En el mes de Marzo, se da el inicio del año escolar y siempre se caracteriza por noticias relacionadas con los niños que por primera vez van a las escuelas, el estado de los locales escolares, llos coegios privados y sus pensiones de enseñanza y de los útiles escolares. Esta vez los temas se están viendo afectados, y hasta opacados, por otro que está polarizando a la población: la forma cómo en el Currículo Nacional se tratan los temas relacionados con la identidad de género. Hay dos posiciones difícilmente conciliables que presionan al gobierno, mediante el convencimiento y movilización de diversos grupos poblacionales, a que la política curricular adopte un determinado sentido a favor de la posición que defienden. Los más conservadores están a favor de la eliminación de toda consideración relacionada con las cuestiones de género. Inclusive hubo una demanda ante la Primera Sala Civil de Lima para dejar sin efecto durante el presente año la Resolución Ministerial que aprueba el Currículo Nacional. La misma fue rechazada. Se sabe que el gobierno está concentrando mucho de su tiempo en buscar una solución lo más armoniosa al tema. No obstante, hay que reconocer que cualquiera que sea, dejará contentos a unos y descontentos a otros. Además, como ha sucedido en otros países, el debate puede ser todavía largo. Lo importante, como lo ha mencionado el Consejo Nacional de Educación, es que el enfoque de identidad de género sea mantenido en el Currículo Nacional como un elemento transversal de la formación de los estudiantes, ofrecido con la objetividad y rigurosidad que exige una educación integral y de calidad, no restringido al ámbito familiar. Hay que tener en cuenta que en una época en donde la mayoría de padres y madres de familia trabajan y dedican insuficiente tiempo a sus hijos para conversar sobre varios temas de su desarrollo integral, sería equivocado, riesgoso y hasta contraproducente, dejar que las cuestiones relativas a la identidad de género queden en manos principalmente del entorno que rodea al niño. El respeto de sus derechos, a la no discriminación por motivos de cualquier índole debe ser un principio a ser cumplido por todos. Será importante que el Ministerio de Educación cumpla con elaborar y difundir oportunamente materiales de apoyo, así como capacite debidamente a los docentes. Una permanente y amplia campaña de difusión de los alcances de esta política es clave para evitar y desmentir muchas de las falsas atribuciones que se dan al Currículo Nacional, como el que a niños de la educación inicial, desde su temprana edad, se les estará explicando que independientemente del sexo existen otras opciones válidas. Hay una gradualidad de contenidos que va acorde con el proceso de maduración y escolaridad del niño y adolescente. El debate sobre el género ha dejado en un segundo plano de preocupaciones el de la implementación del Currículo Nacional en las escuelas primarias urbanas. Estas escuelas tienen el enorme desafío de aplicar unos programas de estudio aprobados con retraso pero que además incorporan muchos elementos nuevos antes no trabajados por el profesorado; es el caso de los estándares y desempeños. El Ministerio de Educación ha organizado, en alianza con otras entidades, capacitaciones presenciales, semi-presenciales y virtuales para ayudar a los docentes en la implementación del nuevo Currículo. Sin embargo, será importante monitorear, extraer lecciones e introducir rápidos correctivos para que la implementación se desarrolle con el menor número de inconvenientes. No será una tarea fácil.
Un último tema que se aborda es la educación privada. Sigue creciendo en Lima Metropolitana, pero a ritmos menores que en el período 2012-2014. Por el contrario, entre los años 2015 y 2016 la educación pública muestra un dinamismo no observado en años anteriores. El incremento de las inversiones públicas en la construcción y mantenimiento de locales escolares, menos huelgas magisteriales, difusión de mejores logros de aprendizajes pueden estar contribuyendo a esa tendencia. En el caso de la educación privada estaría afectando su crecimiento el incremento de las pensiones escolares a un ritmo muy superior al promedio del IPC de Lima Metropolitana, así como la gran cantidad de escuelas que no alcanzan un estándar mínimo de calidad del servicio que esperan los padres de familia. Hace unos meses el ex ministro Jaime Saavedra ofreció la difusión de un proyecto de reglamento de la educación privada. El tiempo ha pasado sin que haya sucedido. Resulta urgente que por lo menos se dicten normas que frenen la presencia de instituciones educativas informales, que se revisen los alcances de las normas referidas a sanciones, y que se introduzcan incentivos de aliento al desarrollo de buenas instituciones de educación privada.
sábado, 22 de abril de 2017
Momentos mas difíciles de la educación peruana
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