Hay niños que aprenden sin dificultad, lo hacen con entusiasmo, rápido y pareciera no requerirles esfuerzo alguno. Pero si conoces a un niño que al aprender no le pasa esto, no desesperes. Recuerda que para algunos niños aprender es seguir una línea recta y para otros es seguir un camino en zigzag con retrocesos, paradas, curvas y contra curvas, pero un camino al fin .Es un camino diferente que requiere que nosotros los educadores , maestros y padres , hagamos cosas diferentes. Es decir para acompañar, alentar y guiar a nuestros niños cuando el aprendizaje se les pone cuesta arriba, y sus llantas están desinfladas, necesitaremos conocer en detalle cómo ayudarlos. Si bien dicen que no hay recetas mágicas, creo que hoy hay conocimientos acerca de que cosas no tenemos que hacer, porque no los ayudaran n y que cosas tenemos que empezar a hacer para ayudarlos a aprender. Dejar de hacer y comenzar a hacer Existen tres cosas que tenemos que dejar de hacer si queremos ayudarlos a aprender. Son solo tres cosas, son simples, fáciles de recordar y también de olvidar. Son PRISA, PRESION Y COMPARACION. Estos tres componentes son los enemigos de cualquier aprendizaje, y son ultra enemigos de los aprendizajes que parecen detenidos, lentificados o estancados. Si quieres ayudara un niño al que le está costando aprender primero PARA, CALMATE Y CENTRATE EN EL NIÑO, Y NO EN LOS DEMAS NINOS. Ten la certeza que es preferible que el niño aprenda despacio, a que este abrumado por tu prisa y quede estancado Activar sus recursos, acariciar su corazón Recuerda que nunca nos pueden faltar oportunidades para hacer sentir a un niño que es capaz, y sobre todo si la está pasando mal. Todos los niñ0s tienen recursos para aprender que están esperando para sorprendernos. Y nos sorprenderán si dominamos nuestra tendencia a hacer comparaciones y sentirnos con el derecho de juzgarlos. Si quieres que aprenda deja de compararlo y juzgarlo. Todo niño que le está costando aprender al ritmo de sus compañeros, o que obtiene más errores que aciertos en los ejercicios, o que no comprende las consignas, o que es siempre el ultimo en terminar y encima se equivoca a menudo y mucho, la pasa mal y su corazón duele. Cuando este dolor aparece una y otra vez, el corazón se cierra para no sentir. Si queremos ayudarlos a avanzar necesitamos volver a encender su corazón y abrir su mente. Ten presente que tienes que alimentar la mente de un niño bien cuando la está pasando mal. Y esto consiste en activar conversaciones positivas, preguntas poderosas para abrir la mente a nuevas posibilidades y liberar las creencias limitantes .La mejor caricia para un corazón herido es nuestra presencia sin prisa a su lado .Estar en presencia ,es decirle eres importante para mi .Mensaje poderoso que tiene el impacto de iluminar un corazón y abrir la mente .. Buscar el estado óptimo para aprender Podemos comenzar con hacer un registro de victorias, armar un rincón de logros, investigar sus habilidades .Es decir correr el foco atencional y el estado emocional del niño hacia lo que si puede, lo que logro, lo que aprendió, lo que le gusta, lo que destaca. Necesitamos hacer esto antes que nada para crear su estado optimo interior para aprender. Él estado óptimo para aprender según las investigaciones de Daniel Goleman, psicólogo norteamericano ,es : Calma, concentración y la ilusión de lograrlo. Sin estos tres ingredientes es casi imposible que un niño salga adelante. Por eso necesitamos detener nuestra prisa, recuperar la calma y creer que el niño lo lograra. Los estados emocionales se contagian de corazón a corazón, no importa que le estemos diciendo, los niños escuchan nuestro sentir y lo creen. Si sienten nuestra desconfianza en sus posibilidades, ellos también se sentirán incapaces y lo más probable es que no sientan calman, sino temor, no estén concentrados sino angustiados y la ilusión ceda ante el pesimismo .Esto lo resumo así ¨Haz que el niño en tu presencia se sienta radiante y calmo ¨ Ayudar al aprendizaje mismo Luego tenemos que centrarnos en su aprendizaje, en lo que deseamos que aprenda .El secreto para ayudar a un niño a aprender es empezar. El secreto de empezar es fraccionar los grandes metas de aprendizaje en objetivos pequeños y alcanzables y comenzar con el primero .El empezar dará motivación e ilusión .Estas emociones serán muy necesarias a lo largo de todo el proceso de aprendizaje. Los niños suelen demostrar que tienen mayores habilidades y comprensión que la esperada si la tarea se plantea del modo correcto, con materiales conocidos, evitando consignas que puedan malinterpretar y proporcionando modelos, sugerencias e indicaciones de cómo hacerlo. Crear una versión para principiantes El aprendizaje exitoso depende un 100 % de tener una versión para principiantes de lo que queremos enseñar. Es decir partir de lo que el niño sabe y de cuál es su nivel cognitivo. Esta versión para principiantes nos sirve muchísimo para conocer que partes son demasiado fáciles, o difíciles y así podemos calibrar con precisión nuestras estrategias de enseñanza .Luego iremos accediendo a nuevas versiones, que implicaran mayor compresión y complejidad de la tarea. Cuando un niño no está aprendiendo bien, debemos buscar esa versión para principiantes y partir de allí. No importa donde ni en que versión estén sus compañeros , necesitamos empezar por el nivel uno, y a medida que avance aumentara su motivación e ilusión por lograrlo. Con tiempo, practica y esfuerzo seguro llegara al nivel de los compañeros , ya que su autoestima también creció con cada logro. La natación nos da un ejemplo claro de las versiones para principiantes. Un profesor de natación parte siempre de un nivel básico y luego de a poco exige mayor desempeño. Primero se practican las patadas en el agua sostenidos por barra o flotador, esta es una versión para principiantes. Es decir se hacen todos los ajustes para que nadie se ahogue. Nosotros podemos y tenemos que hacer lo mismo al enseñar a leer, escribir, contar, restar, etc. Muchas veces los niños que les cuesta aprender son víctimas de la ausencia de esta versión para principiantes .A veces no se toman todos los recaudos para que nadie falle a la hora de aprender a leer-,escribir ,etc .Debemos ir en busca de los flotadores , y permitirle utilizarlos hasta que su performance le permita abandonarlos. Buen ritmo para enseñar y buen ritmo para aprender Otra cuestión a considerar a la hora de ayudar a un niño a aprender más, es lograr un buen ritmo para enseñar .Esto nos compete a los educadores. Los enemigos del buen ritmo son do: los tiempos de transición y los tiempos de organización .Para ayudar y facilitar el aprendizaje necesitamos bajar estos dos tiempos al máximo posible para favorecer un buen ritmo de aprendizaje. David Perkins , profesor e investigador en la Universidad de Harvard y co-autor de numerosos libros nos dice en su última obra “El aprendizaje Pleno”,que “el buen ritmo es la organización de los detalles de forma tal que promuevan la participación activa de la mayoría de los alumnos la mayor parte del tiempo”. Es decir que cuando los tiempos de transición de una tarea a otra son laxos, largos y desorganizados, lo que logramos es perder ritmo, perder concentración, atención, motivación y despedimos al estado óptimo para aprender. Una manera de involucrar a los niños y sobretodo a aquellos que no les está yendo muy bien, es asignarles tareas que ayuden a procesar las ideas en forma activa .Es decir trabajar con consignas previas para ayudarlos a focalizar la atención en lo importante. Ejemplo si van a mirar un video , no esperar que solo lo miren , sino asignar una tarea como fíjate cuantos paisajes aparecen , esto los mantiene activos mentalmente y concentrados . A la vez que les garantiza una participación exitosa frente al grupo. Hacer fluir el aprendizaje Para que el aprendizaje fluya simplemente tenemos que sacarle presión .La presión no facilita los aprendizajes, ya que genera en la mente una supe exigencia que bloquea la capacidad de aprender. Presionar, sobre exigir , sin dar las herramientas ni las condiciones emocionales para poder utilizarlas ,es crear un ambiente punitivo. Cuando el corazón late deprisa, el cerebro no funciona bien. Si confías poco y exiges mucho, generas presión en los niños. Evitemos enseñar en un clima punitivo y agresivo. La intolerancia y la ira a la hora de enseñar son producto de nuestra impotencia, por eso es necesario calmarnos y pedir ayuda si solo no podemos . Para terminar una adaptación del credo del optimista del escritor Christian Larson PROMETO A MI MISMO ser tan fuerte que nada pueda perturbar mi paz mental a la hora de enseñar. ME PROMETO A MI MISMO hacer sentir a todos mis alumnos que hay algo valioso en ellos. ME PROMETO A MI MISMO ver el lado soleado de todos y hacer que mi optimismo sea contagioso. ME PROMETO A MI MISMO pensar solo lo mejor de ellos, trabajar solo por lo mejor y esperar solo lo mejor de mis alumnos . ME PROMETO A MI MISMO ser tan entusiasta por el éxito de los alumnos, como soy del mio propio. ME PROMETO A MI MISMO olvidar los errores y aferrarme a los grandes logros del futuro. ME PROMETO A MI MISMO llevar una expresión alegre todo el tiempo y dar una afecto y sonrisas a cada criatura viviente que conozca. ME PROMETO A MI MISMO darme tanto tiempo en mejorarme a mí mismo que no tenga tiempo de criticar a otros.
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