Hace poco, hablando con una buena amiga en el parque de Chosica, me comentó que una de las dificultades que se ha encontrado durante su larga carrera como docente es la de tener dentro de un mismo grupo alumnos con distintos ritmos de aprendizaje.
Es más que evidente que no todos hemos salido de un mismo patrón y en consecuencia las personas que nos encontramos dentro de una clase tienen distintas habilidades y capacidades y eso nos hace encontrarnos con alumnos que, ante ciertos contenidos de aprendizaje, comprenden de forma muy rápida lo que están trabajando y otros tienen más dificultades y eso nos hace plantearnos muchas veces: ¿Qué ritmo de aprendizaje tengo que seguir en clase?
La respuesta es fácil de decir pero un tanto complicada de aplicar: Todos y a la vez ninguno en particular.
Voy a intentar sintetizar algunas propuestas que se pueden aplicar dentro de clase cuando nos encontramos ante esta situación:
•Establecer unos objetivos de aprendizaje principales y unos secundarios: cuando realizamos la programación de una unidad didáctica tenemos que ser realistas con el tiempo y coherentes con aquello que se debe aprender y seleccionar aquellos objetivos que sean los más importantes para que el alumnado pueda adquirir las competencias y habilidades mínimas para poder aplicar esos conocimientos en el mundo real. No se trata de seleccionar muchos objetivos de aprendizaje sino de determinar cuales realmente son necesarios, esto nos permitirá establecer unos objetivos principales que deberán ser alcanzados por todos y unos objetivos secundarios que podrán ser alcanzados por aquellos que tengan más habilidades.
•Preparar actividades para los distintos niveles: una vez se establecen los aprendizajes principales y secundarios se deben tener preparadas las actividades necesarias para los distintos niveles que se puedan dar en el aula y por eso se tendrán preparadas actividades de profundización para aquellos alumnos que puedan ir más allá de los objetivos principales y actividades de refuerzo para aquel alumnado que tenga dificultades para comprender los objetivos principales.
•Seleccionar distintos materiales y recursos para explicar un mismo objetivo: además de los distintos ritmos de aprendizaje, también se deben contemplar distintos soportes para explicar un mismo contenido de aprendizaje (textual, gráfico, multimedia...) para poder adaptarse a los distintos estilos de aprendizaje.
•Fomentar el aprendizaje entre iguales: juntar aquel alumnado que tiene más facilidad para resolver ciertas actividades con el alumnado que tienen más dificultades para que les haga de guía y de mentor. Esto además de crear cohesión en el grupo y augmentar la cooperación entre el grupo de iguales también ayuda al alumnado que tiene más facilidad para entender unos contenidos en concreto a darse cuenta de si realmente entiende bien esos contenidos ya que cuando puedes hacer que otra persona comprenda algo es cuando demuestras que realmente lo entiendes.
•Introducir el aprendizaje mediante grupos cooperativos: una solución que se debe aplicar a largo plazo es la introducción en el aula de los grupos cooperativos, es decir, hacer que el alumnado de forma permanente trabaje en grupos heterogéneos y mixtos para resolver las actividades de forma coordinada y organizada.
Como decía al inicio de la entrada, no es fácil de aplicar pero estos consejos pueden ayudar a ir personalizando el aprendizaje cada vez más para conseguir, poco a poco, adaptarnos a los distintos ritmos de aprendizaje del aula.
¿Y tu, cómo de adaptas a los ritmos de aprendizaje?
miércoles, 10 de diciembre de 2014
Cómo nos adaptamos a los distintos ritmos de aprendizaje?
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