domingo, 7 de diciembre de 2014

Camino a Rinconada

Cuando víaje a Piura, a la provincia de Morropon en el año de 1999, conoci a Edgar que tiene una sonrisa tierna y serena su delgado rostro lo hace parecer de 8 años, pero el tenia 12, es su falta de peso y estatura lo que hace que la niñez no se aleje de él .
Mientras caminábamos conversavamos, el me cuenta que estuvo  estudiando en Morropón durante 1 año, pero los maltratos de su tía lo hicieron regresar a Mishcas. Solo iba al colegio, pero el ver tantas casas nuevas lo hacian regresar a casa de su tía muy tarde .
Esa tia lo reprimía y le pegaba y le pidio a su mamá que lo regrese a Mishcas, ella no quiso, porque Morropón era mejor lugar, asi que un buen dia cogio la carretera que llevaba a Mishcas, es decir unos kilometros llenos de cerros y quebradas caminando caminando, llego a Mishcas, su mamá al verlo le dio otra paliza, mas esta no le dolio mucho estaba ya en casa.
Mientras se acuerda de ese año, su rostro se contrare y escupe como para quitarse ese sabor amargo del vano recuerdo.
Ahora esta mejor, no tiene muchas preocupaciones ,va la colegio que esta al frente de su casa ,va a pastear las 2 vacas de la familia y por hoy se gana una propina al acompañar a esta dudosa caminante hasta Rinconada .
Hemos caminando por un sendero muy angosto, se puede ver Higuerones desde aqui estamos bordeando el cerro, es mejor mirar bien antes que perder el equilibrio, Edgar se resbala con sus yanquis polvorientos, se rie y me da la mano para que no corra la misma suerte.
Aunno concibo la idea que esos 29 kg me sostengan, el me da la mano y sus musculos se contraen al hacer fuerza ,sus manos sostienen mi futuro almuerzo :manzana ,durazno y una pera de agua ,ya que no puedo comer hasta que llegue a Rinconada segun prescripcion de la sra Asuncion madre de Edgar
- La subida y la bajada le caera mal y tendra nauseas y vomitos - me dijo.
Claro, si, lo creo y lo compruebo ,mas mi almuerzo ha caido por el suelo, la manzana roja cae al precipicio y Edgar salta por la maleza a buscarla, vuelve feliz y me enseña la fruta roja, su sonrisa se confunde con la brillantez de su mirada.
Quizas no es el camino indicado para mi, mis zapatillas no son las adecuadas, se resbalan y frenan cada momento, voy dudando para bajar, este cerro, a pesar de mi mirada de seguridad que Edgar me inspira. Casi a la media hora de bajada se vislumbra el caserio de Rinconada, desde aqui arriba, segun mis conclusiones tendremos que bajar, dudo nuevamente, no confio en el cerro y sus bajadas, asi que bajé sentado, Edgar me mira desde abajo, me da la mano y sonrie, mientras bajo sentado el cerro, es todo un espectaculo y mi jean sufrio por ello. Para la proxima me ire caminando por todo la carretera, no me importaran tantas vueltas al cerro, con tal que no baje.
Rinconada parece sentada en el cerro, esta lejana y a unas vueltas de nosotros, la carretera, o trocha carrozable es llana asi que el camino es mas fácil
En la última vuelta al cerro se escucha el cacarear de las gallinas y voces de personas, se ve una casa de color celeste, es posta médica ( unica construccion de material noble ) cerca la cancha de futbol, llena de chicos sin camisa, corriendo en una nube de arena .Edgar me señala la casa de la sra Armandina mi futura casera, veo una acera alta llena de puertitas de nogal, una de ellas sera mi cuarto
Despues de presentarme a mi casera y tomar algo de limonada, cancelo los servicios de mi guìa y le recomiendo no llegar tarde a Mishcas, ya anochece. Extiendo las frutas y le dejo la manzana, la mira y la lustra, sin miramientos le clava sus dientes, se la ha ganado.
Le trato de dar un beso de despedida, mas sus musculos se contraen, sonrie nervioso, creo que ese cariño no lo conoce, me dice adios con su delgada mano, perdiendose en la unica calle de Rinconada .

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