Muchas veces los padres decimos a nuestros hijos "frases hechas" que escuchamos a su vez de nuestros padres sobre la importancia de ir a la escuela, casi sin pensarlas... no?
Tenemos "grabado a fuego" el mandato de que hay que ir a la escuela para conseguir un buen trabajo y para "ser alguien en la vida", discurso propio de otra época en la cual un título, aún de nivel secundario, abría muchas puertas y era signo de ascenso social porque nuestros padres o abuelos con suerte habían terminado la escuela primaria, y tener un hijo universitario era fuente de orgullo para toda la familia.
Hoy en día los trabajos, y por ende los estudios y carreras, han cambiado y un título no es la llave segura de un buen sueldo, un buen trabajo ni de prestigio social asegurado. Si no veamos a Steve Jobs, Mark Zuckerberg y tantos emprendedores que dirigen empresas y ganan fortunas sin terminar sus estudios.
Por otra parte la oferta educativa no formal es cada vez más grande e interesante y se puede estudiar desde casa carreras enteras muy útiles.
Pero la escuela sigue siendo una institución valiosa y necesaria, al menos en el nivel primario y secundario. En ella se aprende a compartir, se modela la personalidad, se trabaja la integración, la aceptación, la tolerancia y el sentido del esfuerzo... o deberían trabajarse.
Es cierto que está desactualizada, que se critican su métodos y programas... pero para eso estamos los docentes, y especialmente los que participan en redes como ésta, que se capacitan continuamente, que son creativos y hacen de la escuela un gran lugar!
Comparto con ustedes la opinión de Marcia Olivos Orosco, gran amiga pedagoga y psicolga sobre lo que le decimos a niños y jóvenes sobre porqué deben ir a la escuela:
"No podemos decirles a los chicos que tienen que ir a la escuela porque así se ganarán la vida. Decirle a un ser humano que tiene que estudiar porque está trabajando para tener trabajo es contradictorio con darle un sentido a la vida. Porque lo que le estamos diciendo es que su vida sólo vale para ser conservada en sí misma, y no para producir algo diferente. Si a un ser humano le decimos que lo único que importa de todo lo que está haciendo ahora es prepararse para seguir viviendo, estamos hablándole a un esclavo y no a un ser humano.
Los seres humanos tienen que sentir que lo que hacen tiene algún sentido que excede a la autoconservación. No se le puede plantear a un ser humano que el sentido de su vida está en ganarse la subsistencia, porque eso no es el sentido de ninguna vida.
Tenemos que terminar con esta idea que le planteó a los chicos de que el único sentido de conservar su vida es para que trabajen y sobrevivan: el sentido de conservar su vida es para producir un país distinto en donde puedan recuperar los sueños. Y la escuela es un lugar de recuperación de sueños, no solamente de auto-conservación.”
sábado, 17 de enero de 2015
Para que sirve la Escuela
viernes, 16 de enero de 2015
De que manera fomentamos en el niño la autoconfianza.
¿Cuáles son estas etapas del desarrollo? Y ¿De qué manera se ve influenciado el niño en cada una de estas etapas?
1.- Etapa incorporativa, fase oral. Va desde el nacimiento hasta los 2 años de edad. Al nacer, el niño depende en su totalidad del medio ambiente, si los padres establecen un cuidado consistente, continúo e integro que cubra las necesidades del niño, se generará en él una sensación de confianza y seguridad, lo cual creará un sentido de esperanza y optimismo ante las diferentes dificultades o frustraciones que se le presenten. De lo contrario si el cuidado es variable y poco atento o conflictivo se generará un estado de desconfianza, lo cual lo hará sentirse inseguro e incapaz de poder lidiar con sus frustraciones normales a su edad.
2.- Etapa niñez temprana, fase muscular anal: Va desde un año hasta los tres años. Se va fijando la autonomía del niño, iniciando desde la capacidad de controlar esfínteres, vocalizar, usar músculos para moverse, etc. Con ello se desarrollará su estado de autonomía y desapego de los padres. Si no se permite al niño explorar y valerse por sí mismo sentirá sensación de control, temor a ser avergonzado con los primeros fracasos, por lo que pueden surgir sentimientos de vergüenza, duda e inseguridad de hacer las cosas. Se debe crear por el contrario una sensación de tener una voluntad y personalidad propia diferente, de la de papá y mamá.
3.- Etapa locomotora genital, preescolar. Va desde los tres años a los seis años. En dicha etapa el niño se da cuenta de más detalles de su medio externo, aquí toma la iniciativa para establecer relaciones más cercanas con uno de sus padres, por lo general el del sexo opuesto a él. Existe mayor noción de las diferencias entre ambos sexos. Para establecer este primer acercamiento en sus relaciones, es importante crear un vínculo afectivo próspero entre el niño y el padre con el cual más se identifique, con el fin de crear seguridad para establecer sus relaciones posteriores con niños de ambos sexos y de su misma edad.
4.- Etapa de latencia, escolar: Va desde los seis años a los doce años.
El niño muestra su capacidad para desenvolverse e interactuar en diferentes ámbitos como la escuela, segunda interacción de mayor importancia después de la que se establece en casa. En la medida que esto se de de manera positiva se logrará un sentido de competencia, de lo contrario se sentirá inferior generando aislamiento escolar, fobias, etc.
5.- Etapa de Adolescencia: Se extiende desde los doce años a los veinte años. La importancia de dicha etapa radica en el concepto de consolidación de la identidad. Prevalecen cambios físicos y psicológicos propios de esta fase las cuales hacen entrar en un periodo de aumenta del conflicto psicológico interno creándoles un sentido de continuidad y estabilidad de uno mismo a largo plazo, cuando esto no se logra se crea una disfunción y confusión en la consolidación de esta identidad. El fijar e identificar sus propios gustos, intereses y valores es el modo de crecer pues delimita su sí mismo del de sus padres.
Con lo anterior podemos concluir que la formación de la personalidad, la identidad propia y el concepto que se tenga de sí mismo, inicia desde la primera etapa del desarrollo y con ayuda de nuestros padres, ya que el cuidado y el trato que se brinde al niño será el pilar de mayor importancia para una consolidación plena.
jueves, 15 de enero de 2015
La adolescencia
La adolescencia puede ser una etapa turbulenta, de crisis inevitable, de irresponsabilidad y conductas de riesgo. O no. Para la psicóloga y pedagogo Marcia Orozco, esta mala prensa de los jóvenes está agravando el fenómeno en lugar de resolverlo. De hecho estos modelos sociales, advierte Marcia, se convierten en profecías autocumplidas por el mero hecho de decirlas. «Si repetimos muchas veces que los adolescentes son ineducables y difíciles de tratar, conseguiremos que lo sean», augura.
Conversando con Marcia la semana pasada en el restaurante Pálidos y Tenedores en Chosica, le preguntaba sobre el tema.
¿En que se basa esta nueva corriente para desmontar los mitos que hay entorno al adolescente?
Esta nueva corriente aboga por tomar la adolescencia como una nueva segunda oportunidad. Para ello se basa en los últimos descubrimientos de la neurociencia, que hablan de que hacia los 13 años se realiza un nuevo y completo rediseño del cerebro. Es una segunda oportunidad de aprendizaje que tenemos que aprovechar para explicar a los adolescentes que tienen que sacarse el carnet de conducir de su nuevo producto, que es el momento de decidir sobre su personalidad.
¿Cómo se toman esta nueva teoría los jóvenes?
Cuando se lo explicas bien les produce una gran euforia educativa: les damos la razón de que tienen que tomar las riendas de su vida pero tienen que aprender a conducir. Les interesa mucho cuando les hablas de su cerebro.
¿Sin embargo, adviertes que muchos adolescentes piensan a esa edad que ya no pueden cambiar?
Sí, a esa edad ya han forjado la creencia de que «como soy así ya no puedo cambiar», pero precisamente es el momento en el que pueden cambiar y tienen que hacerlo. Y que pueden aprender a pensar mejor, aprender a sentir mejor, aprender a tomar mejor las decisiones y ser más autónomos y por lo tanto a desarrollar su personalidad. Es el momento de la personalidad.
¿Cómo pueden ayudar unos padres que también piensan que esta época es difícil?
Los padres tienen tres grandes recursos: el cariño, la exigencia (tienen que poner limites) y la comunicación, todo ello adaptado a esta edad. No digo que esto último no sea complicado: Necesitan la conexión emocional pero al mismo tiempo la rechazan. Pero una conversación no es somerterle a un interrogatorio. La conexión emocional se hace en primer lugar intentando entender al adolescente y tomando en serio sus intereses y preocupaciones, aunque a los adultos les parezcan absurdas.
¿Dónde cometen los padres el mayor error?
El problema está en que estamos infantilizando la adolescencia. Así lo afirman la mayor parte de los expertos de este momento. Como tenemos miedo a su irresponsabilidad no les damos responsabilidades y a los niños hay que dárselas. La adolescencia no es una etapa biológica, esa es la pubertad. La adolescencia es una creación cultural estrictamente educativa que sirve para permitir que los niños no entren en el mercado de trabajo y tengan un periodo de aprendizaje más amplio. Pero es un periodo que debe ser más riguroso ya que debe servir de adquisición de responsabilidades, de autonomía... que es lo que pide esa edad. No podemos olvidarlo con el pretexto de que son niños peligrosos. Pueden y deben tomar muchas decisiones.
¿Dónde se busca, cómo se puede fomentar El talento en los Adolescentes?
El talento está en poner como destreza la perseverancia y la constancia como aptitud central. Y se puede educar en la perseverancia a todos los niveles educativos, con una llamada a los padres, pedagogos y maestros: Si no tienen perseverancia las demás aptitudes no se desarrollan y resultan chicos vulnerables que inmediatamente se desfondan. El esfuerzo es central para el desarrollo educativo, y pretender reducirlo es un problema y un freno para la excelencia. Es muy sencillo. A ti que te gustaría jugar al baloncesto, bien o mal, pero para ello es necesario entrenarte. Puede ser muy aburrido, pero si no te entrenas, no adquieres fondo, destreza... El esfuerzo es necesario para adquirir excelencia.
¿Cómo motivar al adolescentes para que mejore?
La clave está en elogiar el esfuerzo, explicándoselo bien. A partir de la adolescencia podemos hacer poco por ellos, ya son los que deciden si mejorar o no. Si quieren ser mediocres, vulgares, asustados de los demás es su opción, pero hay procedimientos para que no sean nada de eso: pueden entrenarse para la brillantez, la creatividad. En todos las actividades humanas se puede mejorar. Y una vez que una persona siente la experiencia de la mejora es tan agradable que quiere continuar. A los adolescentes tenemos que explicarles cosas que resultan de cajón pero que hay que explicarlas, además, poniéndoles la pelota en su campo. Decirles:«Sois vosotros los que tenéis que jugar».
¿El talento, se aprende entonces?
No hay genios, el talento se aprende. No hay talentos innatos, hay capacidades innatas y esas capacidades se desarrollan o no se desarrollan.
¿Se consigue algo castigando al adolescente?
El castigo es una aplicación imprescindible pero solo inhibe conductas, no fomenta. Con el castigo no haces que un chico estudie porque, o bien falsea las notas, o copia. Quizá podríamos decir que en algunos casos muy concretos, de consumo de alcohol y drogas, se utilicen todos los métodos disponibles.Pero en la adolescencia conviene sustituir el castigo por la lógica de las consecuencias: «Si haces esto te va a pasar esto».
¿Que consejo práctico darias a padres con adolescentes en casa?
Los contratos entre padres e hijos. Hay que volver a marcar los límites conjuntamente sabiendo que el chico tiene que aprender autonomía con responsabilidades.Si no cumplen las condiciones, no hay excepciones. Sería algo así como que «esto lo habíamos acordado, esto se acabó, y el contrato tiene que cumplirse». Les estamos tomando en serio y se dan cuenta.Sobre todo, no infantilizar
miércoles, 14 de enero de 2015
El mapa de las emociones humanas
¿Quién no ha experimentado nunca esa sensación de rabia instalada en nuestro estómago como un nudo doloroso? ¿O ese miedo que hace palpitar nuestro corazón hasta dejarnos sin aliento?
Lo interesante sin duda es saber que todo sentimiento, toda emoción, parece tener una correlación biológica: la envidia, la tristeza, la rabia, el amor, la ansiedad.
Mariposas en el estómago, tener el corazón roto, quedarnos fríos… expresiones populares que en cierto modo establecen ya una asociación entre los estados mentales y la sensación corporal.
Las emociones tienen como finalidad ayudarnos a afrontar determinadas situaciones de nuestro entorno, así por ejemplo, ante una desilusión, ante una decepción o una pérdida, nuestro cerebro liberará una serie de neurotransmisores que nos transmitirán la conocida sensación de tristeza; algo que nos va a obligar a quedarnos un poco apartados para buscar el recogimiento en nosotros mismos y valorar el porqué ha ocurrido y obtener estrategias de superación.
Las sensaciones, a su vez, tienen correlación en nuestro cuerpo, ajustando esa unión entre el cuerpo y la mente preparándonos para poder reaccionar. Por otro lado, la ansiedad agita nuestros órganos, acelera nuestro corazón, nos prepara en esencia para el movimiento y para buscar respuesta.
La atracción o incluso el amor, nos ofrecen una sensación de bienestar físico que el cerebro juzga como agradable, es algo beneficioso y por lo tanto el cuerpo se encuentra bien.
Las sensaciones más comunes del ser humano: rabia, tristeza, felicidad, miedo…etc, suelen desencadenar las sensaciones corporales más fuertes, todos los sabemos: ese dolor o presión en el pecho, rigidez muscular, vacíos en el estómago… Además, señalan que estos correlatos físicos son universales en todas las culturas, hasta en las asiáticas, de las que se suele pensar que son más fríos o diferentes a la hora se experimentar emociones.
Así, hay una cosa que queda clara: todos las sentimos de igual modo, pero las expresamos de forma diferente. Ahí entran en juego los patrones de personalidad de cada uno y las diferencias culturales. Pero todos sentimos la decepción en los mismos órganos y la felicidad alborota de igual modo nuestro corazón.
Llama especialmente la atención que emociones como la felicidad y el amor irradian la totalidad del cuerpo, mientras que la envidia, por ejemplo, afecta a una parte muy puntual.
Sea como sea, el mapa de las emociones viene a ilustrarnos algo que seguramente ya sabíamos. A pesar de que en ocasiones creamos que los seres humanos somos infinitamente complejos e indescifrables, todos sabemos qué es la decepción y cómo se siente la alegría… las emociones positivas nos enriquecen y las negativas nos causan daño y hasta pueden ser origen de enfermedades. Tal vez, lo que nos enseñan estos estudios es que no importan sexos o culturas, todos compartimos el mismo mapa emocional.
viernes, 9 de enero de 2015
La educación en valores: la principal asignatura de la vida
Educar en valores es una misión que tenemos todos los que educamos, amamos, jugamos o interactuamos con niños, adolescentes y adultos. La educación en valores no se limita a la educación de niños, sino que es un eje transversal para el resto de nuestras vidas.
Cada vez que alguien se convierte en padre inicia su labor de educar en valores. Es el momento de responsabilizarse de la educación para minimizar el impacto de otras fuentes de influencia sobre el niño. Profesores y entrenadores también tendrán en este campo una gran responsabilidad.
No siempre coincidirán las escalas de valores que compartimos en casa con las que los niños reciben en otros ámbitos educativos. Los valores son frutos de la educación, el ambiente, las amistades o las circunstancias que nos rodean a todos.
En una familia, lo que es importante es decidir qué valores quieres para tu hijo y poder construir y cimentar vuestra escala de valores.
Crisis de valores
Estamos ante una crisis en la que padres y educadores conviven con las consecuencias nocivas de una educación sin valores.
Faltas de respeto o de disciplina, denuncias en el propio seno familiar, violencia física y verbal, acoso por las redes sociales y un largo etcétera describen una vida sin límite. Límites o ausencia de los mismos, cuyas consecuencias pueden condicionar la vida desde una edad temprana.
Debemos alejarnos de los estilos autoritarios o sobreprotectores que impiden educar con paciencia, rigor y rutina.
Los niños necesitan una misma dirección y que todos eduquemos con una base similar. La coherencia es importante para no despistar y desorientar al niño con lo que sí o con lo que no está permitido. Tenemos que tener claro qué queremos y hacia dónde vamos. Si no sabemos “el qué” no podemos practicar “el cómo”.
Acompañar y apoyar como padres a nuestros hijos en su crecimiento personal, educativo, deportivo y emocional implica la educación práctica de los valores que posibilitarán ese crecimiento.
De la misma manera que os preocupáis de que lleven los deberes hechos, de que se laven las manos antes de comer o de que se abriguen en invierno, os tenéis que preocupar diariamente de la educación en valores.
No vale con decir “tienes que ser respetuoso”. Debemos animar al niño y educarle en lo que hace mal, y reforzar todas las conductas apropiadas con el fin de que las repita. Tiene que ver, en sus figuras adultas de referencia -padres, hermanos y abuelos-, esa coherencia entre lo que se les pide a ellos y lo que hacen.
¿Cuántas veces se ha dicho que los niños son esponjas? Una forma de educar, además del ejemplo, es la lectura de cuentos sobre valores que les hagan pensar.
Es una propuesta abierta para que, con iniciativa, decidáis, según vuestras necesidades, qué valores y en qué orden se trabajan. Tenéis además que adaptarlos a la edad de cada miembro de la familia. El reto es trabajar los valores en familia.
Tipos de valores
Es importante tener en cuenta que existen:
-Valores intrapersonales, que analizan el propio comportamiento y sus consecuencias. Por ejemplo, el respeto o la perseverancia.
-Valores interpersonales, que favorecen la convivencia con los demás. Por ejemplo, ser tolerante o generoso.
-Valores ambientales, que fomentan la responsabilidad y el respeto con el entorno. Por ejemplo, la responsabilidad con conductas de reciclado, no mal usar recursos como el agua, la luz o la calefacción o no dejar residuos en la naturaleza.
Ansiedad depresiva en niños y niñas
¿Has escuchado esto alguna vez? , así es los niños también sufren sin que nadie lo note y pasa desapercibido otra serie de síntomas.
Esta ocasión daremos algunos de los indicadores de ansiedad depresiva en los niños, pero lo más importante que pueden hacer los padres o quienes estén a responsabilidad de ellos.
Estamos hablando de edades aproximadas entre los 8 a 12 años, para identificarlo debemos estar atentos cuando el niño presenta actitudes que se encuentran fuera de lo común, en especial el aislamiento, poca iniciativa o bien dejo de tenerla, tienden a llorar en secreto, se irritan cada vez que se sienten incomprendidos, no pueden expresar sus sentimientos, tienen una escasa comunicación, fácilmente se decae cuando le hacen ver que algo que no está bien, tiene miedo al fracaso, imagina que las personas que le rodean no lo estiman, en principio pueden pensar como huir de casa y no del suicidio. Son los pensamientos angustiantes/erroneos y poco dominio afectivo que caracteriza la ansiedad depresiva en los niños.
Físicamente puede expresarlo mediante los dolores de cabeza, de estómago, no come bien y además tiene problemas con el sueño. Pero estos son menos frecuentes a comparación de las características descritas en el párrafo anterior.
Casi todo el tiempo tiene que ver los cambios o actitudes drásticas que hacen los padres o el responsable de los mismos, desde encauzar al niño a adoptar nuevos hábitos, regañarlos sin dar explicaciones, cuando el niño tiene una pérdida importante pero no sabe que hacer o cuando simplemente cuando tiene un mal momento y no se le provee de suficiente atención.
¿Cuál es la postura que se debe asumir ante la presencia de una ansiedad depresiva en los niños?
Primero que nada deben de asegurarse de que estas actitudes las encontraran en los niños tanto en la escuela, como en sus relaciones de iguales, otros familiares.
A forma de prevención pueden preguntarles a los niños ¿Qué les parece la vida?,¿Te gusta nuestro hogar?,¿Qué es lo que no te hace feliz en casa?, esto para prevenir la posibilidad de que quieran salir de casa o formar ideas suicidas.
No tengan miedo de preguntar a los niños cuando se trate de un conflicto como este, demostrarles su confianza: ellos empezaran a darse cuenta de su apoyo.
Informarse sobre el tema y pedir orientación profesional, así como la pronta atención al niño.
De forma ideal los padres de familia o quien se encuentre como responsable del niño, deben pedir atención psicológica para comprender la situación actual del niño y ayudarlo de la mejor manera.
Para concluir no olvides que vale la pena el bienestar de la niñez para obtener una etapa adulta sana y madura. No nos limitemos pensando en que solo los niños que provienen de familias integradas, sino también, los que presentan la ausencia de padre o madre, de otros contextos….si atenderse uno mismo es una necesidad elemental en el niño mucho más.
Gracias por visitar el blog, daremos continuidad al tema, no olvides estar al pendiente. Si a alguien le puede ser útil este artículo no olvides compartir.
domingo, 4 de enero de 2015
Como lograr ser mejores personas
¿Quieres elevarte a la cumbre de tus capacidades?¿Tienes la motivación y la convicción interior necesarias para emprender el camino? Hoy quiero aportar algunas claves indispensables que nos permitan sacar a la luz nuestra mejor versión como personas. Razones que aluden a la verdad de lo que realmente somos; personas susceptibles de alcanzar cualquier cota de éxito y realización por muy arduo que parezca el objetivo al que nos enfrentamos. Adentrémonos en profundidad al conocimiento de estas poderosas claves.
1. Enfoque claro y atractivo
Necesitamos crear un enfoque claro y atractivo sobre aquello que queremos conseguir. Es imposible determinar la planificación, el método y las acciones que debemos realizar si no poseemos un enfoque claro del resultado que deseamos obtener. Además debemos hacerlo atractivo para encontrar la motivación adecuada para acometer la acción. El enfoque supone un aspecto primordial que debemos tener siempre en cuenta.
2. Conocer tu propósito y sentido
Es una de las claves más poderosas en el camino de la autorrealización. Debemos conocer nuestro propósito y sentido últimos, saber cual es nuestra motivación y capacidad genuina, y desarrollarla. Si encontramos nuestro talento natural, y lo trabajamos decididamente, el fruto puede ser exponencial. Las ganas y la entrega que se derivan de algo que verdaderamente nos gusta y motiva no tiene precio.
3. La felicidad depende exclusivamente de ti
Es importante saber con certeza lo que significa esta gran verdad. Eres plenamente responsable de tu felicidad y realización. A nadie le corresponde la tarea de complementar o brindarte felicidad. Como decía el gran John Lennon: “No nos contaron que ya nacemos enteros, que nadie en nuestra vida merece cargar en las espaldas con la responsabilidad de completar lo que nos falta”. Si nos hacemos conscientes de esta gran idea, nuestra vida dara un salto cualitativo.
4. Asume riesgos y sal de tu zona de confort
La vida está hecha para los valientes que deciden sacarle el jugo a la existencia. No hemos venido a este mundo para acomodarnos y estancarnos en una posición de aparente “felicidad”. Hemos venido aquí para crecer, experimentar, evolucionar y ser mejores. Aprovechemos cada oportunidad que nos brinda la vida para ir más allá de los límites establecidos por nuestra mente, de esta manera, lograremos un aprendizaje renovador que nos catapulte a un nuevo nivel de conciencia y felicidad.
5. Sé persistente y flexible
La confluencia de ambas virtudes son muy importantes para la consecución de objetivos. La persistencia es el martillo mental que derriba cualquier muro u obstáculo a través del poder de la decisión y la visualización. Pero además de la persistencia, es necesario desarrollar una flexibilidad que permita modificar aquellos comportamientos, actitudes o planes de actuación que no sean eficaces o coherentes.
6. Establece hábitos saludables y conscientes
Los hábitos son actitudes clave para el desarrollo de nuestra mejor versión. Son las semillas que propician un fruto vigoroso y consistente. Debemos elegirlos cuidadosamente y ser conscientes de aquello que nos otorgan. Nuestro crecimiento y desarrollo está ligado a la calidad de nuestros hábitos.
7. Cree profundamente en ti mismo y en tus posibilidades
Creer en ti mismo es la base del éxito. Si no crees que tus capacidades tienen algo genuino e innovador que aportar; ¿Cómo vas a ser capaz de manifestar tus objetivos? Todo empieza por uno mismo y por la convicción inquebrantable de poseer las herramientas necesarias para llegar al final del camino. La mente puede ser una poderosa herramienta positiva al servicio nuestro, o por el contrario, un paradigma limitante que nos inmovilice completamente.
8. Conecta con tu realidad interior
Resulta indispensable conocer quiénes somos realmente, y cuales son nuestras más profundas motivaciones interiores para conseguir manifestar esa idea creativa en el exterior. El proceso siempre empieza desde dentro hacia afuera, los grandes cambios y progresos positivos en la humanidad comienzan desde el autoconocimiento y la conciencia de aquello que somos y queremos compartir. Así es como se consigue una evolución efectiva que haga crecer a la individualidad, y luego al colectivo. Todo parte desde uno mismo.
9. Aprende de tus errores
Los errores tienen un gran sentido transformador implícito. Nos ayudan a vislumbrar aquello que nos impide evolucionar y crecer en el sentido correcto. Por eso, es tan importante estar conscientes cuando cometemos un error, para así quedarnos con el aprendizaje y la moraleja que el propio error contiene. Todo error contiene la semilla de un gran aprendizaje y una gran mejora. Por tanto, cambiemos nuestra perspectiva ante él y pongamos nuestra mejor cara.
10. Aprende a contrarrestar el miedo
El miedo es la emoción más contraproducente que existe. Debemos aprender a lidiar adecuadamente con esta emoción si queremos liberar nuestro potencial. Cuando el miedo aparezca preguntémonos de manera consciente; ¿Hay motivos y fundamentos reales para no emprender la acción? ¿De verdad quiero seguir como estoy? Un enfoque y decisión claros pueden ser de gran utilidad para contrarrestar esta emoción.