No es necesario mencionar a estas alturas lo rápido que cambia todo en los últimos años. La educación en las aulas debe renovarse, ya que, entre otras cosas, cada vez existe menos conexión entre aquello que los alumnos estudian en el aula y lo que más tarde desean las empresas de sus futuros empleados.
Es el momento de alejarnos de las lecciones magistrales, de las interminables horas dedicadas a la memorización, del libro de texto como única herramienta educativa. La innovación en la educación ha llegado para quedarse, poner debajo del foco al alumno y a sus necesidades reales y convertir el aprendizaje en un reto y una satisfacción y no en una obligación.
Ser educador, hoy en día, supone un desafío, ya que se tiene que estar comprometido con la profesión. Son ideas necesarias saber convertir las ideas en realidad, hacer un pacto con los cambios y sentir pasión por enseñar.
Las nuevas metodologías pretenden cambiar el entorno educativo, mejorar los resultados académicos y una formación integradora mediante clases dinámicas y que estimulen al alumno.
Antes de hablar sobre las nuevas metodologías, he de decir que todas tienen en común que se basan en lo que hablamos en este blog, el aprendizaje experiencial, por lo tanto se centran en una actitud positiva para solucionar retos, aprender de los errores y de los demás, ser resilientes, amar y aprender. Pero todo ello pasa por tener un buen director de orquesta: el educador se sitúa en el centro del mencionado cambio y es él el primero que debe tener una mentalidad abierta y de crecimiento.
1. Flipped Classroom o Aula Invertida.
Una de las metodologías modernas que ha ganado más popularidad en los últimos años, el Flipped Classroom es un modelo pedagógico en el que los elementos tradicionales de la lección impartida por el profesor se invierten, los materiales educativos son estudiados por los alumnos en casa y, luego, se trabajan en el aula. El principal objetivo de esta metodología es optimizar el tiempo en clase dedicándolo, por ejemplo, a atender las necesidades especiales de cada alumno, desarrollar proyectos cooperativos o trabajar por proyectos.
2. Aprendizaje Basado en Proyectos
Con la llegada de las nuevas tecnologías de la información y de la comunicación a los colegios, han surgido tanto nuevas metodologías de enseñanza como nuevas versiones de metodologías ya existentes, ahora revisadas para las generaciones digitales. Una de las más utilizadas en clase actualmente es el Aprendizaje Basado en Proyectos (ABP).
En su esencia, el ABP permite a los alumnos adquirir conocimientos y competencias clave a través de la elaboración de proyectos que dan respuesta a problemas de la vida real. La enseñanza basada en proyectos o tareas integradas, supone hoy la mejor garantía didáctica para una contribución eficaz al desarrollo de las competencias clave y al aprendizaje de los contenidos del currículo
Partiendo de un problema concreto y real, en lugar del modelo teórico y abstracto tradicional, parecen evidentes las mejoras en la capacidad de retener conocimiento por parte del alumnado así como la oportunidad de desarrollar competencias complejas como el pensamiento crítico, la comunicación, la colaboración o la resolución de problemas.
3. Aprendizaje Cooperativo
“Más fuertes juntos”. Así se podría resumir de forma sencilla el aprendizaje cooperativo, una metodología que los maestros usan para agrupar a los estudiantes y, así, impactar en el aprendizaje de una manera positiva.
Los defensores de este modelo teorizan que trabajar en grupo mejora la atención, la implicación y la adquisición de conocimientos por parte de los alumnos.
El objetivo final es siempre común y se va a lograr si cada uno de los miembros realiza con éxito sus tareas
La principal característica es que se estructura en base a la formación de grupos de entre 3 y 6 personas, donde cada miembro tiene un rol determinado y para alcanzar los objetivos es necesario interactuar y trabajar de forma coordinada. En el aprendizaje cooperativo, el objetivo final es siempre común y se va a lograr si cada uno de los miembros realiza con éxito sus tareas. Por su parte en el Aprendizaje Individual el alumno se focaliza en conseguir sus objetivos sin tener que depender del resto de compañeros.
4. Aprendizaje basado en problemas
El aprendizaje basado en problemas es un proceso de aprendizaje cíclico compuesto de muchas etapas diferentes, comenzando por hacer preguntas y adquirir conocimientos que, por su vez, llevan a más preguntas en un ciclo creciente de complejidad.
Poner en práctica esta metodología no supone sólo el ejercicio de indagación por parte de los alumnos, sino convertirlo en datos e información útil. De acuerdo con múltiples pedagogos, las cuatro grandes ventajas observadas con el uso de esta metodología son:
•El desarrollo del pensamiento crítico y competencias creativas
•La mejora de las habilidades de resolución de problemas
•El aumento de la motivación del alumno
•La mejor capacidad de transferir conocimientos a nuevas situaciones
5. Design Thinking
La educación siempre ha sido un espacio por excelencia para la innovación. Maestros en todo el mundo están constantemente trayendo nuevas ideas y metodologías al aula haciendo el mejor uso de las herramientas a su disposición.
El Design Thinking o “Pensamiento de Diseño”, nace con los diseñadores y su método para resolver problemas y satisfacer así las necesidades de sus clientes. Aplicado a la educación, este modelo permite identificar con mayor exactitud los problemas individuales de cada alumno y generar en su experiencia educativa la creación y la innovación hacia la satisfacción de los demás, que luego se vuelve simbiótica.
6. Aprendizaje Basado en el Pensamiento (Thinking Based Learning)
Más allá del debate sobre la eficacia de aprender “de memoria”, cuando se habla de educación uno de los aspectos más discutidos es la necesidad de enseñar a los alumnos a trabajar con la información que reciben en la escuela. Enseñarles a contextualizar, analizar, relacionar, argumentar. En definitiva, convertir información en conocimiento. El objetivo del aprendizaje basado en el pensamiento, es desarrollar destrezas del pensamiento más allá de la memorización y desarrollar un pensamiento eficaz.
7. Aprendizaje Basado en Competencias
Por definición, todo aprendizaje tiene como objetivo la adquisición de conocimiento, el desarrollo de habilidades y la solidificación de hábitos de trabajo. El Aprendizaje Basado en Competencias representa un conjunto de estrategias para lograr esta finalidad.
A través de herramientas de evaluación como las rúbricas, los maestros pueden impartir el currículo académico sin desviaciones del plan de estudios vigente pero enfocándolo de forma distinta, poniendo en práctica ejemplos reales y, así, transmitiendo a sus alumnos una dimensión más tangible de las lecciones.
miércoles, 30 de enero de 2019
martes, 22 de enero de 2019
La curiosidad en clase
La curiosidad es una de las características más importantes de la humanidad, especialmente en lo que se refiere al aprendizaje. Una buena amiga me preguntó una vez qué característica quería que tuviera mi futuro hijo y le contesté con seguridad: ¡que sea curioso!”.
No hay mejor manera para empezar este artículo que con un dato curioso sobre la curiosidad. La curiosidad comparte sustratos neuronales con conductas esencialmente placenteras como comer, beber o tener relaciones sexuales. Es difícil, pues, entender cómo algo tan potente puede, en educación, relegarse a un segundo plano a medida que el estudiante se hace mayor. Es una herramienta que juega a nuestro favor como educadores pero que no cultivamos, a la que no damos mucha importancia, sobre la que no conocemos lo suficiente, no ayudamos a desarrollar, mucho menos generamos los contextos necesarios para que los estudiantes disfruten de su curiosidad satisfecha con un aprendizaje significativo conseguido o, incluso, la cortamos con el fin de simplificar la clase o de evitar que el alumnado nos meta en problemas con preguntas que van más allá de nuestros conocimientos o de lo que teníamos programado, a veces parece que lo programado está grabado a piedra siendo imposible desviarnos de lo previamente dispuesto por miedo a un castigo divino o, peor aún, no llegar a explicar todos los contenidos que tengo que enseñar, curioso que en esta frase tantas veces escuchada no se comenta que los niños aprendan nada, solo que como profesor debo cubrirme las espaldas y explicar todo lo de la siguiente lista. Creo que la curiosidad tiene un doble papel en el proceso interminable de aprendizaje de una persona y, por supuesto, en la evolución de la humanidad, siendo vital tanto en el contexto escolar como fuera de él. Y es que el niño va al colegio y trabaja porque ni siquiera se plantea no hacerlo aunque a veces no le guste; el adolescente va a la escuela y estudia porque “es su obligación” frase muy empleada por padres y madres sin tener en cuenta la cantidad de veces que los adultos, si podemos, intentamos eludir nuestras obligaciones cuando éstas no nos gustan; el estudiante hace su secundaria, va a la Academia y luego a la universidad, muchas veces, porque “algo tendré que aprender para ganarme la vida” y después llega la edad adulta, una época que dura el doble o el triple que las otras tres juntas, y es entonces cuando una persona seguirá aprendiendo de verdad, seguirá leyendo, formándose e informándose si en su interior siente curiosidad. ¿Entonces es una cuestión genética? ¿Unos tienen curiosidad y otros no? No lo creo; mi experiencia me ha demostrado que la curiosidad se trabaja, se “entrena” y se aprende a apreciarla a base de beber de ella. Es cierto que todos nacemos curiosos y que es el motor de nuestro aprendizaje temprano pero a medida que pasan los años, especialmente en la escuela, se va matando dicha curiosidad y lo peor de todo es que hemos desarrollado muchas formas de hacerlo. Veamos unos pocos ejemplos:
1.- ¿Tienes curiosidad? ¡Trabaja el doble!. Ahí tenemos al niño que tiene curiosidad por un tema, hace una pregunta y el profesor le responde con una variante de “muy interesante tu pregunta. Búscalo en casa”. Vaya, el niño ya tiene deberes, pero aún envalentonado por su curiosidad, llega a casa, pregunta a sus padres, busca en Internet y al día siguiente vuelve al profesor, en clase, y le dice que ya sabe la respuesta, concluyendo todo ello, muchas veces, en un breve comentario y a seguir. El problema no reside en el hecho de que el niño haya trabajado en casa, lo cual ayuda a adquirir unos hábitos de resolución de preguntas y desarrolla la autonomía del alumno; el problema se encuentra en el hecho de que no se le da relevancia al camino que el niño estaba abriendo, no hacemos significativo el esfuerzo y aprendizaje desarrollado por el niño por propia voluntad (recordemos que no eran deberes).
2.- Ahora no.- La curiosidad no pide turno, no espera largas horas de cola y, desde luego, no entiende de programaciones y de tiempos. La curiosidad surge cuando algo se conecta en nuestro cerebro, cuando surge una incongruencia entre los conceptos previos y el aprendizaje que se está afrontando, cuando se abren los ojos ante un descubrimiento emocionante, cuando el mundo plantea algo desconocido… y la pregunta que se forma interrumpe nuestra estudiada y programada clase, tan marcada por los tiempos y por los contenidos; y sin reflexionar, los profesores dicen: “ahora no”. Es muy probable que el niño sienta que para él lo que ha preguntado tenía mucho más sentido, era mucho más interesante y, por lo tanto, “tocaba” mucho más que el tema planteado; eso sin contar que es probable que si el profesor se detuviera a pensar en la pregunta que se ha formulado encontraría tres cosas:
A.- Que puede relacionarla con los contenidos que tanto nos obsesionan,
B.- Que no es una inquietud solo del alumno que ha preguntado.
C.- Que de repente hay mucha más atención en clase y mucho más interés.
3.- ¡Qué pregunta! ¡No seas pesado!
Es esta una situación muy similar al punto 2 pero con el agravante de que estamos relacionando la curiosidad con un elemento negativo: ser cargante para los demás. La relación entre esto, querer ser aceptado y, por ende, dejar de preguntar es muy directa.
Como en todo en la vida todo esto requiere poner tu tacto emocional al servicio de la situación y saber diferenciar entre las preguntas del alumnado fruto de su curiosidad y las preguntas que buscan llamar la atención. En cualquier caso, aunque se trate de una pregunta que tiene el claro objetivo de reclamar atención responde a una situación que no se soluciona con un “ahora no” o “no seas pesado”.
¿Y por qué nos mueve la curiosidad?
Hay varios hechos relacionados con la curiosidad que nos convendría saber. El primero es que la curiosidad, desde los orígenes, es un mecanismo cerebral que nos permite detectar los sucesos diferentes en nuestro día a día, poner atención en ellos, decidir si son significativos y, de ser así, aprenderlos o memorizarlos. Es, en el fondo, un mecanismo de supervivencia que nos permitía ver que algo en el descampado no estaba igual que siempre y que era mejor salir corriendo de allí para que el depredador escondido entre la maleza no nos diera caza. Si nos fijamos en lo anterior y nos ponemos las lentes de educadores nos daremos cuenta de que aparecen conceptos como “atención”, “aprender” y “memorizar”. Quizás valga la pena, pues, ahondar un poco más en ello si queremos aprovecharnos de los beneficios naturales de la curiosidad.
Un segundo dato sobre la curiosidad es que en neuroeducación ha demostrado que hay ciertos circuitos cerebrales disparadores de la misma que están relacionados, a su vez, con la anticipación de la recompensa y el placer.
Aquí debo hacer un alto en el camino y comentar un hecho que acontece de forma más o menos habitual en nuestras aulas y que deberíamos cortar. El fenómeno que llamo “castillos en el aire”. Y es que como profesores a veces vemos que sería muy interesante hacer algo, lo proponemos al alumnado y después nos damos cuenta de que el día a día se nos come, que no tenemos tiempo suficiente y que al final no se va a poder hacer. Nosotros, desde una perspectiva de adultos, entendemos los motivos y los podemos argumentar; es más, es posible que incluso los alumnos lo entiendan y lo acepten pero estamos rompiendo la cadena que relaciona la curiosidad, la acción y el placer y la recompensas que, recordemos, han sido ya anticipadas. Si esto lo repetimos de forma más o menos habitual lo que estamos generando es que el alumnado ya no relacione la curiosidad con el placer y la recompensa (en ningún momento se ha dicho que ésta deba ser extrínseca únicamente). Es nuestra responsabilidad ya no solo como adultos sino también como profesores intentar no prometer algo para luego no hacerlo.
Finalmente tenemos un tercer dato muy interesante: existen varios tipos de curiosidad. Si buscas encontrarás muchas maneras de organizarlas y tipificarlas pero creo que hay una forma sencilla que como educadores deberíamos tener en mente: la curiosidad perceptual o diversificada y la curiosidad epistémico-específica. Curiosamente es la combinación de ambas la que activa un sistema cerebral que genera dopamina que, entre otras cosas, es la causante de generar sensaciones placenteras.
La curiosidad perceptual o diversificada es aquella que impele a la persona a huir del aburrimiento, que se aferra a los sucesos extraños y que tiende al aislamiento fantasioso. El alumno que juega con la goma sin hacer nada en clase, el que mira por la ventana cómo dos palomas pugnan por una migaja o el que “está en las nubes” son claros ejemplos de alumnos inmersos en este tipo de curiosidad.
Muchas veces me enfrento a situaciones en las que alguno de mis alumnos se distraen. Más tarde, fuera de clase, lo que hago es comentarle que no voy a enfadarme con él por distraerse; porque distraerse no es una decisión consciente; uno no decide, en general, que va a distraerse con el ruido de las otras aulas de primaria jugando en el patio, pero sí que lo haré si cuando se da cuenta de que está distraído no hace un esfuerzo por volver a centrarse ya que eso sí es decisión suya. La reacción del alumnado suele ser muy buena y este discurso me posiciona junto a él contra la dificultad y no en el bando contrario.
La curiosidad epistémico-específica es aquella que tiene la finalidad de llegar a un conocimiento, que se genera de la incertidumbre o de los conflictos racionales o conceptuales. Es el “quiero saber la respuesta”.
Cuando planteamos una clase que no les genera ninguna inquietud, cuyos contenidos no hemos conseguido relacionar con sus conocimientos previos con el fin de generar algo significativo para ellos, en los que sus intereses y sus inquietudes no han tenido cabida y, peor aún, siendo conscientes de que no van a tenerla porque no esperan nada nuevo hasta que termine el tema dentro de varias sesiones; entra dentro de la lógica que no aparezca la tan ansiada curiosidad específica y sí lo haga la diversificada. Es entonces cuando los profesores nos giramos y nos enfadamos porque tenemos a un buen número de alumnos distraídos o ensimismados. Les damos múltiples formas pero que podrían resumirse, en esencia, en “lo que estoy explicando debería generarte interés”.
¿Y cómo genero esa curiosidad en mis alumnos?
He aquí cuatro ideas básicas que les pueden ayudar:
1.- Abandonar la rutina en la forma de plantear y hacer las cosas en el aula de clases. No hay nada que mate más la curiosidad que la predicción. No es necesario un abanico enorme de dotes creativas e imaginación, solo hace faltar salir de la rutina.
2.- El poder de las preguntas
Y es que hay algo en nuestro cerebro que se ve impulsado a buscar las respuestas a las preguntas que nos hacen. Una vez leí que muchas veces, cuando una canción se mete en tu cabeza y no puedes dejar de cantarla o tararearla es porque hay un fragmento de la misma (ya sea letra o melodía) que no eres capaz de recordar y tu cerebro está haciendo un esfuerzo inconsciente por dar respuesta a esa pregunta.
Las preguntas, en su justa medida y bien formuladas, tienen mucho poder. Empezar la clase con una pregunta que:
A.- podrán ser capaces de resolver al final de la clase.
B.- cuya respuesta es sorprendente y relevante de alguna forma para la clase que se va a dar.
C.- esté relacionada con el tema y sea sorprendente en tanto que no se la habían planteado nunca con anterioridad aunque forma parte de su contexto de vida (como, por ejemplo, si el sol es una esfera ardiente y no cambia de color por qué al amanecer y al atardecer lo vemos rojo y el resto del día no) puede ayudarte a tener la atención del alumnado fruto de su curiosidad específica.
3.- Generar clases en los que ellos tengan cabida no solo para ejecutar.
Si generamos clases en las que sus opiniones puedan dar forma a lo que está por venir, en las que sus aportaciones puedan determinar en parte qué y cómo se va a hacer o en las que sus ideas moldeen parte de los enfoques de los contenidos que van a abordar estaremos generando contextos que huyen de la rutina, que provocan curiosidad y que son más significativos para ellos y para su aprendizaje.
Estas tres ideas tiene la función de aprovecharse de la curiosidad a corto plazo pero no querría acabar sin comentar un punto igualmente importante: el trabajo vertical de la curiosidad. Enfrentarse a las preguntas, ajenas o propias, requiere saber hacerlo bien, gestionarse adecuadamente y tener una constancia para sostener el interés en busca de la recompensa en forma de conocimiento; en definitiva, requiere entrenamiento que debemos darles a lo largo de los años.
No hay mejor manera para empezar este artículo que con un dato curioso sobre la curiosidad. La curiosidad comparte sustratos neuronales con conductas esencialmente placenteras como comer, beber o tener relaciones sexuales. Es difícil, pues, entender cómo algo tan potente puede, en educación, relegarse a un segundo plano a medida que el estudiante se hace mayor. Es una herramienta que juega a nuestro favor como educadores pero que no cultivamos, a la que no damos mucha importancia, sobre la que no conocemos lo suficiente, no ayudamos a desarrollar, mucho menos generamos los contextos necesarios para que los estudiantes disfruten de su curiosidad satisfecha con un aprendizaje significativo conseguido o, incluso, la cortamos con el fin de simplificar la clase o de evitar que el alumnado nos meta en problemas con preguntas que van más allá de nuestros conocimientos o de lo que teníamos programado, a veces parece que lo programado está grabado a piedra siendo imposible desviarnos de lo previamente dispuesto por miedo a un castigo divino o, peor aún, no llegar a explicar todos los contenidos que tengo que enseñar, curioso que en esta frase tantas veces escuchada no se comenta que los niños aprendan nada, solo que como profesor debo cubrirme las espaldas y explicar todo lo de la siguiente lista. Creo que la curiosidad tiene un doble papel en el proceso interminable de aprendizaje de una persona y, por supuesto, en la evolución de la humanidad, siendo vital tanto en el contexto escolar como fuera de él. Y es que el niño va al colegio y trabaja porque ni siquiera se plantea no hacerlo aunque a veces no le guste; el adolescente va a la escuela y estudia porque “es su obligación” frase muy empleada por padres y madres sin tener en cuenta la cantidad de veces que los adultos, si podemos, intentamos eludir nuestras obligaciones cuando éstas no nos gustan; el estudiante hace su secundaria, va a la Academia y luego a la universidad, muchas veces, porque “algo tendré que aprender para ganarme la vida” y después llega la edad adulta, una época que dura el doble o el triple que las otras tres juntas, y es entonces cuando una persona seguirá aprendiendo de verdad, seguirá leyendo, formándose e informándose si en su interior siente curiosidad. ¿Entonces es una cuestión genética? ¿Unos tienen curiosidad y otros no? No lo creo; mi experiencia me ha demostrado que la curiosidad se trabaja, se “entrena” y se aprende a apreciarla a base de beber de ella. Es cierto que todos nacemos curiosos y que es el motor de nuestro aprendizaje temprano pero a medida que pasan los años, especialmente en la escuela, se va matando dicha curiosidad y lo peor de todo es que hemos desarrollado muchas formas de hacerlo. Veamos unos pocos ejemplos:
1.- ¿Tienes curiosidad? ¡Trabaja el doble!. Ahí tenemos al niño que tiene curiosidad por un tema, hace una pregunta y el profesor le responde con una variante de “muy interesante tu pregunta. Búscalo en casa”. Vaya, el niño ya tiene deberes, pero aún envalentonado por su curiosidad, llega a casa, pregunta a sus padres, busca en Internet y al día siguiente vuelve al profesor, en clase, y le dice que ya sabe la respuesta, concluyendo todo ello, muchas veces, en un breve comentario y a seguir. El problema no reside en el hecho de que el niño haya trabajado en casa, lo cual ayuda a adquirir unos hábitos de resolución de preguntas y desarrolla la autonomía del alumno; el problema se encuentra en el hecho de que no se le da relevancia al camino que el niño estaba abriendo, no hacemos significativo el esfuerzo y aprendizaje desarrollado por el niño por propia voluntad (recordemos que no eran deberes).
2.- Ahora no.- La curiosidad no pide turno, no espera largas horas de cola y, desde luego, no entiende de programaciones y de tiempos. La curiosidad surge cuando algo se conecta en nuestro cerebro, cuando surge una incongruencia entre los conceptos previos y el aprendizaje que se está afrontando, cuando se abren los ojos ante un descubrimiento emocionante, cuando el mundo plantea algo desconocido… y la pregunta que se forma interrumpe nuestra estudiada y programada clase, tan marcada por los tiempos y por los contenidos; y sin reflexionar, los profesores dicen: “ahora no”. Es muy probable que el niño sienta que para él lo que ha preguntado tenía mucho más sentido, era mucho más interesante y, por lo tanto, “tocaba” mucho más que el tema planteado; eso sin contar que es probable que si el profesor se detuviera a pensar en la pregunta que se ha formulado encontraría tres cosas:
A.- Que puede relacionarla con los contenidos que tanto nos obsesionan,
B.- Que no es una inquietud solo del alumno que ha preguntado.
C.- Que de repente hay mucha más atención en clase y mucho más interés.
3.- ¡Qué pregunta! ¡No seas pesado!
Es esta una situación muy similar al punto 2 pero con el agravante de que estamos relacionando la curiosidad con un elemento negativo: ser cargante para los demás. La relación entre esto, querer ser aceptado y, por ende, dejar de preguntar es muy directa.
Como en todo en la vida todo esto requiere poner tu tacto emocional al servicio de la situación y saber diferenciar entre las preguntas del alumnado fruto de su curiosidad y las preguntas que buscan llamar la atención. En cualquier caso, aunque se trate de una pregunta que tiene el claro objetivo de reclamar atención responde a una situación que no se soluciona con un “ahora no” o “no seas pesado”.
¿Y por qué nos mueve la curiosidad?
Hay varios hechos relacionados con la curiosidad que nos convendría saber. El primero es que la curiosidad, desde los orígenes, es un mecanismo cerebral que nos permite detectar los sucesos diferentes en nuestro día a día, poner atención en ellos, decidir si son significativos y, de ser así, aprenderlos o memorizarlos. Es, en el fondo, un mecanismo de supervivencia que nos permitía ver que algo en el descampado no estaba igual que siempre y que era mejor salir corriendo de allí para que el depredador escondido entre la maleza no nos diera caza. Si nos fijamos en lo anterior y nos ponemos las lentes de educadores nos daremos cuenta de que aparecen conceptos como “atención”, “aprender” y “memorizar”. Quizás valga la pena, pues, ahondar un poco más en ello si queremos aprovecharnos de los beneficios naturales de la curiosidad.
Un segundo dato sobre la curiosidad es que en neuroeducación ha demostrado que hay ciertos circuitos cerebrales disparadores de la misma que están relacionados, a su vez, con la anticipación de la recompensa y el placer.
Aquí debo hacer un alto en el camino y comentar un hecho que acontece de forma más o menos habitual en nuestras aulas y que deberíamos cortar. El fenómeno que llamo “castillos en el aire”. Y es que como profesores a veces vemos que sería muy interesante hacer algo, lo proponemos al alumnado y después nos damos cuenta de que el día a día se nos come, que no tenemos tiempo suficiente y que al final no se va a poder hacer. Nosotros, desde una perspectiva de adultos, entendemos los motivos y los podemos argumentar; es más, es posible que incluso los alumnos lo entiendan y lo acepten pero estamos rompiendo la cadena que relaciona la curiosidad, la acción y el placer y la recompensas que, recordemos, han sido ya anticipadas. Si esto lo repetimos de forma más o menos habitual lo que estamos generando es que el alumnado ya no relacione la curiosidad con el placer y la recompensa (en ningún momento se ha dicho que ésta deba ser extrínseca únicamente). Es nuestra responsabilidad ya no solo como adultos sino también como profesores intentar no prometer algo para luego no hacerlo.
Finalmente tenemos un tercer dato muy interesante: existen varios tipos de curiosidad. Si buscas encontrarás muchas maneras de organizarlas y tipificarlas pero creo que hay una forma sencilla que como educadores deberíamos tener en mente: la curiosidad perceptual o diversificada y la curiosidad epistémico-específica. Curiosamente es la combinación de ambas la que activa un sistema cerebral que genera dopamina que, entre otras cosas, es la causante de generar sensaciones placenteras.
La curiosidad perceptual o diversificada es aquella que impele a la persona a huir del aburrimiento, que se aferra a los sucesos extraños y que tiende al aislamiento fantasioso. El alumno que juega con la goma sin hacer nada en clase, el que mira por la ventana cómo dos palomas pugnan por una migaja o el que “está en las nubes” son claros ejemplos de alumnos inmersos en este tipo de curiosidad.
Muchas veces me enfrento a situaciones en las que alguno de mis alumnos se distraen. Más tarde, fuera de clase, lo que hago es comentarle que no voy a enfadarme con él por distraerse; porque distraerse no es una decisión consciente; uno no decide, en general, que va a distraerse con el ruido de las otras aulas de primaria jugando en el patio, pero sí que lo haré si cuando se da cuenta de que está distraído no hace un esfuerzo por volver a centrarse ya que eso sí es decisión suya. La reacción del alumnado suele ser muy buena y este discurso me posiciona junto a él contra la dificultad y no en el bando contrario.
La curiosidad epistémico-específica es aquella que tiene la finalidad de llegar a un conocimiento, que se genera de la incertidumbre o de los conflictos racionales o conceptuales. Es el “quiero saber la respuesta”.
Cuando planteamos una clase que no les genera ninguna inquietud, cuyos contenidos no hemos conseguido relacionar con sus conocimientos previos con el fin de generar algo significativo para ellos, en los que sus intereses y sus inquietudes no han tenido cabida y, peor aún, siendo conscientes de que no van a tenerla porque no esperan nada nuevo hasta que termine el tema dentro de varias sesiones; entra dentro de la lógica que no aparezca la tan ansiada curiosidad específica y sí lo haga la diversificada. Es entonces cuando los profesores nos giramos y nos enfadamos porque tenemos a un buen número de alumnos distraídos o ensimismados. Les damos múltiples formas pero que podrían resumirse, en esencia, en “lo que estoy explicando debería generarte interés”.
¿Y cómo genero esa curiosidad en mis alumnos?
He aquí cuatro ideas básicas que les pueden ayudar:
1.- Abandonar la rutina en la forma de plantear y hacer las cosas en el aula de clases. No hay nada que mate más la curiosidad que la predicción. No es necesario un abanico enorme de dotes creativas e imaginación, solo hace faltar salir de la rutina.
2.- El poder de las preguntas
Y es que hay algo en nuestro cerebro que se ve impulsado a buscar las respuestas a las preguntas que nos hacen. Una vez leí que muchas veces, cuando una canción se mete en tu cabeza y no puedes dejar de cantarla o tararearla es porque hay un fragmento de la misma (ya sea letra o melodía) que no eres capaz de recordar y tu cerebro está haciendo un esfuerzo inconsciente por dar respuesta a esa pregunta.
Las preguntas, en su justa medida y bien formuladas, tienen mucho poder. Empezar la clase con una pregunta que:
A.- podrán ser capaces de resolver al final de la clase.
B.- cuya respuesta es sorprendente y relevante de alguna forma para la clase que se va a dar.
C.- esté relacionada con el tema y sea sorprendente en tanto que no se la habían planteado nunca con anterioridad aunque forma parte de su contexto de vida (como, por ejemplo, si el sol es una esfera ardiente y no cambia de color por qué al amanecer y al atardecer lo vemos rojo y el resto del día no) puede ayudarte a tener la atención del alumnado fruto de su curiosidad específica.
3.- Generar clases en los que ellos tengan cabida no solo para ejecutar.
Si generamos clases en las que sus opiniones puedan dar forma a lo que está por venir, en las que sus aportaciones puedan determinar en parte qué y cómo se va a hacer o en las que sus ideas moldeen parte de los enfoques de los contenidos que van a abordar estaremos generando contextos que huyen de la rutina, que provocan curiosidad y que son más significativos para ellos y para su aprendizaje.
Estas tres ideas tiene la función de aprovecharse de la curiosidad a corto plazo pero no querría acabar sin comentar un punto igualmente importante: el trabajo vertical de la curiosidad. Enfrentarse a las preguntas, ajenas o propias, requiere saber hacerlo bien, gestionarse adecuadamente y tener una constancia para sostener el interés en busca de la recompensa en forma de conocimiento; en definitiva, requiere entrenamiento que debemos darles a lo largo de los años.
domingo, 20 de enero de 2019
¿De qué sirve el profesor?
Un estudiante del 5to de Secundaria conversaba con el profesor Jesús de Historia de la IE "CÉSAR VALLEJO": "Disculpe profesor Jesús, pero en la época de Internet, usted, ¿Para qué sirve?"
El estudiante decía una verdad a medias, que, entre otros, los mismos profesores dicen desde hace por lo menos veinte años, y es que antes la escuela debía transmitir por cierto formación pero sobre todo nociones, desde las tablas en la primaria, cuál era la capital de Bélgica o hasta los hechos de la 2da guerra Mundual en la secundaria. Con la aparición, no digo de Internet, sino de la televisión e incluso de la radio, y hasta con la del cine, gran parte de estas nociones empezaron a ser absorbidas por los niños en la esfera de la vida extraescolar. De pequeño, mi padre no sabía que Hiroshima quedaba en Japón, que existía Guadalcanal, tenía una idea imprecisa del continente americano y sólo sabía de la India por lo que había visto la película "Madre India". Yo, aprendí muchas cosas por la radio, el periódico y las noticias cotidianas en la televisión, mientras que mis sobrinos han visto en la Internet las diversas costumbres de nuestros diversos pueblos, el desierto del Sahara, cómo las abejas polinizan las flores, cómo era un Tyrannosaurus rex y finalmente un niño de hoy lo sabe todo sobre el ozono, sobre los koalas, sobre la guerra en Siria y sobre la migración venezolana. Tal vez, un niño de hoy no sepa qué son exactamente las células madre, pero las ha escuchado nombrar, mientras que en mi época de eso no hablaba siquiera la profesora de ciencias naturales.
Entonces, ¿De qué sirven hoy los profesores? He dicho que el estudiante dijo una verdad a medias, porque ante todo un docente, además de informar, debe formar. Lo que hace que una clase sea una buena clase no es que se transmitan datos y datos, sino que se establezca un diálogo constante, una confrontación de opiniones, una discusión sobre lo que se aprende en la escuela y lo que viene de afuera. Es cierto que lo que ocurre en Siria lo dice la televisión, pero por qué algo ocurre siempre ahí, desde la época de la civilización mesopotámica, y no en Groenlandia, es algo que sólo lo puede decir la escuela. Los medios de difusión masivos informan sobre muchas cosas y también transmiten valores, pero la escuela debe saber discutir la manera en la que los transmiten, y evaluar el tono y la fuerza de argumentación de lo que aparecen en diarios, revistas y televisión. Y además, hace falta verificar la información que transmiten los medios: por ejemplo, ¿Quién sino un docente puede corregir la pronunciación errónea del inglés que cada uno cree haber aprendido de la televisión? Pero el estudiante no le estaba diciendo al profesor que ya no lo necesitaba porque ahora existían la Internet para decirle dónde está Indonesia o lo que se discute sobre la fusión del agua, es decir, no le estaba diciendo que su rol era cuestionado por discursos aislados, que circulan de manera casual y desordenado cada día en diversos medios que sepamos mucho sobre Siria y poco sobre Irak depende de la buena o mala voluntad de Trum. El estudiante estaba diciéndole que hoy existe Internet, la Gran Madre de todas las enciclopedias, donde se puede encontrar Siria, la fusión del agua, la 2da guerra mundial y la discusión infinita sobre el más alto de los números impares. Le estaba diciendo que la información que Internet pone a su disposición es inmensamente más amplia e incluso más profunda que aquella de la que dispone el profesor. Y omitía un punto importante: que Internet le dice "casi todo", salvo cómo buscar, filtrar, seleccionar, aceptar o rechazar toda esa información. Almacenar nueva información, cuando se tiene buena memoria, es algo de lo que todo el mundo es capaz. Pero decidir qué es lo que vale la pena recordar y qué no es un arte sutil. Esa es la diferencia entre los que han cursado estudios regularmente (aunque sea mal) y los autodidactas (aunque sean geniales). El problema dramático es que por cierto a veces ni siquiera el profesor sabe enseñar el arte de la selección, al menos no en cada capítulo del saber. Pero por lo menos sabe que debería saberlo, y si no sabe dar instrucciones precisas sobre cómo seleccionar, por lo menos puede ofrecerse como ejemplo, mostrando a alguien que se esfuerza por comparar y juzgar cada vez todo aquello que Internet pone a su disposición.
El estudiante decía una verdad a medias, que, entre otros, los mismos profesores dicen desde hace por lo menos veinte años, y es que antes la escuela debía transmitir por cierto formación pero sobre todo nociones, desde las tablas en la primaria, cuál era la capital de Bélgica o hasta los hechos de la 2da guerra Mundual en la secundaria. Con la aparición, no digo de Internet, sino de la televisión e incluso de la radio, y hasta con la del cine, gran parte de estas nociones empezaron a ser absorbidas por los niños en la esfera de la vida extraescolar. De pequeño, mi padre no sabía que Hiroshima quedaba en Japón, que existía Guadalcanal, tenía una idea imprecisa del continente americano y sólo sabía de la India por lo que había visto la película "Madre India". Yo, aprendí muchas cosas por la radio, el periódico y las noticias cotidianas en la televisión, mientras que mis sobrinos han visto en la Internet las diversas costumbres de nuestros diversos pueblos, el desierto del Sahara, cómo las abejas polinizan las flores, cómo era un Tyrannosaurus rex y finalmente un niño de hoy lo sabe todo sobre el ozono, sobre los koalas, sobre la guerra en Siria y sobre la migración venezolana. Tal vez, un niño de hoy no sepa qué son exactamente las células madre, pero las ha escuchado nombrar, mientras que en mi época de eso no hablaba siquiera la profesora de ciencias naturales.
Entonces, ¿De qué sirven hoy los profesores? He dicho que el estudiante dijo una verdad a medias, porque ante todo un docente, además de informar, debe formar. Lo que hace que una clase sea una buena clase no es que se transmitan datos y datos, sino que se establezca un diálogo constante, una confrontación de opiniones, una discusión sobre lo que se aprende en la escuela y lo que viene de afuera. Es cierto que lo que ocurre en Siria lo dice la televisión, pero por qué algo ocurre siempre ahí, desde la época de la civilización mesopotámica, y no en Groenlandia, es algo que sólo lo puede decir la escuela. Los medios de difusión masivos informan sobre muchas cosas y también transmiten valores, pero la escuela debe saber discutir la manera en la que los transmiten, y evaluar el tono y la fuerza de argumentación de lo que aparecen en diarios, revistas y televisión. Y además, hace falta verificar la información que transmiten los medios: por ejemplo, ¿Quién sino un docente puede corregir la pronunciación errónea del inglés que cada uno cree haber aprendido de la televisión? Pero el estudiante no le estaba diciendo al profesor que ya no lo necesitaba porque ahora existían la Internet para decirle dónde está Indonesia o lo que se discute sobre la fusión del agua, es decir, no le estaba diciendo que su rol era cuestionado por discursos aislados, que circulan de manera casual y desordenado cada día en diversos medios que sepamos mucho sobre Siria y poco sobre Irak depende de la buena o mala voluntad de Trum. El estudiante estaba diciéndole que hoy existe Internet, la Gran Madre de todas las enciclopedias, donde se puede encontrar Siria, la fusión del agua, la 2da guerra mundial y la discusión infinita sobre el más alto de los números impares. Le estaba diciendo que la información que Internet pone a su disposición es inmensamente más amplia e incluso más profunda que aquella de la que dispone el profesor. Y omitía un punto importante: que Internet le dice "casi todo", salvo cómo buscar, filtrar, seleccionar, aceptar o rechazar toda esa información. Almacenar nueva información, cuando se tiene buena memoria, es algo de lo que todo el mundo es capaz. Pero decidir qué es lo que vale la pena recordar y qué no es un arte sutil. Esa es la diferencia entre los que han cursado estudios regularmente (aunque sea mal) y los autodidactas (aunque sean geniales). El problema dramático es que por cierto a veces ni siquiera el profesor sabe enseñar el arte de la selección, al menos no en cada capítulo del saber. Pero por lo menos sabe que debería saberlo, y si no sabe dar instrucciones precisas sobre cómo seleccionar, por lo menos puede ofrecerse como ejemplo, mostrando a alguien que se esfuerza por comparar y juzgar cada vez todo aquello que Internet pone a su disposición.
domingo, 13 de enero de 2019
¿Qué modelo de educación necesita Perú?
En una visita que realice a las instalaciones de la IEP "San Carlos" del distrito de Chaclacayo, mi amigo y colega y director Juan Domingo, explica a un grupo de padres por qué se definen como un centro de educación alternativa. Él les decía que "Sus principios y objetivos son distintos a los tradicionales, ubicándonos dentro de una corriente pedagógica que plantea una forma más humana de acceder a la experiencia educativa dentro de la escuela. En este contexto el afecto es un elemento trascendental, es el alma del trabajo pedagógico y principio base de nuestra propuesta”.
Despues ya cuándo terminó la Asamblea con los ppff, conversamos mas sobre el tema en su oficina, y me decia que entre los recursos que emplean para desarrollar las habilidades intelectuales de sus alumnos se encuentra una de las más interesantes novedades en el campo pedagógico: el método del aprendizaje basado en proyectos, en el que destaca la participación de los estudiantes en su proceso de aprendizaje. “En los proyectos, los estudiantes participan en el proceso de indagación, investigación y producción material. Se pretende que los proyectos respondan a los intereses, las necesidades y las posibilidades de los estudiantes. A través de ellos, no solamente se atienden las exigencias curriculares oficiales, sino que también se potencian e integran a otras materias y áreas formativas”.
Ahora les digo que el método de proyectos se encuentra desarrollado nada menos que en Finlandia, país reconocido por tener el mejor sistema educativo del mundo, lo cual se ha ratificado en los últimos años al obtener sostenidamente el primer lugar en las famosas pruebas PISA. Del mismo modo en Cuba, país señalado por la Unesco como el de mayor desarrollo educativo en Latinoamérica, también aplica el mismo método. Ciertamente las escuelas alternativas no solamente emplean el método de proyectos. También cuentan con una gama de herramientas pedagógicas que tienen por objetivo desarrollar actitudes afines a los valores que promueven, como son la solidaridad, la búsqueda de la verdad, la libertad y la creatividad. Paralelamente se desarrollan las habilidades intelectuales y las destrezas. Si bien ya existen en Perú varios colegios que han optado por un método alternativo, aún son islas de modernidad educativa. Mi experiencia me dice que la mayoría de los colegios “prefiere ir a lo seguro”, es decir, hacer lo que satisface a los padres, que es una educación tradicional, con currículo tradicional, que entrena a los alumnos principalmente para responder a las preguntas que les harían las universidades si tuvieran que dar exámenes de ingreso hoy. El problema con los nuevos modelos es que las universidades y carreras del futuro aún no existen y, por otro lado, no es posible innovar si se mantienen las cosas tal cual. La innovación vendrá de colegios de calidad, de instituciones que se atrevan a ir contra la corriente. Los padres tendrán que optar entre la educación tradicional o la que plantea una visión innovadora, y eso requiere coraje e intuición.
Al hacer un panorama de la oferta educativa privada en el Perú, hay varios centros educativos particulares caracterizados por su excelencia académica, la mayoría de ellos basados en su propia tradición y tratando de responder a las exigencias económicas de sus alumnos. Otro tipo de centro educativo privado es el que se esfuerza por garantizar a padres y alumnos sobre todo el acceso a universidades y recientemente hay esfuerzos empresariales por asociar oferta de centros educativos en los que la tecnología y el inglés son las principales ofertas.
Los resultados de evaluaciones censales hechas en el Perú indican que a mayor nivel socioeconómico de los estudiantes los colegios particulares presentan mejores resultados que los públicos. Sin embargo en contextos de pobreza la educación privada presenta resultados más deficitarios que los de las también deficitarias escuelas públicas. Es decir, contamos con una educación privada muy heterogénea en la que se combinan centros educativos de excelencia con centros informales que no debieran existir si hubiese acreditación institucional rigurosa.
En ese contexto ¿es viable la aplicación en el Perú de un modelo educativo de vanguardia como el finlandés? Yo diria que no. Porque ningún modelo externo es aplicable al Perú debido a que son contextos y actores diferentes. Lo que debe hacerse es recoger ideas de la observación de lo que hacen otros países pero la síntesis tiene que ser local. Y si no se construye localmente el modelo, los funcionarios y actores de la educación no lo sentirán suyo, el Ministerio de Economía y Finanzas no lo financiará y morirá en el papel. Hay que aprender de las experiencias exitosas nacionales.
El modelo finlandés no podría aplicarse en un país tan desigual y con tantos déficits acumulados como el Perú. La tentación de pensar en modelos de desarrollo educativo exitosos en otros países y trasladarlos adaptados al nuestro siempre será grande.
Yo recuerdao que entidades de financiamiento internacional en las dos décadas pasadas trataron de trasladar modelos auspiciados por ellas mismas que a la postre no dieron resultado en sus propios países. En nuestro pais tenemos el caso del modelo de la municipalización privatizadora difundido a partir de la experiencia chilena, que es hoy severamente criticado y modificado en el país vecino. Sin embargo, hay lecciones de la mejor experiencia internacional que debiéramos tomar en cuenta”.
El rol del Estado en materia educativa requiere ser proactivo y responsable, capaz de regular la educación de propiedad privada, de exigir y apoyar a quienes pretenden cumplir una función pública y, sobre todo, de fortalecer la educación que depende directamente de él.
El Estado debe lograr un buen sistema nacional de educación pública que garantice el derecho a una educación de calidad de todos, particularmente la de quienes menos capacidades económicas tienen. La calidad del sistema educativo público termina siendo el referente real y concreto de la calidad de la educación de un país.
Ciertamente no se trata de trasladar experiencias sino de adaptarlas a la realidad local, considerando las particularidades del país. Manos y cerebros a la obra.
La tendencia hacia la privatización educativa
hacia fines de los noventa el sector público atendía al 85% de la matrícula del sistema educativo, en tanto el 15% restante era atendido por el sector privado. En lo que va del nuevo siglo, el panorama se modifica significativamente: la cobertura de atención del sector privado en 2017 creció 68% respecto a la de 2000, y se incrementó en poco más de un millón de estudiantes a costa de la caída creciente de matrícula en centros educativos estatales.
¿Cómo funciona el modelo educativo finlandés?
Finlandia es reconocido como el país con el mejor sistema educativo de Europa, dado su persistente liderazgo en las pruebas PISA. Se dice, por ejemplo, que los niños finlandeses de hoy estarán en un futuro no muy lejano entre los profesionales más preparados del mundo. En el país el fracaso escolar es casi nulo y se dedica solamente el 6,25% del PIB a la educación.
El Esistema público finlandés tiene la particularidad de que en él ningún alumno queda excluido. Ello se ha logrado con centros públicos donde la enseñanza, materiales y comedor son gratuitos; la autonomía de los centros se expresa en las aulas; el currículo por aplicarse es decidido en cada municipio y por el profesor. La educación obligatoria comienza a los siete años y recién a los 10 u 11 los alumnos tienen calificación numérica.
Otro aspecto clave es que ser profesor en Finlandia es un honor y demanda exigencias. La nota de aspirantes a docentes en la universidad debe ser superior a 9 sobre 10 y después deben obtener máster para ejercer la docencia. Son las pruebas más duras de todo el país. De cada 1.600 estudiantes matriculados, solamente llega a ser elegido el 10% de los postulantes.
Y el premio a la dedicación es interesante. El pago anual promedio a los maestros finlandeses asciende a US$ 38.000.
Durante los primeros seis años de primaria, los niños finlandeses tienen en casi todas las asignaturas al mismo maestro. Recién en el quinto año de la escuela se aplican las calificaciones numéricas, de modo que no se fomenta la competencia ni las comparaciones entre alumnos.
En el sistema educativo finlandés rige el principio de una educación continua no dirigida a la evaluación. Se busca enseñar para la vida y cómo comportarse en sociedad, y que el niño “aprenda a aprender”.
En este contexto se encuentra la herramienta de aprendizaje por proyectos, en los que participan activamente los alumnos.
Despues ya cuándo terminó la Asamblea con los ppff, conversamos mas sobre el tema en su oficina, y me decia que entre los recursos que emplean para desarrollar las habilidades intelectuales de sus alumnos se encuentra una de las más interesantes novedades en el campo pedagógico: el método del aprendizaje basado en proyectos, en el que destaca la participación de los estudiantes en su proceso de aprendizaje. “En los proyectos, los estudiantes participan en el proceso de indagación, investigación y producción material. Se pretende que los proyectos respondan a los intereses, las necesidades y las posibilidades de los estudiantes. A través de ellos, no solamente se atienden las exigencias curriculares oficiales, sino que también se potencian e integran a otras materias y áreas formativas”.
Ahora les digo que el método de proyectos se encuentra desarrollado nada menos que en Finlandia, país reconocido por tener el mejor sistema educativo del mundo, lo cual se ha ratificado en los últimos años al obtener sostenidamente el primer lugar en las famosas pruebas PISA. Del mismo modo en Cuba, país señalado por la Unesco como el de mayor desarrollo educativo en Latinoamérica, también aplica el mismo método. Ciertamente las escuelas alternativas no solamente emplean el método de proyectos. También cuentan con una gama de herramientas pedagógicas que tienen por objetivo desarrollar actitudes afines a los valores que promueven, como son la solidaridad, la búsqueda de la verdad, la libertad y la creatividad. Paralelamente se desarrollan las habilidades intelectuales y las destrezas. Si bien ya existen en Perú varios colegios que han optado por un método alternativo, aún son islas de modernidad educativa. Mi experiencia me dice que la mayoría de los colegios “prefiere ir a lo seguro”, es decir, hacer lo que satisface a los padres, que es una educación tradicional, con currículo tradicional, que entrena a los alumnos principalmente para responder a las preguntas que les harían las universidades si tuvieran que dar exámenes de ingreso hoy. El problema con los nuevos modelos es que las universidades y carreras del futuro aún no existen y, por otro lado, no es posible innovar si se mantienen las cosas tal cual. La innovación vendrá de colegios de calidad, de instituciones que se atrevan a ir contra la corriente. Los padres tendrán que optar entre la educación tradicional o la que plantea una visión innovadora, y eso requiere coraje e intuición.
Al hacer un panorama de la oferta educativa privada en el Perú, hay varios centros educativos particulares caracterizados por su excelencia académica, la mayoría de ellos basados en su propia tradición y tratando de responder a las exigencias económicas de sus alumnos. Otro tipo de centro educativo privado es el que se esfuerza por garantizar a padres y alumnos sobre todo el acceso a universidades y recientemente hay esfuerzos empresariales por asociar oferta de centros educativos en los que la tecnología y el inglés son las principales ofertas.
Los resultados de evaluaciones censales hechas en el Perú indican que a mayor nivel socioeconómico de los estudiantes los colegios particulares presentan mejores resultados que los públicos. Sin embargo en contextos de pobreza la educación privada presenta resultados más deficitarios que los de las también deficitarias escuelas públicas. Es decir, contamos con una educación privada muy heterogénea en la que se combinan centros educativos de excelencia con centros informales que no debieran existir si hubiese acreditación institucional rigurosa.
En ese contexto ¿es viable la aplicación en el Perú de un modelo educativo de vanguardia como el finlandés? Yo diria que no. Porque ningún modelo externo es aplicable al Perú debido a que son contextos y actores diferentes. Lo que debe hacerse es recoger ideas de la observación de lo que hacen otros países pero la síntesis tiene que ser local. Y si no se construye localmente el modelo, los funcionarios y actores de la educación no lo sentirán suyo, el Ministerio de Economía y Finanzas no lo financiará y morirá en el papel. Hay que aprender de las experiencias exitosas nacionales.
El modelo finlandés no podría aplicarse en un país tan desigual y con tantos déficits acumulados como el Perú. La tentación de pensar en modelos de desarrollo educativo exitosos en otros países y trasladarlos adaptados al nuestro siempre será grande.
Yo recuerdao que entidades de financiamiento internacional en las dos décadas pasadas trataron de trasladar modelos auspiciados por ellas mismas que a la postre no dieron resultado en sus propios países. En nuestro pais tenemos el caso del modelo de la municipalización privatizadora difundido a partir de la experiencia chilena, que es hoy severamente criticado y modificado en el país vecino. Sin embargo, hay lecciones de la mejor experiencia internacional que debiéramos tomar en cuenta”.
El rol del Estado en materia educativa requiere ser proactivo y responsable, capaz de regular la educación de propiedad privada, de exigir y apoyar a quienes pretenden cumplir una función pública y, sobre todo, de fortalecer la educación que depende directamente de él.
El Estado debe lograr un buen sistema nacional de educación pública que garantice el derecho a una educación de calidad de todos, particularmente la de quienes menos capacidades económicas tienen. La calidad del sistema educativo público termina siendo el referente real y concreto de la calidad de la educación de un país.
Ciertamente no se trata de trasladar experiencias sino de adaptarlas a la realidad local, considerando las particularidades del país. Manos y cerebros a la obra.
La tendencia hacia la privatización educativa
hacia fines de los noventa el sector público atendía al 85% de la matrícula del sistema educativo, en tanto el 15% restante era atendido por el sector privado. En lo que va del nuevo siglo, el panorama se modifica significativamente: la cobertura de atención del sector privado en 2017 creció 68% respecto a la de 2000, y se incrementó en poco más de un millón de estudiantes a costa de la caída creciente de matrícula en centros educativos estatales.
¿Cómo funciona el modelo educativo finlandés?
Finlandia es reconocido como el país con el mejor sistema educativo de Europa, dado su persistente liderazgo en las pruebas PISA. Se dice, por ejemplo, que los niños finlandeses de hoy estarán en un futuro no muy lejano entre los profesionales más preparados del mundo. En el país el fracaso escolar es casi nulo y se dedica solamente el 6,25% del PIB a la educación.
El Esistema público finlandés tiene la particularidad de que en él ningún alumno queda excluido. Ello se ha logrado con centros públicos donde la enseñanza, materiales y comedor son gratuitos; la autonomía de los centros se expresa en las aulas; el currículo por aplicarse es decidido en cada municipio y por el profesor. La educación obligatoria comienza a los siete años y recién a los 10 u 11 los alumnos tienen calificación numérica.
Otro aspecto clave es que ser profesor en Finlandia es un honor y demanda exigencias. La nota de aspirantes a docentes en la universidad debe ser superior a 9 sobre 10 y después deben obtener máster para ejercer la docencia. Son las pruebas más duras de todo el país. De cada 1.600 estudiantes matriculados, solamente llega a ser elegido el 10% de los postulantes.
Y el premio a la dedicación es interesante. El pago anual promedio a los maestros finlandeses asciende a US$ 38.000.
Durante los primeros seis años de primaria, los niños finlandeses tienen en casi todas las asignaturas al mismo maestro. Recién en el quinto año de la escuela se aplican las calificaciones numéricas, de modo que no se fomenta la competencia ni las comparaciones entre alumnos.
En el sistema educativo finlandés rige el principio de una educación continua no dirigida a la evaluación. Se busca enseñar para la vida y cómo comportarse en sociedad, y que el niño “aprenda a aprender”.
En este contexto se encuentra la herramienta de aprendizaje por proyectos, en los que participan activamente los alumnos.
viernes, 11 de enero de 2019
Los modelos educativos más destacados del mundo
Hola muy buenos dias ayer jueves conversaba con un grupo de colegas en una pastelería de Ate Vitarte, sobre los mejores modelos educativos del mundo, que se caracterizan por brindar una educación de calidad, asequible, tecnológica y social a cada uno de sus estudiantes.
Bueno siempre he dicho que la educación es quizá uno de los indicadores más importantes al determinar el nivel de desarrollo de una nación. Si bien es cierto que los resultados de las evaluaciones internacionales como las pruebas PISA, el TIMSS y el PIRLS y los exámenes propios de cada país ayudan a establecer la calidad de un modelo educativo, no son los únicos elementos que hay que tener en cuenta. Otros aspectos como las horas de estudio, la inversión en capacitación de maestros, la asequibilidad a la educación superior y las metodologías de enseñanza innovadoras, que fomentan las habilidades del siglo XXI, son componentes indispensables. Entre ellas tenemos:
1. Corea del Sur.- El modelo educativo de Corea del Sur se caracteriza por ser muy estricto y riguroso. Los alumnos estudian durante todo el año, en ocasiones acuden siete veces en la semana a la escuela y gastan más de 12 horas al día asimilando nuevas teorías y conceptos, bien sea en el colegio o en la casa. Esto se debe en parte a la gran presión que le es impuesta por sus padres y por la cultura surcoreana: el éxito no es una cuestión de talento, sino de trabajo duro, el cual desemboca en excelentes resultados en las pruebas internacionales, especialmente en los módulos de pensamiento crítico y análisis. Además, en este sistema las clases son dictadas a una gran cantidad de alumnos. La idea es que los profesores puedan enseñar a sus pupilos a crecer en comunidad y aprendan a desarrollar relaciones interpersonales con sus pares. Ese es el verdadero reto.
2. Finlandia.- El modelo educativo de Finlandia se caracteriza por ser exigente, pero al mismo tiempo flexible. Los estudiantes solo pasan alrededor de 5 horas en la escuela y no deben realizar tareas en la casa. Esto se debe en parte a que el sistema finlandés propone un aprendizaje basado en la experiencia: se promueven múltiples actividades extracurriculares, que se realizan en la misma localidad y que buscan fomentar los talentos dependiendo los intereses de cada alumno. En este escenario, la escuela se convierte en un centro comunal: muchos colegios cuentan con salones de juego, espacios de recreación y lugares que fomentan la colaboración.
3. Japón.- Una de las razones por las cuales Japón es considerado uno de los mejores modelos educativos del mundo es su alta inversión en tecnología. Cuenta con un sistema organizado y un currículo académico estandarizado que se aplica de igual forma en cualquier institución. Esto tiene un único fin: asegurar que todos los estudiantes reciban la misma educación y disminuir la brecha de conocimiento cuando se aplican diferentes metodologías. Por otro lado, en Japón los alumnos pasan aproximadamente 240 días al año en la escuela, un tiempo significativo en comparación a otros países. Además, la mayoría de los estudiantes japoneses reciben tutorías personalizadas complementarias los días no hábiles.
4. Holanda.- Desde el año 2013, en Holanda se comenzó a implementar el modelo educativo ‘para la nueva Era’ creado por Steve Jobs, que propone un aprendizaje autónomo, donde el estudiante es quien establece sus propias metas guiado por el maestro. Este sistema integra la tecnología como parte fundamental dentro su currículo académico, con la finalidad de que los alumnos puedan, por un lado, acceder a contenido multimedia, interactivo y lúdico que enriquezca su proceso individual y, por el otro, conozcan herramientas digitales que faciliten la comunicación con sus pares y profesores. Fomentar la colaboración, la independencia del estudiante y el uso de las TIC’s son las características más destacadas del modelo educativo holandés.
5. Canadá.- En el país norteamericano, los estudiantes deben asistir al colegio desde los 5 hasta aproximadamente los 18 años. Los padres tienen la posibilidad de elegir un colegio que dicte sus clases bien sea en francés o en inglés, gracias a que Canadá es considerado uno de los países líderes en educación bilingüe.
Una de los elementos clave que hay que resaltar es que Canadá cuenta con uno de los índices de graduados de la Universidad más altos del mundo. Esto se debe en parte a que la inmigración de estudiantes al país es un proceso sencillo, la educación superior es asequible y el costo de vida para los alumnos es bajo. Además, las universidades canadienses se enfocan en la investigación, generando así oportunidades para que los egresados desarrollen proyectos medio ambientales, de agricultura, tecnología, entre otros, respaldados por entidades públicas y privadas.
6. Singapur.- El éxito del sistema educativo de Singapur radica en sus maestros. En éste, los docentes se educan constantemente, al mismo tiempo que tienen un salario: reciben capacitaciones, talleres, cursos en desarrollo personal y profesional, entre otras opciones, que les ayuden a mejorar su labor diaria. Esto gracias a que en Singapur, los profesores son considerados personas capaces de construir una mejor nación.
De esta manera, los docentes son muy exigentes con sus estudiantes, quienes demuestran su compromiso con su proceso de aprendizaje arrojando resultados sobresalientes en las pruebas internacionales, donde se han destacado por sus habilidades en comprensión de lectura, matemáticas, ciencia, pensamiento analítico, entre otros.
7. Reino Unido.- El sistema educativo del Reino Unido siempre ha estado en la lista de modelos destacados del mundo, ya que constantemente busca la innovación y la adopción de nuevas tecnologías. Recientemente, el gobierno británico anunció un nuevo currículo que se implementará en la primaria, con el objetivo de elevar los estándares educativos en los niños y jóvenes de 5 a 16 años. Éste se enfocará en desarrollar las habilidades básicas en los primeros grados, será mucho menos extenso y estará dividido en cinco módulos principales: matemáticas, inglés, computación, ciencia y diseño y tecnología.
8. Rusia.- El sistema educativo de Rusia está organizado y coordinado por el Estado, quien asegura que la educación general sea libre y esté disponible para todo el mundo. Los niños más pequeños usualmente asisten a preescolares o centros especializados, que se enfocan en el desarrollo intelectual a temprana edad y de la habilidad motora por medio de actividades físicas. En la primaria y en el bachillerato, que hace parte de la educación general, el sistema educativo se enfoca en la formación emocional y social de los estudiantes, con la finalidad de que éstos puedan adaptarse a la vida en la sociedad y estén en capacidad de tomar decisiones asertivas. Este componente educativo es quizá una de las características más destacadas del sistema ruso. Además, cada escuela cuenta con su propio currículo académico, siempre y cuando cumplan con los requerimientos del estado. Por esto, existen algunas instituciones que se especializan en un área determinada.
9. Estonia.- El modelo educativo de Estonia se destaca por brindar a los estudiantes la posibilidad de profundizar en los temas que sean de su interés en los los últimos años de la secundaria, bien sea en humanidades, matemáticas, ciencias, negocios, informática, entre otros. Además, después de este período general, los alumnos tienen la oportunidad de asistir a los institutos educativos vocacionales, donde se preparan para entrar a la vida laboral y donde se orienta a escoger la carrera universitaria adecuada, según sus habilidades y fortalezas.
Bueno siempre he dicho que la educación es quizá uno de los indicadores más importantes al determinar el nivel de desarrollo de una nación. Si bien es cierto que los resultados de las evaluaciones internacionales como las pruebas PISA, el TIMSS y el PIRLS y los exámenes propios de cada país ayudan a establecer la calidad de un modelo educativo, no son los únicos elementos que hay que tener en cuenta. Otros aspectos como las horas de estudio, la inversión en capacitación de maestros, la asequibilidad a la educación superior y las metodologías de enseñanza innovadoras, que fomentan las habilidades del siglo XXI, son componentes indispensables. Entre ellas tenemos:
1. Corea del Sur.- El modelo educativo de Corea del Sur se caracteriza por ser muy estricto y riguroso. Los alumnos estudian durante todo el año, en ocasiones acuden siete veces en la semana a la escuela y gastan más de 12 horas al día asimilando nuevas teorías y conceptos, bien sea en el colegio o en la casa. Esto se debe en parte a la gran presión que le es impuesta por sus padres y por la cultura surcoreana: el éxito no es una cuestión de talento, sino de trabajo duro, el cual desemboca en excelentes resultados en las pruebas internacionales, especialmente en los módulos de pensamiento crítico y análisis. Además, en este sistema las clases son dictadas a una gran cantidad de alumnos. La idea es que los profesores puedan enseñar a sus pupilos a crecer en comunidad y aprendan a desarrollar relaciones interpersonales con sus pares. Ese es el verdadero reto.
2. Finlandia.- El modelo educativo de Finlandia se caracteriza por ser exigente, pero al mismo tiempo flexible. Los estudiantes solo pasan alrededor de 5 horas en la escuela y no deben realizar tareas en la casa. Esto se debe en parte a que el sistema finlandés propone un aprendizaje basado en la experiencia: se promueven múltiples actividades extracurriculares, que se realizan en la misma localidad y que buscan fomentar los talentos dependiendo los intereses de cada alumno. En este escenario, la escuela se convierte en un centro comunal: muchos colegios cuentan con salones de juego, espacios de recreación y lugares que fomentan la colaboración.
3. Japón.- Una de las razones por las cuales Japón es considerado uno de los mejores modelos educativos del mundo es su alta inversión en tecnología. Cuenta con un sistema organizado y un currículo académico estandarizado que se aplica de igual forma en cualquier institución. Esto tiene un único fin: asegurar que todos los estudiantes reciban la misma educación y disminuir la brecha de conocimiento cuando se aplican diferentes metodologías. Por otro lado, en Japón los alumnos pasan aproximadamente 240 días al año en la escuela, un tiempo significativo en comparación a otros países. Además, la mayoría de los estudiantes japoneses reciben tutorías personalizadas complementarias los días no hábiles.
4. Holanda.- Desde el año 2013, en Holanda se comenzó a implementar el modelo educativo ‘para la nueva Era’ creado por Steve Jobs, que propone un aprendizaje autónomo, donde el estudiante es quien establece sus propias metas guiado por el maestro. Este sistema integra la tecnología como parte fundamental dentro su currículo académico, con la finalidad de que los alumnos puedan, por un lado, acceder a contenido multimedia, interactivo y lúdico que enriquezca su proceso individual y, por el otro, conozcan herramientas digitales que faciliten la comunicación con sus pares y profesores. Fomentar la colaboración, la independencia del estudiante y el uso de las TIC’s son las características más destacadas del modelo educativo holandés.
5. Canadá.- En el país norteamericano, los estudiantes deben asistir al colegio desde los 5 hasta aproximadamente los 18 años. Los padres tienen la posibilidad de elegir un colegio que dicte sus clases bien sea en francés o en inglés, gracias a que Canadá es considerado uno de los países líderes en educación bilingüe.
Una de los elementos clave que hay que resaltar es que Canadá cuenta con uno de los índices de graduados de la Universidad más altos del mundo. Esto se debe en parte a que la inmigración de estudiantes al país es un proceso sencillo, la educación superior es asequible y el costo de vida para los alumnos es bajo. Además, las universidades canadienses se enfocan en la investigación, generando así oportunidades para que los egresados desarrollen proyectos medio ambientales, de agricultura, tecnología, entre otros, respaldados por entidades públicas y privadas.
6. Singapur.- El éxito del sistema educativo de Singapur radica en sus maestros. En éste, los docentes se educan constantemente, al mismo tiempo que tienen un salario: reciben capacitaciones, talleres, cursos en desarrollo personal y profesional, entre otras opciones, que les ayuden a mejorar su labor diaria. Esto gracias a que en Singapur, los profesores son considerados personas capaces de construir una mejor nación.
De esta manera, los docentes son muy exigentes con sus estudiantes, quienes demuestran su compromiso con su proceso de aprendizaje arrojando resultados sobresalientes en las pruebas internacionales, donde se han destacado por sus habilidades en comprensión de lectura, matemáticas, ciencia, pensamiento analítico, entre otros.
7. Reino Unido.- El sistema educativo del Reino Unido siempre ha estado en la lista de modelos destacados del mundo, ya que constantemente busca la innovación y la adopción de nuevas tecnologías. Recientemente, el gobierno británico anunció un nuevo currículo que se implementará en la primaria, con el objetivo de elevar los estándares educativos en los niños y jóvenes de 5 a 16 años. Éste se enfocará en desarrollar las habilidades básicas en los primeros grados, será mucho menos extenso y estará dividido en cinco módulos principales: matemáticas, inglés, computación, ciencia y diseño y tecnología.
8. Rusia.- El sistema educativo de Rusia está organizado y coordinado por el Estado, quien asegura que la educación general sea libre y esté disponible para todo el mundo. Los niños más pequeños usualmente asisten a preescolares o centros especializados, que se enfocan en el desarrollo intelectual a temprana edad y de la habilidad motora por medio de actividades físicas. En la primaria y en el bachillerato, que hace parte de la educación general, el sistema educativo se enfoca en la formación emocional y social de los estudiantes, con la finalidad de que éstos puedan adaptarse a la vida en la sociedad y estén en capacidad de tomar decisiones asertivas. Este componente educativo es quizá una de las características más destacadas del sistema ruso. Además, cada escuela cuenta con su propio currículo académico, siempre y cuando cumplan con los requerimientos del estado. Por esto, existen algunas instituciones que se especializan en un área determinada.
9. Estonia.- El modelo educativo de Estonia se destaca por brindar a los estudiantes la posibilidad de profundizar en los temas que sean de su interés en los los últimos años de la secundaria, bien sea en humanidades, matemáticas, ciencias, negocios, informática, entre otros. Además, después de este período general, los alumnos tienen la oportunidad de asistir a los institutos educativos vocacionales, donde se preparan para entrar a la vida laboral y donde se orienta a escoger la carrera universitaria adecuada, según sus habilidades y fortalezas.
viernes, 16 de noviembre de 2018
Retos de la Educación frente al desarrollo científico y tecnológico
América Latina pasa por un momento muy especial. Es la región del mundo con economías que más crecen; la que ha reducido su pobreza de manera sustantiva al igual que la informalidad laboral; la que ve progresar muchos de sus indicadores sociales y que mejora sus resultados educativos a un ritmo muy dinámico, aún cuando las brechas en relación a los países de mayor desarrollo es grande. A su vez enfrenta el reto de la globalización y la presencia cada vez mayor de las nuevas tecnologías. La competitividad convertida en una variable esencial para el crecimiento económico, depende mucho de la disponibilidad de capital humano bien formado que dispongan las naciones. Al respecto, la oferta de oportunidades educativas ha crecido y muchos países han logrado o están muy cerca de la universalización de la educación primaria. Los progresos en la escolarización de la educación inicial y secundaria son notorios, aunque aún hay regiones al interior de los países que no alcanzan un mínimo de grados de escolaridad que les de más posibilidades de salir de la pobreza. Hay un déficit educativo que se arrastra desde el siglo pasado y que tiene que ver con culminar los procesos de universalización de la educación básica para toda la población en edad de recibirla, pero también con la escasa calidad de los sistemas educativos que no preparan con suficiencia y pertinencia el personal que se requiere para el desarrollo. Al déficit de oportunidades y calidad que vienen de décadas atrás se suman las demandas de formación para el siglo XXI. Son demandas cuyo contexto se caracteriza por un incremento intenso del conocimiento y la actividad científica; empleos que exigen actividades más intelectuales, no rutinarias e interactivas; tecnologías que evolucionan constantemente y nuevos problemas de diversa índole que surgen producto de la constante mutación social. Frente a esta dinámica de cambios los sistemas educativos deben ofrecer las respuestas adecuadas. Por un lado, preparar para un futuro del cual muy poco sabemos cómo evolucionará. Por otro lado, dotar a los ciudadanos de unas competencias básicas que les permitan actuar con éxito en esta nueva sociedad, así como unas competencias denominadas socioemocionales y de comportamiento interpersonal cada vez más demandadas para tener éxito en la vida. En síntesis, lo que plantea la nueva sociedad son reformas sustantivas de el sistema educativo y de las prácticas de aprendizaje. Se necesitan escuelas que sigan más cerca el cambio social, tecnológico y del mundo de la producción; docentes que adquieran previamente las competencias que se aspira trasmitan a sus estudiantes; propuestas curriculares y de evaluación basadas que consideren, de un lado, que no solo basta trasmitir conocimientos sino utilizarlos como vía para que los estudiantes los apliquen en situaciones de la vida cotidiana y en su formación integral como personas. De otro lado, que las posibilidades y la potencialidad de recursos para aprender y enseñar se acercan a lo infinito. La escuela no es más el único lugar de aprendizaje como tampoco el docente es el único trasmisor del mismo. Los desafíos que tiene la educación en los siguientes años son considerables pero hay una contexto alentador y favorable. Las economías seguirán creciendo, quizá no tanto como en los años previos pero a tasas importantes. A su vez los presupuestos destinados a la educación pública seguirán creciendo. La sociedad en general es mucho más consciente que antes de la importancia de la educación como motor del desarrollo. Finalmente, para mantener tasas adecuadas de crecimiento económico necesitamos seguir invirtiendo en educación. Siendo así, no perdamos la oportunidad de avanzar el la mejora de la calidad y resultados educativos.
Reconciliarse con las matemáticas
Para algunos de nosotros hablar de matemática es sinónimo de aburrimiento, presión, mecanización y probablemente todo esto lleve consigo sentimientos negativos, partiendo de malas experiencias y recuerdos difíciles, pues la matemática es un área temida por muchos.
Antes se pensaba que la matemática era un conjunto de fórmulas y pasos, los cuales tenías que memorizar para tener éxito. Una ciencia exacta donde la creatividad no tenía espacio y donde la resolución de problemas era un proceso cerrado de una sola solución.
Es momento de cambiar paradigmas.
La época va cambiando y con ello estos paradigmas. Hoy al hablar de matemáticas, hablamos del proceso respetuoso que considera los intereses y ritmos de aprendizaje como elemento fundamental.
Como siempre digo “Si no hay interés no hay aprendizaje”. Es importante reconocer que los niños son activos protagonistas en la construcción del conocimiento, son ciudadanos competentes que tienen perspectivas e ideas propias. Si nos centramos en esta idea, vemos que las matemáticas están inmersas en su vida cotidiana, desde que anotan y marcan el teléfono de su mejor amigo, o cuando resuelven cómo hacer para repartir los dulces de manera equitativa y alcance para todos los compañeros, o simplemente cuando quieren jugar a la tiendita y necesitan poner precios y dar el cambio, o cuando juegan al mercado y pesan alimentos, ya estamos haciendo matemáticas, por ende pienso que desde esta mirada, las matemáticas se vuelven cotidianas y son una herramienta clave para resolver problemas de la vida real.
Las matemáticas y su vínculo con la creatividad
Jamás podría pensar en unas matemáticas mecánicas y sin intención, mi concepto de ellas son unas matemáticas funcionales, unas matemáticas necesaria para la convivencia y ciudadanía. La mejor forma de pensar en matemáticas es considerando su vínculo inherente con la creatividad. Estoy convencido que las matemáticas sin creatividad no existen, la resolución de problemas consiste en poder analizar el problema y brindarle múltiples alternativas de solución y para generar ello necesito la creatividad para proponer diversas soluciones y al final elegir la mejor. Estos problemas se dan dentro de un marco cotidiano de indagación y exploración mediante el juego.
Antes se pensaba que la matemática era un conjunto de fórmulas y pasos, los cuales tenías que memorizar para tener éxito. Una ciencia exacta donde la creatividad no tenía espacio y donde la resolución de problemas era un proceso cerrado de una sola solución.
Es momento de cambiar paradigmas.
La época va cambiando y con ello estos paradigmas. Hoy al hablar de matemáticas, hablamos del proceso respetuoso que considera los intereses y ritmos de aprendizaje como elemento fundamental.
Como siempre digo “Si no hay interés no hay aprendizaje”. Es importante reconocer que los niños son activos protagonistas en la construcción del conocimiento, son ciudadanos competentes que tienen perspectivas e ideas propias. Si nos centramos en esta idea, vemos que las matemáticas están inmersas en su vida cotidiana, desde que anotan y marcan el teléfono de su mejor amigo, o cuando resuelven cómo hacer para repartir los dulces de manera equitativa y alcance para todos los compañeros, o simplemente cuando quieren jugar a la tiendita y necesitan poner precios y dar el cambio, o cuando juegan al mercado y pesan alimentos, ya estamos haciendo matemáticas, por ende pienso que desde esta mirada, las matemáticas se vuelven cotidianas y son una herramienta clave para resolver problemas de la vida real.
Las matemáticas y su vínculo con la creatividad
Jamás podría pensar en unas matemáticas mecánicas y sin intención, mi concepto de ellas son unas matemáticas funcionales, unas matemáticas necesaria para la convivencia y ciudadanía. La mejor forma de pensar en matemáticas es considerando su vínculo inherente con la creatividad. Estoy convencido que las matemáticas sin creatividad no existen, la resolución de problemas consiste en poder analizar el problema y brindarle múltiples alternativas de solución y para generar ello necesito la creatividad para proponer diversas soluciones y al final elegir la mejor. Estos problemas se dan dentro de un marco cotidiano de indagación y exploración mediante el juego.
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