domingo, 29 de enero de 2017

¿Cómo aplicar la teoría de Vygotsky en el aula?

Cuando estudiaba en la universidad que fascinaba mucho la teoría de VIGOSKY,  y me preguntaba si yo algún día cuando sea maestro pueda aplicarla ya que confío mucho sobre que la cultura se adquiere por el ambiente en donde nacimos y nos hemos desarrollado y es transmitida socialmente. La cultura determina la formación de una sociedad, la cultura es el resultado de las condiciones socioculturales donde se interactúa.
Por otro lado, en la tesis de Vygotsky donde habla de los procesos psicológicos superiores explica que estos se dan dos veces, uno de manera Interpsicológica, entre personas y después de manera interior o sea intrapsicológica, (“al lugar que fueres has lo que vieres”), ejemplo vas a los Estados Unidos, por lo tanto haces lo que se hace ahí, porque te adaptas a esa sociedad, la ley de no fumar en lugares públicos y cerrados, entonces al estar en Estados Unidos, ahí no fumas en los lugares públicos, porque estas en otra sociedad, en otra cultura es otro ambiente socio-cultural, se está expuesto a otro escenario, por lo tanto los procesos psicológicos superiores son acorde a su ambiente sociocultural.
Otro tema de suma importancia es el papel que juega el adulto en la adquisición de los procesos psicológicos superiores, por ejemplo el adulto transmite el lenguaje, el educando aprende el idioma desde muy pequeño porque entra en contacto con la cultura en la que está desarrollándose, es cuando están inmersos en un medio ambiente social y cultural.
El papel es determinante para que el sujeto opere su zona de desarrollo próximo, es aquello que no sabes pero que puedes llegar a aprender con la ayuda de otro, ejemplo yo no sé nada de carpintería, pero si me ayuda un experto yo voy a aprender a hacer una silla. Por lo tanto es la interacción que se da en el otro, con el experto que transmite sus valores y el lenguaje social.
Para aprender ciertas cosas es necesario estar expuesto a una situación por ejemplo si yo no necesito saber cocinar y no me interesa, por muy fácil que pueda ser el aprender a hacer un pastel, no lo voy a aprender aunque me lo intente explicar un experto chef, es decir no tengo la disponibilidad de aprender.
Estos son solo algunos ejemplos para comprender de una manera más práctica algunos de los puntos más importantes de la teoría sociocultural.

¿Cómo aplicar la teoría de Vygotsky en una clase?
Vygotsky creía que los educandos aprenden de manera más eficiente en un entorno social.
Aprender a usar la teoría del desarrollo social de Lev Vygotsky en una clase puede ayudar a nuestros estudiantes a entender las ideas más rápidamente. Vygotsky creía que la interacción social juega un papel integral en el aprendizaje y promueve un estilo de enseñanza recíproca más que un estilo plano basado en la disertación. Su teoría contiene ideas importantes, tales como “el otro más experto” y la “zona de desarrollo próximo”, que pueden ayudarte a comunicar ideas de manera efectiva a una clase.
Pasos:
1. Divide a los educandos en grupos de cuatro. Vygotsky creía que los educandos pueden aprender de sus maestros y compañeros, y ya sea un profesor o los compañeros pueden desempeñar el papel de “el otro más experto”. Pon a los educandos más inteligentes con los menos inteligentes para asegurar de que haya una figura de un “otro más experto” dentro del grupo.
Entrega una hoja de trabajo con las indicaciones sobre un tema. Por ejemplo, una lección de sinónimos y antónimos debe ir acompañada de una hoja de trabajo que explique los dos conceptos y ofrezca ejemplos de cada uno. Si bien este ejemplo corresponde a un área es a modo de ejemplo ya que se realiza con cualquier tema pertinente a diversas asignaturas.
2. Asigna a cada educando en el grupo uno de los siguientes papeles: “Resumidor“, “Cuestionador” y “Clarificador“. Explica a los educandos que cada uno tiene un trabajo especial. El “Resumidor” resume el contenido de la hoja de trabajo. El “Cuestionador” identifica las áreas que no están muy claras. El “Clarificador” trata de abordar las cuestiones planteadas en la pregunta.
3. Pide a los educandos que tomen notas mientras leen la hoja de trabajo para que puedan cumplir sus funciones con mayor eficiencia. Anima a los educandos para comenzar una discusión después de haber leído la hoja de trabajo y que hagan alguna nota o destaquen los puntos relevantes en relación a su rol. Dile al “Resumidor” que explique la primera lección, y luego pide al “Interlocutor” que plantee preguntas y que el “Clarificador” trate de responderlas. Las funciones fijas ayudan a fomentar un debate sobre el tema. Esto utiliza la “zona de desarrollo próximo”, que es la diferencia entre lo que los educandos pueden aprender solos y lo que pueden aprender con la guía de un compañero más experto.
4. Pasea por los grupos en el aula para determinar si hay alguna pregunta que plantea el “Cuestionador” que el “Clarificador” no puede contestar. Guía a los educandos hacia la respuesta correcta al problema. Por ejemplo, si los educandos no podían entender por qué “aroma” y “fragancia” son sinónimos, pregúntales sobre cada palabra para asegurar la comprensión del significado de ellas. Luego, pídele al “Resumidor” que revise lo que es un sinónimo. Vygotsky creía que los educandos aprenden de manera más eficiente en un entorno social, en lugar de uno de instrucción. Ayuda a que ellos encuentren la respuesta en lugar de dársela.
5. Cambia los roles de los miembros del grupo en la siguiente parte de la lección. Es importante que los educandos aprendan a ocupar todas las funciones, para que con el tiempo aprendan a desempeñar el papel de “el otro más experto” dentro de sus grupos.

domingo, 22 de enero de 2017

Robotica e informática son el futuro de la educación en el país

¿Se imagina a su hijo de cuatro años programando y manejando su propio robot? ¿O recibiendo una clase de historia con unos lentes de realidad virtual?
Aunque parezca increíble esto ya es posible con la tecnología de T-Box que acaba de llegar al país.
T-Box es una compañía dedicada a usar la tecnología para innovar en el proceso educativo. “Trabajan bajo el concepto llamado pensamiento computacional, la unión entre las ideas humanas y el uso de la tecnología para resolver problemas. Y estan trayendo un currículo para niños desde los tres años hasta los de secundaria, principalmente en colegios privadas”
Con esta plataforma, niños desde los cuatro años empezarán a programar, diseñar páginas webs, desarrollar aplicaciones, entre otras actividades. “La idea es que utilicen creativamente la tecnología para crear soluciones”.
La finalidad de esta plataforma es que estudiar resulte atractivo para los niños, “ciencias, matemáticas, historia, entre otros cursos se pueden enseñar con una diversidad de tecnologías como son dispositivos móviles, realidad virtual o impresión 3D”.

¿Cómo funciona?
“Toman el control de la toda la clase de computación en los centros educativos y los alumnos acceden a una plataforma web a través de su computadora o tableta”.
Para los más pequeños existe la plataforma T-Box Junior especial para educación inicial que cuenta con un editor de imágenes, historias y apps. Además, en compañía de los padres pueden aprender con esas herramientas. Los más grandes tienen acceso a la plataforma que presenta blogs educativos. El profesor puede subir videos, hay wikis, diferentes recursos, e incluso se pueden programar las tareas para el día siguiente”.
La Robótica educativa es una de la bases de la tecnología que aplica T-Box, “son pioneros en introducir robótica desde los cuatro años; cuando uno no pensaba que un niño de esas edades pudiera programar un robot, ahora puede tener una pequeña abeja y controlarla”. La propuesta de T-Box utiliza una metodología de Aprendizaje Basado en Proyectos (ABP).
1. Plataforma web con todos los recursos necesarios para cada nivel.
2. Currículo educativo desde inicial hasta el último año de secundaria
3. Asesores pedagógicos que colaboran con el proceso de implementación en cada institución educativa. Dicha metodología cuenta con herramientas T-Box School que incluye opciones para manejar calificaciones, registro de asistencia, expediente de cada estudiante, reuniones de seguimiento con padres y madres de familia, entre otras.

T-Box City, estudiantes de primaria pueden usar diferentes herramientas tecnológicas y aplicarlas en situaciones de la vida real. El proyecto provee todos los materiales a los centros educativos a través de internet.
T-Box Academy, los docentes de todas las asignaturas pueden crear proyectos que incluyen sitios web, videos, cuestionarios, documentos, actividades prácticas y más. T-Box App, aplicación móvil para que los padres y madres de familia estén conectados con el quehacer educativo de sus hijos y cuenten con la información escolar importante desde su dispositivo: tareas, reuniones de seguimiento, eventos, boletines informativos, entre otros.
T-Box tiene 20 años de experiencia en el mercado de tecnología educativa con una operación más fuerte en el Salvador, Costa Rica, Panamá, Ecuador y esta es la primera vez que ingresa al Perú. Por ello, ya está haciendo los primeros contactos con colegios y organizaciones educativas para que en el corto plazo puedan llegar a 10,000 alumnos y docentes, y ampliar su presencia en otras ciudades del país.

Autonomía para las escuelas

El sabado pasado me encontré con un colega que me dio una noticia muy buena, me comentó que era director en un colegio de Chaclacayo, pero a su vez se sentía abrumado por tanto trabajo que tenia que realizar.
Bueno no es ningún secreto que nuestro sistema educativo carece de solidez. Esto ocurre, en gran medida, porque los maestros no están preparados para acompañar a los niños en el desarrollo de las competencias curriculares, como tampoco en el desarrollo de sus capacidades transversales básicas (planificación de trabajo, toma de decisiones, argumentación, formulación de preguntas, análisis crítico, etc.).
Esto no es solo responsabilidad de los maestros. El sistema carece de una estrategia pertinente para el desarrollo profesional docente.  En general, la realidad es dura para las instituciones educativas públicas, sus maestros y sus directores. Estos últimos, los líderes de las escuelas, pasan más tiempo realizando trabajo administrativo solicitado por la UGEL que acompañando a sus maestros.
Estos son algunos de los trámites: plan anual de trabajo, proyecto curricular institucional, proyecto educativo institucional, plan anual complementario, plan de supervisión, reglamento interno, nóminas de matrícula, actas, censo anual, inventario de mobiliario, etc. 
El director, en vez de dedicarse a estos trámites, debería ser quien construye con los maestros una comunidad de aprendizaje reflexiva orientada al diseño de estrategias eficaces que respondan al contexto y al grupo de niños con quienes trabajan. Hoy no tiene tiempo, porque gobierna el “papeleo”.  Se abre, entonces, una discusión importante sobre el control externo excesivo como estrategia para cumplir los objetivos, pues revela una falta de confianza en las capacidades profesionales de los directores.
¿Tiene sentido que tengan que responder a tantos mecanismos de supervisión administrativa? ¿Los ayudan a ser más competentes?
En el mundo, tenemos ejemplos interesantes de lo que ocurre cuando las escuelas cuentan con autonomía administrativa y pedagógica. Finlandia es un caso sólido. Allá, las escuelas no solo cuentan con autonomía administrativa, sino que no son supervisadas. Las inspecciones fueron anuladas hace tiempo probablemente porque confían en los profesionales a cargo de cada unidad.  En Finlandia, donde las escuelas consiguen resultados sobresalientes en las pruebas estandarizadas como PISA, el propósito es que los maestros acompañen a los niños en la construcción de competencias curriculares. Y que los directores acompañen a los maestros para que las estrategias sean pertinentes y estos trabajen de forma colaborativa. Las evaluaciones del gobierno local son en relación con el alcance de los objetivos pedagógicos, y los maestros se autoevalúan como parte de la cultura crítica que se promueve en cada escuela. 
La pregunta es si nuestras escuelas están listas para tal autonomía. Podríamos iniciar este camino creando un sistema escalonado donde las escuelas vitrina sean el punto de partida, o simplemente llevando a cabo un plan piloto y evaluando el proceso con un grupo control. Sin duda la autonomía puede ser un aliado de la responsabilidad y de sostener la motivación.  Lo mismo ocurre con los niños. Queremos que aprendan a pensar por sí mismos, que tengan autonomía de pensamiento y acción, pero les pedimos que “paporreteen” y los llenamos de libros donde las respuestas están dadas. Podríamos, más bien, crear las condiciones para que ellos desarrollen capacidades vinculadas a la organización, planificación, búsqueda de información, interpretación y diseño de soluciones necesarias para ser dueños de su vida y apasionados por seguir aprendiendo.
Nuestro sistema, en cambio, promueve el control y la repetición. Los niños repiten y hacen lo que el maestro dice, el maestro repite el mismo programa año a año aunque esto consiga los mismos (malos) resultados. Y los directores hacen lo que la UGEL les solicita.  Imaginemos una situación más favorable: el director y su equipo cuentan con la libertad para construir sus propios procesos administrativos y pedagógicos. La motivación de esa comunidad sería mayor, pues podrían crear sus propias soluciones. Si lo que se busca es que los maestros diseñen estrategias eficaces para que los niños aprendan, la creatividad necesita ser un pilar de la cultura dentro de las escuelas. Esta posibilidad de crear caminos propios haría de la escuela un centro de innovación, tanto en el campo de la gestión como en el pedagógico.

Innovar en educación

En este nuevo año escolar 2017, la IEP donde yo trabajo  deberá ser el motor de otras Instituciones públicas y privadas donde se impulse al resto de colegios a no limitar a sus estudiantes. La innovación en educación debe medirse por cuánto aprenden nuestros alumnos.
La innovación se suele asociar al mundo empresarial. Pero es válida e indispensable en muchos otros aspectos, como la educación. En educación, es difícil seguir los procesos naturales de la innovación: entender al usuario, diseñar, probar, rediseñar. La IEP Cesar Vallejo arriesgara en este año por una educación con metodologías que están a prueba, eso es lo interesante porque además, involucra a actores con intereses distintos que deben actuar alineados para generar un cambio. Pero eso si, como el resultado se ve en el largo plazo, es difícil medir el avance y es fácil dudar y retroceder en el camino. Pero no lo haremos.
¿Qué involucra educarse?
Es sinónimo de aprender, o al menos eso debería ser. Pero aquí y en muchos otros escuelas hemos confundido acertar con aprender y tener un título con saber. Y este es el primer cambio cultural que necesitamos para generar una verdadera mejora en educación. Naturalmente, los colegios juegan un rol fundamental. Y nuestro objetivo primordial deberá ser que nuestros alumnos aprendan.
La Internet ha generado nuevos medios de educación y, con ellos, han nacido nuevos retos y actores en la innovación educativa: el acceso a medios digitales, la comunicación y la creación de contenidos.  Con tantos actores y con resultados que no son visibles inmediatamente, necesitamos una entidad que los alinee en un objetivo común, que la población aprenda, y que perdure en el tiempo.
La metodología de trabajo que tiene nuestra IEP Cesar Vallejo debe ser tomada en cuenta por otras instituciones educativas como las buenas prácticas y alinear incentivos en torno al aprendizaje. Se debe lograr que las instituciones privadas que innovan se conviertan en un motor que impulse al resto del sector y no en un esfuerzo aislado con escasos beneficiarios.  Alinear requiere formalización y supervisión. Y la supervisión duele, sobre todo cuando no estamos alineados en el objetivo, en el modelo de negocio. Tenemos que medirla por lo que estamos tratando de mejorar, cuánto aprenden nuestros alumnos. Al igual que en cualquier innovación tenemos que seguir un proceso en diseñar, probar, medir, ajustar, medir más. Nuestro modelo educativo debe ser el aprendizaje y nuestro usuario central el alumno.
Solo así lograremos innovar para beneficiar a la verdadera educación. 

Por una educación oportuna

Ahora que estoy dedicandome a matricular a los niños y niñas en el colegio me entero que el Congreso de la República aprobó en el último día de la última legislatura ordinaria un proyecto de ley que fija el 31 de julio como fecha tope para la matrícula escolar de los niños y niñas de 3, 4, 5 (educación inicial) y 6 años (primero de primaria) en sus grados respectivos.
En caso el gobierno promulgase o el Parlamento insistiese con esta norma, se estaría afectando el gran esfuerzo del sector Educación, desde el 2009 hasta la actualidad, de ordenar con responsabilidad la matrícula en la edad normativa al 31 de marzo de cada período escolar.
El derecho a una educación pertinente en una perspectiva de calidad de nuestros niños y jóvenes implica que los contenidos de aprendizaje y las estrategias metodológicas guarden estricta sintonía con la evolución en la maduración de sus potencialidades socio-emocionales y cognitivo-intelectuales. Ello ha sido y es una política de Estado de tres gobiernos, incluyendo al actual. Como dice el dicho, “para correr, primero hay que caminar, y antes ponerse de pie”.
La nueva medida, en caso se concrete, traería consigo nuevamente que haya niños que ingresen al primero de primaria con 5 años y medio, así como adolescentes que terminen la secundaria entre los 16 y 16 años y medio. Esta práctica se contrapone con la experiencia internacional, especialmente la de los países más avanzados en educación, en donde los infantes comienzan la primaria después de los 6 años y los jóvenes terminan su educación escolar alrededor de los 18 años. Existen fundamentos psicológicos, neuro-científicos, técnico-pedagógicos y curriculares que avalan el criterio utilizado durante los últimos años por el Estado Peruano. También estudios nacionales. Uno es el realizado por el Ministerio de Educación en el 2014, que utilizó una muestra de más de 15.000 niños de 5 años matriculados en inicial, y descubrió que quienes presentaban mayores retrasos en el aprendizaje eran justamente los menores de la clase. Otro es que se relaciona las dificultades en el rendimiento de estudiantes a mitad de su carrera universitaria con el probable ingreso temprano a la universidad.
En el caso de la educación inicial es importante tener en cuenta que los niños, hasta antes de los 6 años, aprenden jugando libremente y en movimiento, lo que les permite expresarse con amplitud, desarrollar armónicamente su psicomotricidad, interactuar socialmente con iniciativa y autonomía, así como representar y comprender el mundo que los rodea. Todo ello favorece que sus procesos sinápticos (es decir, sus conexiones nerviosas y cerebrales) aumenten y se multipliquen favoreciendo el desarrollo sostenido de sus inteligencias múltiples y afectos. Por ello, este nivel formativo es la base de los procesos posteriores de aprendizaje, tales como la lectura y escritura, las operaciones numéricas y otros saberes propios del primer grado.
Una prematura escolaridad ocasionada por una obsesión por el éxito antes del tiempo indicado podría ocasionar estrés infantil y permitir que se desarrollen sentimientos de inferioridad entre los menores que sientan que no les va bien, lo que podría afectar su trayectoria posterior en su formación primaria, secundaria y superior. Es satisfactoria y alentadora la gran movilización de amplios sectores como el Ministerio de Educación y actores educativos para solicitar que el Ejecutivo observe esta norma y el Parlamento no insista en la misma.
Estoy seguro de que tanto en el Ejecutivo como entre los señores congresistas primará la escucha, la apertura, la reflexión serena, la racionalidad y el compromiso efectivo con el interés supremo de nuestros estudiantes.

Los superdotados y sus dificultades en el sistema educativo

Niños con esta condición poseen un coeficiente intelectual alto, pero no siempre tienen las oportunidades. En nuestro país habría unas 600 mil personas con un coeficiente de más de 132 puntos. El promedio es 100. Brillante. Por ejemplo Marjorie del colegio Winneka de Chaclacayo domina 6 idiomas además del español. Es una Superdotada, es una adolescente de 15 años que por su alto coeficiente intelectual ha podido aprender con facilidad seis idiomas: inglés, francés, alemán, italiano, chino y coreano, y este año empezará a estudiar quechua. Cuando tenía apenas 3 años aprendió a leer sus cuentos favoritos y solía contarlos de memoria; armaba rompecabezas de más de 50 piezas, lo que generaba sorpresa a sus padres Verónica y Francisco. Tiempo después, al ingresar al Inicial, las maestras notaron que el ritmo de aprendizaje de la niña era acelerado en comparación con sus compañeras y que se aburría con facilidad. Incluso le llegaron a decir a Veronica, madre de Marjorie, que la niña no encajaba en el colegio y debían cambiarla. Poco después, en el colegio San Francisco de Asistencia de Chaclacayo se detectó que la niña tenía un coeficiente intelectual de 160 puntos (el promedio es 100). A través del sistema helicoidal de este plantel, Marjorie pudo explotar sus potencialidades porque no llevaba un currículo convencional. Si ella podía más, hacía más. Actualmente, Marjorie cursa la secundaria en el colegio Winneka donde destaca por su rápido aprendizaje y sus altas notas sin realizar mucho esfuerzo. Sin embargo, tiene bajas notas en conducta. "Yo no copio la clase en mis cuadernos, me aburre. Los profesores se fastidian porque distraigo a los demás. Entonces por eso me bajan en mi puntaje", me cuenta risueña. Para esta niña el mundo va lento; prefiere resolver los problemas de matemáticas en su cabeza y no en el cuaderno. También tiene dificultades en realizar trabajos grupales, prefiere hacer las tareas sola.
Las personas superdotadas tienen un coeficiente igual o mayor a 132 y se estima que representan el 2% de la población mundial. En el Perú existirían unos 600 mil, pero muchos de ellos no lo saben. A los superdotados por lo general les va mal en el colegio, porque el sistema educativo no está adaptado a ellos. Pueden pasar inadvertidos en el aula. Los maestros no están capacitados para identificarlos y confunden su condición con el trastorno de hiperactividad y déficit de atención. "Una persona con un razonamiento promedio piensa en A, luego en B y luego en C, el superdotado tiene A, B, C y D directo en la mente. Tiene una capacidad de aprendizaje muy rápida, capta a la primera, entonces se aburre del ritmo de las clases regulares y no presta atención.
Conversando con Vannesa me decia que muchos se sienten inferiores al resto, porque no ven las cosas como los demás". Vanesa de 38 años es una arquitecta superdotada que fue detectada a temprana edad en su colegio de Winneka, donde recibió una educación adaptada a sus diferencias y ahora es una empresaria exitosa. Sabe cuatro idiomas y tiene potencialidad para la creatividad. Cuando era niña recibía clases regulares, pero en las tardes asistía a clases de talleres donde desarrollaba clases no escolarizadas para explotar su lado musical, deportivo y artístico. "En el colegio causaba envidia, celos en mis compañeros porque sacaba buenas notas sin estudiar", recuerda.
En el Perú no existe un centro educativo para superdotados. Los Colegios de Alto Rendimiento (COAR) son un buen intento. Paola Portocarrero una chosicana madre de una niña superdotada de 9 años, prefiere que su hija estudie a través de un programa a distancia del colegio San Francisco de Asis y ayudarla en casa con sus actividades. "En el Perú no hay una especialización para maestros y psicólogos en superdotación. No hay colegios para niños (superdotados)".
Ahora la diferencias que existe entre un superdotado y un chancon, es que los chicos que ocupan los primeros puestos y son popularmente llamados 'chancones' son considerados muy inteligentes cuando no necesariamente tienen esa condición. "Destacan en la escuela porque son perseverantes y les gusta estudiar". En cambio, un superdotado tiene un funcionamiento intelectual bastante alto, pero pasa inadvertido en el aula porque el sistema educativo no se adecúa a ellos.