sábado, 20 de diciembre de 2014

Las rubricas de evaluacion

La rúbrica es un instrumento (con buenos niveles de precisión) que nos ayuda como maestros a valorar los aprendizajes de nuestros alumnos. En un sentido práctico, la rúbrica es una tabla que permite desglosar los niveles de desempeño de los estudiantes en relación a un aspecto determinado utilizando para ello criterios específicos de rendimiento. Puede que hasta aquí pueda parecer algo complicado, sin embargo su importancia en el proceso enseñanza-aprendizaje es clave.
Pero ¿Por qué es tan importante la rúbrica?.
Imaginemos por un momento que el profesor nos ha pedido como trabajo final de unidad, elaborar un informe y unas diapositivas sobre el aparato digestivo humano, facilitándonos para tal fin una lista con los contenidos que deben tomarse en cuenta. En este escenario clásico, la lógica puede llevarnos a suponer que cubriendo todos los puntos de la lista y construyendo unas diapositivas que incluya algunos textos y elementos gráficos debería bastar para lograr una calificación respetable. Finalmente llega el día de la presentación y luego de entregar el informe (conteniendo todos los puntos de la lista) y presentar las diapositivas (incluyendo textos e imágenes), el profesor termina aplicando una calificación de regular para abajo, digamos en escala vigesimal un 12.
Como seguro a muchos nos ha pasado, luego de escuchar la calificación hemos pedido acercarnos al escritorio del profesor para pedirle que por favor, nos explique la razón de tan baja calificación. Hecha la consulta, el profesor procede a explicar las razones que lo llevaron a aplicar dicha calificación (y que hasta ese momento era un secreto para todos). “No debiste redactar el texto del informe a espacio simple”, “hubiese sido mejor que incluyeras videos en las diapositivas en lugar de solo texto e imágenes”, “los contenidos no son lo suficientemente profundos”, “el número de diapositivas resultaron insuficientes”, “debiste encuadernar el informe”, “Debió incluir conclusiones aunque no lo indique en la lista de contenidos”, etc, etc. Quienes hemos vivido este tipo de experiencias sabemos que cuando el profesor requiere justificar una calificación argumentos no faltarán. Finalmente ante tal avalancha de razones optamos por retirarnos en muchos casos sintiendo que nuestros esfuerzos fueron poco valorados, y lo que es peor, sin terminar de entender lo que pasó.
Pero, ¿Por qué se suscitan este tipo de situaciones durante las evaluaciones?, ¿Es que el alumno no la tuvo clara desde un principio?, ¿El profesor tampoco?, ¿Será que el alumno es mediocre?, ¿El profesor no acepta que el alumno deje la impresión que sabe mas que él y necesita “bajarlo”?, ¿Será que el alumno no goza de la simpatía del profesor?, ¿Existen problemas de índole personal?, ¿El profesor espera que el alumno adivine sus expectativas?. Como podemos apreciar (y algunos recordar) estas situaciones suelen suscitarse en las aulas de clase y por su alto nivel de subjetividad, son difíciles de abordar y evitar.
En este contexto queríamos destacar la necesidad del uso de la rúbrica en el aula porque es un instrumento (que se entrega al estudiante antes de llevar a cabo una actividad evaluativa) que permite a profesores y estudiantes identificar con claridad y anticipación la relevancia de los contenidos así como los objetivos esperados de los trabajos académicos solicitados. A través de la rúbrica, es posible evaluar el desempeño de los estudiantes desglosando sus componentes para obtener una calificación final; además de constituirse como un herramienta sumamente útil para identificar fortalezas, debilidades, y para permitir que los estudiantes conozcan lo que requieren para mejorar. En resumen, con la rúbrica los estudiantes “tienen a la vista” no solo lo que el profesor espera de su desempeño académico sino también un instrumento que los guía y ayude.

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