en el desarrollo de fortalezas, innovación escolar y del aprendizaje basado en proyectos.
¿Qué entendemos por fortalezas y cuáles tenemos?
Son actividades que desarrollas y te hacen sentir lleno de energía. Existen tres tipos de fortalezas. Las relacionales, que tienen que ver con las cosas que hacemos para y con otras personas y que te hacen sentir valioso y competente. Después encontramos las fortalezas relacionadas con las actividades, es decir, las tareas que llevas a cabo y que te hacen sentir comprometido y lleno de energía. ¿Y por último? Las de aprendizaje, ya que algunas personas aprenden haciendo cosas y otras leyendo o escuchando. El problema en las escuelas, al menos en Estados Unidos, es que tienden a reconocer a los estudiantes que aprenden únicamente con una de estas fortalezas. Y no les otorgan importancia a las demás… El hecho es que hay estudiantes muy inteligentes que no tienen éxito. Pero si el sistema lograra potenciar sus puntos fuertes y su forma de aprender, entonces se involucrarían mucho más y serían más activos. Si todos aprendemos de formas distintas,
¿cómo puede un profesor enseñar en una clase de 30 estudiantes?
Lo primero es reconocer que el aprendizaje no se limita a transmitir información, sino que consiste en el desarrollo de actividades vinculadas con el mundo real, que permitan a los estudiantes participar y hacer contribuciones en función de sus puntos fuertes.
¿Por ejemplo?
Pensemos en el rodaje de una película. Se necesitan personas que actúen, que escriban el guión, que filmen… Todos ellos contribuyen de manera significativa en el proceso, pero cada uno de ellas desarrolla diferentes tareas. Y así es la vida real. Por tanto en las escuelas deberían impulsarse proyectos reales, en los que los estudiantes puedan contribuir al desarrollo de tareas que aporten valor. ¿Cómo podemos ayudar a los niños a reconocer sus fortalezas? Se pueden desarrollar proyectos vinculados a muchas actividades para dejar que los trabajen fuera de su zona de comprensión y así permitir que fracasen. De esta manera contribuimos a que puedan descubrir lo que no les gusta o las actividades en las que realmente son buenos. Fracasar no está bien visto… Por esto las escuelas deben alejarse de la competición, en la que sólo los que obtengan mejores notas son reconocidos. Al fin y al cabo en el mundo real deberán encontrar un trabajo para muchos años que sea capaz de motivarles. Y para ello, ya desde la escuela, hay que conseguir que puedan descubrir lo que les gusta hacer y con lo que puedan tener éxito, aunque ello pueda derivar en algún fracaso momentáneo.
¿Están los profesores preparados para satisfacer las necesidades actuales o debemos mejorar su formación?
Cada vez están mejor preparados pero, aún así, debemos mejorar su formación básicamente en los programas docentes de nivel universitario. Actualmente el principal problema es que los profesores se limitan a repetir lo que se lleva haciendo desde hace 200 años. En este sentido, ¿qué cambios deben aplicarse? Mi trabajo se basa en la idea de que todo el mundo viene a este mundo con una contribución única a realizar, por lo que los profesores deben enfocar su enseñanza en base a las contribuciones únicas de sus alumnos y olvidarse de las cosas que los niños no pueden hacer. Básicamente deben dejar de ver a sus alumnos como ganadores y perdedores y observarles como personas que tienen algo que aportar. En este proceso, su papel es ayudarles a encontrar sus fortalezas.
¿Cuál es el papel de los padres?
Deben plantear muchas preguntas a sus hijos para animarlos a probar cosas diferentes y permitirles renunciar si no se lo pasan bien. No se trata de que se rindan de inmediato, pero sí dejarles encontrar lo que les hace disfrutar. También considero importante intentar no alentar el logro por la mera recepción de elogios al conseguirlo.
¿Cuál es su opinión acerca del actual sistema educativo? Pienso que no es bueno y que los cambios se aplican muy lentamente. Soy un agente de cambio por lo que es realmente frustrante ver como la gente acuna tan lentamente nuevas ideas y cómo descubrimos con tanta lentitud nuevos métodos para inspirar a los niños. Debemos alejarnos del método basado en la memorización de hechos que luego los alumnos deben repetir y volcar en un examen.
¿Qué importancia tienen las nuevas tecnologías en este proceso de cambio?
Son muy importantes y creo que pronto constataremos un gran paso adelante que ayudará a promover cambios. El problema actual es que los profesores aún no han descubierto la manera de cambiar el plan de clase utilizando estas herramientas, sino que sólo las utilizan como un valor adicional. Finalmente,
¿cómo imagina la educación dentro de cinco años?
Desafortunadamente, cinco años en el sistema escolar no es mucho, pero imagino la escuela más personalizada. Algo como puede ser, por ejemplo, una experiencia de compra online. La educación tiene la oportunidad y la capacidad de hacer lo mismo por lo que se refiere a la personalización de los objetivos de aprendizaje.
"Los docentes hacen grandes cosas en un anonimato injusto"
Cuando Rosa era pequeña, Barcelona tenia poco color, cuenta, a causa de la situación política que se vivía. Eso la convirtió en una lectura compulsiva ya que era su único refugio. Así pues se convirtió en una Tintinóloga, ávida lectora de Julio Verne y experta investigadora de la mano de Agatha Christie.
¿Qué objetivos crees que persigue la educación actual?
En el debate internacional podemos diferenciar dos tendencias que creo que se corresponden a los objetivos que persigue la educación. Por un lado, vemos como hay quien pone el acento en la adquisición de talento y competencias individuales. Es obvio que sin esto no sería posible seguir el tren del progreso. La sociedad avanza muy rápido a distintos niveles y si no ponemos el acento en el talento individual podemos caer en el riesgo de que los niños y niñas queden excluidos de la sociedad avanzada. ¿Y la otra tendencia? Por el otro lado, hay quien defiende que el mundo es muy desigual y muy injusto y que hace falta orientar la educación hacia aspectos más solidarios, porque sino se orienta hacia aquí, nos comeremos los unos a los otros en una especie de ley de la selva arbitraria. Nadie quiere que su hijo sea un egoísta ni un desconsiderado.
¿No hay un punto medio?
Ahí es donde debemos ir. Como dice nuestra filósofa Adela Cortina, no construiremos una sociedad más justa si tenemos ciudadanos mediocres. Es imprescindible que las personas que formamos la sociedad seamos competentes, cada uno en su ámbito. Competencias por un lado pero solidaridad por otro, deben ir unidos. La excelencia educativa, formativa y el compromiso social no pueden ser caminos distintos, hay que unirlos. Éste es el reto de la educación contemporánea.
¿Cómo definirías el sistema educativo español actual?
A groso modo tiene un punto muy positivo que es su democratización, en estos momentos el porcentaje de niños y niñas que quedan fuera del sistema es reducidísimo. Esto es un gran avance respecto a épocas anteriores, pero tiene un problema y bastante grande, y es que está totalmente desactualizado. Tenemos las mismas prioridades que hace 30 años y es evidente que ya no funcionan.
¿Cómo deberíamos actualizar el sistema?
Para empezar, religando las dos tendencias que comentábamos al principio. El mercado es el que domina la escala de valores y el comportamiento de las personas. ¿Y qué crees que reclama ahora el mercado? La tendencia dominante es responder a la propia ley del mercado, y por ahora está en auge la competitividad, la ley del más fuerte. Estamos enseñando a nuestros alumnos y alumna a perseguir su máximo beneficio, exclusivamente. Por desgracia, la educación no es un terreno impermeable a esta tendencia tan arraigada en la sociedad.
¿Prima más la formación individual que el éxito colectivo?
Sí, en general sí. Sería injusto hacer afirmaciones muy taxativas porque junto a experiencias como las que comentamos, también existen centros, profesores y educadores que promueven otro tipo de educación. Hay muchos profesores que apuestan muy fuertemente por un cambio de paradigma en el sentido de hacer compatible una cosa con otra. Hay que ser muy cuidadoso, no se trata de excluir el talento, sino de lograr que las capacidades individuales sirvan para buscar una vida mejor para todos.
¿Existen modelos?
Sí, en América latina por ejemplo, hay una actitud que debemos aprender. Cuando preguntas a un niño español (sea cual sea su procedencia socioeconómica) porqué va a la escuela, las respuestas son muy claras: “porque me obligan”, “para aprender cosas”, “para trabajar de mayor”, etc. Cuando trasladas la misma pregunta a un niño de alguna zona deprimida de América Latina te responde: “para levantar a mi país”. Esto lo dice porque tiene claro que ir a la escuela no le va a servir solo a él, sino que saldrá adelante su familia, su comunidad, y en definitiva todo el país. Allí existe un fuerte espíritu comunitario que debemos importar.
¿Detectas inquietud entre los profesores por abordar un cambio en la educación?
Sí, por supuesto. Los profesores están muy atados por los curriculum que vienen impuestos desde arriba, que son muy conservadores y están desactualizados. Pero hay movimiento y hay conciencia, todo el mundo intenta hacer lo que puede. Se buscan fórmulas de hacer compatible la educación por la competencia y el talento y el compromiso social. ¿Algún ejemplo? Sí, ejemplo de ello son los proyectos de aprendizaje servicio. Los estudiantes de todas las edades aplican lo que aprenden resolviendo problemas o retos de su entorno. En estas actividades se desarrolla el talento, la creatividad, la resolución de problemas y la cooperación entre unos y otros. Es un reto que no es únicamente personal, sino que es el colectivo y es la sociedad la que se beneficia del resultado. Hay centros que ya ponen en práctica este tipo de proyectos. Hay ejemplos de todo tipo. Desde escuelas que promueven el regreso de las golondrinas para que haya menos mosquitos, a programas y campañas para aumentar las reservas de sangre en los hospitales. Los retos son diversos dentro del entorno de cada centro, social, cultural, natural. Los chicos y chicas de todas las edades pueden hacer cosas para mejorar su entorno. Si este tipo de proyecto funcionan,
¿Por qué crees que no se incorporan a la educación?
En nuestro país la educación necesita cambios muy profundos, y nadie espera ya que sean rápidos. Hacerlos no será fácil pero cada vez hay más conciencia y a su vez aparecen experiencias innovadoras y brillantes. Yo he recorrido muchas escuelas y he hablado con muchos profesores, y siempre regreso a casa con una sobredosis de ilusión y confianza viendo las cosas bonitas e importantes que hacen. Los profesores son demasiado modestos y no dan la importancia que merece la tarea que desempeñan: hacen grandes cosas pero en un anonimato injusto. ¿El cambio solo se lleva a cabo dentro de las aulas? ¡No! Tenemos una comunidad involucrada en la educación, existen muchos espacios fuera de la educación reglada que se convierten en lugares preciosos donde liberar la educación más creativa y divertida y la solidaridad. Hay muchos niños que necesitan espacios como estos porque les falta un estímulo adicional que no reciben en la escuela. ¿Qué es lo que más valoras de los espacios fuera de la educación reglada? Que en ellos los niños y niñas encuentran espacios de superación, entornos estimulantes. Aquí se les permite romper con los roles que tienen en la escuela y encuentran compañeros de diferente edad. Es una fuente de oportunidades y de protagonizar situaciones diferentes.