jueves, 2 de agosto de 2018

Pasar lista en clase

He escuchado a muchos colegas decir que pasar lista en clase es una pérdida de tiempo, que hay que ir directamente al grano porque hay mucho que impartir y el tiempo es poco. Dejemos lo de “impartir” para otro día porque eso está denotando una forma de dar clase al estilo más tradicional y es digno de otra entrada.
Hay un agradecimiento generalizado de las familias que reciben un mensaje a su móvil diciendo que el niño o la niña ha faltado. Cuando llegamos a clase, después de los saludos oportunos, es la primera tarea que tenemos: Pasar lista.
Pasar lista es:
– Mirar a los ojos de la persona que nombramos – Preguntarle por qué no vino ayer o en los últimos días.
– Recordarle alguna cuestión pendiente.
– Hacer protagonista al menos unos segundos a cada persona asistente.
 – Alabar cualquier cambio que se haya observado.
– Llamar la atención sobre su forma de sentarse (Yo les decía: ” Cuando sean viejos y les duela la espalda, se van a acordar de mí”).
– Interesarte brevemente por la situación de algún familiar – Prestar una pequeña broma que distienda el ambiente – Preguntar sobre las tareas – Aprenderte los nombres de los alumnos y alumnas a tu cargo. No hay asunto más gratificante que te reconozcan por tu nombre y no te confundan con cualquier otro alumno de la clase.
 – Aconsejar sobre el mejor sitio en que deben colocarse.
– Dar felicitaciones y enhorabuenas sobre algo referente a otras materias En definitiva, es tomar contacto personal breve, a diario, con cada persona y hacerlo partícipe del grupo durante unos instantes. El alumno o la alumna que se porta mal está continuamente nombrado en clase por parte del profesorado, está llamando la atención y lo consigue, pero el que se porta bien y está en su sitio puede que sea ignorado durante seis  u ocho horas por parte del profesorado y esto aviva sentimientos negativos. por esta cuestión pienso que no es perder tiempo el pasar lista en clase porque es dar a cada persona su tiempo y así invertimos en el cultivo de emociones positivas que van a facilitar el aprendizaje. Si conectamos emocionalmente con los estudiantes estamos haciendo que sus neuronas se predispongan a aprender con el trabajo que planteemos. Evitemos que el alumnado se vea obligado a pronunciar frases como estas: * “Es que ese profe me tiene manía” * “Este profe no me habla” * “El profe sólo quiere y presta atención a fulanito que es muy bueno” * ” Con ese profe no me llevo” * ” Ese profe está en su mundo y no le importamos nada” * ” Si el profe supiera los problemas que tengo con mi familia…” * ” Si el profe supiera cómo es mi padre… ” *… Cultivar emociones corresponde con la educación, corresponde con la predisposición hacia el aprendizaje, corresponde con el trato positivo con las personas, corresponde con la idea de formar grupo, corresponde con no tener miedo a expresar y mostrarnos como somos, corresponde con compartir con nuestro alumnado nuestras alegrías y nuestras tristezas, es humano.

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