sábado, 13 de octubre de 2018

Por un aprendizaje científico


Es urgente que la educación  a través de un aprendizaje científico  se oriente a alimentar la mente, la imaginación, el espíritu y que salga  de la postración en que ha caído. Una educación  en donde los actuales instrumentos de instrucción  se bajen a un segundo plano, o se destierren del todo, para dar paso a aquellos que permitan que el estudiante desarrolle sus potencialidades y habilidades para enfrentarse a problemas reales y llegue a adquirir un cierto grado de destrezas tanto en lo manual como en lo intelectual sin temer a ser original. Es decir, se necesita   que la  educación científica  vaya dirigida a alimentar la mente, la imaginación y el espíritu, antes que simplemente la memoria mecánica, para despertar en el estudiante desde temprana edad la devoción por la  verdadera investigación. Hay que ofrecerle, entonces, al estudiante  la oportunidad de mirar a su alrededor  y ver las cosas que lo rodean, producto de la naturaleza o del hombre en su verdadera  dimensión científica sin misterio  ni oscurantismos. Debemos mostrarle que él no solo puede comprender los principios básicos de las cosas y por ende el mundo y la vida. Si no, además convertirse fácilmente en artífice y parte activa del futuro científico para el bien de la sociedad. Si bien los pasos que podrían conducir a estos nuevos enfoques parecen obvios, pero en la práctica no resultan nada fáciles. La resistencia que se puede encontrar tanto de parte de estudiantes como de docentes será siempre grande.  El temor a un sistema que no  se vislumbra  bien en su alcance, o  que lleva a un terreno que no se domina, hace a veces que el docente se aferre a métodos antiguos. Por otro lado, el estudiante sabe que el sistema memorista, que no obliga a esforzarse a pensar mucho, le da buenos resultados para obtener las notas que necesita en las evaluaciones; y ésta se ha convertido, junto con los títulos, en sus fines inmediatos e importantes. El que va a enseñar a reflexionar y pensar científicamente  tiene que haber aprendido antes de ejercitar  esos actos. Además, debe aprender a presentar los hechos y fenómenos científicos de manera que lleguen como verdaderos mensajes inspiradores  a los estudiantes; saber hacer  uso de una serie de instrumentos  y métodos  de estrategias pedagógicas científicas  más  modernas  y escoger ejemplos correctos para así lograr la motivación del estudiante; dominar los principios del método científico y estar en la capacidad de ejecutarlo, para poder presentarse ante sus estudiantes  como persona de mente abierta, dispuesta a analizar, razonar e interpretar los problemas suscitados en las discusiones de los debates en clases; introducir el principio de la duda metódica y critica en sus estudiantes y resaltar las verdades cambiantes de la ciencia dentro del proceso dinámico que ella misma encierra; inculcar en sus estudiantes los hábitos del orden, disciplina y objetividad que la ciencia exige. Pero, sobre todo, el docente debe tener presente que las ciencias  se aprenden permitiendo al estudiante  que vaya descubriendo las cosas por sí mismo, dándole apenas la guía y los elementos necesarios; realizando experiencias dentro del laboratorio que ofrece la naturaleza y su entorno y enseñándole  a buscar su propia información. En otras palabras, inclinándolos hacia la  autodidaxia como el mejor método  para su formación integral y su adaptación al mundo cambiante del presente y futuro. Finalmente, digamos que ese nuevo docente que se necesita con urgencia debe tener  muy claro la diferencia que existe entre enseñar a sus estudiantes de memoria todos los nombres  de las calles  y avenidas de una ciudad o el enseñarle  a saber encontrar, en el momento preciso, la dirección requerida.

En la actualidad la enseñanza de la Educación es fundamentalmente informativa

En todos los niveles de la enseñanza nos esforzamos por alimentar la mente de los estudiantes con datos y hechos que poca oportunidad dejan para meditar sobre los mismos. Luego, en los exámenes se demanda de ellos la misma información, obligándolos a repetirla, lo más fiel posible, en un proceso intelectual pobre, ayuno de creatividad. De esta suerte, el conocimiento no enriquece la personalidad, ni genera los hombres auténticos y originales. La enseñanza se vuelve entonces de tipo memorista, teorizante y estereotipada. Es decir, hacemos del acto de la transmisión del saber científico un fin en si mismo, y no un medio, como debe ser, para enseñar a pensar. Olvidamos que, en última instancia, la educación procura la formación integral de la persona. Le damos importancia a los hechos escuetos y aislados (que); nos preocupamos menos por la manifestaciones y comportamientos de los fenómenos (como), y soslayamos las explicaciones y razones de las cosas ( por qué). Por otro lado, el divorcio que existe entre la información que se da de los diversos temas de varias disciplinas va creando en el estudiante un encasillamiento mental que le impide, no sólo de correlacionar cosas sino, además, analizarlas en profundidad y establecer conceptos globales de los fenómenos. La visión panorámica y conceptual está siempre ausente en aras del detalle aislado o del dato memorizado. Esta capacidad de correlacionar hechos continuos se manifiesta en el estudiante a través de los años, y le dificulta los procesos mentales de deducción, de gran importancia en el proceso de la investigación científica hacia la búsqueda de nuevas verdades y conocimientos. En síntesis, el mensaje científico que se dirige al estudiante, especialmente en sus primeros ciclos, tiende a ilustrarle o informarle sobre hechos científicos que no parecen pertenecernos, y en ningún momento toma en cuenta que algunos de aquellos estudiantes podrían tener una fuerte vocación para la ciencia y estar llamados a ser los futuros científicos. Es decir, no se les estimula a ser partícipes del proceso de revolución científica del siglo XXI, sino que, por el contrario, en forma apriorística pareciera que les esta excluyendo, desde ese momento, del aludido proceso. Para rematar las funestas consecuencias del sistema, nuestra enseñanza lleva un sello fundamental de autoridad, la del maestro que, en pocos casos, acaba de enajenar le mente del estudiante, borrando todas sus iniciativas e inquietudes y convirtiéndolo en un receptor pasivo de la información. Al acostumbrar al estudiante a aceptar las cosas sin analizarlas critica y objetivamente, y sin cuestionarlas racionalmente, se esta yendo nada menos que en contra del método científico. Afortunadamente no consideramos este proceso como de naturaleza totalmente irreversible, y en el momento en el que el estudiante o futuro científico, en algunas etapas de su vida y por tiempo prolongado, encuentre un verdadero maestro que lo induzca a la reflexión crítica y a pensar objetivamente, y que lo inicie en los caminos del razonamiento científico y del autodidactismo, muchos de sus vicios pueden enderezarse. Pero, nos preguntamos ¿cuantas mentes científicas capaces, se pierden a diario en Latinoamérica por no llegar a presentárseles esa oportunidad en ninguna de las etapas de nuestro sistema educativo?
CONSECUENCIAS DE ESTE TIPO DE ENSEÑANZA
Algunas de las consecuencias de este tipo de enseñanza ha quedado ya esbozadas en las líneas anteriores. Sin embargo se trata ahora de referir con mayor amplitud a varias de ellas. La sumisión intelectual y la dependencia científica son los productos mas graves de un sistema de enseñanza mal encaminado. Al evitar que los hechos científicos se racionalizan (y por extensión muchos otros hechos de la vida cotidiana) se cae fácilmente en el dogmatismo y fanatismo que obnubilan la mente de las personas, con consecuencias poco deseables reflejadas en todos los actos humanos. Al exagerar un poco las cualidades de los científicos extranjeros y de las facilidades que se dicen tienen, y al mismo tiempo presentar los grades adelantos de la ciencia y sus descubrimientos como fenómenos exóticos, se crea de antemano un sentimiento de frustración y de deslumbramiento en el ánimo del estudiante, a todas luces muy inconveniente. Por otro lado, al no precisar los problemas en su verdadera dimensión, y al no plantearlos por los mecanismos analíticos dentro del método científico, no se llega a comprender debidamente. La consecuencia obvia de esto es la sensación de incapacidad para entenderlos y resolverlos. Todavía más grave es el tipo de aprehensión del conocimiento que pretendemos hacer muchas veces, principalmente a nivel de especialidades post-universitarias. Mandamos a especializarse a personas que no tienen el concepto de  la profundidad del conocimiento científico, ni dominan los principios de los fenómenos, ni tienen la actitud del investigador, para que luego vengan a ocuparse de problemas determinados. Al principio esto genera en el individuo la falsa satisfacción de ser el único o uno de los pocos que en el país poseen un cierto número de conocimientos. Pero a la larga el proceso lleva a cambios de frustraciones de diversa índole, conforme se experimentan las limitaciones que ese tipo de conocimientos da, gracias al fuerte componente pasivo que encierra. Otra de las serias consecuencias que se producen es una deformación o desplazamiento de la escala de valores científicos, lo que hacen que se pierdan los conceptos de los valores absolutos de las cosas, y se sobre valoren ciertos hechos. Así por ejemplo, se da importancia a cosas que no la tienen; o se sobre estima el valor de trabajos poco relevantes; o se llevan a cabo aquellas tareas originadas en métodos pseudocientíficos. Asimismo, se tiende a ser repetitivo, o a duplicar, o a imitar estudios de autores extranjeros, y se renuncia a lo autóctono y a lo original, que son los verdaderos factores básicos en la configuración del perfil de cualquier país.

lunes, 8 de octubre de 2018

La educación y su transformación en la docencia


Nuestra actual  sociedad sigue  realizando descubrimientos fundamentales para avanzar en la comprensión de nuestro comportamiento e interacción  social. La educación debe reforzar funciones de servicio al conglomerado social  y orientar sus actividades hacia la solución de problemas, Las empresas se están reinventando en torno a las oportunidades abiertas por la tecnología de la información; las escuelas, colegios e instituciones educativas por fuerza mayor tendrán que hacerlo. Si bien, los pasos que podrían conducir a estos nuevos enfoques y procesos en la práctica no resultan fáciles, la resistencia que vamos a encontrar tanto de parte de los docentes como de los estudiantes será grande. El temor a un sistema que en la actualidad no vislumbra bien sus alcances, o que lleva a un terreno que no domina, hace a veces que el docente se aferre a métodos que han sido rebatidos, por lo tanto, la educación deberá buscar dentro de sus objetivos la formación integral del ser humano, entendido como un ser de necesidades, habilidades y potencialidades, que busca intervenir en las dimensiones cognitiva (conocimientos), axiológica (valores) y motora (habilidades y destrezas), para tener un mejor bienestar y calidad de vida.
El sistema educativo se debe transformar a través de  la revisión y  actualización de los planes de estudio y la promoción del saber a través de la investigación en los ámbitos de todas las disciplinas, las ciencias, las artes y las humanidades, para difundir los resultados y conclusiones del producto estudiado y de las acciones que permiten descubrir nuevos elementos esclarecedores y prioritarios de la realidad estudiada, de acuerdo con los parámetros que determina cada disciplina en la ciencia. La  educación actual se está transformando y precisa  poder formar  mejores hombres, una educación en donde los actuales procesos de instrucción y aprendizaje se baje a un segundo plano, para dar paso a aquellos que permitan que el estudiante sea más protagonista  permitiendo desarrollar habilidades para saber enfrentar problemas reales y así afrontar múltiples retos preparándolo, a los profundos cambios sociales y culturales que se prevén para la  sociedad.

En el avance del siglo XXI, los cambios y avances tecnológicos  los estudiantes ya  no aprenden del docente sino que aprenden con el docente. Este enfoque permitirá  que cada alumno estudie a su propio ritmo en función de sus capacidades y adopten un rol activo y creativo en la clase, mejora el ambiente de trabajo en aula y estimula el pensamiento crítico y es  de aclarar que  el  rol del  docente en las Instituciones de Educación Superior   debe  buscar aprovechar algunos contenidos digitales , desde el uso de la tecnología al uso transmisivo de una nueva  temática en la educación, tecnología, ambientes de estudio nuevos conocimientos y sus procesos, para elaborar  una propuesta que  desarrollara  en el aula de clase o iniciativa , aplicando el proceso  de aprendizaje  para generar   discusión, debate y reflexión en torno a situaciones que facilitan u obstaculizan la realización personal de los jóvenes y adolescentes. Es de suma importancia que el docente interactúe como un agente de socialización con los estudiantes y que se forme tanto en las nuevas tecnologías como en los nuevos diseños didácticos.Es un deber de los docentes enseñar a investigar y a preguntar. Cuando un joven se enfrenta a  un problema  puede encontrar la solución, pero si no identifica el problema y no dispone de la información adecuada, nunca lo va a arreglar y es ahí donde está el papel importante del docente  al estudiante a aclarar todas y cada una de las dudas que tiene sobre su aprendizaje.
El rol del docente es orientar, asesorar o dirigir el proceso de enseñanza- aprendizaje, no puede seguir pensando en transmisión simplemente, sino que debe transcender a la generación de diferentes formas de interacción social, de diversos tipos de comunicación y distintas formas de acceder al conocimiento en sus disciplinas, articulando el contexto en todas las dimensiones y aprovechando las capacidades para ir incrementando fuentes de enlace que construyan los valores hacia la participación, el análisis, la comprensión, interpretación, argumentación y proposición de su entorno para un desarrollo humano más equilibrado para aportar a la sociedad.

La educación en los tiempos modernos

La educación actual esta precisando poder formar mejores científicos y mejores hombres. una educación en donde los actuales instrumentos de instrucción y aprendizaje se baje a un segundo plano, para dar paso a aquellos que permitan que el estudiante sea mas protagonista (educación virtual ) y permitiendo desarrollar mas habilidades para saber enfrentar problemas reales y así afrontar múltiples retos preparándolo, a los profundos cambios sociales y culturales que se prevén para la "sociedad de la información".El Internet, la red de redes, ha generado un enorme interés en todos los ámbitos de nuestra sociedad. Por ello la educación debe replantear sus objetivos, sus metas, sus pedagogías y sus didácticas si quiere cumplir con su misión, brindar satisfactores a las necesidades del hombre y su de educación en el futuro; ¿Como conducir a estos nuevos procesos? Estos se darán por las mismas fuerzas tecnológicas que harán tan necesario el aprendizaje, y será agradable y practico. Las empresas se están reinventando en torno de las oportunidades abiertas por la tecnología de la información, las escuelas colegios e instituciones educativas por fuerza mayor tendrán que hacerlo. Si bien los pasos que podrían conducir a estos nuevos enfoques y procesos en la practica no resultan fáciles y es así que la resistencia que vamos a encontrar tanto de parte de los docentes como de los estudiantes será grande. El temor a un sistema que en la actualidad no vislumbra bien sus alcances, o que lleva a un terreno que no domina, hace a veces que el docente se aferre a métodos antiguos por lo tanto la educación buscara dentro de sus objetivos últimos la formación integral del ser humano, entendido como un ser de necesidades, habilidades y potencialidades, busca intervenir en las Dimensiones Cognitivas (conocimientos) Axiológica (valores) y Motora (Habilidades y Destrezas), para tener un mejor bienestar y calidad de vida.
La aplicación de las nuevas TIC (tecnología de la información y la comunicación), vemos que los sistemas de información con fines educativos es un campo abierto a la reflexión y a la investigación. La educación virtual abarca tanto las metodologías de educación presencial y a distancia, comprende la totalidad de funciones y ámbitos de la educación media y superior y sirve a las estrategias de cobertura y calidad. De otra parte, con el desarrollo de las NTIC (Nuevas tecnologías de la información y la comunicación) se ha dado y se profundiza cada vez más un importante proceso de convergencia: entre las tecnologías de información y comunicación, entre las diferentes estrategias de desarrollo; y, más recientemente entre tecnología y pedagogía educación virtual, es preciso reconocer y comprender este dinámica entre los contenidos, los estudiantes y los profesores, encontrados en los entornos educativos de enseñanza aprendizaje, consecuentemente debe cambiar la relación de los mismos, citando al Nobel Gabriel García Márquez"Creemos que las condiciones están dadas como nunca para el cambio social y que la educación será su órgano maestro. Una educación desde la cuna hasta la tumba, inconforme y reflexiva, que nos inspire un nuevo modo de pensar, quiénes somos en una sociedad que se quiere a sí misma".  Los cambios que se notan y llegarán otros que ni siquiera nos imaginamos. Tenemos que prepararnos para ese nuevo entorno lleno de oportunidades, pero también de incertidumbre. La tecnología y las telecomunicaciones en todas sus formas ya cambiaron la forma de vivir, de trabajar, de producir, de comunicarnos, de comprar, de vender. Todo el entorno será bien distinto y por supuesto la educación. El sistema educativo tiene un reto muy importante. Debe cuestionarse a sí mismo, reflexionar sus principios y objetivos, reestructurar las metodologías docentes y sus sistemas organizacionales. Tiene que replantear el concepto de la relación alumno - profesor y el proceso mismo del aprendizaje, los contenidos curriculares, además, revisar críticamente los modelos mentales que han inspirado el desarrollo de los sistemas educativos. El mundo se comunica hoy en día, hace negocios sin necesidad de viajes, Las telecomunicaciones lo han cambiado todo.

domingo, 7 de octubre de 2018

¿Por qué se debe enseñar metodología de la investigación en las escuelas?

Hay que asumir nuevos retos por ello se hace necesario que tengamos una cultura de investigación que requiere, desde luego, la realización de un conjunto de acciones aplicados en los niveles , para hacer del proceso de formación en la aplicación de la metodología de la investigación una actividad productiva donde los estudiantes sean capaces de participar en la nueva estructura de explicar el sentido de los procesos metodológicos y desde sus propias vivencias, a partir del diálogo de saberes, en ambientes que logren encantar al estudiante hacia el acceso de los nuevos conocimientos es la forma más objetiva y científica posible. Por lo tanto el proceso enseñanza aprendizaje en la aplicación de la metodología de la investigación a un trabajo investigativo debe llevar al estudiante al “saber hacer”, “saber pensar”, “saber actuar” dentro de contextos diferentes. La orientación de la metodología científica a la investigación es fundamental el relacionar, el gestionar conocimientos vinculados a hechos de la actividad humana que interactúen para cumplir metas definidas por sus integrantes, basadas en nuevos conocimientos aplicando los pasos metodológicos de investigación, bajo lineamientos críticos, teóricos y filosóficos donde el ser interactúa con el conocimiento es importante tener en cuenta que cuando existe en el estudiante interés por aprender asumiendo una actitud reflexiva y crítica frente a los procesos de formación en metodología de la investigación ellos se convierten en agentes de cambio y transformadores de las prácticas de investigación. Por esta razón, se requiere de programas de actualización permanente que permitan la aplicación de nuevos métodos y técnicas que reivindiquen la formación en investigadores, promoviendo el desarrollo autónomo y propiciando ambientes de investigación científica para conocer y experimentar nuevas formas de conocimiento.
Los procesos de enseñanza-aprendizaje se caracterizan, antes que nada, por la situación de interacción que se da entre el profesor o facilitador y los estudiantes. En la enseñanza de materias teórico-prácticas, como es el caso de la investigación, el vínculo se acentúa porque el profesor se encuentra ante un grupo de estudiantes a quien transmitir, no tanto saberes teórico-conceptuales, sino más bien prácticas y habilidades, aptitudes para el quehacer investigativo.
Por lo tanto el rol del docente en la aplicación de la cátedra modulo o asignatura es la de orientar, asesorar o dirigir el proceso de enseñanza- aprendizaje, no puede seguir pensando en transmisión simplemente, sino que debe transcender a la generación de diferentes formas de interacción social, de diversos tipos de comunicación y distintas formas de acceder al conocimiento en sus disciplinas, articulando el contexto en todas las dimensiones y aprovechando las capacidades para ir incrementando fuentes de enlace que construyan los valores hacia la participación, el análisis, la comprensión, interpretación, argumentación y proposición, el profesor debe tener presente que las ciencias se aprenden permitiendo que el estudiante vaya descubriendo las cosa por sí mismo de su entorno, dándole la guía y los elementos necesarios; realizando experiencias dentro del ambiente de la realidad que lo rodea y enseñándole a buscar su propia información bibliográfica a través de fuentes primarias, secundarias y con la aplicación de las la nuevas tecnologías (TIC) es importante tener en cuenta que cuando existe en el estudiante interés por aprender asumiendo una actitud reflexiva y crítica frente a los procesos de formación en metodología de la investigación; acción que se deba evaluar para que se conviertan en agentes de cambio, transformadores de las prácticas pedagógicas tradicionales, razón por la cual se requiere de programas de actualización permanente que permitan la aplicación de nuevos métodos y técnicas, que reivindiquen el aprendizaje, promuevan el desarrollo autónomo propiciando ambientes de vida social y evitando la deserción escolar por motivos de aburrimiento, desinterés y desánimo por conocer y experimentar y es así que los docentes, en base a estrategias de resolución de problemas hacen que el que aprendiente pueda ir resolviendo las consignas tendientes a la elaboración articulada de un diseño de investigación, desde la formulación del problema, la elaboración del marco teórico, el enunciado de objetivos generales y específicos, los instrumentos de producción de datos y las estrategias para el análisis.
Es importante tener en cuenta que cuando existe en el estudiante interés por aprender asumiendo una actitud reflexiva y crítica frente a los procesos de formación en metodología de la investigación ellos se convierten en agentes de cambio y transformadores de las prácticas de investigación. Por esta razón, se requiere de programas de actualización permanente que permitan la aplicación de nuevos métodos y técnicas que reivindiquen la formación en investigadores, promoviendo el desarrollo autónomo y propiciando ambientes de investigación científica para conocer y experimentar nuevas formas de conocimiento.

El sentido de la Educación

El sentido de la educación es un problema fundamental para todas las teorías educativas. La pregunta que toda sociedad debe responder es la siguiente: ¿Cuál es el ideal del hombre que quiere formar dentro de la cultura, la sociedad y el momento histórico determinado en el cual vive?
El problema no acaba ahí. Es el mismo educador quien debe preguntarse sobre su lugar y su responsabilidad dentro del proceso total y definir ¿Qué papel debe jugar la educación en el logro del ideal del hombre propuesto?
La clarificación de estas preguntas sobre la intencionalidad del proceso cognitivo, si no se hace desde una perspectiva histórica y filosófica, se puede decir que cualquier otra especulación, teoría o método estará sin ningún fundamento.
En el proceso de conocimiento y el ideal del hombre definido, el educador tiene que  seleccionar los contenidos de formación que hagan posible su logro. Ésta se hace teniendo en cuenta el amplio universo de los conocimientos organizados  en los cuerpos teóricos de las diferentes áreas del saber humano, por esta razón nuestra sociedad seguirá realizando descubrimientos fundamentales para avanzar en la comprensión de nuestro comportamiento social. La educación debe reforzar funciones de servicio a la sociedad y orientar sus actividades hacia la solución de problemas.
Las empresas se están reinventando en torno a las oportunidades abiertas por la tecnología de la información; las instituciones educativas por fuerza mayor tendrán que hacerlo. Si bien, los pasos que podrían conducir a estos nuevos enfoques y procesos serán complejos de asimilar, la resistencia que se encontrará tanto de parte de los docentes como de los estudiantes será grande. El temor a un sistema que en la actualidad no vislumbra bien sus alcances, o que lleva a un terreno que no domina, hace a veces que el docente se aferre a métodos en rebatidos, por lo tanto, la educación buscará dentro de sus objetivos la formación integral del ser humano entendido como un ser de necesidades, habilidades y potencialidades, que busca intervenir en las dimensiones cognitiva (conocimientos), axiológica (valores) y motora (habilidades y destrezas) para tener un mejor bienestar y calidad de vida.
Ante todo se puede afirmar  que es importante rescatar el papel creativo e innovador del docente, papel que no debe interpretarse como la improvisación, sino por el contrario, como fruto de la reflexión a la luz del interactuar permanentemente entre la teoría y la praxis.
El sistema educativo se debe transformar a través de la revisión y actualización de los planes de estudio y la promoción del saber a través de la investigación en los ámbitos de todas las disciplinas, las ciencias, las artes y las humanidades para difundir los resultados y conclusiones del producto estudiado y de las acciones que permiten descubrir nuevos elementos esclarecedores y prioritarios de la realidad estudiada, de acuerdo con los parámetros que determina cada disciplina en la ciencia.
Esto lleva a concluir que los medios que se utilicen en la educación deber ser producto de una investigación particular para cada caso. Además, no se puede caer en la falsa idea de algunos “diseñadores de programas académicos”  que creen  que la formación académica se logra  a través de la sumatoria  de materias,  módulos  o asignaturas aisladas, las cuales los estudiantes no logran  ni siquiera  interrelacionar con su entorno.

Por una educación integral


¿Cuál es la realidad de nuestros niños y jóvenes? y ¿cuál es la realidad que soñamos para nuestra tierra?, ¿quién no sueña acaso, con ciudadanos íntegros, con trabajadores competentes y diligentes, con personas creativas, autónomas, solidarias y líderes? Parece ser que todos añoramos la misma realidad, pero cabe preguntarse entonces, de qué manera estamos construyéndola. Es cierto que la educacióncuenta con un puesto destacado esfuerzos por brindar a nuestra población infantil y juvenil el mejor tipo de educación. Sin embargo, es muy común escuchar sobre la educación integral y como esta suple las necesidades de formación para cualquier sociedad; pero en la realidad, encontramos que muchos de los componentes de esta “educación integral” no se dan adecuadamente o son inexistentes ya sea a causa del Estado, del Sistema o de la Comunidad Educativa en general. Es habitual, encontrar que en todos los niveles de la enseñanza nos esforzamos por alimentar la mente de los estudiantes con datos y hechos que en muchas ocasiones, por la exigencia del cumplimiento del programa, poca oportunidad dejan para meditar sobre los mismos. Luego, se diseñan exámenes que demandan de ellos la misma información, obligándolos a repetirla fielmente, en un proceso intelectual y creativo pobre. Así, este tipo de conocimiento no enriquece la personalidad, ni genera los hombres autónomos, competentes y originales que demanda nuestra vida actual. La enseñanza se vuelve entonces de tipo memorística, teorizante y estereotipada. Es decir, hacemos del acto de la transmisión del saber científico un fin en sí mismo, y no un medio, como debe ser, para enseñar a pensar. Olvidamos que, en última instancia, la educación procura la formación integral de la persona. Le damos importancia a los hechos escuetos y aislados (que); nos preocupamos menos por las manifestaciones y comportamientos de los fenómenos (cómo), y soslayamos las explicaciones y razones de las cosas (por qué). Por otro lado, el divorcio que existe entre la información que se da de los diversos temas de varias disciplinas va creando en el estudiante un encasillamiento mental que le impide, no solo correlacionar cosas sino, además, analizarlas en profundidad y establecer conceptos globales de los fenómenos. La visión panorámica y conceptual está siempre ausente en aras del detalle aislado o del dato memorizado. Esta capacidad de correlacionar hechos continuos se manifiesta en el estudiante a través de los años, y le dificulta los procesos mentales de deducción, de gran importancia en el proceso de la investigación científica hacia la búsqueda de nuevas verdades y conocimientos. Estas consecuencias no solo las vemos en el campo de la ciencia sino de una forma más cotidiana en el proceder de unos y otros, ya que se han desarrollado tan pocas competencias para leer, comprender y contextualizar el conocimiento que la ausencia de este proceso lecto-comprensivo se evidencia en las aulas y fuera de ellas. Si no somos capaces de leer un texto en una dimensión, ¿cómo podemos tener entonces la capacidad de “leer al otro” con todos sus matices?  En apariencia hemos privilegiado la construcción de conocimiento, o para ser más exactos la reproducción –muchas veces tergiversada e imprecisa- de saberes, donde no se le encuentra sentido a lo que se aprende, ni muchos menos su aplicación. Cabe anotar, que ese énfasis en conocimientos académicos, falta profundizar en algunos necesarios en nuestra vida actual. Es innegable que se requiere con urgencia en las instituciones educativas una enseñanza práctica y competente frente a las nuevas tecnologías y el manejo de una segunda lengua. Pareciera que los estudiantes aprenden a repetir muy bien conceptos de antaño pero distamos de lo necesario para convivir en un mundo cada vez más global. Se requieren laboratorios, docentes especializados, espacios adecuados y seguros para el aprendizaje de nuevas tecnologías, el desarrollo de proyectos informáticos y tecnológicos y el manejo competente y adecuado de una segunda lengua. Es prioritario plantear una educación integral e integradora (que incluye no solo al estudiante, sino también a sus compañeros, a padres y docentes como actores fundamentales del proceso.) No se puede ignorar el papel cada vez más visible de la interrelación y el trabajo colaborativo en la construcción del conocimiento y la formación del ser. Ya no es la visión del estudiante que aprende, es la comprensión de esa persona que aprende del otro, con el otro y para su crecimiento personal y social. Es tiempo ya que se estudie, entienda y actúe sobre las “micro-sociedades” de la escuela e interdisciplinariamente se nutran las necesidades psicológicas, pedagógicas y sociales de nuestros niños y jóvenes. Esta propuesta educativa implica retomar el rol protagónico del maestro, que en la actualidad tiende en muchas de nuestras escuelas a oscilar entre el inquisidor y el ignorado. Algunos, aun mantienen una posición de autoritarismo y falso poder que coarta la capacidad creadora, investigativa y productiva del estudiante, que con sus reclamos, expresiones, dureza o negligencia encasillan y convierten a los estudiantes en receptores pasivos de información y contribuyen a una cada vez más alta deserción escolar. Otros, que son ignorados e irrespetados por “pupilos” que poco valoran la experiencia o conocen los límites del respeto hacia ellos. Queda el grupo de docentes que evidencian cada día que el maestro transforma vidas, pero que no cuentan con los recursos didácticos o las condiciones necesarias para cumplir cabalmente con su papel. Esta educación también exige de los adultos, los padres, una respuesta a la demanda de coherencia que tienen los niños y jóvenes. Esta requiere un compromiso serio en la tarea de ser padres y formadores que implica principalmente consigo mismos, la capacidad de actuar coherentemente con lo que se profesa, de ser ejemplo para aquellos que requieren modelos que seguir. De adultos que también merecen contar con espacios de formación continua y seria donde se aprenda con el otro y con expertos la forma de potenciar las virtudes y cualidades de los hijos. Todo este recorrido tiene implícita e inexorablemente un marco de principios y valores, una comprensión profunda del valor de educar y formar en el ser, el saber y en el hacer. De retomar la importancia de enseñar sobre lo bueno y lo malo, lo correcto, incorrecto, permitido o prohibido, de los límites centrados en la razón y la voluntad y no en el capricho o la conveniencia. De la fe como pilar de la vida y el respeto como esencia de la convivencia. Entonces, ¿es posible la realidad que soñamos para nuestra tierra? Sí, si es posible el mundo que soñamos. Estos sueños serán una realidad si nuestros Gobernantes y el Estado adquieren un compromiso real con la educación, si tienen una férrea convicción de que es ella la única arma para salir del conflicto en el que nos hundimos cada día más. Si se entiende que son las aulas del preescolar, la básica primaria, la secundaria, la técnica y la formación profesional los espacios más privilegiados para el ejercicio de aprender a ser mejores ciudadanos, líderes, hermanos, compañeros, padres y hacedores de sociedad. Si se piensa en las escuelas como la infraestructura más importante de cualquier municipio, provincia, ciudad ,localidad o País porque es allí donde confluyen niños, jóvenes, familias y se aprenden deportes, artes, oficios. Pero para que nuestros gobernantes tengan claro este papel prioritario debemos cada uno de nosotros, tener esta claridad también, devolver el protagonismo al aprender y al enseñar y exigir de estado, educadores, padres y estudiantes su compromiso por hacer de nuestra realidad que enseña, que aprende, que forma y sueña con la fuerza y el valor que siempre lo han caracterizado.