Hola muy buenos dias hice una “clase invertida” como parte de un proyecto de investigación educativa que estoy realizando acerca de la implementacion de nuevas propuestas pedagógicas en los distritos de Chaclacayo y Chosica. Como profesor del nivel de educación primaria, necesitaba encontrar una fórmula para hablar del la conquista del Tahuantinsuyo. Quería ir más allá de la teoría, la clase magistral y el uso del libro de texto para que los estudiantes no se aburrieran, evitando así problemas de disciplina y fomentando el aprendizaje. Necesitaba un cambio radical, entonces decidí aplicar en la clase una metodología conocida como “clase invertida” o “flipped classroom”, cuyo punto de partida era justo lo que él necesitaba: “desterrar del aula la clase teórica”. La clase invertida lo aprendí cuando lei un libro que se llamaba "Dale la vuelta a tu clase"
Este tipo de modelo propone que la teoría se explique fuera de la clase y la práctica en la clase.
Entonces al darle prioridad a los procedimientos sobre los conceptos en clase, el docente deja de ser un “expositor” y se convierte en un guía en el proceso de cada estudiante, un proceso que deja de estructurarse bajo la escucha y se centra en la práctica.
En la clase invertida, los conocimientos teóricos son las tareas y los procedimientos son la cotidianidad dentro del aula.
Con la clase invertida, el contenido teórico de la asignatura está en aquel mundo lleno de posibilidades llamado internet. Esto hace que el alumno pueda acceder a la información tantas veces como quiera, antes, durante y después de la clase. Para ejecutar la clase invertida, tuve que convertirme en YouTuber, siguiendo las pautas que propone el libro: haciendo videos cortos (entre 10 y 15 minutos). Pero antes de realizar la producción decidí conocer el estilo de los YouTubers que mis alumnos admiran. Todos tenían un factor en común: el humor. Este elemento sería entonces parte fundamental de sus videos. Después de explorar tutoriales en grabación y edición de videos ejecute “la clase invertida” con un grupo de estudiantes que en principio se sentía escéptico, pero curioso. El día a día con esta metodología poco a poco, las caras de los estudiantes fueron cambiando a medida que iban entendiendo esta metodología de enseñanza. La estrategia era la siguiente: los alumnos sólo tenían una tarea obligatoria a la semana: ver el video del que tendrían que tomar apuntes a los que yo les otorgaría un puntaje. Para evitar que los estudiantes no pudieran hacer la tarea, hizo un sondeo y chequeó que efectivamente todos podían acceder a internet. En el aula la clase se dividía en dos: los primeros 15 minutos se repasaría el video de la semana para solucionar dudas. Los otros 40 minutos se llevarían a cabo las actividades prácticas. Pasaron las semanas y cada vez había más estudiantes comprometidos. Llevaban sus apuntes y se esmeraban notablemente haciéndoce protagonista de su propio aprendizaje. El libro de texto, por esta misma razón, se convirtió en una herramienta de consulta, un complemento de los apuntes y de las actividades prácticas. En la clase, la teoría se fue a la casa y yo empece a tener mas tiempo con el que no contaba antes. Tiempo que se invirtió en actividades como: debates, observación de videos, documentales y películas, juegos, actividades teatrales, musicales, exploración de internet, entre otras cosas.
Lo primero es que gracias a mis videos, otros niños de distintos colegios de la zona se convirtieron en admiradores y que utilizan mi canal para estudiar historia. Además descubrí que “La clase invertida” es un modelo que motiva a los estudiantes. Al utilizar una herramienta como YouTube e inspirarse en quienes sus estudiantes siguen, la atención y el entusiasmo cambió considerablemente. La metodología permite desarrollar la responsabilidad y esto sucede porque las tareas dejan de ser complementos de la clase y pasan a ser el eje de los que se desarrollará en la clase y en las evaluaciones.
El modelo ayuda a mejorar la asimilación de las temáticas trabajadas. Los alumnos ya no se dispersan con largas explicaciones teóricas y se convierten en protagonistas del proceso de aprendizaje.
Como cada clase es diferente a la anterior, la disposición de los estudiantes cambia totalmente. Hay entusiasmo, motivación y ganas de saber qué va a pasar. La educación se personaliza. El profesor se convierte en guía y tiene más tiempo de trabajar de cerca con cada uno de sus estudiantes. “Mi experiencia ha sido realmente positiva. Creo que la conclusión más importante es que no debemos de estancarnos en una zona de confort y que si las circunstancias de un terminado grupo nos piden un cambio, no hay que tener miedo a dárselo. Todo sea por hacer bien nuestro trabajo, que es el de procurar que nuestros alumnos aprendan, estén motivados y se diviertan, en mayor o menor grado, estudiando nuestras asignatura”.
Es un método educativo que busca fomentar la autonomía del estudiante invirtiendo el orden en el proceso de aprendizaj, con el Aula Invertida conseguirás que tus alumnos participen más en el proceso de aprendizaje
En el modelo tradicional de enseñanza el profesor explica la lección en clase y luego los alumnos la estudian en casa. En el modelo Flipped Classroom los estudiantes revisan los contenidos teóricos en su casa para después discutirlos en el aula entre todos. Se trata de una metodología de enseñanza alternativa que está comenzando a ser observada cada vez por más docentes, “dando vuelta” la manera tradicional de enseñar y aprender. En el modelo Flipped Classroom o aula invertida, los alumnos llegan a la clase con conocimientos de los temas que se tratarán, ya que han tomado contacto previamente a través de videos y materiales interactivos. De esta manera, las horas en el salón se utilizan para discutir sobre los temas y desasnarse de las dudas al respecto, convirtiendo el aula en un taller para el intercambio de ideas sobre una lección y trabajar sobre la misma, ya sea de forma individual o grupal. Una de las ventajas más sobresalientes del Flipped Classroom es que a través de esta metodología el estudiante deja de ser un receptor pasivo de información para convertirse en el protagonista del proceso de enseñanza, mientras que el rol del docente es de guía y líder. El alumno gestiona en parte su proceso de aprendizaje, ya que los contenidos se encuentran disponibles todo el tiempo de manera online y puede volver a consultarlos una y otra vez. Esto promueve el autoconocimiento y fomenta el desarrollo de habilidades fundamentales para el futuro laboral, como la creatividad, la resolución de problemas, el trabajo en grupo y la confianza en los métodos de desarrollo de una tarea.
1. Preparación de los materiales.
Después de haber definido el tema a tratar, lo siguiente es preparar los materiales. Recuerda que en este método de aprendizaje la tecnología juega un rol fundamental y no los libros de texto. Prepara el material de estudio a través de contenidos audiovisuales y crea un canal de YouTube para subir el material y que tus estudiantes tengan acceso a él. Una recomendación es que los videos no deben ser demasiado extensos. 10 minutos es un tiempo ideal y, si deben durar más, es mejor que lo hagas en más de uno. Además de un video, puedes realizar una presentación utilizando herramientas que a los estudiantes les resulten atractivas, como Prezi, PowToon o VideoScribe entre otros. Si no puedes crear tus propios contenidos, entonces procura buscar material de calidad en la web para propiciarles a los estudiantes.
2. Estudio de la lección
Cuando has creado o elegido los materiales de estudio se los proporcionarás a los alumnos para que éstos lo estudien en casa. Para registrar la actividad de los alumnos puedes desarrollar algunas técnicas como un cuestionario de control o la creación de un foro sobre la lección, donde además podrán discutir las ideas y comenzar a despejar las dudas. Si has creado un video en YouTube puedes obtener información acerca de la cantidad de reproducciones de un video, aunque este método no te dará un mapa exacto de la realidad, y menos si el contenido es público.
3. Durante la clase
Al iniciar la clase debes hacerlo despejando las dudas de los alumnos, repasando el cuestionario que han hecho en línea o trayendo el foro o debate virtual que han tenido al aula. Es importante que en el salón los alumnos tengan tiempo para participar, preguntar y entender todo lo que no ha quedado claro. Además de despejar dudas, durante la clase, también se deben reforzar los conceptos mediante actividades individuales y grupales.
4. Detecta que necesitan los alumnos
Cuando han trabajado un tema en clase, la planificación para las lecciones siguientes debe ajustarse a las necesidades de los alumnos, preparando los materiales según las dudas que éstos hayan presentado. El modelo Flipped Classroom no tiene por qué ser tomado como único método, sino que puede ser una herramienta muy útil para implementar como complemento de las lecciones tradicionales. Recuerda que es una metodología en la que las herramientas tecnológicas juegan un papel muy importante y son una de las competencias con las que debe contar el docente actual, por lo que es fundamental contar con un buen uso de las mismas.
1. Programación. Elige el tema que vas a tratar y define los objetivos de aprendizaje y las competencias que deben desarrollar tus alumnos. Te recomendamos que busques una idea, un video, un recurso…que te ayude a despertar la curiosidad de tus estudiantes desde el principio y los motive a aprender. Procura planificar bien las sesiones, y piensa qué tareas llevarán a cabo los alumnos antes, durante y después de las clases.
2. Preparación de materiales. Prepara los materiales que servirán a los alumnos para familiarizarse con los principales conceptos del tema. Puedes elaborar tus propios contenidos, como una videolección o una presentación, o seleccionar distintos materiales y recursos para que los estudiantes revisen los principales conocimientos del tema desde casa. Además, elabora un test para comprobar si han visualizado, leído y comprendido los materiales.
3. Visualización y lectura de materiales en casa. Envía a tus alumnos los materiales didácticos que has seleccionado y elaborado, y encárgales que se preparen el tema en casa. Pídeles que completen el cuestionario de control y que anoten y compartan contigo todas sus dudas.
4. Diseño de las sesiones de clase. Planifica las sesiones y prepara los materiales en función de las dudas de los alumnos. Desarrolla y selecciona actividades individuales y grupales de distintos niveles para atender la diversidad de la clase; y actividades colaborativas que exijan a los alumnos un aprendizaje activo.
5. Resolución de dudas. Dedica los primeros minutos de clase a repasar el cuestionario enviado a los alumnos y despejar sus dudas. Utiliza distintos materiales para favorecer la comprensión de los conceptos y fomenta la participación en el aula.
6. Actividades de consolidación. Consolida los conceptos adquiridos mediante la realización de actividades. Puedes destinar a cada alumno o grupos de alumnos distintos ejercicios en función de sus necesidades.
7. Trabajo colaborativo. Dedica una o varias sesiones al trabajo colaborativo, y reta a tus alumnos a resolver un problema, elaborar un proyecto, aprender a través de la experimentación, participar en un debate o realizar una investigación.
8. Aprendizaje fuera del aula. Anima a tus alumnos a trabajar en equipo más allá de las paredes del aula a través de entornos colaborativos. Tú puedes orientarles y supervisar su organización y evolución.
9. Revisión y repaso. Revisa el trabajo realizado por los alumnos y compártelo con toda la clase. Anímales a explicar lo que han aprendido y cuál ha sido su experiencia. Después, dedica unos minutos a resolver las dudas que puedan quedar.
10. Evaluación y autoevaluación. Evalúa el trabajo de los alumnos mediante una rúbrica donde figuren los objetivos cognitivos y competenciales definidos al principio.
La ventaja principal del Flipped Classroom, es que resulta más efectivo ya porque el profesor se adapta a los diferentes ritmos de aprendizaje y ninguno de los estudiantes se queda atrás. En un aula tradicional, el profesor cuenta una información que para algunos será muy fácil de procesar y para otros no. Luego van a casa a hacer los deberes y los que tienen unos padres con conocimientos de la materia, siempre salen ganando. Este método permite que en clase cada alumno reciba lo que necesita. La revolución de este método pedagógico es no dar por hecho que todos los alumnos van a avanzar a la misma velocidad. Es una apuesta por la personalización y una cruzada contra la estandarización. El cerebro necesita emocionarse para aprender. Las conclusiones más contundentes de esta metodología es que los estudiantes son más activos en clase, los profesores están más motivados y, en algunos casos, los alumnos obtienen mejores resultados en los exámenes. Este método no es nuevo. En los setenta el pedagogo estadounidense Benjamin Bloom consideró erróneo dedicar la mayor parte del tiempo de las clases a escuchar una lección y dejar lo más creativo para casa.
Según este teórico, es precisamente esa parte del aprendizaje la más complicada y la que requiere de un guía especializado, en este caso, el profesor. Más tarde, en 1990 Eric Mazur, decano de Física Aplicada de la Universidad de Harvard, también apostó contra el monólogo del profesor y el estudiante pasivo y acuñó el término peer instruction (en español, aprendizaje entre pares), para defender una fórmula más interactiva en el aula. Pero es el Flipped Classroom la nomenclatura que aparece hoy en los listados asociados a innovación educativa y nuevas metodologías.
Lo mejor de este modelo pedagógico es que mejora la relación profesor-alumno. Dividir a los estudiantes en grupos, ponerles a trabajar sobre el contenido visualizado en casa, a debatir y a crear mientras el profesor resuelve dudas y les hace de guía, ese el punto que multiplica el número de interacciones y permite a los estudiantes que van por delante explicar al resto y, a la vez, afianzar los conocimientos. Cuando los profesores no están de pie frente a sus alumnos simplemente hablando y pueden circular por la clase, la relación cambia por completo.
Los estudiantes son autónomos, son los responsables de su aprendizaje siempre con la ayuda del profesor. Eso les activa, les hace implicarse.
El autoaprendizaje se produce cuando los niños aprenden a tomar sus propias notas mientras ven los vídeos en casa, pero el profesor debe enseñarles a hacerlo y dedicar unas tres semanas a ello.